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12:40 a.m.

Sacerdote y Mártir


Martirologio Romano: En Paracuellos de Jarama, Madrid, España, Beato Manuel de la Sagrada Familia (en el siglo Manuel Sanz Dominguez), monje y reformador de la Orden de San Jerónimo, asesinado por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.



Nació en Sotodosos (Guadalajara, España) el 31 de diciembre de 1887. En su juventud trabajó como ferroviario, pasando después al Banco Rural, donde alcanzó el puesto de Director.

Las Jerónimas subsistían a duras penas y se recuperaban con el tiempo, pero la restauración tenía que llegar. Desde que los monjes tuvieron que abandonar sus monasterios, generación tras generación de monjas jerónimas no cesaban de elevar al cielo sus súplicas con el deseo de que los monasterios de varones volvieran a ser poblados por austeros y santos monjes. Sin embargo, empiezan a impacientarse porque ven que se aproxima lo que pudiera ser el año fatídico en los anales de la Orden (1935), ella desaparecería al cumplirse los cien años necesarios para la prescripción canónica.


En el locutorio del monasterio de la Concepción Jerónima de Madrid algunas monjas manifiestan su preocupación a don Manuel Sanz Domínguez, fervoroso caballero y amigo de la comunidad, con quien tienen mucha confianza. La conversación de esas benditas monjas deja huella en el interior de don Manuel -más tarde fray Manuel de la Sagrada Familia- quien, a los pocos días, movido por el Espíritu de Dios, vuelve al locutorio santamente decidido a consagrarse por entero a la restauración de la que, desde ese momento, fue para él su querida Orden Jerónima. Acude a Roma en donde obtiene la bula oportuna y el aliento del Santo Padre, S.S. Pío XI, que le dice: No sólo aplaudo y bendigo la idea, sino que es mi deseo verla pronto realizada.


El 11 de agosto de 1925 un grupo de jóvenes se establece en el antiguo y ruinoso monasterio de Santa María del Parral (Segovia), y en él se va implantando la observancia jerónima. Pero la República de 1931, la guerra civil de 1936-1939 y dificultades internas obstaculizan la marcha. Fray Manuel, quien había sido ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1928, es detenido en Madrid y sus familiares recogen sus últimas palabras: No sufran por mí, pues si vivo veré restaurada la Orden de San Jerónimo, objeto de mis anhelos, y si muero seré mártir de Cristo, que es mucho más de lo que yo pudiera haber soñado. Y, efectivamente, murió asesinado en Paracuellos del Jarama (Madrid), en la noche del 7 al 8 de noviembre de 1936.


Su sangre derramada por Cristo trajo para la recién restaurada Orden de San Jerónimo las bendiciones del Cielo.


S.S. Benedicto XVI firmó el 20 de diciembre de 2012 el decreto con el cual se reconoce el martirio del Siervo de Dios Fray de la Sagrada Familia.


Fuentes de la información: www3.planalfa.es/msmparral/

divinavocacion.blogspot.com



12:40 a.m.

Sacerdote y Mártir


Martirologio Romano: En el campo de concentración de Dachau, Alemania, Beato Georg Häfner, quien fuera víctima del odio a la fe ( 1942)

Fecha de beatificación: 15 de mayo de 2011 durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.



Murió el 20 de agosto de 1942 en el campo de concentración de Dachau; fue torturado, puesto en solitario, condenado al hambre, el Padre Georg Hafner (1900-1942) es uno de los mártires del Siglo XX.

Georg Hafner nació el 19 de Octubre 1900 en Würzburg. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, después de haber prestado el servicio militar como ayudante por un año, ingresó a estudiar teología y a formar parte de la asociación católica estudiantil “Unitas”. Luego se adhirió a la tercera orden del monte Carmelo.


El 13 de abril de 1924 fue ordenado sacerdote por el arzobispo de Bamberg James von Hauck. Durante los cuatro primeros años como sacerdote (1924-1928) fue capellán en Motten, Goldbach, Mürsbach y Altglashütten. El 12 de Noviembre de 1934 se lo designó párroco en Oberschwarzach (Baviera) al pie de las colinas de Steigerwald.


El Padre Hafner vive modestamente, centrado en la oración y el sacrificio. Ante la pretendida obligatoriedad del saludo nazi, dada su condición de sacerdote, él se opone a realizar tal saludo y entra en conflicto con el régimen nacional socialista. Su escuela es cerrada, pero Hafner continuó enseñando usando para ello la torre superior de la iglesia. El 28 de agosto de 1941 esta alternativa también es prohibida. La situación del sacerdote es cada día más arriesgada, sus iniciativas molestan al régimen nazi.


El 31 de octubre de 1941 Hafner fue detenido. La Policía Secreta del Estado lo acusaba de haber incitado a la población contra los abusos cometidos por esa oficina causando un debilitamiento en el “frente interno”. El Vicario General Franz Miltenberger inmediatamente pidió la libertad del detenido, pero apenas seis semanas después ya estaba llegando a Dachau.


Cuando el Padre Hafner llegó a Dachau, dos guardias le cayeron encima y lo golpearon en la cara, hasta hacerlo sangrar. Así lo relató el P. August Eisenmann: “Fue golpeado varias veces con los puños y con puntapiés, de modo que quedó ensangrentado y cayó al suelo. Al día siguiente todo se repetía una vez más”, Hafner nunca se quejó. Los sobrevivientes de Dachau lo evocan como un hombre sensible y profundamente religioso, Franz Geiger lo recuerda como alguien muy tranquilo, un sacerdote muy piadoso y humilde que nunca renegó de su cruz, "Nadie ha escuchado una mal comentario sobre él. Rezaba mucho. Era respetado por todos los sacerdotes de la prisión y se convirtió en un modelo a seguir".


En el campamento Hafner se sentía constantemente atacado por el hambre durante el invierno de 1941-42. Todo lo soportó hasta que a las 7:20 de la mañana del 20 de agosto de 1942, víctima del maltrato, la desnutrición, los flemones y otras múltiples enfermedades posiblemente causadas por la calidad del agua, en la más absoluta soledad entregó su alma al creador quien para los nazis era tan solo el prisionero 28876.


Apenas seis meses antes había escrito: "la comodidad, la fuerza y todo lo que necesitamos lo encontramos en la oración y en la devoción a Dios… No queremos ni condenar un ser humano, ni sembrar el rencor contra quien quiera que sea. Más bien queremos ser buenos con todos".


Si usted tiene información relevante para la canonización del Beato Georg Hafner escriba a:

Dr Andrea Ambrosi

Bistum Würzburg

Domerschulstraße 2

97070 Würzburg, GERMANY



12:40 a.m.
Sacerdote, doctor sutil y mariano (1265‑1308). Juan Pablo II aprobó su culto el 20 de marzo de 1993.

Juan Escoto nació en Duns, en Escocia, hacia 1265, entró en la Orden de los Hermanos Menores hacia 1280 y fue ordenado sacerdote el 17 de abril de 1291. Completó los estudios entre 1291 y 1296 en París.


Luego enseñó en Cambridge, Oxford y París, como bachiller, comentaba las “Sentencias” de Pedro Lombardo.


Tuvo que abandonar la universidad, por no haber querido firmar una apelación al Concilio contra Bonifacio VIII, promovida por Felipe el Hermoso, rey de Francia.


Regresó allí el año siguiente para obtener el doctorado, con una carta de presentación del Ministro general de la Orden, Padre Gonzalo Hispánico, que había sido su maestro, en la cual lo recomendaba como plenamente docto “sea por la larga experiencia, sea por la fama que se había extendido por todas partes, de su vida laudable, de su ciencia excelente y del ingenio sutilísimo” del candidato.


A fines de 1307 Juan Duns Escoto estaba en Colonia, donde enseñó. Quizás no hay doctor medieval más sobresaliente que este franciscano escocés, que estudió en Oxford, enseñó en París, fue expulsado por Felipe el Hermoso porque no quiso firmar la apelación antipapal y murió en Colonia, a la edad en que los otros filósofos comienzan a producir, como si la llama del pensamiento le hubiese quemado la juventud.


El título de “Doctor Sutil” que le dieron, dice toda su sublimidad. Sus teorías sobre la Virgen y sobre la encarnación obtienen después de siglos la confirmación en el dogma de la Inmaculada Concepción y en el culto a la realeza de Cristo.


Elabora el misticismo pensante de San Buenaventura. Escoto es un metafísico y un teólogo.


Empleó su agudeza de ingenio en la sistematización de los grandes amores de San Francisco: Jesucristo y la Virgen Santísima. La posteridad también lo ha llamado “Doctor del Verbo Encarnado” y “Doctor Mariano”.


Tuvo numerosos discípulos y muy pronto llegó a ser y siguió siendo el jefe de la escuela franciscana, que se inició con el Beato Alejandro de Hales, se desarrolló con San Buenaventura, doctor Seráfico de la Iglesia, y llegó a su culminación en el Beato Juan Duns Escoto.


Su doctrina está en perfecta armonía con su espiritualidad.


Después de Jesús, la Virgen Santísima ocupó el primer puesto en su vida. Duns Escoto es el teólogo por excelencia de la Inmaculada Concepción.


El estudio de los privilegios de María ocupó un puesto importantísimo en su vida. En una disputa pública, permaneció silencioso hasta que unos 200 teólogos expusieron y probaron sus sentencias de que Dios no había querido libre de pecado original a la Madre de su Hijo.


Por último, después de todos, se levantó Juan Duns Escoto, tomó la palabra, y refutó uno por uno todos los argumentos aducidos contra el privilegio mariano; y demostró con la Sagrada Escritura, con los escritos de los Santos Padres y con agudísima dialéctica, que un tal privilegio era conforme con la fe y que por lo mismo se debía atribuir a la gran Madre de Dios. Fue el triunfo más clamoroso en la célebre Sorbona, sintetizado en el célebre axioma: “Potuit, decuit, ergo fecit (Podía, convenía, luego lo hizo)”.


En Colonia, donde enseñaba, murió el 8 de noviembre de 1308.



12:40 a.m.
(1706‑ 1745), Virgen de la Segunda Orden. Beatificada por Juan Pablo II el de 10 de octubre de 1993.

Isabel María nació en Venecia, hija de Pedro Satellico y Lucía Mander, el 31 de diciembre de 1706, se educó al lado de sus padres y un tío sacerdote. De salud débil pero especialmente dotada para la música y el canto, y gran disposición para la oración.


Recibida entre las Clarisas de Ostra Vetere como educanda prestó servicio como directora del canto y organista. A los 19 años de edad fue recibida al noviciado y tomó el nombre de María Crucificada, por su devoción a la Santísima Virgen y a la Pasión de Cristo.


A la sublime contemplación unía gran austeridad y penitencia, con las cuales se hacía más plenamente partícipe de la Pasión del Señor. Su ideal fue la perfecta conformación a Cristo Crucificado, unida a la caridad para con el prójimo, y una filial devoción a la Santísima Virgen. Elegida abadesa, se distinguió por su solicitud para con las hermanas y con los pobres.


Murió el 8 de noviembre de 1745.



12:40 a.m.

Por: Fernando Rojo, o.s.a. | Fuente: Osanet.org


El 8 de noviembre de 1471 moría en Cracovia (Polonia). Había sido profesor de teología en la universidad, maestro de vida religiosa y espiritual, amigo y confidente de los santos y beatos del denominado felix saeculum Cracoviae, como Juan Kancio († 1474) o el canónigo regular Estanislao Kazimiercyk, el Casimiritano († 1489), de todos conocido por su celo apostólico, vida austera, piedad mariana, y su saber unir la quietud de la oración con el ansia agustina de la búsqueda.

Se ignora el año preciso de su nacimiento, pero se sabe que en 1415 vistió el hábito agustino en el convento de Sta. Catalina de Cracovia. Eran los momentos oscuros del cisma de Occidente y del triunfo de las doctrinas heréticas de Hus, que no tardarían en encender el fuego de la guerra socio-religiosa en la cercana Boemia.


En 1419 fue enviado a estudiar a Padua, y allí permaneció casi cuatro años, obteniendo el lectorado en teología y recibiendo la ordenación sacerdotal. De vuelta a Polonia fue encargado de dirigir a los jóvenes estudiantes profesos, asistiéndolos espiritualmente como maestro y como profesor de Sagrada Escritura en el estudio del convento. Nombrado visitador provincial, recorrió la provincia de Baviera. En 1443 consiguió el grado académico de magister en la Universidad Jaguelónica de su ciudad natal. En 1452 lo encontramos de nuevo en Ratisbona como delegado del P. General para presidir la celebración del capítulo de la Provincia.


Fuera de estos cargos de responsabilidad dentro de la Orden, prueba de la estima de que aun fuera de su patria gozaba entre los suyos el magister Poloniae, su principal actividad fue la enseñanza de las ciencias sagradas en la universidad de Cracovia, donde fue apreciado y querido por sus contemporáneos.


A su muerte fue sepultado en el claustro del convento. En torno a sus restos creció el culto popular, y comenzaron a serle atribuidos milagros y gracias. Y aunque el título de beato del que disfruta entre los suyos – en 1617 fue incluido entre los santos protectores de Polonia -, aún no ha sido ratificado por Roma, su tumba en la cripta de la iglesia de Sta. Catalina sigue siendo meta de un incesante peregrinar de devotos, muchos de ellos estudiantes universitarios.


Fueron varias las ocasiones en que se intentó iniciar la instrucción de la causa, pero lamentablemente en ninguna de ellas se consiguió llevarla a término.


Por fin, el 20 de diciembre de 1994, de común acuerdo con el cardenal de Cracovia Francisco Macharski, la postulación general de la Orden solicitó oficialmente la apertura del proceso sobre la fama de santidad del denominado “beato”, virtudes heroicas y culto ininterrumpido.


Ultimados los trámites de ley, el 21 de diciembre de 1996 se clausuró la información cognoscitiva diocesana, el 1 de febrero de 1997 se obtenía de la Congregación de los Santos el nihil obstat para proceder, y el 5 de diciembre del mismo año el correspondiente decreto de validez del proceso llevado a cabo en Cracovia.



12:40 a.m.

Por: . | Fuente: isabeldelatrinidad.com



Virgen


Martirologio Romano: En Dijon, en Francia, beata Isabel de la Santísima Trinidad Catez, virgen, de la Orden de las Carmelitas Descalzas, que desde niña anheló buscar en lo profundo de su corazón el conocimiento y la contemplación de la Trinidad, y afligida por muchos sufrimientos, todavía joven continuó caminando, como siempre había soñado, «hacia el amor, hacia la luz y hacia la vida». ( 1906)

Etimológicamente: Isabel = "juramento de Dios". Viene de la lengua hebrea.



Una mañana del 18 de Julio de 1880 nace en un campo militar de Avor, cerca de Bourges (Francia). Su familia está inquieta porque los médicos han dicho que el bebé no podrá salvar su vida. María Rolland, su mamá, espera su primera hija. Todos rezan y se ofrecen misas por la nueva criatura. En contra de todos los pronósticos la niña llega a este mundo “muy hermosa y vivaracha”. Cuatro días después, el 22 de julio, es bautizada con el nombre de Isabel Josefina.

La señora Catez se ha dado cuenta del talento musical de su hija. La inscribe en el Conservatorio a los siete años. Isabel pasa muchas horas en el piano. No va a la escuela porque las instituciones del estado son demasiado laicas, en cambio recibirá la formación más elemental en casa.


El 19 de abril de 1891 es la Primera Comunión. Sus cartas nos revelan la experiencia de ser amada y darse. “Este gran día nos hemos dado por completo el uno al otro” (C 178). Gozo, alegría, saciedad, plenitud, belleza, música interior…son las realidades que siente en su corazón.


También los santos tienen vacaciones. Estamos en el verano de 1894, las Catez marchan a Carlipa, allí visitan a sus tías. Isabel siempre recodará el espectáculo cósmico de los Pirineos:”¿Te acuerdas de nuestros paseos por la sierra durante la noche, a la luz de la luna, mientras escuchábamos las alegres campanadas? ¡Oh, tía, qué bello estaba el valle a la luz de las estrellas, esa inmensidad, ese infinito, todo me hablaba de Dios” (C 139).


Así era Isabel humana y divina, centrada en el interior y viviendo las alegrías de la vida. Con frecuencia participaba en veladas y bailes que organizaban las familias militares. En estos lugares la joven Isabel quiere ser como el sol que irradia su luz.


El 2 de agosto de 1901 entra en el Carmelo. Una vida dedicada por entero a la oración. Una comunidad de hermanas que viven el ideal de santa Teresa. Una sencillez en el uso de las cosas y en el trato con las personas. Un ideal apostólico que amplía sus horizontes al mundo entero. El Epistolario refleja de una forma maravillosa sus primeras impresiones. “No encuentro palabras para expresar mi dicha”, “aquí ya no hay nada, sólo Él…Se le encuentra en todas partes, lo mismo en la colada que en la oración” (C 91).


El 11 de enero de 1903, domingo y fiesta de la Epifanía, ante la comunidad carmelitana de Dijon, Isabel pronuncia sus votos religiosos. Se siente invadida por Dios, por su abundante gracia, un derroche.


Sus experiencias religiosas son alimentadas por sus lecturas. El Nuevo Testamento tiene un lugar privilegiado en su mundo espiritual, muy especialmente las cartas de san Pablo, a quien llamará “padre de su alma”. Las páginas de san Juan de la Cruz han ejercido una influencia considerable en el camino de la unión con Dios.


El año 1904 es muy significativo. El 21 de noviembre Isabel lo pasa ante el Santísimo. Por la noche redacta una oración, que es expresión de su entrega al Dios Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dice así:


“¡Oh, Dios mío, Trinidad a quien adoro! Ayudadme a olvidarme enteramente para establecerme en Vos, inmóvil y tranquila, como si mi alma estuviera ya en la eternidad. Que nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de vos, ¡mi Inmutable!, sino que cada minuto me haga penetrar más en profundidad de vuestro misterio. Pacificad mi alma, haced de ella vuestro cielo, vuestra morada amada y el lugar de vuestro reposo. Que no os deje allí jamás solo, sino que esté allí toda entera, completamente despierta en mi fe, en adoración total, completamente entregada a vuestra acción creadora”.


Ella ha descubierto su vocación en la Iglesia: ser para Dios “una alabanza de gloria” (Ef 1,6). Hasta tal punto que esta mística francesa lo toma como un nombre simbólico, laudem gloriae, “alabanza de gloria”.


Los días 7 y 8 de noviembre está en silencio. Las últimas palabras que le oyeron sus hermanas de comunidad fueron: “Voy a la Luz, al Amor, a la Vida”. En el amanecer del 9 de noviembre de 1906, deja de respirar, la ciudad de Dijon está tranquila. Las que estaban allí presentes se dan cuenta que Isabel ha emprendido el viaje a la Trinidad que tanto amó en la tierra y como un profeta nos llama a cada uno a disfrutar de su Presencia en lo cotidiano de la vida.


Fue beatificada el 25 de noviembre de 1984.


ORACIÓN

Oh Dios, rico en misericordia,

que descubriste a la Beata

Isabel de la Trinidad

el misterio de tu presencia secreta

en el alma del justo

e hiciste de ella

una adoradora en espíritu y verdad,

concédenos, por su intercesión,

que también nosotros,

permaneciendo en el amor de Cristo,

merezcamos ser transformados

en templos del Espíritu Santo de amor,

para alabanza de tu gloria.

Por Cristo nuestro Señor.

Amén.



Si tiene información relevante para la canonización de la Beata Isabel, escriba a:

Carmel de Dijon

Flavignerot

21160 Marsannay-la-Côte, FRANCIA.


¡Felicidades a las que llevan este nombre!



12:13 p.m.
Según una piadosa tradición, san Prosdócimo, primer obispo de Padua, fue enviado por el apóstol san Pedro a anunciar la buena nueva en tierras euganeas.

Santo patrón de la ciudad de Euganean, y también, según la opinión de muchos estudiosos, probable evangelizador de la Venecia occidental entera.


Santa Justina, Virgen y Mártir, fue convertida y bautizada por San Prosdocimo, siendo este un claro ejemplo de la labor apostólica del santo Obispo de Padua



12:13 p.m.
Casta virgen de Bolonia, llamada de Settefonti, no lejos de Ozzano Emilia, donde estaba el monasterio de Santa Cristina donde con otras compañeras Lucía profesó en la Orden Camaldulense.

Vivió, con olor de santidad, durante el siglo XII.


Alrededor de su figura de monja y abadesa se divulgaron narraciones populares que, atestiguan el valor de su intercesión y caridad fraternal, aumentando su culto particularmente en la iglesia de Santa Cristina en Bolonia.


Desde aquí el 7 de Noviembre de 1753, el Cardenal Palleoti trasladó las religuias a la Iglesia de San Andrés de Ozzano donde había otro monasterio del mismo nombre.


Pio VI en 1779 confirmó la devoción y fijó su festividad para el 7 de Noviembre.



12:13 p.m.

Por: O. C. Moreno | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04


Cuando los godos tomaron la ciudad de Perugia, después de siete años de sitio, el rey Totila condenó al obispo Herculano a una muerte terrible, ya que los verdugos debían arrancarle tiras de piel desde la cabeza hasta los pies antes de decapitarle.

El encargado de ejecutar la tortura fue suficientemente humano para cortarle la cabeza antes de haberle arrancado toda la piel. Era el año 547 de nuestra era.


El cuerpo del mártir fue arrojado en las afueras de la ciudad. Los cristianos se apresuraron a sepultar el cadáver junto con la cabeza.


San Gregorio el Grande afirma que, cuando lo desenterraron para trasladarlo a la iglesia de San Pedro, cuarenta días después, la cabeza estaba unida al tronco como si nunca hubiese sido cortada.


Sobre el santo que nos ocupa, se tiene el dato cierto de que un joven que buscó refugio en Perugia, cuando todos tomaron Tifernum (Cita di Castello), recibió allí la ordenación sacerdotal de manos de San Herculano. Posteriormente, aquel sacerdote fue el obispo de Tifernum y fue canonizado como San Florindo, a quien se conmemora el 13 de este mes.


Los habitantes de Perugia veneran también a otro San Herculano obispo de dicha ciudad. Según se dice, era un sirio que había ido a Roma, de donde fue enviado a evangelizar Perugia. Ahí murió martirizado. Probablemente los dos Herculanos se identifican.



12:13 p.m.

Por: O. C. Moreno | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04


En esta fecha se celebra la fiesta del Beato Antonio Baldinucci en la Compañía de Jesús y en varias diócesis de Italia, donde el beato trabajó.

Antonio nació en Florencia. Era el quinto hijo de Catalina Scolari y Felipe Baldinucci. Su padre, que era pintor y escritor, se restableció de una enfermedad, gracias a la intercesión de San Antonio de Padua, y prometió que consagraría a Dios a su próximo hijo.


El niño nació en 1665, precisamente en la octava de la fiesta de San Antonio, y recibió aquel nombre en el bautismo.


Su padre lo educó desde un principio para el sacerdocio. Los Baldinucci habitaban en la misma casa de la Via degli Angeli, en Florencia, donde San Luis Gonzaga había vivido un tiempo cuando niño y, el recuerdo de este santo ejerció una influencia profunda en Antonio.


A los dieciséis años, pidió la admisión en la Compañía de Jesús, cosa que le fue concedida, a pesar de que su salud no era muy robusta..


Antonio hubiese querido ir a misionar a las Indias, pero sus superiores le dedicaron a la enseñanza de los jóvenes y a la predicación en las cofradías, primero en Terni y después en Roma. Como sufriese de fuertes jaquecas, sus superiores le enviaron de nuevo a Florencia y, después, a varios colegios situados en el campo. La salud de Antonio empezó a mejorar y comenzó a predicar con gran éxito.


A los treinta años recibió la ordenación sacerdotal. Cuando terminó el año de su tercera probación, se ofreció nuevamente para las misiones de las Indias, pero sus superiores no accedieron, sino que le enviaron a trabajar a Viterbo y Frascati.


Ahí pasó el beato los treinta años que le quedaban de vida, trabajando sobre todo entre los pobres e instruyendo al pueblo.


Para atraer a las gentes, empleaba métodos muy llamativos, semejantes a los que usó San Pedro Claver con los negros y el Beato Julián Maunoir con los bretones. En efecto, solía organizar imponentes procesiones, desde diversos sitios hacia el centro de la ciudad, que era donde predicaba, con los penitentes que llevaban coronas de espinas y se disciplinaban.


El beato predicaba a menudo con una cruz sobre los hombros o cargado de cadenas y movía a compasión al pueblo al aplicarse feroces disciplinas en las calles. Una vez que había conseguido impresionar a las gentes y hacerse oír, empleaba métodos más ordinarios.


A fin de guardar el orden entre las multitudes que acudían a oírle, solía organizar un cuerpo de guardias, escogidos generalmente entre aquellos que llevaban una vida notoriamente licenciosa, con lo cual se los ganaba y conseguía que oyesen sus consejos.


Por regla general, la misión terminaba con la quema pública de barajas, dados, imágenes obscenas y otros objetos que fuesen ocasión de pecado. El juego, las venganzas violentas y el libertinaje, estaban a la orden del día pero el celo del Padre Antonio lograba conversiones duraderas y le movía a dejar organizadas buenas obras.


Aunque predicaba constantemente misiones, con el trabajo que ello supone, tuvo tiempo para escribir numerosos sermones e instrucciones, por no hablar de su amplia correspondencia.


Rara vez dormía más de tres horas y lo hacía siempre sobre un lecho de tablas. Ayunaba tres días por semana. En vista de su prodigiosa actividad, el Papa Clemente XI le dispensó de la recitación del breviario, pero el beato jamás hizo uso de esa dispensa.


En veinte años, predicó 448 misiones en trece diócesis de los Abruzos y de la Romaña.


En 1708, fue a predicar la cuaresma en Liorna, por orden del duque Cosme III. Llegó descalzo, vestido con una vieja sotana y con su equipaje sobre los hombros.


Los nobles no asistieron al principio sus sermones, pero el beato acabó por ganárselos, y desde entonces, predicó siempre durante la cuaresma en alguna de las ciudades más importantes de la región.


El año 1776 Italia se vio asolada por un hambre terrible, y el beato Antonio trabajó incansablemente por socorrer a los necesitados. Aunque apenas tenía algo más que cincuenta años, estaba consumido por la fatiga y con dificultad pudo soportar aquel esfuerzo. Dios le llamó a Si el 7 de noviembre del año siguiente.


Durante una misión que había predicado en Carpineto en 1710, se hospedó en la casa de la familia Pecci, que más tarde había de dar a la Iglesia al Papa León XIII. Antonio Baldinucci fue precisamente beatificado por dicho pontífice en 1893.



12:13 p.m.

Por: P. Felipe Santos | Fuente:



Abad


Etimológicamente significa “fuerte en el combate”. Viene de la lengua alemana.


El joven Ernesto, muerto en el año 1147, vivió de lleno en la época de la primera cruzada (1099).


Fue ella la que permitió abrir nuevos caminos para los Lugares santos a todos los peregrinos.


Y además, permitió la fundación de cuatro pequeños estados cristianos en tierras del Islám: Jerusalén, Antioquía, Edesa y Trípoli.


Sin embargo, desde 1144, la caída de Edesa mostró que los musulmanes podían volver a coger lo que los franceses les habían arrebatado anteriormente, incluida Jerusalén.


Esto dio lugar a la segunda cruzada (1147-1149).


Se sabe por la historia que fue un desatino.


De los 200.000 hombres y mujeres que partieron para el Oriente, volvieron sólo algunos miles.


Ernesto de Steisslingen fue uno de ellos. En su juventud entró de monje en la abadía de Zwiefalten, que da al bello lago de Constanza.


Lo eligieron abad durante cinco años para dirigir humana y espiritualmente a los sesenta y dos monjes que la habitaban.


Al término de su mandato, se marchó de nuevo a la cruzada con el ejército alemán, comandado por el emperador Conrado III.


Cuando se despidió de sus hermanos religiosos, les dijo: "Creo que no volveré a veros en esta tierra, pues Dios me concederá que vierta mi sangre por él. Poco importa la muerte que me reserva, si me permite sufrir por el amor de Cristo".


Sus predicciones se cumplieron. Y desde entonces no se supo nunca cómo y dónde murió.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!


Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com



12:13 p.m.

Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net



Fundador

Noviembre 7


Etimológicamente significa “floreciente”. Viene de la lengua latina.


Dice Isaías: “ Buscad al Señor, él se dejará encontrar pues es grande su perdón”.


Como estás viendo por el Santoral, hay santos de todas las condiciones sociales. La santidad es un deber de todo creyente.


Florencio pertenecía a una de las familias más ilustres de Irlanda.


Había oído hablar de Jesús. Y sin pensárselo dos veces, emprendió camino hacia Francia.


La razón no era otra que sabía que existían buenos maestros en la fe del Resucitado.


Se preparó a fondo para recibir el bautismo y hacerse cristiano. Se dio perfecta cuenta deque Dios lo llamaba a que comenzara el sendero de la santidad.


Ya establecido en Francia, construyó una ermita en Alsacia muy cerca del río Hazle, en los Vosgos.

Allí se pasaba el día haciendo oración de contemplación antele bello paisaje que le brindaba la naturaleza.


Poco a poco la gente se fue enterando de que allí había un ermitaño con fama de santidad.


El mismo rey Dagoberto iba a menudo a esta región. Se enteró de los prodigios que hacía el solitario irlandés.


Tras haber hablado con él, le nombró obispo de Strasburgo. Era un privilegio que tenían entonces algunos reyes cristianos.


No quería aceptar, pero al fin cedió por los intensos ruegos del monarca.


Y dice su biografía que lo hizo tan bien que se convirtió en el padre y guía de todos sus feligreses.


Fundó el monasterio de Haselach y la colegiata de santo Tomás, que fueron dos centros de verdadera espiritualidad. Murió en el año 693.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!



1:00 a.m.

Sacerdote Misionero


Em Myanmar (Birmania), Beato Clemente Vismara, sacerdote profeso del Pontificio Instituto Missioni Estere (P.I.M.E.). ( 1988)

Fecha de beatificación: 26 de junio de 2011, siendo Papa Benedicto XVI



Nacido en Agrate Brianza en 1897, participa como infante de trinchera en la primera guerra mundial, al final de la cual es sargento mayor con tres medallas al valor militar. Entiende que "la vida tiene valor sólo si las donas a los otros" (como escribía); ingresa en Milán al Seminario Lombardo para las Misiones Extrangeras, que luego pasaría a llamarse Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras, PIME, es ordenado el 26 de mayo de 1923 y casi inmediatamente parte para Birmania. En Toungoo, la última ciudad con un gobernador británico, se queda seis meses en casa del obispo para aprender inglés, luego es destinado a Kengtung, territorio forestal, montañoso, casi inexplorado y habitado por tribus, todavía bajo el dominio de un rey local (saboá) patrocinado por los ingleses. En catorce días a caballo llega a Kengtung, allí vivirá tres meses con el fin de aprender algo de las lenguas locales, luego el superior de la misión lo lleva a Monglin, en el límite entre Laos, China y Tailandia.

Llega a su destino en el mes de octubre de 1924 y permancerá allí por los próximos 32 años (con la segunda guerra mundial de por medio y el hecho de haber sido tomado prisionero por los japoneses). Clemente Vismara funda de la nada tres parroquias: Monglin, Mong Phyak y Kenglap. Escribía en Agrate: "Aquí estoy a 120km. de Kengtung, si quiero ver otro cristiano debo mirarme al espejo". Vive con tres huérfanos en un galpón de barro y paja. Su apostolado consiste en dar vueltas a caballo por las aldeas tribales, pintar sus tiendas y darse a conocer: lleva medicinas, saca dientes que duelen, se adapta a vivir con ellos, al clima, a los peligros, al alimento, al arroz y salsa picante, la carne se la procura cazando. Desde el inicio llega a Monglin huérfanos y niños abandonados para educarlos. En seguida fundó un orfanato que se convierte en la casa de 200-250 huérfanos, hombres y mujeres. Hoy es invocado como "protector de los niños".


Su vida es pobrísima, Clemente escribe: "Aquí es peor que cuando estaba en la trinchera en el Adamello y el Monte Maio, pero esta guerra la he querido yo y debo combatirla hasta el fin con la ayuda de Dios. Estoy siempre en las manos de Dios". Poco a poco nace una comunidad cristiana, llegan las religiosas de María Niña a ayudarlo, funda escuelas y capillas, arrozales y granjas, canales de irrigación, enseña carpintería y mecánica, construye casas con muros y lleva nuevos cultivos, el trigo, el maíz, el gusano de seda, verduras (zanahoria, cebolla, ensalada: "el padre come hierbas", decía la gente).


En breve, el beato Clemente fundó la Iglesia en un rincón del mundo donde no hay turistas sino sólo contrabandistas de opio, brujos y guerrilleros de varias facciones; ha traído la paz y estabilizado en el territorio las tribus nómades que a través de la escuela y la atención de la salud, se incrementaron y hoy tienen médicos y enfermeras, artesanos y maestros, sacerdotes y religiosas, autoridades civiles y obispos. No pocos se llaman Clemente y Clementina.


En 1956, después que había fundado la ciudadela cristiana de Monglin y había convertido a unas cincuenta aldeas a la fe en Jesucristo, el obispo lo traslada a Mongping, a 250 kilómetros de Monglin en la exterminada diócesis de Kengtung, donde debe volver a comenzar de cero. Clemente escribía a un hermano de comunidad: "obedezco al obispo, porque entiendo que si hago lo que pienso entonces me equivoco". Con sesenta años da inicio a una nueva misión y funda la ciudadela cristiana y la parroquia de Mongping, una segunda parroquia en Tongta y deja en herencia otras cincuenta aldeas católicas.


Muere el 15 de junio de 1988 en Mongping y es sepultado cerca a la iglesia y a la gruta de Lourdes construida por él. Sobre su tumba, visitada también por muchos no cristianos, no faltan nunca flores frescas y velas encendidas. 23 años después, el 26 de junio del 2011, el padre Clemente Vismara fue proclamado beato de la Iglesia universal y primer beato de Birmania.



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Por: . | Fuente: franciscanos.net



Presbítero


Martirologio Romano: En Ortona, en el Abruzo, Italia, beato Lorenzo de Másculis de Villamagna, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, ilustre por su celo en predicar la palabra de Dios. ( 1535)

Fecha de beatificación: Culto aprobado el 28 de febrero de 1923 por el Papa Pío XI.



Lorenzo nació en Villamagna, provincia de Chieti, hijo de Silverio de Masculis y de Pippa D’Eletto, el 12 de mayo de 1476. Ingresó muy joven en la Orden de los Hermanos Menores, donde se distinguió por la asiduidad en la oración, su amor a la pobreza y a la obediencia, su devoción a la Eucaristía y por el amor divino del cual estaba inflamado: desarrolló un intenso apostolado, fue muchas veces solicitado en las principales ciudades de Italia por su santidad y su profunda doctrina. Fue favorecido por Dios con el don de milagros y profecía.

El siglo XV es el siglo de oro del franciscanismo. Los numerosos conventos, esparcidos un poco por todas partes, también en el fuerte y gentil Abruzzo, parecían colmenas, ricos en santos religiosos y ardientes apóstoles. En este feliz período Lorenzo plasmó su eximia virtud, tanto que emulaba a sus grandes cohermanos, el primero de todos San Juan de Capistrano, la gloria más brillante del Abruzzo, el incansable apóstol de Europa. La vida sacerdotal de Lorenzo duró 35 años y puede resumirse en estas pocas y sencillas palabras: predicó, enseñó, exhortó y pacificó pueblos. Fue un profundo teólogo y famoso predicador. Su palabra parecía la de un profeta, conmovía hasta el llanto. Las conversiones eran frecuentes. No subía nunca al púlpito sin someterse antes a ásperas flagelaciones, consciente de que la penitencia atrae las divinas misericordias. Para responder a las frecuentes solicitudes de predicación que le venían de todas partes de Italia, debía emprender largos y difíciles viajes. Caminaba siempre a pie descalzo. Su comportamiento era ya una de sus convincentes predicaciones.


En 1535 los habitantes de Ortona a Mare, deseosos de escuchar la palabra de Lorenzo le pidieron predicar la cuaresma, pero la fibra del infatigable apóstol, se había reducido a un estado lamentable, a causa de las largas fatigas, las ásperas penitencias y los largos viajes. La cuaresma de aquel año marcó la extinción de una llama. El bien obrado entre los ortoneses fue extraordinario. Cuando lo veían subir al púlpito se sentían conmovidos hasta las lágrimas, cuando bajaba de él le besaban las manos y la túnica. Todos le demostraron reconocimiento por el gran bien realizado en medio de ellos. Un día, mientras predicaba, inspirado por el Señor exclamó con espíritu profético: “Dentro de quince días estaré en la eternidad yo en primer lugar y después me seguirán otros de ustedes”.


Efectivamente después de unos días fue atacado por un fuerte acceso de gota que lo obligó a suspender la predicación y reducirse al lecho. Purificado por el dolor soportado con gran resignación, expiraba serenamente el 6 de junio de 1535, a la edad de 59 años, en Ortona a Mare. Su cuerpo después de algunos años fue encontrado incorrupto. En 1829 fue colocado bajo el altar mayor en la iglesia franciscana de Santa María delle Grazie del lugar.



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Por: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid



Monje y Mártir


Martirologio Romano: En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, san Isaac, mártir, que, siendo monje, en tiempo de la dominación musulmana, llevado por un impulso no humano sino divino, salió del monasterio de Tábanos para presentarse ante el juez sarraceno y hablarle acerca de la verdadera religión, razón por la cual fue decapitado. ( 851)


En la ciudad los moros están cansados de matar; los cristianos que conviven allí están cansados también de aguantar insolencias y de sufrir humillaciones con peligro. Bastantes han preferido la salida y se han instalado en los alrededores, ocupando las cuevas de la montaña donde viven como ermitaños. Son más de los que se esperaba; casi se puede decir que han formado un cinturón cercando la ciudad de los emires. Con frecuencia reciben la visita de Eulogio que les conforta con la palabra clara, fuerte y enérgica que deja en sus almas regustos de mayor entrega a Dios, mezclada con deseos de fidelidad a la fe cristiana y a los derechos de la patria.

Gran parte de ellos avivan en el alma deseos sinceros de perfección. Pasan el día y la noche repitiendo las costumbres ascéticas de los antiguos anacoretas entre la meditación y la alabanza. Las numerosas ermitas de la montaña forman un gran monasterio que sigue la Regla de los antiguos y pasados reformadores visigóticos Leandro, Isidoro, Fructuoso y Valerio quienes muy probablemente recopilaron, adaptándolas, las primeras reglas cenobíticas de los orientales recogidas por Pacomio, Casiano, Agustín y Benito. El más importante es el Tabanense.


Estalló la tormenta con el martirio del sacerdote cordobés Perfecto que fue arrastrado al tribunal, condenado y degollado.


Hay revuelo en la ciudad y protesta e indignación en el campo. Ha nacido un sentimiento por mucho tiempo tapado; muchos, llenos de ánimo, se lanzan en público a maldecir al Profeta y se muestran deseosos de morir por la justicia y la verdad. El mismo Eulogio pretendió serenar los ánimos, pero de todos modos sostiene que «nadie puede detener a aquellos que van al martirio inspirados por el Espíritu Santo».


Isaac es un joven sacerdote de Tábanos, hijo de familia ilustre cordobesa; de buena educación, conocedor excelente del árabe, hábil en los negocios, servidor en la administración de Abderramán y de sus rentas. Pero amargado en la casa de su amo por la insolencia de los dominantes, por su prepotencia altanera, o quizá por escrúpulos de conciencia, decidió irse y entrar en Tábanos donde le trató Eulogio. Ahora, indignado por la persecución de los musulmanes, toma la decisión de presentarse al cadí con la intención de ridiculizar la injusticia y acabar en el martirio.


Simula querer tener razones para aceptar la religión del Profeta y las pide con ironía y sarcasmo al juez que cae en la trampa. Tan de plano rechaza ante el público reunido la mentira del Profeta, la bajeza de la vida del mahometano y la falsía de la felicidad prometida que, resaltando la verdad del Crucificado, la dignidad que pide a sus fieles y la verdad del único Cielo prometido, que, fuera de sí el improvisado y timado maestro, abofetea a Isaac, contra la ley y la usanza.


La crónica del suceso narrada por Eulogio coincide con la versión árabe relatada en las Historias de los jueces de Córdoba, de Alioxaní, por la que sabemos hasta el nombre del cadí, Said-ben Soleiman el Gafaquí, que le juzgó. Abderramán II mandó aplicar el rigor de la ley a su antiguo servidor; y para que los cristianos no pudieran hacer de su cadáver un estandarte dándole veneración, lo mantuvo dos días en la horca, lo hizo quemar y desparramar después sus cenizas por el río Guadalquivir. Fue martirizado el 3 de juno de 851.


Dos días más tarde, el mártir es Sancho, un joven admirador de Eulogio, nacido cerca del Pirineo, que era un esclavo de la guardia del sultán; a éste, por ser culpado de alta traición además de impío, lo tendieron en el suelo, le metieron por su cuerpo una larga estaca, lo levantaron en el aire y así murió tras una larga agonía; esa era la muerte de los empalados.


Seis hombres que vestían con cogulla monacal se presentaron el domingo, día 7, ante el juez musulmán, diciéndole: «Nosotros repetimos lo mismo que nuestros hermanos Isaac y Sancho; mucho nos pesa de vuestra ignorancia, pero debemos deciros que sois unos ilusos, que vivís miserablemente embaucados por un hombre malvado y perverso. Dicta sentencia, imagina tormentos, echa mano de todos tus verdugos para vengar a tu profeta». Eran Pedro, un joven sacerdote y Walabonso, diácono, nacido en Niebla, ambos del monasterio de Santa María de Cuteclara; otros dos, Sabiniano y Wistremundo, pertenecían al monasterio de Armelata; Jeremías era un anciano cordobés que había sido rico en sus buenos tiempos, pero había sabido adaptar su cuerpo a los rigores de la penitencia en el monasterio de Tábanos que ayudó a construir con su fortuna personal y ya sólo le quedaba esperar el Cielo y, otro tabanense más, Habencio, murieron decapitados.


En unos días, ocho hombres fueron mártires de Cristo.



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