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Por: . | Fuente: Odisur.es // DiocesisDeJaen.es

Laico Mártir

En España, Manuel Basulto Jiménez, obispo de Jaén (España), y de cinco compañeros, asesinados por odio a la fe. ( 1936-1937)

Fecha de beatificación: Entre los 522 mártires de España, el 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Breve Biografía


Nace José María en Vilches (Jaén) el día 20 de octubre de 1914, allí es bautizado en la pila bautismal de la Parroquia de San Miguel que aún se conserva. Era miembro de una familia de tradición cristiana, todos ellos, padres y abuelos, naturales de Rus provincia de Jaén. Del matrimonio formado por Blas Poyatos Sánchez y María Ruiz Rodríguez nacieron quince hijos, de los que José María hacía el número trece; bien es verdad que cinco murieron a muy corta edad, a pesar de lo cual la familia seguía siendo muy numerosa, aún en aquellos tiempos. El padre de José María trabajaba en Obras Públicas, construcción o reparación de carreteras, a modo de encargado, capataz o contratista, por lo que la familia vivió en diversos pueblos de la provincia, según el lugar donde surgía el trabajo; es la razón por la que a nuestro mártir le tocó nacer en Vilches, cercano a Sierra Morena. Vivió también por la Sierra de Cazorla en el bello lugar de Tiscar, donde se ubica el Santuario de la Virgen de su nombre, patrona de Quesada. No obstante la mayor parte de su vida de niño y joven se desarrolló en Rus, cercano a Úbeda y Baeza y en las inmediaciones de la entonces importante estación ferroviaria de Linares-Baeza. En Rus la familia Poyatos Ruiz abrió una tienda de comestibles para ayudarse en su trabajo; por algunos años estuvo al frente de ella José María y este pequeño comercio fue testigo de la generosidad y caridad de nuestro mártir: en ella repartía a los necesitados tanto como vendía; de este modo, el negocio se venía abajo y junto con los tiempos que corrían, con el consentimiento de los padres marchó a Úbeda para trabajar allí en una fábrica de orujo.

Mientras llegaba el momento de entrar en la fábrica, tanto José María como María del Castillo -su hermana- decidieron trabajar en la recolección de aceituna, ella como recogedora y él como acarreador con las caballerías; el trabajo se lo proporcionaba su tío Diego. Ambos jóvenes se mostraron buenos trabajadores, rindiendo lo que debían y con la alegría de poder aportar algo a la economía familiar. El trabajo agrícola era bien duro y especialmente la recogida de aceituna por darse en pleno invierno con días cortos, trabajo que se iniciaba y se terminaba de noche, por el frío, la lluvia y los barrizales de los caminos y los campos, pero José María lo asumía con fortaleza y buen ánimo, decidido a seguir ayudando en la casa con su trabajo fuera el que fuera y convencido de que pronto entraría en la fábrica. Padres e hijos veían las circunstancias económicas adversas con la voluntad de Dios, de las que saldrían por la misma voluntad del Padre de las Misericordias. Así era la fe de aquella familia y que crecía día a día en el corazón joven de José María.

El trabajo en la recogida de aceituna duró unos días, estamos en diciembre de 1935; el tío Diego sintió perder a dos tan buenos obreros, pero se conformó en bien de sus sobrinos; por fin, nuestro José María se incorporó a las tareas de la orujera; ahora se planteaba el tema del trasporte; entre Rus y Úbeda había un servicio de tranvía, el llamado "de la Loma", pero los horarios eran incompatibles con los de la fábrica, así que José María comenzó a hacer el recorrido andando. Así nos lo cuenta María del Castillo:

"El desplazamiento lo comenzó realizando a pie, ya que según decía, el irse en el tranvía le suponía tener que levantarse a las cinco de la mañana para incorporarse a las ocho a la fábrica, en cambio, andando desde Rus, con salir a las siete, le sobraba tiempo para estar puntualmente en su puesto. También el regreso lo realizaba a pie, pues le suponía perder mucho tiempo el ajustarse al horario del tranvía".

Los padres pensaron que así no podían seguir las cosas y decidieron se alquilara una vivienda en Úbeda y que María del Castillo marchara con José María y le atendiera. Fue exactamente en la calle "14 de abril" número 12 y allí residieron los dos hermanos, desde diciembre de 1935, allí hicieron prisionero a nuestro mártir y allí sufrió y gozó la buena hermana de haberse despedido de su hermano y ser testigo de sus últimas palabras. Aunque era poca la distancia entre Rus y Úbeda, el cambio de domicilio supuso de alguna manera arrancarse del ambiente del pueblo y más aún de la familia. Así escribe la hermana protagonista:

"La despedida no fue muy agradable, ya que suponía la separación de una familia íntimamente unida. Nos quedaba la tranquilidad de que en nuestra casa se quedaba nuestra prima Sebastiana, que para nosotros era como una hermana y para mis padres como una hija, y nos íbamos con la seguridad de que ella continuaría atendiendo perfectamente a nuestros padres y al resto de la familia".

Ya tenemos a José María y a María del Castillo instalados en Úbeda; los primeros meses pasaron desapercibidos y vivieron día de paz y tranquilidad; se encontraban en una ciudad con muchas posibilidades; sólo el pasear por sus calles y plazas descubría a sus visitantes una gran riqueza cultural: La Iglesia de Santa María, la del Salvador, el Ayuntamiento y todo el conjunto de aquella plaza; en el plano religioso, las cuatro parroquias existentes San Pablo, San Isidoro San Nicolás y Santa María ya mencionada, ofrecían celebraciones y prácticas religiosas abundantes para unos jóvenes que en medio de las dificultades tenían a gala el ser cristianos; la misma vida ciudadana, aunque ya bastante revuelta, presentaba una novedad atrayente: el abundante comercio, el ir y venir de mucha gente que de los pueblos vecinos se volcaban en Úbeda; y también algunas revueltas que podía sorprender a quienes habían vivido en pueblos pequeños; pero los dos hermanos rusenses procuraban encajarse en el nuevo ambiente y conseguir sus objetivos.

Ya hemos hecho alusión a su trabajo en la tienda familiar, en él valió más la generosidad y buen hacer con los necesitados que el instinto comercial; pero después en la recogida de aceituna, contratado como jornalero para el acarreo, cumplió perfectamente; el dueño de la finca quedó contento porque su puntualidad y celo, aún cuando no estaba especialmente acostumbrado a esas tareas, compensaba bien el jornal de cada día y la confianza puesta en él. Finalmente, en el trabajo de la fábrica, se distinguió por el cumplimiento de su deber.

José María conectó muy rápidamente con la Parroquia de San Nicolás de Bari y allí solicitó pertenecer a la Acción Católica. Su condición de aspirante de Acción Católica le llevó, desde el primer momento, a ser testigo de la fe y de Cristo ante sus compañeros de trabajo, por lo que rápidamente quedó fichado, después perseguido y finalmente expulsado de su trabajo: "ser apóstol y mártir si acaso..." decía el himno que se cantaba por aquellos jóvenes. Pero igualmente frecuentaba la Iglesia de Santa María, cuyos sacerdotes y en concreto el joven Coadjutor....eran los responsables de la Adoración Nocturna tan pujante entonces. Su pertenencia a esta asociación eucarística esta garantizada por el siguiente testimonio de su hermana: dice que el día 18 de julio estuvo trabajando toda la noche y por la mañana del domingo día 19 al poco de volver a casa fue detenido y encarcelado en la Inspección de Policía; el segundo día de estar detenido le hubiera correspondido hacer la hora de Adoración al Santísimo Sacramento y hubo de ingeniárselas para poderla hacer, este es el relato que se nos ofrece:


"Cuando te fuiste (José María se refiere a la visita de su hermana en la cárcel) nos dijeron que no saliésemos aquí. Le dije al que estaba conmigo anoche que me tocaba la Hora Santa de la Adoración Nocturna. Él se ofreció para hacerme la guardia en el pasillo y yo me metí en el calabozo y así lo hicimos, y aunque no tenía libro, tampoco lo precisé, pues la lecturas me las sé de memoria"

José María llevaba una honda vida religiosa y de piedad, oración profunda y vida interior, contacto íntimo con Dios: se rezaba todos los días el Santo Rosario, la celebración de la Santa Misa y la Comunión frecuente, visita diaria y Adoración al Santísimo, mantenía buena relación con sacerdotes y religiosos, lo que le ayudaba a tener una buena dirección espiritual y con su ayuda iba progresando en la formación cristiana. El lema de estudio, oración y acción de la Acción Católica lo estaba llevando a la práctica. Todo esto era alimento para la acción en el apostolado y en el servicio a los más necesitados. Daba la Doctrina Cristian aún a los hijos de sus compañeros de trabajo y también montó una especie de "escuela" para chicos que no podía ir a la oficial. Él ya había abierto un Centro de Acción Católica en Rus, en la calle el Agua, en una humilde cochera, allí reunía a chicos y jóvenes y les instruía en la fe.El ambiente creado en la República contra lo religioso, el anticlericalismo y la falta de respeto a todo lo cristiano y a quienes trataban de vivir la fe, creció en modo desmedido con la entrada de 1936. La situación en Úbeda revuelta social, laboral y políticamente, como en toda la provincia de Jaén. Muy pronto, José María comenzó a sentir una soterrada persecución de parte de algunos compañeros de trabajo en la fábrica misma, a la salida o entrada de ella: la razón claramente era por ser cristiano y no esconderse de serlo.

Presiones ante un conflicto laboral: Intentaron, presionándole, que participara en un comité para pedir aumento de sueldo, él se negó pues quería ser libre y porque la revuelta no le parecía justa. La Fábrica extractora de aceite, cayó en manos de un comité de trabajadores, destituyendo a los dueños y directivos. Todos decidieron despedir a José María, menos el encargado y el personal de oficina; eso sí, muy "democrática y legalmente", firmando todos en contra de él por tener ideas contrarias a la de ellos y dándole lo que le correspondiera por "despido". Esta actitud de los obreros hizo sufrir a María del Castillo quien pensaba en tan gran injusticia, cuando su hermano había hecho tanto por los hijos de algunos de ellos, dándole clase gratuitamente y educándoles... José María la consoló diciendo: en realidad yo lo hacía por Dios y por el bien de los chicos.

José María supo del incendio de la Iglesia de Rus y de la detención de su padre y de casi todos los varones de la familia. Todo le hacía sufrir, pero a la vez veía más claro su fin y se preparaba a ello; apenas salía de la casa, leyendo, orando, meditando. Supo también que un grupo de milicianos hacían guardia cerca de la casa con el propósito de dispara r contra él nada más que verle salir; así se lo avisó una vecina, después de prometer y jurar no lo dirían a nadie. La situación de los hermanos Poyatos – Ruiz se hacía insostenible: sin trabajo, sin ingresos, prácticamente vigilados y el varón casi detenido en casa, la familia expulsada de Rus y o detenida... María del Castillo pidió auxilio a don Alfonso Moreno, quien después de escucharle atentamente, no vio más salida que proponerle salir de Úbeda, les proporcionaría una ambulancia (nadie los detendría pues es era la órdenes) irían como enfermeros y sólo hacía falta que decidieran el lugar donde querían ir pero siempre dentro de Jaén; los hermanos pensaron, sospecharon pro y contra, al fin decidieron declinar la oferta, todo era muy arriesgado y ¿dónde ir?. También intentaron a través de conocidos guardias civiles, escapar con ello en alguna de las evasiones que se produjeron hacia la zona nacional, pero al fin desistieron y pusieron su suerte en manos de Dios.

José María tenía conciencia clara de la proximidad de su martirio, no sólo eran las predicciones que sobre el tema había hecho, sino la certeza de los hechos que atenazaban cada vez más su libertad y con ella su vida. Con frecuencia hablaba y reflexionaba con su hermana de la muerte y de lo que les esperaba. Siempre que hablaba de la muerte su rostro se iluminaba y tenía expresión de vida, de vida eterna. Decía:

"En el cielo me uniré a los que me esperan y, desde allí, pediremos y lograremos el triunfo de la fe en España".

Tanto es gozo que demuestra hablando de la muerte que la hermana le dice si es que no le gusta vivir, a lo que él responde: "Desde luego que la vida así es triste, han matado a tantos que conocía y quería. Pero a mí cómo no me va a gustar vivir. Es lástima que me maten a los veintiún años. Quedaría Melchor en la casa, pero él sólo para todo. Trabajo le tiene que costar afrontar la situación y terminar los estudios, pero Dios le ayudará. Tú has de verlo y estará con ello. También Antonia, cuanto está sufriendo, estará y morirá con vosotros. Por otro lado, ¡qué dicha perder la vida por salvar el Alma! Todos hemos de morir, pero de esta forma es seguro que se salva el Alma. No sientas Dios está con nosotros".

El 3 de octubre de 1936 fue detenido y llevado ante la cruz que hay a la entrada del cementerio de Úbeda, allí Los disparos de las armas de los asesinos republicanos, milagrosamente , fueron incapaces de cruzar el pecho de José María, quien gritaba: "¡Viva Cristo Rey". Esto dio lugar a una mayor furia en sus verdugos, que con un disparo le rompieron el cuello y lo asesinaron. Así terminó dando la vida por Aquél a quien tanto había amado, o dicho de otro modo: correspondió con la propia vida a Aquel que ya la había dado por toda la humanidad en la Cruz: Cristo Jesús.
 

Este grupo de mártires está integrado por:


1. MANUEL ARANDA ESPEJO, seminarista de la diócesis de Jaén
nacimiento: 22 Marzo 1916 en Monte Lope Alvarez, Jaén (España)
martirio: 08 Agosto 1936 en Monte Lope Alvarez, Jaén (España)

2. MANUEL BASULTO JIMÉNEZ, Obispo de Jaén
nacimiento: 17 Mayo 1860 en Adanero, Ávila (España)
martirio: 12 Agosto 1936 en Vallecas, Madrid (España)

3. FÉLIX PÉREZ PORTELA, sacerdote de la diócesis de Jaén
nacimiento: 21 Febrero 1895 en Adanero, Ávila (España)
martirio: 12 Agosto 1936 en Vallecas, Madrid (España)

4. FRANCISCO LÓPEZ NAVARETTE, sacerdote de la diócesis de Jaén
nacimiento: 02 Marzo 1892 en Villanueva del Arzobispo, Jaén (España)
martirio: 28 Agosto 1936 en Orcera, Jaén (España)

5. JOSÉ MARÍA POYATOS RUIZ, joven laico de la diócesis de Jaén
nacimiento: 20 Octubre 1914 en Vilches, Jaén (España)
martirio: 03 Octubre 1936 en Úbeda, Jaén (España)

6. FRANCISCO SOLÍS PEDRAJAS, sacerdote de la diócesis de Jaén
nacimiento: 09 Julio 1877 en Marmolejo, Jaén (España)
martirio: 03 Abril 1937 en Mancha Real, Jaén (España)


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Monje

Martirologio Romano: En Maiuma, en Palestina, conmemoración de san Hesiquio, monje, discípulo de san Hilarión y compañero suyo de peregrinación. ( c.380)

Breve Biografía


En la hagiografía hay bellísimas historias de fidelidad y ternura de hermanos en la fe cuyas vidas se entrecruzaron y unieron indisolublemente hasta el fin de sus días. Ejemplos de lealtad y gratitud entre discípulo y maestro nutridos en la memoria cotidiana de su oración, que ni siquiera la muerte logra separar. Es el caso de san Hesiquio, al que la tradición recuerda vinculado a san Hilarión. Tan relevante fue para él, que aparece reflejado en su biografía, la Vita Hilarionis, obra de san Jerónimo. Ella permite reconstruir la grandeza de este monje que, habiendo recibido la invitación de Cristo para seguirle a través de san Hilarión, durante un tiempo se convirtió en una especie de heraldo suyo. Cuando murió lo buscó afanosamente. Para él no existieron distancias geográficas; salvó todo escollo hasta dar con sus restos con objeto de seguir venerándolos. Hay que decir que una mayoría de autores coinciden en sostener la historicidad de Hilarión lo que significa aceptar también la de Hesiquio, punto de partida esencial para lo que podemos exponer acerca de él.

A Hilarión se le sitúa en Palestina en el siglo IV (pudo haber nacido en torno al año 261). Allí conoció Hesiquio (del que desconocemos todo dato biográfico anterior) a ese apóstol y taumaturgo que iba camino de Egipto. Seducido por el amor de Cristo y de las bendiciones del yermo, a través de las palabras y el testimonio de Hilarión, que se había forjado en la fe junto a san Antonio Abad, ya no se separó de su lado. Los hermanos que habitaban cerca de ellos conocían el afecto que Hilarión le profesaba. Uno de ellos, aferrado a su huerta y al dinero, sabiendo que éste realizaba una visita apostólica, quiso congraciarse con él y entregó unas habas a Hesiquio, obsequio que supuso compartiría con él. Pero Hilarión tenía la gracia de percibir a través de los olores las virtudes y vicios ajenos. Y la percepción que tuvo de estas verduras fue nauseabunda; la identificó con la avaricia. Rogó a Hesiquio que las arrojase al comedero de los animales, seguro de que las rechazarían, como así fue. Ante el infecto alimento, los bueyes rompieron las ataduras y se escaparon.

Hilarión se sentía encadenado a un entorno que no le permitía vivir aislado, dedicado por entero a Dios. Así que huyó a Egipto; Hesiquio le acompañó. Es de suponer que ignorarían que con ello se ponían a salvo, ya que tras su partida, Juliano asumió el gobierno de Palestina y los habitantes de Gaza pidieron al emperador que diese muerte a los dos. En Egipto los nuevos prodigios obrados por Hilarión seguían ensombreciendo sus aspiraciones de soledad. Por eso decidió buscar otro lugar más apartado en el que anónimamente pudiera seguir alabando a Dios. Y un día, sin decir nada, se dirigió a Sicilia. Hesiquio, consternado, lo buscó con denuedo durante tres años por el desierto y enclaves de salida del país, como los puertos egipcios. De Egipto partió a Grecia convencido de que la búsqueda, que hasta ese instante era infructuosa, daría los resultados apetecidos por él. Pronto constató que la fama, indeseada para Hilarión, le perseguía, ya que en Metone le dieron noticias de un monje venerable que estaba en Sicilia, al que enseguida identificó con su maestro. No se equivocó. Se trasladó a Pachino y cuando encontró su morada, «cayó de rodillas a sus plantas y bañó con sus lágrimas los pies de su maestro».

Como tampoco allí había logrado pasar desapercibido, Hilarión manifestó su deseo de irse a otro sitio. Hesiquio le sugirió refugiarse en Epidauro (Dalmacia, Ragusa), pero como le seguían las gentes, ambos viajaron a Chipre. Aún habría querido Hilarión trasladarse a otras tierras, pero Hesiquio veía que dada su avanzada edad no era lo más conveniente, y logró convencerle de que viviera en un apartado lugar de la isla. Dos años más tarde Hilarión continuaba alimentando su afán de escapar, preferentemente a un país tan alejado y habitado por bárbaros que le permitiera hallar el sosiego perseguido. Pero Hesiquio debía regresar a Palestina en viaje apostólico, instado por él, portando el mensaje que enviaba a los hermanos que quedaron allí. Además, tenía que visitar el monasterio de Gaza. De modo que Hilarión dejó aparcado su proyecto de viajar a tierras más remotas para la vuelta de su fiel discípulo; así lo hizo notar. A la espera de ello, éste le condujo a otra zona más aislada dentro de la isla donde moró cinco años. En el transcurso de los mismos Hesiquio no le dejó. Sin violentar su soledad, le visitaba asiduamente, mantenían entrañables coloquios y seguía siendo testigo de sus milagros.

Pero en el transcurso de un nuevo viaje a Palestina, su maestro murió dejándole como legado los Evangelios y algunas modestas prendas. Fue enterrado cerca de Pafos. Cuando supo la noticia, Hesiquio, temeroso de que los ciudadanos pudieran hacerse con sus restos, viajó a la isla. Tuvo que esperar diez meses haciendo creer a los habitantes que pensaba establecerse allí como monje, hasta que pudo recoger el cuerpo de Hilarión que transportó a Palestina en medio de numerosas dificultades y peligros. Lo sepultó en el monasterio fundado por él en Maiuma, su ciudad natal, acompañado de una gran muchedumbre de monjes y laicos. Años más tarde, Hequisio murió en este mismo lugar.

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Por: Xavier Villalta A. | Fuente: Catholic.net

Obispo y Mártir

Martirologio Romano: En la prisión de Aiud, Transilvania (Rumania), venerable Szilard Ignác Bogdánffy, Obispo Auxiliar de Satu Mare y Oradea, mártir durante la ocupación comunista en Rumania ( 1953)

Fecha de beatificación: 30 de octubre de 2010, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI

Breve Biografía


Szilard Ignác Bogdánffy nació el 21 de febrero 1911 en la localidad de Feketetó de Banat del Norte (después condado Torontál de Hungría, hoy en Serbia), donde su padre ejerció la función docente. En 1920 la familia se trasladó a Cruceni, donde su padre Szilard Bogdánffy recibió un nuevo puesto de profesor. En 1925 se trasladaron a Timisoara.

En 1925 ingresó a estudiar en el instituto escolapio en Timisoara, y en 1929 ingresó en el Seminario Teológico de Oradea. Fue ordenado diácono el 5 de febrero 1934. Luego fue ordenado sacerdote católico romano en la catedral de Oradea, el 29 de junio de 1934 por el Obispo Itsván Fiedler.

Durante 1935-1939, fue profesor en el colegio católico en Oradea y confesor en el Monasterio de las Ursulinas en la misma ciudad.

En 1939 Szilard Bogdánffy fue señalado por el servicio secreto rumano como importante miembro en las tareas de organizar las actividades del movimiento de Auto-Defensa de Érmihályfalva , organización de resistencia de la comunidad húngara que luchaba contra los intentos de romanización . En octubre de 1939 fue detenido y el 21 de diciembre 1939 fue deportado junto a otros 35 detenidos, entre ellos 15 sacerdotes católicos.

Entre septiembre de 1940 y junio de 1943, realizó estudios de filosofía y dogmática en la Universidad Pázmány Péter de Budapest, obteniendo el título de doctor en teología el 26 de junio de 1943. Su tesis doctoral versó sobre el "Apocalipsis Sinóptico”. Volvió a Rumania en 1944, fue nombrado profesor en el colegio católico "Szent József" en Oradea. En abril de 1947 fue elevado al canon de la Catedral Episcopal de Oradea y nombró Vicario Episcopal.

El 14 de febrero de 1949, a la edad de 38 años, en una ceremonia realizada en la clandestinidad, fue consagrado como Obispo Auxiliar de Satu Mare y Oradea, en la Capilla de la Nunciatura Apostólica de Bucarest por el obispo Gerald Patrick Aloysius O´Hara de Savannah, Georgia , ( EE.UU.), Regente de la Nunciatura Apostólica de Rumania.

El Obispo Bogdánffy fue detenido el 5 de abril de 1949 en Oradea, iniciando así su vía crucis por las siguientes prisiones: Jilava, Capul Midia, Sighet y Aiud. John Ploscaru, Obispo greco-católico clandestino, relata en sus memorias "Cadenas y terror" (Ed. Signata, Timisoara, 1993) algo de lo vivido por el Obispo Bogdánffy en la cárcel de Sighet.

"Fue el 02 de febrero 1951 (fiesta de la Presentación del Señor). Vinieron a la celda varios militares con el comandante de la prisión. El Obispo Suciu estaba acostado en la cama, débil como una momia.
- ¡Levántate, todos de cara a la pared y quítense la ropa!
Nuestra celda era un antiguo almacén, era de las más espaciosas de la prisión, pero hacía mucho frío, no teníamos leña para calentarnos. Nos quitamos la ropa y la pusimos en la pila de lavandería. Temblábamos de frío... Fue un duro invierno.
- ¿Alguna idea de fuga?, preguntó el comandante, mientras revisaba nuestra ropa como buscando pulgas. Revisó los colchones, observando la habitación con una minuciosidad y paciencia exasperante. Nosotros, de cara a la pared, temblando de frío, el obispo Suciu apenas podía mantenerse de pie. No entiendo por qué el comandante miraba, tocaba, cada costura de toda la ropa. De repente un policía preguntó
- ¿De quién es este abrigo?
- Es mío, dijo Bogdánffy (sacerdote católico romano en Satu Mare, y su obispo). El policía tenía en la mano una punta de lápiz.
- ¿Dónde está el resto del lápiz?
Para nuestra sorpresa Bogdánffy fue a su colchón, miró por debajo y sacó un lápiz de unos diez centímetros.
- ¿Cómo lo obtuvo usted?
- Lo tomé en la corte.
Búsqueda terminada. Duró aproximadamente una hora, estábamos atrapados en el frío. Obispo Suciu pudo ir a la cama. El comandante pidió a cada uno su nombre. Después de tener todos los nombres, ordenó, señalando Bogdánffy y Bele:
- Usted y usted van al "negro".
"Negro" era una celda sin ventanas ni luz. Eran como de 2 metros cuadrados y se convirtió en la celda de castigo. El detenido era puesto allí sólo con ropa interior y descalzo. A veces tiraban agua en el suelo para que no pudiera sentarse. Las raciones de alimentos se reducían a la mitad. Por lo tanto el prisionero estaba en la oscuridad, con frío, desnudo, hambriento, a veces con grilletes, debía permanecer de pie todo el día, saltando de un pie al otro. Cuando oímos su condena vimos el miedo en Bogdánffy y Bele, pensando en las consecuencias de este castigo, porque ya estábamos en medio del invierno... Bogdánffy morirá después en la cárcel de Aiud.

El Obispo Szilard Bogdánffy murió en la prisión en Aiud el 3 de octubre de 1953 a la edad de 42 años.

El sábado 27 de marzo de 2010, S.S. Benedicto XVI firmó el decreto referente al martirio del Venerable Szilard Bogdánffy.

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Por: . | Fuente: HispaniaMartyr.org

Sacerdote y Mártir

En Bilbao (España), Beatos Raimundo Castaño González y José María González Solís, sacerdotes profesos de la Orden de los Frailes Predicadores (Dominicos) asesinados por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco

Breve Biografía


El P. Raimundo Joaquín González Castaño nació en Mieres (Asturias, 20 agosto 1865) en un hogar muy cristiano. Estudió Latín y Humanidades en el Seminario Diocesano (Oviedo) e ingresó luego en la Orden Dominicana, donde hizo la profesión solemne en 1884 (Convento de Corias). Fue ordenado presbítero una vez terminados sus estudios en Salamanca (1892). No se conserva la documentación sobre su ordenación, puesto que desapareció durante los disturbios del año 1936 (en Corias y Oviedo).

Ejerció sus ministerios en y desde diversos Conventos: San José de Vergara, San Pablo de Palencia, etc. En la Provincia de Andalucía desempeñó los cargos de Secretario del Provincial, Prior, Síndico, Lector de Teología y Profesor de diversas materias eclesiásticas (Teología, Escritura, Historia). El Capítulo General de 1909 lo designó para restaurar la Provincia Dominicana en Portugal (de donde regresó a España debido a la revolución en el país vecino).

A su regreso a España, se dedicó a la predicación (misiones populares y Ejercicios), siendo nombrado Predicador General por el Convento de Corias. Entre otros cargos, desempeñó el de Secretario en los Capítulos Provinciales (años 1926, 1930, 1934). Fue confesor del Rey Alfonso XIII. Finalmente, en 1932, fue destinado corno Capellán a la Vicaría de las Monjas Dominicas de Quejana (Álava) donde se encontraba y fue apresado durante la persecución religiosa de 1936.

Todos los testigos están de acuerdo sobre su conducta religiosa ejemplar en todos los sentidos. Era cumplidor de su obligaciones y "el tiempo que sus ocupaciones le dejaban libre lo pasaba delante del Sagrario"; por esto solía decir: "Todo me cansa, menos el Sagrario" (Summ., p. 130, n. 4). Destacaba siempre por su honda devoción eucarística y mariana, que contagiaba a los empleados del Convento y a los sacerdotes (cfr. Summ., p. 13, art. 37). Dedicaba tiempo a la asistencia espiritual de los sacerdotes (retiros mensuales y confesiones). Durante la persecución, desde el día 15 de julio hasta el 25 de agosto (en que fue apresado), siguió cumpliendo con ejemplaridad sus ministerios (junto con el P. José María González Solís).

Relato de su martirio

Los dos Beatos se encontraban en Quejana al inicio de la persecución. Como se ha dicho, el P. Raimundo Joaquín González era el Capellán en la Vicaría del Convento de las Madres Dominicas: el P. José María Solís se encontraba allí desde el 1 de julio para reponerse de su salud y para impartir unos Ejercicios a las monjas. El día 21 de julio se personó en el Convento la "Guardia Roja" para revisar si había armas, obligando a los Padres a que les guiaran en el registro (cfr. Summ., p. 133, n. 6). Algunos milicianos tomaron posiciones en el Convento (cfr. Summ., p. 129, n. 6).

Durante aquellos primeros días, los Padres hacían la vida ordinaria, pudiendo celebrar Misa todos los días (cfr. Summ., pp. 129-131). Los Beatos se mostraban tranquilos y, en su predicación, instaban a orar para que terminara la guerra (cfr. Summ., p. 134, n. 9). El día 25 de agosto, un grupo de milicianos armados llegaron al Convento y se llevaron detenidos a los dos Beatos para conducirlos a Bilbao, primero a "La Bilbaína" y luego a la cárcel de Larrínaga (cfr. Summ., p. 42, n. 10).

Habían sido detenidos mientras paseaban cerca de la iglesia, obligándoles a vestirse de paisano y subir a un camión donde ya había otros detenidos (cfr. Summ., p. 134, n. 9). Por testigos visuales, consta de muchos detalles de la vida de los Beatos durante su encarcelamiento, destacando por su serenidad y conformidad con la voluntad de Dios.

A finales de agosto o inicio de septiembre de 1936, fueron trasladados con otros prisioneros desde la cárcel Larrínaga al barco-prisión "Cabo Quilates", donde fueron encerrados en la bodega número 3 (cfr. Summ., pp. 37, 124, 136). En el recinto de 150 metros cuadrados había 178 presos (cfr. Summ., p. 14, nn. 51-52).

Los presos, especialmente los religiosos, sufrían malos tratos y frecuentemente les hacían subir a la cubierta para trabajar en malas condiciones, escarneciéndolos, blasfemando y obligándolos a cantar la "Internacional" (cfr. Summ., p. 33, n. 10).

Hubo una matanza de presos el día 25 de septiembre, después de haberlos hecho subir a cubierta. El día 2 de octubre, los verdugos leyeron una lista de unos 40 presos, entre los que se encontraban los dos Beatos, que fueron asesinados en la cubierta (cfr. Summ., pp. 31-32). Son numerosos los testigos que dan fe de esta matanza, indicando los nombres de los dos Beatos (cfr. ibídem, pp. 35-37, 44, 122-123, 126-128, 137- 138).

Los cadáveres de los dos Beatos fueron colocados primero en el cementerio municipal de Santurce y luego en el cementerio de Vista Alegre, de Bilbao (cfr. Summ., Comisión Histórica, p. 148).

S.S. Benedicto XVI firmó el 10 de mayo de 2012 el decreto con el cual se reconoce el martirio de los Siervos de Dios Raimundo Castaño González y José María González Solís y compañeros, lo cual permitirá su próxima beatificación que se realizará, Dios mediante, el 13 de octubre de 2013

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Sacerdote y Mártir

En Bilbao (España), Beaatos Raimundo Castaño González y José María González Solís, sacerdotes profesos de la Orden de los Frailes Predicadores (Dominicos) asesinados por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco

Breve Biografía


El P. José María González Solís nació en Santibáñez de Murias (Asturias, 15 de enero de 1877), aprendiendo la piedad cristiana desde su infancia en su ambiente familiar. Ingresó en la Orden Dominicana, donde hizo la Profesión Solemne el 6 de enero de 1897 (Convento de Corias). Fue ordenado sacerdote el 10 de marzo de 1900, en el templo conventual de San Esteban de Salamanca.

Fue destinado como profesor sucesivamente a Vergara, Segovia y Madrid. Fue Prior del Convento de Padrón (Coruña) luego del importante Convento de San Esteban de Salamanca. Presidió el Capítulo Provincial de 1926, donde fue elegido Síndico de la Provincia. Ese cargo lo desempeñó «con gran talento y con al aplauso de toda la Provincia hasta el final de su vida» (Summ., Comisión Histórica, p. 149).

Siempre fue considerado como excelente religioso, muy ordenado y cumplidor de sus deberes (en la oración y en el trabajo), amigo de la celda (cfr. Summ., p. 19, art. 14-15). Para restablecer su salud, algo quebrantada, y para impartir Ejercicios a las monjas, fue enviado el 1 de julio de 1936 al Convento de las monjas de Quejana, donde compartió la vida comunitaria con el S. de D. P. Raimundo González (Capellán) y donde le sorprendió la persecución.

Durante los días anteriores al encarcelamiento, conservó la paz, vestía el hábito dominicano y celebraba la Santa Misa (cfr. Summ., pp. 130-131, nn. 7-9).

Relato de su martirio

Los dos Beatos se encontraban en Quejana al inicio de la persecución. Como se ha dicho, el P. Raimundo Joaquín González era el Capellán en la Vicaría del Convento de las Madres Dominicas: el P. José María Solís se encontraba allí desde el 1 de julio para reponerse de su salud y para impartir unos Ejercicios a las monjas. El día 21 de julio se personó en el Convento la "Guardia Roja" para revisar si había armas, obligando a los Padres a que les guiaran en el registro (cfr. Summ., p. 133, n. 6). Algunos milicianos tomaron posiciones en el Convento (cfr. Summ., p. 129, n. 6).

Durante aquellos primeros días, los Padres hacían la vida ordinaria, pudiendo celebrar Misa todos los días (cfr. Summ., pp. 129-131). Los Beatos se mostraban tranquilos y, en su predicación, instaban a orar para que terminara la guerra (cfr. Summ., p. 134, n. 9). El día 25 de agosto, un grupo de milicianos armados llegaron al Convento y se llevaron detenidos a los dos Beatos para conducirlos a Bilbao, primero a "La Bilbaína" y luego a la cárcel de Larrínaga (cfr. Summ., p. 42, n. 10).

Habían sido detenidos mientras paseaban cerca de la iglesia, obligándoles a vestirse de paisano y subir a un camión donde ya había otros detenidos (cfr. Summ., p. 134, n. 9). Por testigos visuales, consta de muchos detalles de la vida de los Beatos durante su encarcelamiento, destacando por su serenidad y conformidad con la voluntad de Dios.

A finales de agosto o inicio de septiembre de 1936, fueron trasladados con otros prisioneros desde la cárcel Larrínaga al barco-prisión "Cabo Quilates", donde fueron encerrados en la bodega número 3 (cfr. Summ., pp. 37, 124, 136). En el recinto de 150 metros cuadrados había 178 presos (cfr. Summ., p. 14, nn. 51-52).

Los presos, especialmente los religiosos, sufrían malos tratos y frecuentemente les hacían subir a la cubierta para trabajar en malas condiciones, escarneciéndolos, blasfemando y obligándolos a cantar la "Internacional" (cfr. Summ., p. 33, n. 10).

Hubo una matanza de presos el día 25 de septiembre, después de haberlos hecho subir a cubierta. El día 2 de octubre, los verdugos leyeron una lista de unos 40 presos, entre los que se encontraban los dos Beatos, que fueron asesinados en la cubierta (cfr. Summ., pp. 31-32). Son numerosos los testigos que dan fe de esta matanza, indicando los nombres de los dos Beatos (cfr. ibídem, pp. 35-37, 44, 122-123, 126-128, 137- 138).

Los cadáveres de los dos Beatos fueron colocados primero en el cementerio municipal de Santurce y luego en el cementerio de Vista Alegre, de Bilbao (cfr. Summ., Comisión Histórica, p. 148).

S.S. Benedicto XVI firmó el 10 de mayo de 2012 el decreto con el cual se reconoce el martirio de los Siervos de Dios Raimundo Castaño González y José María González Solís y compañeros, lo cual permitirá su próxima beatificación que se realizará, Dios mediante, el 13 de octubre de 2013

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Por: . | Fuente: claretsdd.blogspot.com

Religioso y Mártir

En Sigüenza (Guadalajara) y Fernán Caballero (Ciudad Real), España, Beatos José María Ruiz Cano, sacerdote, y 15 compañeros, todos de la Congregación de los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de la Bienaventurada Virgen María (Claretianos), asesinados por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Breve Biografía


Los Mártires de Fernán Caballero son un grupo de catorce jóvenes seminaristas en vísperas de ser ordenados sacerdotes, cuyas edades oscilaban entre los 20 y 26 años, y el Hno Felipe González (47 años). En la Causa de Beatificación les acompaña el P. José Mª Ruiz Cano (29 años).

El P. José Mª Ruiz es el único sacerdote en esta Causa, Tomás Cordero era el seminarista de mayor edad, y Jesús Aníbal Gómez era colombiano que, a pesar de exponer ante los milicianos su condición de extranjero, fue fusilado sin consideración alguna.

Los hechos del martirio sucedieron en dos sitios distintos, Sigüenza (Guadalajara) y Fernán Caballero (Ciudad Real), pero fueron recogidos en una misma Causa. No es la distancia geográfica la que cuenta aquí, sino la coincidencia en las mismas ilusiones juveniles llenas de fe y de generosidad, truncadas en ambos lugares con la misma violencia.

La atmósfera de violencia contra los moradores del Seminario Claretiano de Zafra comenzó apenas acabadas las elecciones de fe­brero de 1936. A finales de abril el Padre Provincial ordenó abandonar la casa y marchar a Ciudad Real. La nueva morada era un caserón desprovisto de todo y en medio de la ciudad; un lugar propicio para sufrir sacrificios hasta entonces nunca probados.

Jesús Aníbal Gómez, colombiano, escribía así a los suyos: "No tenemos huerta, y para el baño nos las arreglamos de cualquier modo... De paseo no hemos salido ni una sola vez desde que llegamos: de hecho guardamos clausura estrictamente papal; así nos lo exigen las circunstancias. Por lo dicho, pueden ver que no estamos en Jauja y que algo tenemos que ofrecer al Señor".

Se respiraba ambiente de martirio, y pronto se vieron sorprendidos por el asalto a la casa. El P. Superior escribirá más tarde: "Cuatro fueron los días de prisión para las catorce víctimas propiciatorias que fueron sacrificadas el día 28 y seis para los restantes. Decir lo que en estos días tuvimos que sufrir es cosa de todo punto imposible." Las cosas fueron empeorando en aquella cárcel en que se había convertido la propia casa, hasta el punto de que "trajeron mujerzuelas y las veíamos con los bonetes y los ornamentos paseando y asomándose provocativamente a nuestras habitaciones... Todos estábamos preparados para la muerte, que la veíamos muy cerca... Se sufrían las vejaciones y las privaciones con resignación y mansedumbre y conmiseración para con los perseguidores."

Intentando salir de aquel lugar de suplicio, el P. Superior pudo lograr salvoconductos para ir todos a Madrid o adonde les conviniera.

El Hno. Felipe González de Heredia había quedado en la capital, refugiado en casa de su hermano Salvador... Descubierto, fue llevado a la checa del Seminario en donde permaneció hasta que el día 2 de octubre le sacaron para llevarle en un coche hasta Fernán Caballero. El viaje lo realizó sentado entre dos milicianas que con una navaja le amenazaban y pinchaban añadiendo: "Así te vamos a matar; con estos perros no hay que gastar pólvora".

Al parar el coche en la puerta del cementerio, el Hno. Felipe se subió en el escalón de la puerta, se puso en cruz y gritó ¡Viva Cristo Rey y el Corazón de María! Una descarga de fusil acalló su voz.

Un testigo, que casualmente viajó en el mismo coche en que iba el Hno. y fue testigo, dijo después: Yo noté que el Hermano iba muy sereno en el coche y el grito de ¡Viva Cristo Rey y el Corazón de María! lo dijo con energía.

S.S. Benedicto XVI firmó el 1 de julio de 2010 el decreto con el cual se reconoce el martirio de este grupo de mártires.
 

Este grupo de mártires está integrado por:


1. JOSÉ MARÍA RUIZ CANO, sacerdote profeso, Claretiano
nacimiento: 13 Septiembre 1906 en Jerez de los Caballeros, Badajoz (España)
martirio: 27 Julio 1936 en El Otero, Sigüenza (España)

2. JESÚS ANÍBAL GÓMEZ y GÓMEZ, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 13 June 1914 en Tarso, Antioquia (Colombia)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

3. TOMÁS CORDERO y CORDERO, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 08 Junio 1910 en Robledino de Valduerna, León (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

4. PRIMITIVO BERROCOSO MAILLO, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 19 Febrero 1913 en Jerte, Cáceres (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

5. VICENTE ROBLES GÓMEZ, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 25 Abril 1914 en Villanueva del Conde, Salamanca (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

6. GABRIEL BARRIOPEDRO TEJEDOR, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 18 Marzo 1883 en Barona, Soria (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

7. CLAUDIO LÓPEZ MARTÍNEZ, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 18 Diciembre1910 en Mundilla de Vadelucio, Burgos (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

8. ÁNGEL LÓPEZ MARTÍNEZ, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 02 Octubre 1912 en Mundilla de Vadelucio, Burgos (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

9. ANTONIO LASA VIDAURETTA, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 28 Junio 1913 en Loizu, Navarra (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

10. MELECIO PARDO LLORENTE, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 03 Agosto 1913 en Cháves, Valladolid (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

11. ANTONIO ORREGO FUENTES, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 15 Enero 1915 en Oliva de la Frontera, Badajoz (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

12. OTILIO DEL AMO PALOMINO, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 02 Abril 1913 en Bustillo de Chaves, Valladolid (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

13. CÁNDIDO CATALÁN LASALA, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 16 Febrero 1916 en Corella, Navarra (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

14. ÁNGEL PÉREZ MURILLO, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 06 Enero 1915 en Montánchez, Cáceres (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

15. ABELARDO GARCÍA PALACIOS, clérigo profeso, Claretiano
nacimiento: 15 Octubre 1913 en Vilandiego, Burgos (España)
martirio: 28 Julio 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

16. FELIPE GONZÁLEZ DE HEREDIA BARAHONA, religioso profeso, Claretiano
nacimiento: 26 Mayo 1889 en San Asensio, La Rioja (España)
martirio: 02 Octubre 1936 en Fernán Caballero, Ciudad Real (España)

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Por: Tito M. Sartori, OSM | Fuente: servidimaria.org

Laica

Martirologio Romano: En Nepi, provincia de Viterbo (Italia), beata Cecilia Eusepi, laica, miembro de la Tercera Orden de los Siervos de María, que alcanzó la santidad como catequista y al servicio de los demás en la vida de cada día. ( 1928)

Fecha de beatificación: 17 de junio de 2012, durante el pontificado de Benedicto XVI

Breve Biografía


Cecilia Eusepi nació en Monte Romano (Viterbo) el 17 de febrero de 1910 y murió en Nepi el 1º de octubre de 1928. A los 18 años de su existencia terrena fueron llenos de favores divinos desde cuando tenía 5 años. Hasta 1915 vivió con la mamá en el pueblo de origen. Quedándose huérfana de padre después de casi un mes y medio de nacimiento, la figura paterna fue sustituida por la del tío materno, Filippo Mannucci.

Después de la de la ida del hijo Vincenzo, llamado al ejército a causa de la primera guerra mundial, la mamá de Cecilia, Paolina Mannucci, se trasladó el 6 de enero de 1915 a Nepi en la hacienda La Massa, donde el hermano Felipe administraba, desde 1911, las propiedades de os duques Lante de la Rovere.

Acostumbrada anteriormente a asistir al asilo de las Religiosas de la Sagrada Familia en Monte Romano y a jugar con sus coetáneos, improvisadamente la pequeña se encuentra en la soledad campirana de la hacienda: siendo pleno invierno, en La Massa ve el ánima viva. Todo ello crea problemas a la mamá y al tío, preocupados de la educación de la niña. Así pues el 5 de septiembre, hacia el final ya de los trabajos de la estación, deciden confiarla como interna a las monjas Cistercienses, el cual monasterio distaba unos cientos de metros de la iglesia de los Santos Mártires Tolomeo y Romano, popularmente llamada «del Rosario», parroquia confiada a la Orden de los Siervos de María.

Entró en el monasterio a los 5 años, Cecilia saldrá por primera vez a los 12 a causa de su estado precario de salud. Las demás internas, la mayoría residentes en Nepi, durante los periodos estivos regresaban en su propia familia La única que no dejaba el monasterio era Cecilia, por voluntad sea de la mamá como del tío, deseosos de tenerla lejos del oír blasfemias o discursos tórpidos, fáciles en el periodos de trabajos agrícolas dichas por personas que no siempre tienen temor de Dios. La misma Cecilia agradaba no dejar los amados muros claustrales, porque se había afeccionado a las monjas y quererlas como otras mamás. Entre otra cosa, permaneciendo en el monasterio le era fácil la compañía de las otras internas, que también durante las vacaciones estivas a menudo regresaban llevada por la familiaridad con las monjas educadoras.

Una gastritis obstinada y la epítasis forzaron a Cecilia quedarse en La Massa desde febrero de 1922 hasta el 1º de noviembre de aquel año. En la solemnidad de todos los santos volvió a entrar en el monasterio acogida por las monjas Cistercienses con grande alegría para darle no más el lugar de las internas, sino el del noviciado, con la convicción que Eusepi sería monja de ellas.

El desenvolverse de acontecimientos cambio de rumbo. La muerte de la abadesa, madre Teresa Salvatori, que la había acogido niña, y el sentido crítico que a los 13 años empezó a hacerse evidente llevaron a rever los precedente propósitos, habiendo constatado que en dicha situación no respondía más a los ideales pensado. A ayudarla a salir del monasterio intervinieron nuevamente las enfermedades anteriores, gastritis y epistaxis, a las cuales se añadió la ulcera en el estómago. Del 28 de marzo a 8 de abril de 1923 Cecilia es hospitalizada en Civita Castellana (Viterbo). Después de la hospitalización el profesor Ferretti le impone quedarse por 6 meses en La Massa, haciendo paseos, alimentándose de alimentos fortificante, dadas las precarias condiciones de salud en el cual se encontraba. Dicho régimen dietético tuvo para elle una funesta consecuencia porque se le limitaba cada día recibir la Sagrada Eucaristía.

Durante el verano se inscribió a la Juventud Católica Femenina siguiendo activamente la vida e iniciativas, leyendo el periódico pequeño y viviendo intensamente el programa.
Un día manifiesta a su mamá la intensión de hacerse religiosa con las religiosas Manteletas Siervas de María de Pistoya. La madre habla inmediatamente al hermano, el tío Filippo. Sea la mamá como el tío se pronunciaron absolutamente contrarios a dicho propósito de Cecilia y el tío para quitarle aquella idea, durante el mes de septiembre la llevó a unos parientes en Italia central: Viterbo, Macerata Cagli, Secchiano, Vitorchiano. El resultado de este peregrinar será totalmente negativo, dada la determinación de la sobrina. También el obispo de Nepi, el Siervo de Dios Luigi María Olivares, interpeló a ello aconsejando a Filippo Mannucci a dejar a la sobrina libre de abrazar la vida religiosa.

El 16 de noviembre de 1923 Cecilia deja Nepi, y va a Roma y el 18 del mismo mes llega a Pistoya para iniciar la primera etapa de formación. Terminado los estudios anteriores con los estudios precedentes y lecciones en privado que le impartía sor Guglielma Borsari, futura madre general de la congregación, y en el mes de julio de 1924 aprueba los exámenes de primaria.

Transcurrió las vacaciones de verano en Quarrata (Pistoya) en la asistencia a los niños del asilo, en octubre Cecilia fue enviada a Zara (Yugoslavia). Desgraciadamente los malestares en el mes de mayo de 1925, logra en julio superar los exámenes del primer año de normal. Regresa después en Italia para asistir nuevamente los niños del asilo en Quarrata y en el mes de octubre inicia en Pistoya el segundo curso de magistral, el 3 de marzo de 1926, Sábato anterior a la solemnidad de los Ramos, enferma y durante 21 días esta en cama. Sanada, retoma los estudios y aprueba los exámenes, después va a Quarrata el 31 de julio, el 16 de agosto la madre general la llama a Pistoia, le da la mantellina de las aspirantes y la manda a Maresca, un pueblito de Pistoia a 800 metros sobre el nivel del mar con su tarea de dar clases a 21 niños la primaria. Aquí se verifica la enfermedad que la llevará hasta el final de su existencia: pocos días después de la llegada a Pistoia, donde la visitaron varios médicos que le diagnosticaron la peritonitis con inflamación de los pulmones. Es tan grave la enfermedad que el médico la considera incurable y pronostica el final dramático. Una novena a sor Bertilla Boscardin aleja por el momento la conclusión fatal; sin embargo el médico aconseja enviar Cecilia a su pueblo de origen, en la esperanza que los vientos de su pueblo puedan ayudarle a una curación definitiva.

El 11 de octubre de 1926 Cecilia llega a La Massa, donde se quedará hasta el final de sus días. El encuentro determinante con el padre Gabriele M. Roschin, enviado por el padre Angelo M. Flamini, prior provincial, tuvo el 25 de octubre, a los 14 días del regreso a Nepi. Teniendo promeso a Cecilia que lo habría llevado la santa comunión el día siguiente, le lleno de tanta alegría de hacerle desaparecer la desolación interior del cual estaba afectada. Desde este momento el padre Gabriele asumió la dirección espiritual de Cecilia y la acompañará hasta el deceso, sucedido el 1º de octubre de 1928.

Si usted tiene información relevante para la canonización de la Beata Cecilia Eusepi, por favor escriba a:
Rev. Tito M. Sartori, OSM
Provincia della SS.ma Annunziata dei Servi di Maria
Via Cesare Battisti, 6
50122 Florencia, ITALIA

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Primer Obispo de Puebla (México)
y luego Obispo de Osma (España)

Martirologio Romano: En Osma, España, Siervo de Dios Juan de Palafox y Mendoza, primer obispo de Puebla de los Ángeles y después obispo de Osma. ( 1659)

Fecha de beatificación: 5 de junio de 2011 durante el pontificado de Benedicto XVI.

Breve Biografía


Hijo natural del marqués de Ariza, el decimoprimer arzobispo de México nació en Fitero el 24 de junio de 1600. Los primeros años de su vida era conocido como Juan Navarro porque Pedro y María Navarro, criados del marqués, lo recogieron y adoptaron como hijo suyo. A los diez años de edad, el marqués de Ariza reconoció a Juan quien tomó los apellidos Palafox y Mendoza.

A temprana edad Don Juan mostró interés por dedicarse a la carrera militar, pero, obedeciendo los deseos de su padre, decidió asistir a las universidades de Salamanca y Alcalá.


Los años que pasó en la universidad fueron buenos en el aspecto académico, pero Don Juan también se entregó a los placeres mundanos. De él se dice que era un caballero galante, aunque nunca traspasó los límites de las conveniencias sociales y evitó el escándalo.

En 1626 el Ministro supremo del rey Felipe IV lo invitó a Madrid para que ahí pudiera emplear mejor todas sus capacidades. Tan pronto llegó a la capital española se le dio el puesto de Fiscalía del Consejo de Guerra y poco después la del Consejo de Indias.

Después de trabajar algún tiempo en la Corte, Don Juan de Palafox decidió seguir la vocación eclesiástica. En 1629 el rey lo nombró capellán y limosnero de María de Austria. Debido a este encargo, viajó a Alemania, Italia, Francia, entre otros países europeos.

A su regreso fue presentado como nuevo obispo de Puebla. La ceremonia de consagración tuvo lugar en Madrid el 27 de diciembre de 1639 y a cargo estuvo el cardenal Agustín Espínola, arzobispo de Toledo.

El obispo de Puebla llegó a México el 24 de junio de 1640 y entró a su diócesis el 22 de julio. No sólo llegó a nuestro país con el título de obispo de Puebla, sino también con el de visitador y Juez de Residencia de los virreyes.

En Puebla uno de sus mayores logros fue la conclusión de la construcción de la catedral. En 1649, tan sólo nueve años después de su llegada, celebró la dedicación del santuario.

Durante su gobierno pastoral se erigió el Colegio de San Pedro y San Pablo y logró que el rey le diera a las nuevas instituciones el título de Real. El obispo dotó al Colegio de San Pablo con una enorme biblioteca, hoy conocida como Palafoxiana. De la misma forma, fundó el convento de religiosas dominicas de Santa Inés, un colegio de niñas huérfanas y formó las ordenanzas del hospital de San Pedro.

En esta época España estaba en guerra con Portugal. Cualquier funcionario del que se sospechara tener simpatías con el enemigo sería removido de su cargo. Don Juan, por encargo del rey, se dedicó a espiar al virrey Don Diego López Pacheco Cabrera y Bobadilla, quien era miembro de una familia portuguesa.

El 12 de noviembre de 1643, después de la muerte de Feliciano de la Vega, el cabildo eclesiástico nombró a Palafox de Mendoza nuevo Arzobispo de México. Tan pronto llegó a la ciudad destituyó al virrey por simpatizar con los portugueses y tomó en sus manos el poder civil convirtiéndose en nuevo gobernante de la Nueva España. Cinco meses duró su gobierno como virrey y como Arzobispo de México, tiempo en el cual estableció doce compañías de milicias, visitó colegios, dio leyes a la Universidad y continuó con las visitas a los tribunales. Renunció a su cargo de virrey y de arzobispo.

Durante su estancia en Puebla, Don Juan de Palafox tuvo muchos problemas con los miembros de la Compañía de Jesús. El obispo llegó a suspender las licencias que tenían los jesuitas para predicar, lo cual provocó un enorme escándalo en toda la Nueva España.

El 6 de febrero de 1648 llegó a Puebla una carta del rey mediante la cual mandaba llamar a Don Juan a Madrid para rendir un informe de sus acciones en nuestro país.

Después de haber sido Arzobispo de México, obispo de Puebla y virrey de la Nueva España, Palafox llegó a Madrid y fue tratado con desprecio por el rey, quien lo nombró obispo de Osma.

El prelado siguió ejerciendo la caridad en el pobre obispado de Osma hasta su muerte el 1 de octubre de 1659.

El sábado 27 de marzo de 2010, S.S. Benedicto XVI firmó el decreto referente a un milagro atribuido a la intercesión del Venerable Juan de Palafox, la ceremonia de beatificación se realizó en Soria (España) el 5 de junio de 2011.


Un proceso iniciado en 1666

El proceso de beatificación se inició en 1666 y fue interrumpido varias veces a lo largo de los últimos tres siglos y medio. Según Moriones, diversas circunstancias han contribuido a prolongar el caso. Por ejemplo, en 1699 la muerte del entonces Papa, del cardenal ‘ponente’ de la Causa y del obispo de Sevilla, que fungía como su patrocinador.

Por ello la ‘introducción’ del expediente en El Vaticano se atrasó hasta 1726, bajo el pontificado de Benedicto XIII. Luego, diversos episodios históricos como la Revolución Francesa, el exilio de los Papas y la guerra de unidad de Italia interrumpieron el análisis. A pesar de todo la Causa nunca se interrumpió ni tampoco perdieron su validez ninguno de los pasos aportados en el proceso.

El milagro aprobado

El milagro estudiado y aprobado por el Vaticano se refiere a la curación de Lucas Fernández de Pinedo, un sacerdote de 66 años de edad, párroco de Fuentemolinos de la entonces Diócesis de Osma. En noviembre de 1766 el párroco había sido desahuciado por los médicos tras 40 días de lucha contra una probable forma de tuberculosis, incurable en aquella época.

Según relata el postulador de la Causa, el padre Moriones, el cura “había hecho su testamento y recibido los últimos sacramentos y se había despedido de sus parroquianos cuando su sobrino, también sacerdote y vicario parroquial, le trajo una reliquia de Palafox”.

El enfermo la recibió, se encomendó y se quedó dormido mientras los síntomas de la enfermedad que lo tenían insomne desde hacía semanas desaparecieron instantáneamente y, al cabo de cuatro horas, se encontraba perfectamente.

Su médico de Fuentemolinos (Soria), otro de la cercana aldea de Roa y un tercero describieron al tribunal todos los síntomas de un enfermo terminal de tuberculosis. La detallada documentación de esta curación inexplicable respalda el milagro que permite beatificar a Palafox, modelo de político honrado y buen obispo.

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Monje

Martirologio Romano: En Gante, de Flandes, en Neustria, san Bavón, monje, que, discípulo de san Amando, dejó la vida seglar, distribuyó sus bienes entre los pobres y entró en el monasterio fundado en esta ciudad (c. 659).

Breve Biografía


Bavón, Conde de Hesbaye, nació en Bravante, cerca de Lieja, en el año 589. Se casó con la hija del conde merovingio Adilone, con la que tuvo una hija de nombre Agletrude. Llevaba una vida despreocupada, como rico terrateniente. Su comportamiento era totalmente desordenado, su único objetivo era el de satisfacer sus deseos sin tener en cuenta la justicia ni la verdad. Cuando necesitaba dinero, vendía a sus criados como siervos a los terratenientes vecinos.

Cuando muere su joven esposa, Bavón se siente culpable de esta desgracia, no sabemos por qué. Allí interrumpe su vida disoluta y cae presa de una crisis moral, que fue el punto de partida de su conversión.

Por entonces San Amando estaba predicando en la región de Gante. Bavón, después de oír uno de sus sermones, se le acercó, y por consejo suyo, se desprendió de todos sus bienes, incluso de la propiedad que poseía en Gante, que entregó a San Amando, que construyó allí un monasterio. Bavón entró allí como religioso. Tan grandes fueron las mortificaciones que se impuso para purgar sus pecados, que después de su muerte, el nombre de la abadía se cambió de San Pedro a San Bavón.

Convertido en discípulo del santo misionero, lo siguió en sus peregrinaciones apostólicas. Después de un cierto tiempo, encontrando que las austeridades de la vida monástica no eran suficientes para satisfacer sus deseos de disciplinar el cuerpo con el que había sido tan indulgente, volvió a Gantes, donde, con el consentimiento de San Amando, construyó una pequeña celda, donde llevó una vida eremítica y ascética hasta el momento de su muerte, unos tres años después, alrededor de 659. Fue sepultado en el monasterio de Gantes.

Actualmente sus reliquias se conservan parte en la catedral de Gantes y parte en la abadía benedictina de Nesle-la-Reposte, lugar en donde se refugiaron los monjes huyendo de la invasión normanda, alrededor de 882.

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Monje Eremita

Martirologio Romano: En Roma, san Simón, monje, antes conde de Crespy, en Francia, que, renunciando a la patria, al matrimonio y a todo, eligió la vida monástica y después la eremítica en las montañas del Jura, y reclamado muchas veces como legado de paz para conciliación entre príncipes, murió finalmente en Roma, siendo sepultado en la Urbe, en la basílica de San Pedro (1082).

Breve Biografía


Simón, conde de Crespy, en la región de Valois, estaba emparentado con Matilde, la esposa de Guillermo el Conquistador, y se educó en la corte de ese rey. Gozaba de la confianza y los favores de Guillermo, quien le llevó consigo a las campañas contra Felipe I de Francia para arrojarlo de las tierras de Normandía. Se dice que al término de aquella guerra, el padre de Simón murió en la localidad de Montdidier y éste se propuso transportar el cadáver hasta las tierras de Crespy para sepultarlo; y sucedió que en el largo trayecto el cuerpo del conde entró en descomposición y su hijo, después de velarlo toda la noche en solitaria meditación sobre lo transitorio de esta vida, sepultó los restos en el campo y regresó a la corte decidido a hacerse monje. Asimismo se afirma que acabó por convencer a su prometida, la hija de Hildeberto, conde de Auvernia, para que ingresara a un convento y así, un buen día, los dos novios huyeron juntos de la corte, pero no para casarse, como lo pensaban todos los cortesanos, sino para entregarse a la vida del claustro. La joven quedó a buen resguardo con las monjas, pero cuando Simón se dirigía a otro monasterio para hacer lo propio, fue alcanzado por los enviados del rey, quienes le llevaron de nuevo a la corte. Ahí Guillermo el Conquistador le reveló al noble joven que deseaba casarlo con su propia hija Adela. Simón no se atrevió a rechazar directamente los ofrecimientos de su real benefactor, pero trató de demorar la boda y partió en viaje a Roma con el pretexto de averiguar en la Santa Sede si su proyectado matrimonio era legal en vista de que la hija del rey era su pariente. Pero ni siquiera llegó a la mitad del camino, porque a su arribo a la ciudad de Condal, en el Jura, se hospedó en la abadía de Saint-Claud, ahí tomó el hábito y no lo abandonó jamás.

Lo mismo que a muchos otros monjes pertenecientes a la nobleza, los superiores y los familiares de Simón insistieron para que emplease su influencia en arreglar discordias y restablecer los derechos. San Hugo de Cluny le envió ante el rey de Francia para que recuperase unas tierras que habían sido quitadas al monasterio y, asimismo, intervino activamente para obtener la reconciliación entre Guillermo el Conquistador y sus hijos. Cuando el Papa San Gregorio VII, en conflicto con el emperador, decidió concertar un acuerdo con Roberto Guiscard y sus normandos que ocupaban parte del territorio de Italia, mandó llamar a San Simón para que le ayudase en las negociaciones. Estas concluyeron felizmente en la ciudad de Aquino, en 1080 y, desde entonces, el Papa conservó a su lado a Simón. Este murió en Roma y recibió los últimos sacramentos de manos del propio San Gregorio.
¡Felicidades a quienes lleven este nombre!

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Por: P. Angel Amo | Fuente: Catholic.net

Tercer Superior General de la Compañía de Jesús

Martirologio Romano: En Roma, san Francisco de Borja, presbítero, que, muerta su mujer, con quien había tenido ocho hijos, ingresó en la Compañía de Jesús y, pese a que abdicó de las dignidades del mundo y recusó las de la Iglesia, fue elegido prepósito general, siendo memorable por su austeridad de vida y oración (1572).

Etimología: Francisco = el abanderado, viene del germano

Breve Biografía


San Francisco Borja nació en Gandía (Valencia) el 28 de octubre de 1510, primógenito de Juan de Borja y entró muy joven al servicio de la corte de España, como paje de la hermana de Carlos V, Catalina. A los veinte años el emperador le dio el título de marqués. Se casó a los 19 años y tuvo ocho hijos. A los 29 años de edad, después de la muerte de la emperatriz, que le hizo comprender la caducidad de los bienes terrenos, resolvió “no servir nunca más a un señor que pudiese morir” y se dedicó a una vida más perfecta. Pero el mismo año fue elegido virrey de Cataluña (1539-43), cargo que desempeñó a la altura de las circunstancias, pero sin descuidar la intensa vida espiritual a la que se había dedicado secretamente.

En Barcelona se encontró con San Pedro de Alcántara y con el Beato Pedro Favre de la Compañía de Jesus. Este último encuentro fue decisivo para su vida futura. En 1546, después de la muerte de la esposa Eleonora, hizo la piadosa práctica de los ejercicios espirituales de san Ignacio y el 2 de junio del mismo año emitió los votos de castidad, de obediencia, y el de entrar a la Compañía de Jesús, donde efectivamente ingresó en 1548, y oficialmente en 1550, después de haberse encontrado en Roma a San Ignacio de Loyola y haber renunciado al ducado de Gandía. El 26 de mayo de 1551 celebraba su primera Misa.

Les cerró las puertas a los honores y a los títulos mundanos, pero se le abrieron las de las dignidades eclesiásticas. En efecto, casi inmediatamente Carlos V lo propuso como cardenal, pero Francisco renunció y para que la renuncia fuera inapelable hizo los votos simples de los profesos de la Compañía de Jesús, uno de los cuales prohíbe precisamente la aceptación de cualquier dignidad eclesiástica. A pesar de esto, no pudo evitar las tareas cada vez más importantes que se le confiaban en la Compañía de Jesús, siendo elegido prepósito general en 1566, cargo que ocupó hasta la muerte, acaecida en Roma el 30 de septiembre de 1572.

Fue un organizador infatigable (a él se le debe la fundación del primer colegio jesuita en Europa, en su sierra natal de Gandía, y de otros veinte en España), y siempre encontró tiempo para dedicarse a la redacción de tratados de vida espiritual. Se destacó por su gran devoción a la Eucaristía y a la Santísima Virgen. Incluso dos días antes de morir, ya gravemente enfermo, quiso visitar el santuario mariano de Loreto. Fue beatificado en 1624 y canonizado en 1671, uno de los primeros grandes apóstoles de la Compañía de Jesús.

Si quieres ahondar más en la vida de Francisco de Borja, consulta San Francisco de Borja en Corazones.org

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Sacerdote y Fundador

Martirologio Romano: En Lanzo, provincia de Turín, en Italia, beato Federico Albert, presbítero, que, siendo párroco, fundó la Congregación de Hermanas de San Vicente de Paúl de la Inmaculada Concepción, destinada a la redención de las gentes caídas en la miseria (1876).

Etimología: Federico = aquel que impone la paz, viene del celta.

Breve Biografía


Nace en Turín, Italia, el 16 de octubre de 1820. A los 15 años de edad se decide por la milicia, pero siente una voz interior y reflexiona sobre su vocación al sacerdocio e ingresa luego al Seminario.

Prosigue estudios en la Real Universidad de Turín, donde cursa teología. Recibe la ordenación sacerdotal en 1843.

Ejerce su ministerio como capellán de las Cortes, sin descuidar el apostolado de atender a las clases marginadas e inclusive a delincuentes. Su vida plena en virtudes y servicio al pueblo permiten que el monarca Víctor Manuel II (1820-1878) reconozca su magnífico servicio en el aspecto social.

Renuncia a su cargo en la citada capellanía para atender de tiempo completo a su feligresía y las personas necesitadas.

Contemporáneo de San Juan Bosco (31 de enero), intercambia con él sus ideas altruistas sobre instituciones de beneficencia. Su vasta misión comprende el establecimiento de orfanatorios, guarderías, casas de asistencia para jóvenes abandonadas, conservatorios, enseñanza de idiomas, normales para la formación de maestros, etcétera. Funda la congregación de Hermanas Vicentinas de María Inmaculada en 1869, conocidas como Hermanas Albertinas.

Por humildad declina al nombramiento episcopal.

Casi al final de su vida, en 1873 establece una colonia agrícola. Decorando su capilla sufre una caída que le ocasiona heridas y luego la muerte, en Lanzo Torinesse, el 30 de septiembre de 1876.

El 3 de septiembre de 1984 es beatificado por el Papa Juan Pablo II.

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Duque de Bretaña

Martirologio Romano: En Vannes, en el litoral de Bretaña Menor (Francia), beato Carlos de Blois, varón piadoso, manso y humilde, duque de Bretaña, que pese a su deseo de ingresar en la Orden de Hermanos Menores, se sintió obligado a defender el principado en contra de un adversario y, hombre constante en las desgracias, sufrió larga cárcel, siendo asesinado en una batalla, junto al Aubray. ( 1364)

Fecha de beatificación: 14 de diciembre de 1904 fue aprobado su culto por el Papa San Pío X

Breve Biografía


Carlos de Blois, Duque de Bretaña, nació en 1320, hijo de Guido de Chatillon y de Margarita de Valois, hermana del rey de Francia Felipe VI. A sus dotes físicas e intelectuales unía profundas virtudes cristianas: piedad, humildad y espíritu de sacrificio.

El 4 de junio de 1337 fue dado como esposo a Juana de Penthiève, sobrina del duque de Bretaña y su presunta heredera. Muerto Juan III de Bretaña el 30 de abril de 1341, Carlos, para defender los derechos de su esposa, tuvo que tomar las armas contra Juan de Monfort, hermanastro del difunto, que reivindicaba para sí el ducado. Esta lucha de sucesión, un capítulo de la guerra de los cien años, transformó a Bretaña en un campo de batalla, donde se enfrentaron Francia e Inglaterra, aliadas de los dos partidos contrarios. Carlos, leal caballero, se impuso el deber de combatir, aunque su índole lo hubiera llevado más bien a una vida de contemplación y de oración.

En efecto escribía más tarde: “Mejor hubiera sido si yo fuera Hermano Menor, porque el pueblo de Bretaña no puede tener paz a causa de nuestras luchas y sin embargo yo no puedo hacer nada sin el consejo de los barones”. De 1341 a 1347 la guerra le fue favorable ; en este período aportó para la iglesia de los franciscanos de Guingamp ornamentos suntuosos e hizo construir una capilla real dedicada al obispo San Luis de Anjou. En esta misma iglesia ingresó a la Tercera Orden Franciscana Seglar, esforzándose toda su vida en seguir la regla y espiritualidad franciscanas.

El 20 de junio de 1347 cayó prisionero en la batalla de la Roche? Derrien. Entonces padeció una prolongada y dolorosa prisión en Londres de 1348 a 1356. En aquellos años escribió la biografía de su Santo predilecto, San Ivo de Bretaña, cuya canonización había obtenido del Papa.

Liberado de la prisión pudo gozar de una paz relativa. En 1363 volvió a surgir la guerra a pesar de los arbitrajes, y el 29 de septiembre de 1364 Carlos sucumbió en la batalla de Auray. Su cuerpo revestido de cilicio y del hábito franciscano fue inhumado en la iglesia de los franciscanos de Guingamp. De inmediato el pueblo lo veneró como santo : siete años después de su muerte, Juana de Penthiève hizo comenzar las diligencias para su canonización.

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Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Gilet, cerca de la ciudad de Valencia, en España, beato Jaime Mestre Iborra, presbítero de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos y mártir, que derramó su sangre por Cristo durante la persecución religiosa (1936).

Fecha de Beatificación: El 11 de marzo del año 2001, el papa Juan Pablo II beatificó a 233 mártires de la persecución religiosa en España (1936-39).

Breve Biografía


Un total de 12 capuchinos y 5 clarisas recibieron la corona del martirio durante la persecución religosa en España servían al Señor y a la Iglesia viviendo y trabajando en la Comunidad Valenciana.

Los doce capuchinos eran religiosos, sacerdotes y hermanos profesos, pertenecientes a la Provincia de la Preciosísima Sangre de Cristo, de Valencia, y fueron martirizados en diversos lugares de las tierras valencianas, sin hacerles ningún proceso judicial digno de tal nombre, simplemente porque eran religiosos. Todos ellos, de edades diferentes comprendidas entre los 23 y los 80 años, provenían de las distintas fraternidades de la Provincia religiosa, y estaban empeñados en trabajos y apostolados diversos: predicadores, confesores, profesores y formadores, otros empeñados en los trabajos de servicio a la fraternidad y a la gente que se acercaba al convento. El más joven de ellos es el diácono Enrique de Almazora, de 23 años, martirizado en Castellón, y el más anciano el hermano Fidel de Puzol, de 80 años, martirizado en Sagunto.

También las cinco monjas capuchinas pertenecían a monasterios situados en la Comunidad Valenciana: Agullent, Castellón y Valencia, y fueron martirizadas en suelo valenciano.

El Beato Santiago de Rafelbuñol (en el siglo, Santiago Mestre Iborra), sacerdote, nació en Rafelbuñol (Valencia) el 10 de abril de 1909, y fue fusilado en Gilet (Valencia) el 29 de septiembre de 1936. Profesó en la Orden Capuchina el 7 de junio de 1925 y fue ordenado sacerdote en Roma el 26 de marzo de 1932. Obtuvo el grado de doctor en teología por la Universidad Gregoriana de Roma. Ya en su Provincia, fue vicerrector del Seminario Seráfico de Massamagrell. Cuando hubo que cerrar el Seminario, se preocupó de poner a salvo a los seminaristas, y luego se refugió en su casa paterna de Rafelbuñol. El 26 de septiembre de 1936 fue arrestado. Se había presentado espontáneamente ante el Comité ofreciéndose a cambio de la libertad de sus ocho hermanos y su padre. En la cárcel oyó en confesión a todos. La noche del 28 al 29 fue fusilado junto con sus ocho hermanos y el padre.
 

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Jesuita Lego y Mártir

Martirologio Romano: En Ossernenon, pasión de san Renato Goupil, mártir, que, médico y cooperador con san Isaac Jogues, fue asesinado a golpes de hacha por un nativo (1642).

Fecha de beatificación: 21 de junio de 1925 por el papa Pío XI
Fecha de canonización: Por S.S. Pío XI el 29 de junio de 1930, junto con otros siete mártires del Canadá.

Breve Biografía


San René Goupil, nació en Anjou (Francia) el 15 de mayo de 1608 y murió el 29 de septiembre de 1642 en Ossernenon (cerca de Nueva York, E.E.U.U.). Es un Santo Mártir jesuita y primer mártir en EE.UU.

Fue bautizado en St-Martin-du-Bois cerca a Angers, Francia el 15 de mayo de 1608. Trabajó como voluntario en hospitales de Quebec junto a los jesuitas, considerándosele un "donado" (persona que, previas fórmulas rituales, ha entrado por sirviente en una orden o congregación religiosa, y asiste en ella con cierta especie de hábito religioso, pero sin hacer profesión).

En 1642 viajó a las misiones de los hurones. Estuvo trabajando en Nueva York con San Isaac Jogues. Fue capturado por los iroqueses y torturado.

Los iroqueses habían desencadenado desde 1642 una guerra implacable, armados por los colonos holandeses establecidos en Nueva Amsterdam, la factoría de la desembocadura del río Hudson (más tarde Nueva York). Las tribus algonquinas y huronesas, aliadas de los franceses, padecieron un feroz ataque. Bajo la amenaza que se cernía, el padre Jogues se ofreció a llevar un mensaje a Quebec desde la misión de Santa María. La flotilla en que viajaba fue capturada por los iroqueses y el padre Jogues y el hermano Renato Goupil, que le acompañaba, quedaron prisioneros.

Goupil perdió la vida el 29 de septiembre de 1642, a manos de un mohawk, furioso porque René ha hecho la señal de la cruz en la frente de su hijo, descarga con todas sus fuerzas, sobre la cabeza del jesuita, el tomahawk, o hacha de guerra. Esto ocurrió cerca de Aviesville, Nueva York.

Es el patrón de los anestesistas.

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Por: . | Fuente: Santiebeati.it

Obispo

Martirologio Romano: En la ciudad de Karadzar, cerca de Karaganda, en Kazajstán, beato Nicetas Budka, primer obispo en Canadá al frente de fieles católicos de rito bizantino, que en tiempos de régimen hostil a Dios, fue deportado a un campo de concentración, donde perseveró en la fe arrostrando, por amor a Cristo, la muerte con fortaleza de ánimo ante todas las adversidades (1949).

Fecha de beatificación: Mykyta Budka fue beatificado por Juan Pablo II el 27 de junio de 2001, junto con otras 24 víctimas del régimen soviético de nacionalidad ucraniana.

Mykyta Budka nació el 7 de junio de 1877 en la ciudad ucraniana de Drobomirka, en la región de Zbaraz. En 1905, después de haber cumplido sus estudios teológicos en Viena e Innsbruck, recibe la ordenación presbiteral en ceremonia presidida por el metropolita Andrej Sheptytsky. Siete años después, el 14 de octubre de 1912 fue consagrado obispo a Lviv (Leopoli) y recibe de la Santa Sede el nombramiento a primeros Exarca Apostólico de los católicos ucranianos -es decir de aquellos que siguen el rito bizantino- en Canadá. En 1928 regresó a su patria, nombrado obispo auxiliar en Lviv para los Ucraniano.

Las autoridades del régimen comunista hicieron arrestar a Mykyta Budka el 11 de abril de 1945 y le fue infligida una condena a ocho años de dura reclusión. Fue deportado entonces al gulag de Karadzar, cerca de Karagandà en Kazakistan, dónde soportó por amor de Cristo toda adversidad, perseverando en la fe con ánimo fuerte hasta a la muerte, la que ocurrido el 28 de septiembre de1949.

El grupo beatificado está integrado por:

Mykolay Charneckyj, Obispo, 2 abril
Josafat Kocylovskyj, Obispo, 17 noviembre
Symeon Lukac, Obispo, 22 agosto
Basilio Velyckovskyj, Obispo, 30 Junio
Ivan Slezyuk, Obispo, 2 diciembre
Mykyta Budka, Obispo, 28 septiembre
Gregorio (Hryhorij) Lakota, Obispo, 5 noviembre
Gregorio (Hryhorij) Khomysyn, Obispo, 28 diciembre
Leonid Fedorov, Sacerdote, 7 marzo
Mykola Konrad, Sacerdote, 26 junio
Andrij Iscak, Sacerdote, 26 junio
Román Lysko, Sacerdote, 14 octubre
Mykola Cehelskyj, Sacerdote, 25 mayo
Petro Verhun, Sacerdote, 7 febrero
Alejandro (Oleksa) Zaryckyj, Sacerdote, 30 octubre
Klymentij Septyckyj, Sacerdote, 1 mayo
Severijan Baranyk, Sacerdote, 28 junio
Jakym Senkivskyj, Sacerdote, 28 junio
Zynovij (Zenón) Kovalyk, Sacerdote, 30 junio
Vidal Vladimir (Vitalij Volodymyr) Bajrak, Sacerdote, 16 Mayo
Ivan Ziatyk, Sacerdote, 17 mayo
Tarsicia (Olga) Mackiv, Monja, 18 Julio
Olympia (Olha) Bidà, Suora, 28 enero
Laurentia (Leukadia) Harasymiv, Monja, 26 agosto
Volodymyr Pryjma, Laico, 26 Junio
(las fechas indicadas corresponden a las de su martirio)

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Mártir

Martirologio Romano: San Wenceslao, mártir, duque de Bohemia, que, educado por su abuela santa Ludmila en sabiduría divina y humana, fue severo consigo, pacífico en la administración del reino y misericordioso para con los pobres, redimiendo para ser bautizados a esclavos paganos que estaban en Praga para ser vendidos. Después de sufrir muchas dificultades en gobernar a sus súbditos y formarles en la fe, traicionado por su hermano Boleslao fue asesinado por sicarios en la iglesia de Stara Boleslav, en Bohemia (929/935).

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.

Breve Biografía


Hijo del rey de Bohemia, Ratislav, el joven príncipe nació en el 907 cerca de Praga. Su abuela, Santa Ludimila, se encargó de la educación de su nieto, inculcándole siempre el amor y servicio al Padre Celestial. Cuando era todavía muy joven, el santo perdió a su padre en una de las batallas contra los magiares; su madre asumió el poder e instauró -bajo la influencia de la nobleza pagana- una política anticristiana y secularista, que convirtió al pueblo en un caos total. Ante esta terrible situación, su abuela trató de persuadir al príncipe para que asumiese el trono para salvarguardia del cristianismo, lo que provocó que los nobles la asesinaran al considerarla una latente amenaza para sus intereses.


Sin embargo, por desconocidas circunstancias, la reina fue expulsada del trono, y Wenceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo, y como primera medida, anunció que apoyaría decididamente a la Ley de la Iglesia de Dios. Instauró el orden social al imponer severos castigos a los culpables de asesinato o de ejercer esclavitud y además gobernó siempre con justicia y misericordia.

Por oscuros intereses políticos, Boleslao -que ambicionaba el trono de su hermano-, invitó a Wenceslao a su reino para que participara de los festejos del santo patrono y al terminar las festividades, Boleslao asesinó de una puñalada al santo rey. El pueblo lo proclamó como mártir de la fe, y pronto la Iglesia de San Vito -donde se encuentran sus restos- se convirtió en centro de peregrinaciones. Ha sido proclamado como patrón del pueblo de Bohemia y hoy su devoción es tan grande que se le profesa también como Patrono de Checoslovaquia.

¡Felicidades a los Venceslaos!

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Archciócesis de Madrid

El joven príncipe, que nació en Bohemia hacia el año 907, personifica el ideaI del héroe nacional, valientemente comprometido en la promoción cultural y religiosa del pueblo eslavo.

Cuando se derrumbó el reino moravio, en el 895 los príncipes bohemios, entrando en el juego diplomático de las potencies de ese entonces, se aliaron con el fuerte reino franco, y adoptando los principios de las antiguas civilizaciones comenzaron el proceso de europeización de los Estados de Europa central.


Lider de esta política de visión hacia el futuro fue el joven duque de Bohemia, Wenceslao. El había sido educado cristianamente por la abuela Ludmila, venerada como santa. Tan pronto tuvo la edad requerida, sucedió al padre después de la breve regencia de la madre Draomira. Mujer intrigante, Draomira prefería al segundo hijo, Boleslao, y fomentó con todos los medios a su alcance la rivalidad entre los dos, hasta el punto de llevar al segundo a mancharse con el grave delito del fratricidio.

En la mañana del 28 de septiembre del 935, mientras Wenceslao salía de case para ir a Misa, Boleslao, que lo esperaba en un lugar solitario con un grupo de cómplices, le saltó encima para herirlo por la espalda. El joven rey, que todavía no tenía treinta años, detuvo el golpe y echó mano a su espada, pero cuando se dio cuenta que el asesino era su hermano bajó el arma, murmurando: “Podría matarte, pero la mano de un siervo de Dios no debe mancharse con el fratricidio”. Fue asesinado por los sicarios de Boleslao.

Este ejemplarísimo príncipe cristiano anteponía sus deberes religiosos a los de soberano, hasta el punto de llegar tarde a una importante asamblea de Worms, convocada por el emperador Otón, porque estaba en Misa. No era raro ver al joven rey mezclado con los otros fieles, con los pies descalzos, durante las procesiones penitenciales. Impuso a su cuerpo la dura disciplina del cilicio y las diarias mortificaciones.


Fue considerado como un rey renunciatario por haber buscado la alianza con los poderosos francos limítrofes, pero el mismo hermano Boleslao, que le sucedió, después de haberlo mandado asesinar, comprendió esa política realistica y la siguió. Boleslao comprendió el error de valoración respecto de su hermano, hacia quien la devoción popular creció de día en día, por los prodigios que se obraban sobre la tumba del mártir, venerado inmediatamente como santo, el primero de los pueblos eslavos.

Oración
Dios nuestro,
que impulsaste al santo mártir Wenceslao
a anteponer el reino de los cielos a un reino terrenal,
concédenos, por su intercesión
que tengamos valor para dejar lo que nos impida unirnos a ti de todo corazón.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén

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Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01

Abadesa

Martirologio Romano: En Maguncia, de la Renania, en Austrasia (hoy Alemania), santa Leoba, virgen, la cual, pariente de san Bonifacio, fue llamada por él desde Inglaterra a Germania y presidió el monasterio, a orillas de Tauber, donde con la palabra y el testimonio condujo a las siervas de Dios por el camino de la perfección (c. 782).
La participación activa de las monjas y hermanas religiosas en las misiones extranjeras se ha extendido y desarrollado tanto en nuestros tiempos, que hemos llegado a considerarlas como una moderna innovación. Por cierto que no hay tal y, aparte de ciertas diferencias de métodos, debidas al desarrollo de las "congregaciones activas sin clausura", nos encontramos con que el mismo sistema de misiones se practicaba ya en las edades sombrías, cuando se iniciaba la evangelización de los bárbaros en Europa. Como ejemplo, basta citar la solicitud de misioneras que hizo San Bonifacio y a la que respondieron Santa Lioba, Santa Tecla, Santa Walburga y otras muchas, desde su tranquila abadía de Wimborne, para trasladarse a las tierras salvajes de los herejes germanos. Lioba pertenecía a una buena familia del Wessex y su madre, Ebba, estaba emparentada con San Bonifacio. Desde niña, Lioba quedó internada en el monasterio de Wimborne, en el Dorsetshire, al cuidado de la abadesa, Santa Tetta. A la muchacha se la había bautizado con el nombre de Thruthgeba, que fue transformado por las gentes que la trataban en Liobgetha (Leofgyth) y abreviado luego a Lioba, que significa "la bien amada", un nombre que cuadraba a maravilla a un ser tan precioso a los ojos de Dios y de los hombres y que su dueña no dejó de usar nunca. Cuando llegó a la mayoría de edad, Lioba decidió permanecer en el monasterio, hizo su profesión y progresó rápidamente en virtud y saber. Su inocencia y su buen sentido servían de ejemplo aun a las monjas de mayor edad y experiencia. Su deleite lo encontraba en la lectura y las devociones.

En el año de 722, San Bonifacio fue consagrado obispo por el Papa San Gregorio II y al momento se le envió a predicar el Evangelio en Sajonia, Turingia y el Hesse. Bonifacio era natural de Crediton, localidad cercana a Wimborne y, cuando las noticias de sus trabajos y sus éxitos entre los germanos llegaron a oídos de las monjas de aquel monasterio, su joven pariente, Lioba, se atrevió a escribirle en estos términos:

"Al muy reverendo Bonifacio, portador de la más alta dignidad y bienamado de Cristo, yo, Liobgetha, a quién él está vinculado por la sangre, la menor de las siervas de Cristo, manda saludos por la salvación eterna.

"Ruego a vuestra bondad que recordéis la amistad que os unía a mi padre, Dynne, cuando morabais los dos en la comarca del oeste. Mi padre murió hace ocho años, y os suplico que no retengáis vuestras oraciones por la salvación de su alma. También recomiendo a vuestra memoria a mi madre, Ebba, que aún vive, pero entre los sufrimientos; ella está emparentada con vos, como bien lo sabéis. Yo soy la hija única de mis padres y, aunque no lo merezco, me gustaría miraros como a mi hermano, puesto que ya confío en vos más que en cualquier otro de mis parientes. Os envío este pequeño regalo [¿Tal vez la misma carta?], no porque sea digno de vuestra consideración, sino sencillamente para que tengáis algo que os recuerde a la pobre de mí y así no me olvidéis aunque estéis tan lejos que mi presente acorte el lazo de verdadero amor entre nosotros para siempre. Os pido, amado hermano, que me ayudéis con vuestras plegarias contra los ataques del enemigo oculto. Os pediré también que, si vuestra bondad os lo dicta, atendáis mi inculta carta y no rehuséis a enviarme a cambio unas cuantas amables palabras vuestras, que ya desde ahora espero ansiosamente como una muestra de vuestra buena voluntad. He tratado de componer las líneas que siguen, de acuerdo con las reglas del verso, como un ejercicio para mi mínima destreza en la poesía, en lo cual también tengo necesidad de vuestra guía. He aprendido estas artes de mi maestra Edburga, que siempre tiene presente la santa ley divina. ¡Adiós! ¡Qué viváis muchos años muy feliz y que roguéis siempre por mi!

Arbiter omnipotens, solus qui cuncta creavit
in regno Patris semper qui lumine fulget
qua iugiter flagrana, sic regnat gloria Christi,
illaesum servet semper te iure perenni.
(El Supremo Hacedor omnipotente quiera,
desde el esplendor de su reino eterno
do mora Cristo, gloria del divino Verbo,
conservaros en salud imperecedera.)
No dejó Bonifacio de sentirse conmovido por una misiva tan tierna y mantuvo una larga correspondencia con las monjas de Wimborne, hasta el año de 748, cuando escribió a la abadesa Santa Tetta para rogarle que le enviase a Lioba, junto con otras compañeras, para establecer algunos monasterios y centros de religión para mujeres en la naciente Iglesia de Alemania. En seguida respondió la abadesa a la solicitud y envió a las tierras de herejes unas treinta monjas, entre las que figuraban Santa Lioba, Santa Tecla y Santa Walburga. Todas se reunieron con San Bonifacio en Mainz y éste puso a Lioba al frente de la comunidad y la instaló en un monasterio que fue llamado Bischofsheim, es decir, "Casa del Obispo", por lo que puede suponerse que Bonifacio cedió su residencia a las monjas. Bajo la dirección de Lioba, el convento se pobló rápidamente y de él salieron las monjas para ocupar otras casas que la propia Lioba fundó en Alemania.

Un monje de Fulda, llamado Rodolfo, quien escribió un relato sobre la vida de la santa antes de que hubiesen transcurrido sesenta años desde su muerte, según los testimonios de cuatro de las monjas de su convento, afirma que todas las casas de religiosas en aquella parte de Alemania, solicitaban una monja de Bischofsheim para que las guiase. La propia Lioba, entregada totalmente a su trabajo, parecía haberse olvidado de Wessex y de sus gentes. Su belleza era notable: tenía el rostro "como el de un ángel", siempre plácido y sonriente, aunque rara vez se la oía reír. Nadie la vio jamás de mal humor, ni la oyó decir una palabra dura; su paciencia y su inteligencia eran tan amplias como su bondad. Se dice que la copa en que bebía era la más pequeña de todas y ese dato nos da la pauta para afirmar que se entregaba a ayunos y austeridades, en una comunidad sujeta a las reglas de San Benito, donde no se comía más que dos veces diarias. Todas las monjas practicaban los trabajos manuales, ya fuera en la cocina, el comedor, el huerto o los quehaceres domésticos y, al mismo tiempo, recibían lo que ahora se llamaría una "educación superior"; todas aprendían latín, y el salón destinado a la escritura estaba siempre ocupado. Lioba no toleraba las penitencias excesivas, como privarse del sueño, e insistía en que todas descansasen al medio día, como lo mandaba la regla. Ella misma se recostaba durante aquel período, mientras alguna de las novicias le leía un pasaje de la Biblia y, si acaso parecía que la madre abadesa se había dormido y la lectora descuidaba un tanto su tarea, no pasaba un instante sin que Lioba abriese los ojos y la boca para corregirla. Tras el descanso, Lioba dedicaba dos horas para charlas con cualquiera de las hermanas que quisiese hablar con ella. Todas estas actividades estaban al margen del deber principal de la oración pública, la adoración a Dios y la asistencia a los sacerdotes que trabajaban en la misión junto con ellas. Existe todavía una carta de San Bonifacio dirigida a "las muy reverendas y muy amadas hermanas Lioba, Tecla, Cienhilda y las que moran con ellas", para pedirles que continúen la práctica de orar constantemente. La fama de Santa Lioba se había extendido por todas partes; los vecinos acudían a ella cuando les amenazaba el peligro de incendio, la tempestad o la enfermedad, y los hombres responsables en los asuntos de la Iglesia y del Estado le pedían consejo.

En el año de 754, antes de que San Bonifacio emprendiese su viaje misionero a Frieslandia, recibió una conmovedora despedida por parte de Lioba, a quien recomendó encarecidamente a San Lull, el monje de Malmesbury que fue su sucesor en la sede episcopal, lo mismo que a todos sus monjes de Fulda, mandándoles que cuidaran de ella con todo respeto y honor. En aquella ocasión, San Bonifacio manifestó su deseo de que, cuando Lioba muriese, fuera enterrada en su tumba, de manera que sus cuerpos aguardasen juntos la resurrección y se levantasen juntos para ir al encuentro del Señor y estar así eternamente unidos en el reino de Su amor. Después del martirio de San Bonifacio, Lioba visitaba con mucha frecuencia su tumba en la abadía de Fulda y, por dispensa especial, se le permitió algunas veces entrar en la abadía para asistir a ceremonias y conferencias en honor de su santo pariente. Cuando Lioba era ya muy anciana, después de haber gobernado a Bischofsheim durante veintiocho años, hizo visitas de inspección a todos los conventos que estaban a su cuidado renunció a su cargo de abadesa y fue a residir al monasterio de Schónersheim a seis kilómetros de Mainz. Su amiga, la Beata Hildegarda, esposa de Cario-magno, la invitó con tanta insistencia a la corte de Aachen, que no pudo negarse a ir, pero su estadía fue breve, porque insistió, a su vez, en regresar a su soledad. Al despedirse de la reina con muchos abrazos y besos, le dijo: "¡Adiós parte preciosa de mi alma! Cristo, nuestro Creador y Redentor, quiera otorgarnos la gracia de volver a vernos, sin peligro de confundir los rostros, en el claro día del juicio final, porque en esta vida no volveremos a mirarnos". Así fue, porque Santa Lioba murió pocos días después de haber regresado de la corte y fue sepultada en la iglesia de la abadía de Fulda, no en la misma tumba de San Bonifacio, porque los monjes temían perturbar sus reliquias, pero junto a ella, en el lado norte del altar mayor. A Santa Lioba se la menciona en el Martirologio Romano y su fiesta se celebra en varias partes de Alemania.

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Religiosa y Mártir

Martirologio Romano: En Gilet, en la provincia de Valencia, España, beatas mártires Francisca Javier (María Fenollosa Alcayna), religiosa de la Tercera Orden de Capuchinas de la Sagrada Familia, y Herminia Martínez Amigó, madre de familia, que confirmaron con su sangre su fidelidad al Señor durante la misma persecución religiosa. ( 1936)

Fecha de beatificación: 11 de marzo de 2001, integrando el grupo de 233 mártires de España, beatificados por S.S. Juan Pablo II

Breve Biografía


La Beata Francisca Javier de Rafelbuñol (en el siglo, María Fenollosa Alcayna). Nació en Rafelbuñol (Valencia) el año 1901, hija de José Fenollosa y María Rosa Alcayna, campesinos terciarios franciscanos. Eran 10 hijos, familia cristiana, piadosa.

Estudió en la escuela del pueblo;  devota de la Sma. Virgen, perteneció a la Asociación de las Hijas de María, a diario rezaba el Rosario y leía el Evangelio, en medio de sus ocupaciones domésticas. Para hacerse religiosa debió vencer la oposición de su madre, que la consideraba su brazo derecho en el hogar. Ingresó en la Congregación de Hermanas Terciarias Capucuhinas en 1921, profesó en 1924. y en 1928 hizo los votos perpetuos.

Estuvo destinada en las fraternidades de Altura (Castellón), Meliana, Benaguacil y Massamagrell (Valencia); Enseñaba música a las niñas de la casa-familia y al mismo tiempo era maestra de novicias. Afable, simpática, alegre y devota. Se distinguía por su prudencia, ecuanimidad, simplicidad y humildad. Respetuosa de todos y de iniciativa. Cuidadosa en el cumplimiento de sus deberes, dada a la oración silenciosa, devota de la Eucaristía y de la Sma. Virgen. Aprovechaba las vacaciones en familia para hacer algún apostolado entre los jóvenes.

Fue estando en Massamagrell que la sorprendió la guerra civil española. El 20 de julio de 1936 tuvo que dejar el convento y cobijarse en su casa paterna. Localizada, la obligaron a hacer las faenas en la casa del Comité, hasta que, el 27 de septiembre de 1936, fue detenida y asesinada en el cementerio de Gilet (Valencia), junto con la beata Herminia Martínez Amigó. «Que Dios os perdone como yo os perdono», le oyó decir quien se disponía a darle el tiro de gracia.

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Presbítero Dominico

Martirologio Romano: En la ciudad de Pistoia, de la región de la Toscana, en Italia, beato Lorenzo de Ripafratta, presbítero de la Orden de Predicadores, que vivió fielmente durante sesenta años la vida regular con dedicación asidua a la pastoral sacramental de la Penitencia (1456).

Fecha de beatificación: El Papa Pío IX confirmó su culto el 4 de abril de 1851.

Breve Biografía


Los biógrafos del Beato Lorenzo no consignan el lugar preciso de su nacimiento, pero por su nombre se puede suponer que fue en Ripafratta, en la región toscana de Italia, cerca de Pisa (Italia). Se desconocen datos fidedignos de su vida, anteriores a su incorporación a la orden de predicadores en Pisa siendo diácono.

En 1396, se le designó prior, cargo en el cual destacó por el impulso que dio a la reforma de la orden. Fue maestro de novicios y de teología en el convento de Cortona; sobresalió como director espiritual y brillante predicador. Sin temor a ser contagiado, auxilió a enfermos durante la plaga que azotó a las ciudades de Pistoia y Fabriano.

Por su sapiencia, el pueblo lo llamaba el Arca de la Ciencia. Dio ejemplo a sus hermanos de congregación y feligreses con su vida de oración, ayuno, penitencia y devoción. Sufrió una herida en la pierna, la cual dolorosamente le acompañó el resto de su vida. Por el ejemplo de su silencioso y paciente sufrimiento —el cual ofreció a Dios—, se incrementaron la admiración y el cariño de los religiosos y del pueblo. Amado por su comunidad, falleció en Pistoia, donde aún se venera su cuerpo.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

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Hermanos Franciscanos

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