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SAN PÍO X

PAPA




Memoria del papa san Pío X, que fue sucesivamente sacerdote con cargo parroquial, obispo de Mantua y después patriarca de Venecia. Finalmente, elegido Sumo Pontífice, adoptó una forma de gobierno dirigida a instaurar todas las cosas en Cristo, que llevó a cabo con sencillez de ánimo, pobreza y fortaleza, promoviendo entre los fieles la vida cristiana por la participación en la Eucaristía, la dignidad de la sagrada liturgia y la integridad de la doctrina (1914).

Etimología: Pío = piadoso. Viene de la lengua latina.

Giuseppe Melchiorre Sarto, quien luego sería el Papa Pío X nació el 2 de Junio de 1835 en Riese, provincia de Treviso, en Venecia. Sus padres fueron Giovanni Battista Sarto y Margarita Sanson. Su padre fue un cartero y murió en 1852, pero su madre vivió para ver a su hijo llegar a Cardenal. Luego de terminar sus estudios elementales, recibió clases privadas de latín por parte del arcipreste de su pueblo, Don Tito Fusarini, después de lo cual estudió durante cuatro años en el gimnasio de Castelfranco Veneto, caminando de ida y vuelta diariamente. 

En 1850 recibió la tonsura de manos del Obispo de Treviso y obtuvo una beca de la Diócesis de Treviso para estudiar en el seminario de Padua, donde terminó sus estudios filosóficos, teológicos y de los clásicos con honores. Fue ordenado sacerdote en 1858, y durante nueve años fue capellán de Tómbolo, teniendo que asumir muchas de las funciones del párroco, puesto que éste ya era anciano e inválido. Buscó perfeccionar su conocimiento de la teología a través de un estudio asiduo de Santo Tomás y el derecho canónico; al mismo tiempo estableció una escuela nocturna para la educación de los adultos, y siendo él mismo un ferviente predicador, constantemente era invitado a ejercer este ministerio en otros pueblos. 

En 1867 fue nombrado arcipreste de Salzano, un importante municipio de la Diócesis de Treviso, en donde restauró la iglesia y ayudó a la ampliación y mantenimiento del hospital con sus propios medios, en congruencia con su habitual generosidad hacia los pobres; especialmente se distinguió por su abnegación durante una epidemia de cólera que afectó a la región. Mostró una gran solicitud por la instrucción religiosa de los adultos. En 1875 creó un reglamento para la catedral de Treviso; ocupó varios cargos, entre ellos, el de director espiritual y rector del seminario, examinador del clero y vicario general; más aún, hizo posible que los estudiantes de escuelas públicas recibieran instrucción religiosa. En 1878, a la muerte del Obispo Zanelli, fue elegido vicario capitular. El 10 de Noviembre de 1884 fue nombrado Obispo de Mantua, en ese entonces una sede muy problemática, y fue consagrado el 20 de Noviembre. Su principal preocupación en su nuevo cargo fue la formación del clero en el seminario, donde, por varios años, enseñó teología dogmática y, durante un año, teología moral. Deseaba seguir el método y la teología de Santo Tomás, y a muchos de los estudiantes más pobres les regaló copias de la “Summa Theologica”; a la vez, cultivó el Canto Gregoriano en compañía de los seminaristas. La administración temporal de la sede le impuso grandes sacrificios. En 1887 celebró un sínodo diocesano. Mediante su asistencia en el confesionario, dio ejemplo de celo pastoral. La Organización Católica de Italia, conocida entonces como la “Opera dei Congressi”, encontró en él a un celoso propagandista desde su ministerio en Salzano. En el consistorio secreto celebrado en Junio de 1893, León XIII lo creó Cardenal, con el título de San Bernardo de las Termas; y en el consistorio público, tres días más tarde, fue preconizado Patriarca de Venecia, conservando mientras tanto el título de Administrador Apostólico de Mantua. El Cardenal Sarto fue obligado a esperar dieciocho meses, antes de tomar posesión de su nueva diócesis, debido a que el gobierno italiano se negaba a otorgar el exequatur, reclamando que el derecho de nominación había sido ejercido por el Emperador de Austria. Este asunto fue tratado con amargura en periódicos y panfletos; el Gobierno, a manera de represalia, rehusó extender el exequatur a los otros obispos que fueron nombrados durante este tiempo, por lo que el número de sedes vacantes creció a treinta. Finalmente, el ministro Crispi, habiendo regresado al poder, y la Santa Sede, habiendo elevado la misión de Eritrea a la categoría de Prefectura Apostólica en atención a los Capuchinos Italianos, motivaron al Gobierno a retractarse de su posición original. Esta oposición no fue causada por ninguna objeción contra la persona de Sarto. En Venecia el cardenal encontró un estado de cosas mucho mejor que el que había hallado en Mantua. También allí puso gran atención en el seminario, donde logró establecer la facultad de derecho canónico. En 1898 celebró el sínodo diocesano. Promovió el uso del Canto Gregoriano y fue gran benefactor de Lorenzo Perosi; favoreció el trabajo social, especialmente los bancos en las parroquias rurales; se dio cuenta de los peligros que entrañaban ciertas doctrinas y conductas de algunos Cristiano-Demócratas y se opuso enérgicamente a ellas. El Congreso Eucarístico Internacional de 1897, en el centenario de San Gerardo Sagredo (1900), la bendición de la primera piedra del nuevo campanario de San Marcos y la capilla conmemorativa en el Monte Grappa (1901) fueron eventos que dejaron una profunda impresión en él y en su gente. A la muerte de León XIII, los cardenales se reunieron en cónclave y, después de varias votaciones, Giuseppe Sarto fue elegido el 4 de Agosto al obtener 55 de 60 votos posibles. Su coronación tuvo lugar el siguiente Domingo, 9 de Agosto de 1903.

En su primera Encíclica, deseando revelar hasta cierto punto su programa de trabajo, mencionó el que sería el lema de su pontificado: “instaurare omnia in Christo” (Ef 1,10). En consecuencia, su mayor atención giró siempre sobre la defensa de los intereses de la Iglesia. Pero ante todo, sus esfuerzos también se dirigieron a promover la piedad entre los fieles, y a fomentar la recepción frecuente de la Sagrada Comunión, y, si era posible, hacerla diariamente (Decr. S. Congr. Concil., 20 de Diciembre, 1905), dispensando a los enfermos de la obligación de ayunar para poder recibir la Sagrada Comunión dos veces al mes, o incluso más (Decr. S. Congr. Rit., 7 de Diciembre, 1906). Finalmente, mediante el Decreto “Quam Singulari” (15 de Agosto, 1910), recomendó que la Primera Comunión en los niños no se demorara demasiado tiempo después de que alcanzaran la edad de la discreción. Fue por deseo suyo que el Congreso Eucarístico de 1905 se celebró en Roma, mientras que aumentó la solemnidad de los congresos Eucarísticos posteriores mediante el envío de cardenales legados. El quincuagésimo aniversario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción fue una ocasión que supo aprovechar para impulsar la devoción a María (Encíclica “Ad illum diem”, Febrero 2,1904); y el Congreso Mariano junto con la coronación de la imagen de la Inmaculada Concepción en el coro de la Basílica de San Pedro fueron una digna culminación de la solemnidad. Fuera como simple capellán, como obispo, y como patriarca, Giuseppe Sarto fue siempre un promotor de la música sacra; como Papa publicó, el 22 de Noviembre de 1903, un Motu Proprio sobre música sacra en las iglesias, y, al mismo tiempo, ordenó que el auténtico Canto Gregoriano se utilizara en todas partes, mientras dispuso que los libros de cantos se imprimieran con el tipo de fuente del Vaticano bajo la supervisión de una comisión especial. En la Encíclica “Acerbo nimis” (Abril 15, 1905), planteó la necesidad de que la instrucción catequética no se limitara a los niños, sino que también fuera dirigida hacia los adultos, dando para ello reglas detalladas, especialmente en lo referente a escuelas adecuadas para la impartición de la instrucción religiosa a los estudiantes de escuelas públicas, y aun de universidades. Promovió la publicación de un nuevo catecismo para la Diócesis de Roma.

Como obispo, su principal preocupación había sido la formación del clero, y de acuerdo con este propósito, una Encíclica dirigida al Episcopado Italiano (Julio 28, 1906) hacía énfasis en la necesidad de tener mayor cuidado en la ordenación de sacerdotes, llamando la atención de los obispos sobre el hecho de que, entre los clérigos más jóvenes, se manifestaba cada vez con mayor frecuencia un espíritu de independencia que era una amenaza para la disciplina eclesiástica. En beneficio de los seminarios italianos, ordenó que fueran visitados regularmente por los obispos, y promulgó un nuevo programa de estudios que había estado en uso en el Seminario Romano. Por otra parte, como las diócesis del Centro y Sur de Italia eran tan pequeñas que sus seminarios respectivos no podían prosperar, Pío X estableció el seminario regional, que es común para las sedes de una región dada; en consecuencia, muchos seminarios, pequeños y deficientes, fueron cerrados.

Para una mayor eficacia en la asistencia a las almas, a través de un Decreto de la Sagrada Congregación del Consistorio (Agosto 20, 1910), promulgó instrucciones concernientes a la remoción de párrocos como un acto administrativo, cuando tal procedimiento requería de graves circunstancias que podían no constituir una causa canónica para la destitución. Con motivo de la celebración del jubileo de su ordenación sacerdotal, dirigió una carta llena de afecto y prudentes consejos a todo el clero. Por un Decreto reciente (Noviembre 18, 1910), el clero había sido impedido de tomar parte en la administración temporal de organizaciones sociales, lo cual era causa frecuente de graves dificultades.

Pero por sobre todas las cosas, la principal preocupación del Papa era la pureza de la fe. En varias ocasiones, como en la Encíclica con respecto al centenario de San Gregorio Magno, Pío X resaltaba los peligros de ciertos métodos teológicos nuevos, los cuales, basándose en el Agnosticismo y el Immanentismo, por fuerza suprimían la doctrina de la fe de sus enseñanzas de una verdad objetiva, absoluta e inmutable, y más aun cuando estos métodos se asociaban con una crítica subversiva de las Sagradas Escrituras y de los orígenes del Cristianismo. Por esta razón, en 1907, publicó el Decreto “Lamentabili” (llamado también el Syllabus de Pío X), en el que sesenta y cinco proposiciones modernistas fueron condenadas. La mayor parte de estas se referían a las Sagradas Escrituras, su inspiración y la doctrina de Jesús y los Apóstoles, mientras otras se relacionaban con el dogma, los sacramentos, la primacía del Obispo de Roma. Inmediatamente después de eso, el 8 de Septiembre de 1907, apareció la famosa Encíclica “Pascendi”, que exponía y condenaba el sistema del Modernismo. Este documento hace énfasis sobre el peligro del Modernismo en relación con la filosofía, apologética, exégesis, historia, liturgia y disciplina, y muestra la contradicción entre esa innovación y la fe tradicional; y, finalmente, establece reglas por las cuales combatir eficazmente las perniciosas doctrinas en cuestión. Entre las medidas sugeridas cabe señalar el establecimiento de un cuerpo oficial de “censores” de libros y la creación de un “Comité de Vigilancia”. Posteriormente, mediante el Motu Proprio “Sacrorum Antistitum”, Pío X llamó la atención en los interdictos de la Encíclica y las disposiciones que habían sido establecidas previamente bajo el pontificado de León XIII sobre la predicación, y sancionó que todos aquellos que ejercieran el sagrado ministerio o quienes enseñaran en institutos eclesiásticos, así como canónigos, superiores del clero regular, y aquellos que servían en oficinas eclesiásticas, deberían tomar un juramento en el que se comprometían a rechazar los errores que eran denunciados en la Encíclica o en el Decreto “Lamentabili”. Pío X retomó este asunto vital en otras ocasiones, especialmente en las Encíclicas que fueron escritas en conmemoración de San Anselmo (Abril 21, 1909) y de San Carlos Borromeo (Junio 23, 1910), en la segunda de las cuales el Modernismo Reformista fue especialmente condenado. Como el estudio de la Biblia es, a la vez, el área más importante y más peligrosa de la teología, Pío X deseaba fundar en Roma un centro especial para esos estudios, que les diera la garantía inmediata de una ortodoxia incuestionable y un valor científico; en consecuencia, y con el apoyo de todo el mundo católico, se estableció el Pontificio Instituto Bíblico de Roma, bajo la dirección de los jesuitas. 

Una necesidad sentida durante mucho fue la de codificar la Ley Canónica, y con la intención de llevarla a cabo, el 19 de Marzo de 1904, Pío X creó una congregación especial de cardenales, de la que Gasparri, convertido en cardenal, sería el secretario. Las más eminentes autoridades en derecho canónico de todo el mundo, colaboraron en la formación del nuevo código, algunas de cuyas prescripciones ya habían sido publicadas, como por ejemplo, las modificaciones a la ley del Concilio de Trento en lo referente a los matrimonios secretos, las nuevas reglas para las relaciones diocesanas y para las visitas episcopales ad limina, y la nueva organización de la Curia Romana (Constitución “Sapienti Consilio”, Junio 29, 1908). Anteriormente, las Congregaciones para las Reliquias e Indulgencias y de Disciplina habían sido suprimidas, mientras que la Secretaría de Asuntos Menores había sido unida a la Secretaría de Estado. La característica del nuevo reglamento es la completa separación de los aspectos judiciales de los administrativos; mientras que las funciones de algunos departamentos habían sido determinadas con mayor precisión y sus trabajos más equilibrados. Las oficinas de la Curia se dividieron en Tribunales (3), Congregaciones (11), y Oficinas (5). Con respecto a los primeros, el Tribunal de Signatura (constituido exclusivamente por cardenales) y el de la Rota fueron revividos; al Tribunal de la Penitenciaría le fueron dejados únicamente los casos del fuero interno (conciencia). Las Congregaciones permanecieron casi como estaban al principio, con la excepción de que una sección especial fue agregada al Santo Oficio de la Inquisición para las indulgencias; la Congregación de Obispos y Regulares recibió el nombre de Congregación de Religiosos y tendría que tratar únicamente los asuntos de las congregaciones religiosas, mientras los asuntos del clero secular serían derivados a la Congregación del Consistorio o a la del Concilio; de este último fueron retirados los casos matrimoniales, los cuales serían ahora enviados a los tribunales o a la recientemente creada Congregación de los Sacramentos. La Congregación del Consistorio aumentó grandemente su importancia debido a que tendría que decidir sobre cuestiones que eran competencia de las otras Congregaciones. La Congregación de Propaganda perdió mucho de su territorio en Europa y América, donde las condiciones religiosas habían comenzado a estabilizarse. Al mismo tiempo, fueron publicadas las reglas y regulaciones para empleados, y aquellas para los diferentes departamentos. Otra Constitución reciente presenta una relación de las sedes suburbicarias.

La jerarquía Católica incrementó grandemente su número durante los primeros años del pontificado de Pío X, en los que se crearon veintiocho nuevas diócesis, la mayoría en los Estados Unidos, Brasil y las Islas Filipinas; también una abadía nullius, 16 vicariatos Apostólicos y 15 prefecturas Apostólicas.

León XIII llevó la cuestión social dentro del ámbito de la actividad eclesial; Pío X también deseó que la Iglesia cooperara, o, mejor aún, desempeñara un papel de liderazgo en la solución de la cuestión social; sus puntos de vista en esta materia fueron formulados en un syllabus de diecinueve proposiciones, tomadas de diferentes Encíclicas y otras Actas de León XIII, y publicadas en un Motu Proprio (Diciembre 18, 1903), especialmente para la orientación en Italia, donde la cuestión social era un asunto espinoso a principios de su pontificado. Buscó especialmente reprimir ciertas tendencias que se inclinaban hacia el Socialismo y promovían un espíritu de insubordinación a la autoridad eclesiástica.

Como resultado del aumento constante de divergencias, la “Opera dei Congressi”, la asociación Católica más grande de Italia, fue disuelta. No obstante, inmediatamente después la Encíclica “Il fermo proposito” (Junio 11, 1905) provocó la formación de una nueva organización, constituida por tres grandes uniones, la Popular, la Económica y la Electoral. La firmeza de Pío X logró la eliminación de, por lo menos, los elementos más discrepantes, posibilitando, ahora sí, una verdadera acción social Católica, aunque subsistieron algunas fricciones. El deseo de Pío X es que la clase trabajadora sea abiertamente Católica, como lo expresó en una memorable carta dirigida al Conde Medolago-Albani. También en Francia, el Sillon, después de un origen prometedor, había dado un giro que lo acercaba a la ortodoxia del extremismo democrático social; y los peligros de esta relación fueron expuestos en la Encíclica “Notre charge apostolique” (Agosto 25, 1910), en la cual los Sillonistas fueron conminados a mantener sus organizaciones bajo la autoridad de los obispos.

En sus relaciones con los Gobiernos, el pontificado de Pío X tuvo que mantener luchas dolorosas. En Francia el papa heredó disputas y amenazas. La cuestión “Nobis nominavit” fue resuelta con la condescendencia del papa; pero en lo referente al nombramiento de obispos propuestos por el Gobierno, la visita del presidente al Rey de Italia, con la consiguiente nota de protesta, y la remoción de dos obispos franceses, deseada por la Santa Sede, se convirtieron en pretextos del Gobierno en París para el rompimiento de las relaciones diplomáticas con la Corte de Roma. Mientras tanto la ley de Separación ya había sido preparada, despojando a la Iglesia de Francia y prescribiendo, además, una constitución para la misma , la cual, si bien no era abiertamente contraria a su naturaleza, por lo menos entrañaba grandes peligros para ella. Pío X, sin prestar atención a los consejos oportunistas de quienes tenían una visión corta de la situación, rechazó firmemente consentir en la formación de las asociaciones cultuales. La separación trajo cierta libertad a la Iglesia de Francia, especialmente en materia de la elección de sus pastores. Pío X, sin buscar represalias, todavía reconoció el derecho francés de protectorado sobre los Católicos en el Este. Algunos párrafos de la Encíclica “Editae Saepe”, escrita en ocasión del centenario de San Carlos Borromeo, fueron mal interpretadas por los Protestantes, especialmente en Alemania, por lo que Pío X elaboró una declaración refutándolos, sin menoscabo a la autoridad de su alto cargo. En ese tiempo (Diciembre, 1910), se temían complicaciones en España, así como la separación y persecución en Portugal, para lo cual Pío X ya había tomado las medidas oportunas. El Gobierno de Turquía envió un embajador ante el Papa. Las relaciones entre la Santa Sede y las repúblicas de América Latina eran buenas. Las delegaciones en Chile y la República Argentina fueron elevadas a la categoría de internunciaturas, y se envió un Delegado Apostólico a Centroamérica.


Naturalmente, la solicitud de Pío X se extendió a su propia estancia, realizando un gran trabajo de restauración en el Vaticano; por ejemplo, en las habitaciones del cardenal-secretario de Estado, el nuevo palacio para los empleados, una nueva galería de pinturas, la Specola, etc. Finalmente, no debemos olvidar su generosa caridad en las calamidades públicas: durante los grandes terremotos de Calabria, pidió la ayuda de todos los Católicos del mundo, logrando reunir, al momento del último sismo, aproximadamente 7’000,000 de francos, que sirvieron para cubrir las necesidades de quienes fueron afectados y para la construcción de iglesias, escuelas, etc. Su caridad no fue menor en ocasión de la erupción del Vesubio y de otros desastres fuera de Italia (Portugal e Irlanda). En pocos años, Pío X obtuvo resultados magníficos y duraderos en interés de conservar la doctrina y disciplina Católicas, aún enfrentando grandes dificultades de todo tipo. Hasta los no Católicos reconocen su espíritu apostólico, su fortaleza de carácter, la precisión de sus decisiones y su búsqueda de un programa claro y explícito.

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Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Lleida (Lérida), Cataluña, España, Beato Juan de Jesús (en el siglo Juan Vilaregut Ferrer ) y 3 compañeros de la Orden de los Carmelitas Descalzos, además de Pau Segalá Solé, sacerdote diocesano, asesinados por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Jaume Perucho Fontarro nació en Corroncui, parroquia de Pinyana, municipio de Pont de Suert (Alta Ribagorça) el 12 de marzo de 1864. Recibió el sacramento del bautismo el mismo día en la iglesia parroquial. Era hijo de Jaume Perucho y de Francesca Fontarro. Fue confirmado el 28 de julio de 1877 en la parroquia de San Gil de Piñana. Con pocos años de edad se queda huérfano de padre, y pocos años después de madre, siendo acogido por una familia acomodada del pueblo. Jovencito, hizo de rabadán de los pastores, y aprendió a leer hacia los 10 años: su inclinación al estudio motivó que fuera a estudiar a Lleida.

En la capital de poniente estudiaba en el Seminario y hacía de monaguillo en la iglesia de las religiosas carmelitas descalzas, donde conoció al P. Antoni Carvi, religioso carmelita descalzo exclaustrado desde la supresión de las órdenes religiosas en 1835.

A los 18 años ingresó en el Carmelo descalzo, y comenzó en 1882 su noviciado en el Desierto de las Palmas. Hizo su profesión religiosa el 30 de agosto de 1883. Comenzó los estudios de Filosofía en el mismo Desierto de las Palmas, y los continuó en Valencia en 1884. Recibió la ordenación sacerdotal el 31 de marzo de 1888. Prosiguió su formación estudiando Moral y Derecho Canónico en Ávila (1890). En 1891 fue destinado al convento de Tarragona. Hacia 1897, cuando era superior de Valencia, fue designado, el mes de octubre, vicario de Tarragona y todavía en diciembre de ese mismo año, presidente de Barcelona. Destinado a las misiones que la Orden tenía en Cuba, estuvo en el convento de Matanzas de 1904 a 1909. Volvió a su país y fue, sucesivamente, conventual de Badalona y Barcelona y Tarragona. En Tarragona ocupó el priorato entre 1923-1927, organizando grupos seglares de jóvenes y adultos con encuentros sobre temas espirituales, y dirigiendo la Cofradía del Niño Jesús de Praga.

A partir de 1927 hará de maestro de novicios, cargo que ocupaba al estallar la guerra civil. Amado por sus novicios, le llamaban cariñosamente "padre pozos y cisternas" por cuanto solucionó la necesidad de agua que tuvieron los conventos de Tarragona y Badalona.

El estallido de la revuelta de 1936 motivó que el prior, P. Pedro de San Elías, Eriz Eguiluz, organizara la salida de los 19 novicios, que repartió por diferentes casas de amigos de la comunidad, y que se desplazaran en tren hacia sus hogares. Los frailes, sin embargo, quedaron en el convento hasta horas antes de la quema de la iglesia.

El P. Silverio se refugió en casa de un amigo suyo, el Dr. Mosén Avellà, al día siguiente en casa de otros amigos y últimamente se alojó en el Hotel Internacional, hasta el día 25 de julio. Durante estos días visitó más de una vez el convento, pensando que aún podría recuperar el dinero de la comunidad. El administrador del hostal le ofreció un dinero para coger el tren en dirección a Lleida. Apenas llegado a Lleida fue detenido el día 27 de julio de 1936, en que ingresó en la cárcel de Lleida. Aún no había pasado un mes, el 20 de agosto, lo sacaron de la prisión, junto con el P. Francisco de la Asunción y Mn. Pablo Segalà. Ante una gran fosa del cementerio de Lleida los fusilaron. En ese mismo día fueron ejecutados 77 religiosos y sacerdotes. Todos fueron enterrados en una fosa común del cementerio de Lleida.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. JUAN VILAREGUT FARRÉ (JUAN DE JESUS)
sacerdote profeso, Carmelita Descalzo
nacimiento: 19 Agosto 1907 en Vic, Barcelona (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Almacelles, Lleida (España)

2. JOSÉ OLIVÉ VIVÓ (BARTOMÉ DE LA PASIÓN)
religioso profeso, Carmelita Descalzo
nacimiento: 14 Septiembre 1894 en Pla de Cabra, Tarragona (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Almacelles, Lleida (España)

3. JAUME PERUCHO FONTARRO (SILVERIO DE SAN LUIS GONZAGA)
sacerdote profeso, Carmelita Descalzo
nacimiento: 12 Marzo 1864 en Corroncuy, Lleida (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

4. FRANCISCO SEGALÀ SOLÉ (FRANCISCO DE LA ASUNCIÓN)
sacerdote profeso, Carmelita Descalzo
nacimiento: 25 Mayo 1912 en Montgay, Urgell, Lleida (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

5. PABLO SEGALÀ SOLÉ
sacerdote de la Diócesis de Urgell
nacimiento: 18 Octobre 1903 en Montgay, Urgell, Lleida (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

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Por: . | Fuente: BisbatLleida.com

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Lleida (Lérida), Cataluña, España, Beato Juan de Jesús (en el siglo Juan Vilaregut Ferrer ) y 3 compañeros de la Orden de los Carmelitas Descalzos, además de Pau Segalá Solé, sacerdote diocesano, asesinados por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Francisco (Francesc en catalán) Segalà Solé nació en Montgai (Noguera), diócesis de Urgell, el 25 de mayo de 1912. Era hijo de Josep Segalà Sorribes y de Cecília Solé Massana. Recibió el bautismo en la iglesia parroquial el 28 de mayo de 1912. Recibió el sacramento de la confirmación el 23 de marzo de 1923, en la parroquia de Penelles.

A los 11 años entra en el seminario de Urgell, pero después de dos cursos de humanidades, conoció durante las vacaciones de verano en el pueblo dos religiosos carmelitas que habían ido a predicar: Silverio de San Luis Gonzaga y Bernat de la Sagrada Familia. Francisco decidió seguir sus estudios en el colegio preparatorio que los carmelitas descalzos tenían en Palafrugell, donde completó los restantes tres años de Humanidades. En 1928, cuando contaba 16 años, inició el noviciado en Tarragona. Hizo su profesión religiosa el 8 de septiembre de 1929. Proseguirá los estudios de Filosofía, que cursa en Badalona durante tres años, y de Teología en Barcelona. Por este tiempo, Francisco se carteaba mucho con su hermano sacerdote Pablo. Fue ordenado sacerdote el 11 de abril de 1936 por el Obispo Irurita, y cantó su primera misa en Montgai el 19 de abril de 1936, siendo destinado a Barcelona.

Tras el asalto al santuario de la Virgen del Carmen, en julio de 1936, salió del convento en compañía del P. Matías Palau, vestidos de laicos. Francisco fue reconocido como religioso por la tonsura. Conducido a la Jefatura de Policía, un buen guardia de asalto le facilitó la liberación. Cuando se vio libre, se dirigió a la clínica del Dr. Llauradó Julià de Sants, ya que estaba hospitalizado el hermano Manuel a causa de una operación quirúrgica, y su madre que lo acompañaba. Una buena familia de la clínica le acogió unos días hasta que a su hermano le dieron el alta médica. La madre y los dos hijos retornaron hacia Montgai. Al llegar a Tàrrega, ya de noche, los detuvieron, pero las acertadas palabras de la madre les dieron la libertad. A primera hora de la mañana, campo a través, llegan al pueblo. Al llegar a Montgai en su casa se reencuentran con su hijo y hermano Pau. Los dos hermanos clérigos hicieron la vida normal en el pueblo, y no se escondieron. Alrededor del 20 de agosto, el comité del pueblo los fue a buscar. Fueron conducidos a Lleida, y fusilados frente al cementerio de Lleida junto con el P. Silverio de San Luis Gonzaga, y otros religiosos, sacerdotes y seglares hasta sumar 77 personas.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. JUAN VILAREGUT FARRÉ (JUAN DE JESUS)
sacerdote profeso, Carmelita Descalzo
nacimiento: 19 Agosto 1907 en Vic, Barcelona (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Almacelles, Lleida (España)

2. JOSÉ OLIVÉ VIVÓ (BARTOMÉ DE LA PASIÓN)
religioso profeso, Carmelita Descalzo
nacimiento: 14 Septiembre 1894 en Pla de Cabra, Tarragona (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Almacelles, Lleida (España)

3. JAUME PERUCHO FONTARRO (SILVERIO DE SAN LUIS GONZAGA)
sacerdote profeso, Carmelita Descalzo
nacimiento: 12 Marzo 1864 en Corroncuy, Lleida (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

4. FRANCISCO SEGALÀ SOLÉ (FRANCISCO DE LA ASUNCIÓN)
sacerdote profeso, Carmelita Descalzo
nacimiento: 25 Mayo 1912 en Montgay, Urgell, Lleida (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

5. PABLO SEGALÀ SOLÉ
sacerdote de la Diócesis de Urgell
nacimiento: 18 Octobre 1903 en Montgay, Urgell, Lleida (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

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Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Lleida (Lérida), Cataluña, España, Beato Juan de Jesús (en el siglo Juan Vilaregut Ferrer ) y 3 compañeros de la Orden de los Carmelitas Descalzos, además de Pau Segalá Solé, sacerdote diocesano, asesinados por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Pablo (Pau en catalán) Segalà Solé nació en Montgai (Noguera), diócesis de Urgell, el 18 de octubre de 1903. Era hijo de Josep Segalà Sorribes y de Cecilia Solé Massana. Recibió el sacramento del bautismo en la parroquia de Montgai el 22 de octubre de 1903.

En 1917 ingresó en el seminario de los franciscanos de Balaguer, donde estudió los dos primeros años de latín. En 1919 pasó al seminario de la Seu de Urgell, donde continuó sus estudios de Latín, de Filosofía (1921), de Teología (1923) y de Moral (1927-1928). Fue ordenado sacerdote en la iglesia del Santo Cristo de Balaguer el 2 de junio de 1928. El 8 de junio de 1928 era nombrado vicario de Tèrmens (Lleida), el 18 de junio de 1929 pasó a hacer de ecónomo de Linyola, y el 30 de octubre del mismo año sería nombrado vicario maestro de Albesa, también en Lleida. El 16 de junio de 1931 se le designó vicario de la Cardosa, y el 17 de diciembre de 1933 ecónomo de Montroig, cargo que tuvo hasta su muerte.

El estallido de la guerra civil en julio de 1936 motivó que buscara cobijo cerca de la familia en Montgai, donde también había llegado desde Barcelona, huyendo de la persecución y de varias detenciones su hermano Francisco de la Asunción, carmelita descalzo. Los dos hermanos se escondieron por el término durante unos días, pero ante la amenaza de que si no los encontraban matarían a su familia, se presentaron al comité local y fueron detenidos, y luego conducidos a la ciudad de Lleida, donde fueron fusilados después de pasar por la cárcel.

El 20 de agosto de 1936 fue martirizado en Lleida junto con su hermano carmelita Francisco de la Asunción.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. JUAN VILAREGUT FARRÉ (JUAN DE JESUS)
sacerdote profeso, Carmelita Descalzo
nacimiento: 19 Agosto 1907 en Vic, Barcelona (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Almacelles, Lleida (España)

2. JOSÉ OLIVÉ VIVÓ (BARTOMÉ DE LA PASIÓN)
religioso profeso, Carmelita Descalzo
nacimiento: 14 Septiembre 1894 en Pla de Cabra, Tarragona (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Almacelles, Lleida (España)

3. JAUME PERUCHO FONTARRO (SILVERIO DE SAN LUIS GONZAGA)
sacerdote profeso, Carmelita Descalzo
nacimiento: 12 Marzo 1864 en Corroncuy, Lleida (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

4. FRANCISCO SEGALÀ SOLÉ (FRANCISCO DE LA ASUNCIÓN)
sacerdote profeso, Carmelita Descalzo
nacimiento: 25 Mayo 1912 en Montgay, Urgell, Lleida (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

5. PABLO SEGALÀ SOLÉ
sacerdote de la Diócesis de Urgell
nacimiento: 18 Octobre 1903 en Montgay, Urgell, Lleida (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)

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SAN BERNARDO DE CLARAVAL

ABAD Y  DOCTOR DE LA IGLESIA




Fue el gran impulsor y propagador de la Orden Cisterciense y el hombre más importante del siglo XII en Europa.

Fundador del Monasterio Cisterciense del Claraval y de muchos otros.

Nació en Borgoña (Francia) en el año 1.090, en el Castillo Fontaines-les-Dijon. Sus padres eran los señores del Castillo y fue educado junto a sus siete hermanos como correspondía a la nobleza, recibiendo una excelente formación en latín, literatura y religión.

San Bernardo es, cronológicamente, el último de los Padres de la Iglesia, pero es uno de los que más impacto ha tenido en ella.

Fue declarado Santo en 1173 por el Papa Alejandro III. Posteriormente, fue declarado Doctor de la Iglesia.

Su personalidad

Bernardo tenía un extraordinario carisma de atraer a todos para Cristo.

Amable, simpático, inteligente, bondadoso y alegre, incluso muy apuesto, pues sabemos que su hermana Humbelina le llamaba cariñosamente con el apelativo de "ojos grandes". Durante algún tiempo se enfrió en su fervor y empezó a inclinarse hacia lo mundano. Pero las amistades mundanas, por más atractivas y brillantes que fueran, lo dejaban vacío y lleno de hastío. Después de cada fiesta se sentía más desilusionado del mundo y de sus placeres.

La visión que cambió su trayectoria

Una noche de Navidad, mientras celebraban las ceremonias religiosas en el templo, se quedó dormido y le pareció ver al Niño Jesús en Belén en brazos de María, y que la Santa Madre le ofrecía a su Hijo para que lo amara y lo hiciera amar mucho por los demás. Desde este día ya no pensó sino en consagrarse a la religión y al apostolado. Un hombre que arrastra con todo lo que encuentra, Bernardo se fue al convento de monjes benedictinos llamado Cister, y pidió ser admitido. El superior, San Esteban Harding lo aceptó con gran alegría.

Toda su familia ganada para Cristo.

Bernardo volvió a su familia a contar la noticia y todos se opusieron. Los amigos le decían que esto era desperdiciar una gran personalidad para ir a sepultarse vivo en un convento. La familia no aceptaba de ninguna manera. Pero Bernardo les habló tan maravillosamente de las ventajas y cualidades que tiene la vida religiosa, que logró llevarse al convento a sus cuatro hermanos mayores, a su tío y 30 compañeros de la Nobleza que dejaron todo para unirse a Cristo . Dicen que cuando llamaron a Nirvardo el hermano menor para anunciarle que se iban de religiosos, el muchacho les respondió: "¡Ajá! ¿Con que ustedes se van a ganarse el cielo, y a mí me dejan aquí en la tierra? Esto no lo puedo aceptar". Y un tiempo después, también él se hizo religioso del Cister.

Antes de entrar al monasterio, Bernardo llevó a su finca a todos los que deseaban entrar al convento para prepararlos durante varias semanas, entrenándolos acerca del modo de cómo debían comportarse para ser unos fervorosos religiosos. En el año 1112, a la edad de 22 años, entra en el monasterio de Cister. Mas tarde, habiendo muerto su madre, entra en el monasterio su padre. Su hermana Humbelina y su cuñado, de mutuo acuerdo decidieron también entrar en la vida religiosa. Posteriormente llegó también su hermana Humbelina a la gloria de los altares. Vemos en la historia la gran influencia de las relaciones tanto para bien como para mal.

En la historia de la Iglesia es difícil encontrar otro hombre que haya sido dotado por Dios de un poder de atracción tan grande para llevar gentes a la vida religiosa, como el que recibió Bernardo. Las muchachas tenían terror de que su novio hablara con el santo. En las universidades, en los pueblos, en los campos, los jóvenes al oírle hablar de las excelencias y ventajas espirituales de la vida en un convento, se iban en numerosos grupos a que él los instruyera y los formara como religiosos. Durante su vida fundó más de 300 conventos para hombres, e hizo llegar a gran santidad a muchos de sus discípulos. Lo llamaban "el cazador de almas y vocaciones". Con su apostolado consiguió que 900 monjes hicieran profesión religiosa.

Fundador de Claraval. En el convento del Cister demostró tales cualidades de líder y de santo, que a los 25 años (con sólo tres de religioso) fue enviado como superior a fundar un nuevo convento. Escogió un sitio apartado en el bosque donde sus monjes tuvieran que derramar el sudor de su frente para poder cosechar algo, y le puso el nombre de Claraval, que significa "valle claro" ya que allí el sol ilumina fuerte todo el día. Supo infundir del tal manera fervor y entusiasmo a sus religiosos de Claraval, que habiendo comenzado con sólo 20 compañeros, a los pocos años tenía 130 religiosos. De este convento de Claraval salieron monjes a fundar otros 63 conventos. (Trois Fontaines, Fontenay, Foigny, etc.,).

Su Predicación.

Le llamaban "El Doctor boca de miel" (doctor melífluo). Su inmenso amor a Dios y a la Virgen Santísima y su deseo de salvar almas lo llevaban a estudiar por horas y horas cada sermón que iba a pronunciar, y luego como sus palabras iban precedidas de mucha oración y de grandes penitencias, el efecto era fulminante en los oyentes. Escuchar a San Bernardo era ya sentir un impulso fortísimo a volverse mejor.

Su amor a la Virgen Santísima.

Fue el gran enamorado de la Virgen Santísima. Se adelantó en su tiempo a considerarla medianera de todas las gracias y poderosa intercesora nuestra ante su Hijo Nuestro Señor . A San Bernardo se le deben las últimas palabras de la Salve: "Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María"., así como la bellísima oracion del "Acordaos" cuyo texto íntegro reproducimos en otro apartado de este texto). Tal era su Amor a la Virgen que teniendo costumbre de saludarla siempre que pasaba ante una imagen de ella con las palabras "Dios te Salve María", la imagen un día le contestó "Dios te salve, hijo mío Bernardo".

Los que quieren progresar en su amor a la Madre de Dios, necesariamente tienen que leer los escritos de San Bernardo por la claridad y el amor con que habla de ella. El pueblo vibraba de emoción cuando le oía hablar desde el púlpito con su voz sonora e impresionante:


Si se levantan las tempestades de tus pasiones, mira a la Estrella, invoca a María.

Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu, levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella, invoca a María.

Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación, lánzale una mirada a la Estrella del cielo y rézale a la Madre de Dios.

Siguiéndola, no te perderás en el camino. Invocándola no te desesperarás. Y guiado por Ella llegarás seguramente al Puerto Celestial.

Sus bellísimos sermones son leídos hoy, después de varios siglos, con verdadera satisfacción y gran provecho.

Así como también de entre sus numerosísimos libros y textos se halla el de unas reflexiones de gran importancia llamado "La Consideración" leído por varios Papas, entre ellos el Papa Juan XXIII.

En él propone una serie de consejos importantísimos para que los que están en puestos elevados, no vayan a cometer el gravísimo error de descuidar la humildad y/o dedicarse solamente a actividades exteriores descuidando la oración y la meditación. En una de sus reflexiones, comenta:

"Malditas serán dichas ocupaciones, si no dejan dedicar el debido tiempo a la oración y a la meditación".

Las dos ideas fundamentales que nos transmite San Bernardo son:


La mediación universal de la Virgen

La necesidad filial de invocarla en todas las circunstancias


Viajero infatigable

El más profundo deseo de San Bernardo era permanecer en su convento dedicado a la oración y a la meditación. Pero el Sumo Pontífice, los obispos, los pueblos y los gobernantes le pedían continuamente que fuera a ayudarles, y él estaba siempre pronto a prestar su ayuda donde quiera que pudiera ser útil. Con una salud sumamente débil (porque los primeros años de religioso se dedicó a hacer demasiadas penitencias y se le dañó el aparato digestivo) recorrió toda Europa poniendo la paz donde había guerras, deteniendo las herejías, corrigiendo errores, animando desanimados y hasta reuniendo ejércitos para defender la santa religión católica. Era el árbitro aceptado por todos. Exclamaba: "A veces no me dejan tiempo durante el día ni siquiera para dedicarme a meditar. Pero estas gentes están tan necesitadas y sienten tanta paz cuando se les habla, que es necesario atenderlas" (ya en las noches pasaría luego sus horas dedicado a la oración y a la meditación).

Despedida gozosa.

Después de haber llegado a ser el hombre más famoso de Europa en su tiempo y de haber conseguido varios milagros (como por ejemplo hacer hablar a un mudo, el cual confesó muchos pecados que tenía sin perdonar) y después de haber llenado varios países de monasterios con religiosos fervorosos, ante la petición de sus discípulos para que pidiera a Dios la gracia de seguir viviendo otros años más, exclamaba:


"Mi gran deseo es ir a ver a Dios y a estar junto a Él. Pero el amor hacia mis discípulos me mueve a querer seguir ayudándolos. Que el Señor Dios haga lo que a Él mejor le parezca".

Y a Dios le pareció que ya había sufrido y trabajado bastante, y que se merecía el descanso eterno y el premio preparado para los discípulos fieles, y se lo llevó a su eternidad feliz, el 20 de agosto del año 1153. Tenía 63 años.

ANÉCDOTA

Le sucedió a San Bernardo, siendo muy joven, cuando todavía no había entrado en la vida monástica. Bernardo era muy guapo, de porte elegante y alto.

En cierta ocasión, cabalgando lejos de su casa con varios amigos, les sorprendió la noche, por lo que tuvieron que buscar hospitalidad en una casa. La dueña los recibió bien, e insistió en que Bernardo, como jefe del grupo, ocupase una habitación separada. Durante la noche, la mujer se presentó en la habitación con intenciones deshonestas. Bernardo, en cuanto se dio cuenta de lo que se avecinaba, fingió con gran presencia de ánimo creer que se trataba de un intento de robo, y con toda su fuerza empezó a gritar: -¡Ladrones, ladrones! La intrusa se alejó rápidamente. Al día siguiente, cuando el grupo se marchaba cabalgando, sus amigos empezaron a bromear acerca del imaginario ladrón, pero Bernardo, contestó con toda tranquilidad:


-No fue ningún sueño. El ladrón entró indudablemente en la habitación, pero no para robarme el oro y la plata, sino algo de mucho más valor."

11:49 p.m.

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Ávila, España, Beato José Máximo Moro Briz y cuatro compañeros sacerdotes, asesinados por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

D. Damián Gómez Jiménez nació en Solana del Rioalmar, el 12 de febrero de 1871. Sus padres se llamaban Nicolás y Josefa. Recibe el bautismo en dicho pueblo el día 17 del mismo mes y año. En la misma parroquia de Solana recibe el sacramento de la confirmación en el año 1877. En el hogar de sus padres, en la escuela y en la parroquia percibe un ambiente profundamente cristiano. Con esas ayudas surge y se desarrolla su vocación sacerdotal.

Fue ordenado sacerdote de Ávila, el 8 de junio de 1895. Su ultimo destino fue la parroquia de Mombeltrán desde el 24 de mayo de 1911. Primero como cura regente, después como ecónomo y finalmente en calidad de párroco. Don Damián, como buen pastor de sus feligreses, derrochaba abnegación constante en el servicio de todos. Aparecía sencillo,modesto, caritativo. Todos cuantos le conocieron resaltan subondad y paternal trato. Muy inclinado a la comprensión y al perdón, a pesar de que iban surgiendo en Mombeltrán no pocas dificultades en los años inmediatamente anteriores al estallido bélico del día 18 de julio de 1936.

Asesinado en el puerto del Pico, el 19 de agosto de 1936. Primeramente le arrojan con violencia desde la camioneta. Caído al suelo, donde ya no pudo moverse. Había sido intenso y prolongado el sufrimiento. Moral y físico. Le colocaron junto a una piedra. Lo fusilaron aunque no habría sido muy necesario gastar munición, porque las fuerzas de don Damián eran mínimas. Los tiros terminaron con la vida del bondadoso párroco de Mombeltrán. Serían las siete de la tarde de aquel caluroso día de verano.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. JOSÉ MÁXIMO MORO BRIZ, sacerdote de la diócesis de Ávila
nacimiento: 29 Mayo 1882 en Santibáñez de Béjar, Salamanca (España)
martirio: 24 Julio 1936 en la Cebreros carretera, El Tiemblo, Ávila (España)

2. JOSÉ GARCÍA LIBRÁN, sacerdote de la diócesis de Ávila
nacimiento: 19 Agosto 1909 en Herreruela de Oropesa, Toledo (España)
martirio: 14 Agosto1936 en Pedro Bernardo, Ávila (España)

3. JUAN MESONERO HUERTA, sacerdote de la diócesis de Ávila
nacimiento: 12 Septiembre 1913 en Rágama, Salamanca (España)
martirio: 15 Agosto 1936 en Arenas de San Pedro, Ávila (España)

4. DAMIÁN GÓMEZ JIMÉNEZ, sacerdote de la diócesis de Ávila
nacimiento: 12 Febrero 1871 en Solana de Rioalmar, Ávila (España)
martirio: 19 Agosto 1936 en Puerto del Pico, Ávila (España)

5. AGUSTÍN BERMEJO MIRANDA, sacerdote de la diócesis de Ávila
nacimiento: 10 Abril 1904 en Puerto Castilla, Ávila (España)
martirio: 28 Agosto 1936 en El Barraco, Ávila (España)

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11:49 p.m.

Por: . | Fuente: JesuitasAntillas.org

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En la ciudad de Gandía, de Valencia, España, beato Tomás Sitjar Fortiá, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que, persecución contra la Iglesia, derramó su sangre por Cristo (1936).

Fecha de beatificación: El Papa Juan Pablo II lo agregó al número de los beatos proclamados el 11 de marzo del 2001, en la ceremonia en que beatificaba en la Plaza de San Pedro a 233 víctimas de la guerra civil española.

Tomás Sitjar Fortiá nació el 21 de marzo de 1866 en Girona (Cataluña), e ingresó en la Compañía en el noviciado de Veruela (Zaragoza), el 21 de julio de 1880. Estudió Filosofía en Tortosa, y durante ocho años hizo su magisterio enseñando Filosofía en el Seminario Diocesano de Montevideo (Uruguay).

Volvió a Tortosa para estudiar Teología y recibió el sacerdocio en 1900, enseñando luego Filosofía durante nueve años en el mismo lugar y luego en Sarriá. Acto seguido fue nombrado superior de la residencia de Tarragona (1923-1929), y hasta la supresión de la Compañía en España, sería rector de Gandía (1929-1932). Desde entonces hasta el estallido de la guerra en julio de 1936 vivió en un apartamento con el H. Pedro Gelabert.

Una semana después (25 julio 1936), se oyeron fuertes golpes en la puerta, pero el P. Sitjar no abrió hasta que su compañero no saltó por una ventana. Le apresaron y llevaron a una escuela convertida en cárcel. A la mañana siguiente se le unieron los H. Gelabert y Ramón Grimaltos Monllor y el P. Constantino Carbonell Sempere.

Algunos amigos les visitaron y les facilitaron comida y ropa, hasta que el día 17 y 18 de agosto desfilaron ante un tribunal, sólo para esperar que uno o dos días más tarde, prometiéndole que le pondrían en libertad, llevaron a Sitjar con otros dos presos cerca de Palma de Gandía, y allí a las tres de la madrugada les ejecutaron. Los otros jesuitas fueron fusilados camino de Valencia el 23 de agosto, mientras un total de 12 jesuitas (7 sacerdotes y cinco coadjutores), cayeron de modo similar entre el 19 de agosto y el 29 de diciembre.

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Abad

Martirologio Romano:En el monasterio de Igny, en Francia, beato Guerrico, abad. Verdadero discípulo de san Bernardo, al no poder dar ejemplo en el trabajo a sus hermanos por la debilidad de su cuerpo, los fortalecía en la humildad y caridad con reiteradas exhortaciones espirituales (1151/1157).

Fecha de beatificación: Su culto fue confirmado en 1889.

Guerrico vivió entre los siglos XI y XII, no se cuenta con información sobre sus primeros años, los detalles que tenemos son gracias a la biografía de Hugo abad de Marchiennes conocemos que llevó vivió solo en una casa cercana al monasterio de Tournai, que siendo inicialmente agustino pasa a ser benedictino bajo el episcopado de Odón de Cambrai. Fue San Bernardo quien lo conquisto para Claraval, y en 1138 llegó a ser abad de Igny (diócesis de Reims) sucediendo al Beato Humberto que fue el primer Abad, el monasterio mientras él lo regento llegó a ser muy prospero, murió en “su” monasterio posiblemente un 19 de agosto, entre los años 1151 y 1157.

Cultivó un tierno amor a Jesús y su Madre. Se conservan 54 sermones de Guerrico, todos llenos de una gran inspiración bíblica, patrística y sacramental.

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BEATOS PEDRO ZÚÑIGA Y LUIS FLORES 

PRESBÍTEROS Y MÁRTIRES






PALABRA DE DIOS DIARIA


El día 22 de julio de 1620, el navío inglés «Elizabeth» interceptó frente a las costas de Formosa (Taiwan), a una nave japonesa en la que viajaban cuatro europeos y, al hacer el abordaje, descubrieron, con gran regocijo, que entre los pasajeros había dos religiosos. Los piratas se apoderaron del barco y, una vez en alta mar, hubo una repartición del botín y los cautivos entre ingleses y holandeses. La tripulación y los cuatro pasajeros europeos quedaron en manos de estos últimos que consideraron a todos como sus prisioneros y los condujeron al puerto de Firando. El barco holandés atracó ahí el 4 de agosto y, el mismo día, el padre Bartolomé Gutiérrez se puso en camino hacia el puerto con la intención de gestionar la libertad de sus hermanos en religión capturados, pero llegó demasiado tarde: desde el primer momento, los dos sacerdotes habían sido desembarcados y entregados al agente holandés Juan Specx. Este se apresuró a desempeñar su papel de juez y, en seguida, sometió a un riguroso interrogatorio a sus reos, quienes se mantuvieron firmes en su negativa de que fuesen sacerdotes o religiosos, a fin de no comprometer a los tripulantes de la nave japonesa que tan generosamente los había acogido. A los dos se les amenazó con someterlos a torturas hasta que admitieran su identidad y, mientras tanto, se los arrojó en una inmunda prisión.





Los religiosos tan arbitrariamente capturados eran el padre Luis Flores, dominico, y el padre Pedro de Zúñiga, de la orden de los Ermitaños de San Agustín. Luis Flores había nacido en Amberes, entre 1565 y 1570; sus padres emigraron a España y se trasladaron a México, donde el joven Luis entró al convento de San Jacinto, de la capital del Virreinato de la Nueva España. Tuvo que cambiar su apellido flamenco Frayrin o Froryn, por el de Flores, para que le permitieran ir a las Filipinas, adonde llegó en 1602. Se embarcó para el Japón el 6 de junio de 1620, en compañía del padre Pedro de Zúñiga, que era hijo de un muy gran señor, llamado Alvaro de Zúñiga, marqués de Villamanrique y virrey de Nueva España. Pedro nació en Sevilla y tomó el hábito en el convento de dicha ciudad. Hizo su profesión el 2 de octubre de 1604 y llegó a las Filipinas en 1610. De ahí pasó al Japón en 1618. Obligado a esconderse, tuvo que dejar el país al cabo de un año y se sintió inmensamente feliz cuando se le designó de nuevo para regresar al Japón, en 1620.

El 2 de octubre, los holandeses interrogaron otra vez a los dos religiosos para hacerlos confesar su identidad. El gobernador de Nagasaki, Gonrocu, conocía al padre de Zúñiga, puesto que le había prohibido que huyera un año antes. El gobernador tenía simpatías por aquel sacerdote tenaz y le habría gustado ir a saludarle en la prisión, pero no se atrevía a desobedecer las órdenes del emperador. De todas maneras, se alegraba al saber que los dos religiosos ocultaban su identidad y no estaba dispuesto a denunciarlos. A pesar de sus buenas intenciones, el gobernador se vio obligado a presidir una audiencia pública destinada a desenmascarar a los dos supuestos sacerdotes apóstatas, asamblea ésta en la que participaba el alcalde de Firando y donde debían comparecer, como testigos de la acusación, el sacerdote jesuita Carlos Spínola y varios otros prisioneros cristianos, entre los que figuraban muchos futuros mártires. El padre Spínola declaró que él no conocía a ninguno de los acusados y afirmó que si bien un cristiano siempre tiene que declarar su religión cristiana, no por eso está obligado a declararse sacerdote. Se rehusó a prestar juramento sobre su declaración, en base a que no podía hacerlo sin la autorización de sus superiores. Desgraciadamente, numerosos testigos japoneses reconocieron al padre de Zúñiga. A fin de cuentas, en la sesión del 30 de noviembre, éste confesó libremente su calidad de sacerdote y declaró que la había ocultado con el único objeto de no perjudicar a los marineros japoneses, inocentes en aquella aventura. El padre de Zúñiga reingresó a la prisión y, a partir del 23 de diciembre, fue encerrado en una jaula; el capitán y los marineros del barco japonés fueron arrestados a su vez. El padre Flores permanecía en la cárcel, pero su verdadera identidad era todavía desconocida.

El padre Collado trató de conseguir la libertad del padre Flores con la ayuda del japonés Yachiki. Se fraguó un plan y, el 4 de marzo, el padre Flores fingió que iba a tirar al mar las aguas sucias y se deslizó en la barca que le esperaba; pero los guardias dieron la alarma y los fugitivos fueron detenidos. Al día siguiente, comenzaron los interrogatorios a los japoneses y en seguida el padre Flores para evitarles las torturas, confesó que él era sacerdote. Inmediatamente fue enviado a Yuchinochima, donde ya estaba el padre de Zúñiga.

Gonrocu tuvo que informar al emperador de todo lo que había pasado. Incitado por los holandeses, que le convencieron de que el padre de Zúñiga era un conquistador español, el emperador dio la orden de ajusticiar a los detenidos. El 17 de agosto fueron llevados a Nagasaki y condenados a muerte. El dominico, padre Pedro Vázquez, tuvo la oportunidad de reunirse con los reos y confesarlos. Por el contrario el 18 de agosto, tuvieron que soportar las intrigas de un sacerdote apóstata, Araki, quien no obtuvo ningún resultado. La mañana del 10 de agosto, Gonrocu notificó la sentencia: los dos padres y el capitán Firayama serían quemados vivos, los doce tripulantes del navío, decapitados, Yachiki y los cuatro japoneses que habían ayudado al padre Flores en su fracasada evasión, quedaron encarcelados para completar la información (les llegó su turno el 2 de octubre). Firayama reclamó a Gonrocu: «¿Por qué el emperador del Japón nos condena a muerte, sin que nosotros seamos culpables de crimen alguno?» El gobernador respondió: «Porque está prohibido que se predique en el Japón la fe de Jesucristo y que los japoneses la practiquen».



Los condenados fueron conducidos al lugar habitual de las ejecuciones. Entre la multitud inmensa que acudió a presenciar los ajusticiamientos, se ocultaban tres dominicos. Numerosos cristianos cantaban el Magnificat y el Laudate. Los doce japoneses fueron decapitados los primeros. Eran cofrades del Rosario; eran León Sukemeyon, segundo del navío; Juan Soyemon, jefe de tripulación; Miguel Díaz, comerciante; Antonio Yamanda, pasajero; Santiago Matsouwo Dcnchi, pasajero; Laureano Rocouyémond, comerciante, y cuatro marineros: Pablo Sankichi, Juan Yango, Juan Matachiki Nangata y Bartolomé Mofióyé. Los dos sacerdotes y Joaquín Firayama fueron atados a columnas con lazos débiles, pues los verdugos tenían la esperanza de verlos renegar bajo el exceso del dolor; el fuego era lento para alargar el suplicio, pero los tres mártires permanecieron invencibles. El padre Flores murió el primero, después Firayama; al fin de tres cuartos de hora, el padre de Zúñiga estaba muerto también. Los cristianos entonaron el Te Deum y esperaron durante cinco horas a que se retiraran los guardias para apoderarse de las reliquias de los mártires. El Papa Pío IX los beatificó el 7 de julio de 1867.

5:10 p.m.
SAN JUAN EUDES

SACERDOTE Y FUNDADOR




San Juan Eudes, presbítero, que durante muchos años se dedicó a la predicación en las parroquias y después fundó la Congregación de Jesús y María, para la formación de los sacerdotes en los seminarios, y otra de religiosas de Nuestra Señora de la Caridad, para fortalecer en la vida cristiana a las mujeres arrepentidas. Fomentó de una manera especial la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, hasta que en Caen, de la región de Normandía, en Francia, descansó piadosamente en el Señor (1680).

Fecha de canonización: Fue canonizado en 1925 y su fiesta fue incluida en el calendario de la Iglesia de occidente en 1928. 

Etimología Juan = Dios es misericordia. Viene de la lengua hebrea.

En la segunda mitad del siglo XVI, vivía en Ri, Normandía (Francia), un granjero llamado Isaac Eudes, casado con Marta Corbin. Como no tuviesen hijos al cabo de dos años de matrimonio, ambos esposos fueron en peregrinación a un santuario de Nuestra Señora. Nueve meses después tuvieron un hijo, al que siguieron otros cinco. El mayor recibió el nombre de Juan y, desde niño, dio muestras de gran inclinación al amor de Dios. Se cuenta que, cuando tenía nueve años, un compañero de juegos le abofeteó; en vez de responder en la misma forma, Juan siguió el consejo evangélico y le presentó la otra mejilla. 

A los catorce años, Juan ingresó en el colegio de los jesuitas de Caén. Sus padres deseaban que se casara y siguiera trabajando la granja de la familia. Pero Juan, que había hecho voto de virginidad, recibió las órdenes menores en 1621 y estudió la teología en Caén con la intención de consagrarse a los ministerios parroquiales. Sin embargo, poco después determinó ingresar en la congregación del oratorio, que había sido fundada en 1611 por el futuro cardenal Pedro de Bérulle. Tras de recabar con gran dificultad el permiso paterno, fue recibido en París por el superior general en 1623. Juan había sido hasta entonces un joven ejemplar: su conducta en la congregación no lo fue menos, de suerte que el P. Bérulle le dio permiso de predicar, aunque sólo había recibido las órdenes menores. Al cabo de un año en París, Juan fue enviado a Aubervilliers a estudiar bajo la dirección del P. Carlos de Condren, el cual, según la expresión de Santa Juana Francisca de Chantal, "estaba hecho para educar ángeles". El fin de la congregación del oratorio consistía en promover la perfección sacerdotal y Juan Eudes tuvo la suerte de ser introducido en ella por dos hombres de la talla de Condren y Bérulle.

Al servicio de los enfermos

Dos años más tarde, se desató en Normandía una violenta epidemia de peste, y Juan se ofreció para asistir a sus compatriotas. Bérulle le envió al obispo de Séez con una carta de presentación, en la que decía: "La caridad exige que emplee sus grandes dones al servicio de la provincia en la que recibió la vida, la gracia y las órdenes sagradas, y que su diócesis sea la primera en gozar de los frutos que se pueden esperar de su habilidad, bondad, prudencia, energía y vida". El P. Eudes pasó dos meses en la asistencia a los enfermos en lo espiritual y en lo material. Después fue enviado al oratorio de Caén, donde permaneció hasta que una nueva epidemia se desató en esa ciudad, en 1631. Para evitar el peligro de contagiar a sus hermanos, Juan se apartó de ellos y vivió en el campo, donde recibía la comida del convento. 

Predicador ungido

Pasó los diez años siguientes en la prédica de misiones al pueblo, preparándose así para la tarea a la que Dios le tenía destinado. En aquella época empezaron a organizarse las misiones populares en su forma actual. San Juan Eudes se distinguió entre todos los misioneros. En cuanto acababa de predicar, se sentaba a oír confesiones, ya que, según él, "el predicador agita las ramas, pero el confesor es el que caza los pájaros". Mons. Le Camus, amigo de San Francisco de Sales, dijo refiriéndose al P. Eudes: "Yo he oído a los mejores predicadores de Italia y Francia y os aseguro que ninguno de ellos mueve tanto a las gentes como este buen padre". San Juan Eudes predicó en su vida unas ciento diez misiones.

Confesor: Las gentes decían de él: "En la predicación es un león, y en la confesión un cordero".

Las mujeres atrapadas en mala vida

Una de las experiencias que adquirió durante sus años de misionero, fue que las mujeres de mala vida que intentaban convertirse, se encontraban en una situación particularmente difícil. Durante algún tiempo, trató de resolver la dificultad alojándolas provisionalmente en las casas de las familias piadosas, pero cayó en la cuenta de que el remedio no era del todo adecuado. Magdalena Lamy, una mujer de humilde origen, que había dado albergue a varias convertidas, dijo un día al santo: "Ahora os vais tranquilamente a una iglesia a rezar con devoción ante las imágenes y con ello creéis cumplir con vuestro deber. No os engañéis, vuestro deber es alojar decentemente a estas pobres mujeres que se pierden porque nadie les tiende la mano".

Estas palabras produjeron profunda impresión en San Juan Eudes, quien alquiló en 1671, una casa para las mujeres arrepentidas; en la que podían albergarse en tanto que encontraban un empleo decente. Viendo que la obra necesitaba la atención de religiosas, el santo la ofreció a las visitandinas, quienes se apresuraron a aceptarla.

Formación del clero

San Juan Eudes se dio cuenta de que para que el pueblo sea ferviente y llevarlo a la santidad era necesario proveerlo de muy buenos y santos sacerdotes y que para formarlos se necesitaban seminarios donde los jóvenes recibieran muy esmerada preparación. Por eso se propuso fundar seminarios en los cuales los futuros sacerdotes fueran esmeradamente preparados para su sagrado ministerio.

Después de mucho orar, reflexionar y consultar, San Juan Eudes abandonó la congregación del oratorio en 1643. La experiencia le enseñó que el clero necesitaba reformarse antes que los fieles y que la congregación sólo podría conseguir su fin mediante la fundación de seminarios. El P. Condren, que había sido nombrado superior general, estaba de acuerdo con el santo; pero su su-
cesor, el P. Bourgoing, se negó a aprobar el proyecto de la fundación de un seminario en Caén.

Entonces el P. Eudes decidió formar una asociación de sacerdotes diocesanos, cuyo fin principal sería la creación de seminarios con miras a la formación de un clero parroquial celoso. La nueva asociación quedó fundada el día de la Anunciación de 1643, en Caén, con el nombre de "Congregación de Jesús y María". Sus miembros, como los del oratorio, eran sacerdotes diocesanos y no estaban obligados por ningún voto. San Juan Eudes y sus cinco primeros compañeros se consagraron a "la Santísima Trinidad, que es el primer principio y el último fin de la santidad del sacerdocio". El distintivo de la congregación era el Corazón de Jesús, en el que estaba incluido místicamente el de María; como símbolo del amor eterno de Jesús por los hombres.

La congregación encontró gran oposición, sobre todo por parte de los jansenistas y de los padres del oratorio. En 1646, el P. Eudes envió a Roma al P. Manoury para que recabase la aprobación pontificia para la congregación, pero la oposición era tan fuerte, que la empresa fracasó.

En 1650, el obispo de Coutances pidió a San Juan que fundase un seminario en dicha ciudad. El año siguiente, M. Oliver, que consideraba al santo como "la maravilla de su época", Ie invitó a predicar una misión de diez semanas en la iglesia de, San Sulpicio de París. Mientras se hallaba en esa misión, el P. Eudes recibió la noticia de que el obispo de Bayeux acababa de aprobar la congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio, formada por las religiosas que atendían a las mujeres arrepentidas de Caén. En 1653, San Juan fundó en Lisieux un seminario, al que siguió otro en Rouen en 1659. ¡En seguida, el santo se dirigió a Roma a tratar de conseguir la aprobación pontificia para su congregación; pero los santos no siempre tienen éxito, y San Juan Eudes fracasó en Roma. 

Un año después, una bula de Alejandro VII aprobó la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Refugio. Ese fue el coronamiento de la obra que el P. Eudes y Magdalena Larny habían emprendido treinta años antes en favor de las pecadoras arrepentidas. San Juan siguió predicando misiones con gran éxito; en 1666, fundó un seminario en Evreux y, en 1670, otro en Rennes.

Al afro siguiente, publicó un libro titulado "La Devoción al Adorable Corazón de Jesús". Ya antes, el santo había instituido en su congregación una fiesta del Santísimo Corazón de María. En su libro incluyó el propio de una misa y un oficio del Sagrado Corazón de Jesús. El 31 de agosto de 1670, se celebró por primera vez dicha fiesta en la capilla del seminario de Rennes y pronto se extendió a otras diócesis. Así pues, aunque San Juan Eudes no haya sido el primer apóstol de la devoción al Sagrado Corazón en su forma actual, fue sin embargo él "quien introdujo el culto del Sagrado Corazón de Jesús y del Santo Corazón de María"´, como lo dijo León XIII en 1903. El decreto de beatificación añadía: "El fue el primero que, por divina inspiración les tributó un culto litúrgico."

Clemente X publicó seis breves por los que concedía indulgencias a las cofradías de los Sagrados Corazones de Jesús y María, instituidas en los seminarios de San Juan Eudes.

Durante los últimos años de su vida, el santo escribió su tratado sobre "el Admirable Corazón de la Santísima Madre de Dios"; trabajó en la obra mucho tiempo y la terminó un mes antes de morir. Su última misión fue la que predicó en Sain-Lö, en 1675, en plena plaza pública, con un frío glacial. La misión duró nueve semanas. El esfuerzo enorme acabó con su salud y a partir de entonces se retiró prácticamente de la vida activa. 


Su muerte ocurrió el 19 de agosto de 1680.

11:49 p.m.

Por: Pedro Gómez, C.M. | Fuente: somos.vicencianos.org

Religiosa y Mártir

Martirologio Romano: En la Comunidad Valenciana, España, Beatas Josefa Martínez Pérez y 11 religiosas profesas de la Congregación de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, quienes junto a Dolores Broseta Bonet, laica, fueron asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Nació en Burgos el día 6 de Mayo de 1881. Era hija del comerciante en seda Benito Hernán Candelas y de Micaela Martínez Fernández. Desde muy niña fue alumna de las Hijas de la Caridad con las que se educó en el Colegio de Saldaña de Burgos. Perteneció a la Asociación de Hijas de María de la Medalla Milagrosa del Colegio, donde disfrutaba de la espiritualidad mariana, del sentido eclesial de la fe y de la vida de oración. A la vez, visitaba y servía a los pobres acompañando a las Hermanas, como Hija de María comprometida con el carisma vicenciano. En este ambiente de fe y caridad surgió su vocación, guiada y acompañada por sus educadoras.

Realizó el postulantado y prueba en el Hospicio de Burgos, centro donde se atendían las necesidades de los pobres y marginados de la ciudad y alrededores. Allí se entrenó para ser Hija de la Caridad. Terminado este tiempo de prueba, ingresa en la Compañía en 21 de noviembre de de 1901. Tuvo como Directora del Seminario a Sor Cecilia Álvaro y a la Sierva de Dios Sor Justa Domínguez de Vidaurreta como formadora y profesora de Historia Sagrada y Catecismo de la Iglesia.

Como una madre

Al terminar su tiempo de formación en el Seminario, le envían al Hospital Provincial de Albacete donde desarrolla su misión como puericultora en las dependencias de la Inclusa y Casa Cuna para niños expósitos. Allí desarrolla su servicio con gran ternura y atiende a los más pequeños como una madre. Unos años después recibe un nuevo destino para el Asilo de la Infancia de Jerez de la Frontera y, sin cambiar de ciudad, pasa a desempeñar otro oficio atendiendo a los mendigos y pobres en la Cocina y Comedor del Salvador. Dada su buena preparación académica, recibida en el Colegio de Saldaña, se la envía a las Escuelas de Polanco (Santander) como maestra de párvulos, donde permaneció algunos años.

En el año 1930 recibe el destino para el Colegio-Asilo de San Eugenio de Valencia, donde desarrolló su misión también como Maestra de párvulos. Allí, como en los demás destinos, estuvo feliz entre los niños más pequeños, a los que cuidaba y enseñaba con amor y ternura. Muchos eran huérfanos y necesitados de cariño. Ella se lo daba de forma natural y espontánea, y, a la vez, les enseñaba con mucha paciencia.

Sor Micaela fue una Hermana ejemplar en el interior de la Comunidad. Se manifestaba disponible para todo lo que se le pedía. Jamás se negó a realizar cualquier servicio que ella pudiera llevar a cabo. Era amante de la vocación y de los Fundadores y muy fiel a las Reglas de la Compañía. Llena del amor de Dios lo transmitía con naturalidad a los niños pequeños y a sus familias. Los últimos años veía muy poco a consecuencia de un desprendimiento de retina.

Al llegar su martirio durante la persecución de 1936, contaba con 55 años de edad y 35 de vocación como Hija de la Caridad. Sufrió el martirio el mismo día y en las mismas circunstancias que Sor Mª Rosario Ciércoles, el 18 de agosto de 1936.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. JOSEFA MARTÍNEZ PÉREZ, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 05 Agosto 1897 in Alberique, Valencia (España)
martirio: 15 Octubre 1936 in Llosa de Ranes, Valencia (España)

2. MICAELA HERNÁN MARTÍNEZ, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 06 Mayo 1881 en Burgos (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Almenara, Valencia (España)

3. MARÍA LUISA BERMÚDEZ RUIZ, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 10 Octubre 1893 in Subugueira, Coruña (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Almenara, Valencia (España)

4. MARTINA VÁZQUEZ GORDO, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 30 Enero 1865 en Cuéllar, Segovia (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en Algar de Palancia, Castellón (España)

5. ROSARIO CIÉRCOLES GASCÓN, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 05 Octubre 1873 en Zaragoza (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Almenara, Valencia (España)

6. JOAQUINA REY AGUIRRE, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 23 Diciembre 1895 en Bilbao, Vizcaya (España)
martirio: 29 Octubre 1936 en Gilet, Valencia (España)

7. VICTORIA ARREGUI GUINEA, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 19 Diciembre 1894 en Begoña, Vizcaya (España)
martirio: 29 Octubre 1936 en Gilet, Valencia (España)

8. JOSEFA LABORRA GOYENECHE, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 06 Febrero 1864 en Sangüesa, Navarra (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)

9. CARMEN RODRÍGUEZ BANAZAL, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 26 Marzo 1876 en Cea, Orense (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)

10. ESTEFANÍA IRISARRI IRIGARAY, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 26 Diciembre 1878 en Peralta, Navarra (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)

11. MARÍA PILAR NALDA FRANCO, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 24 Mayo 1871 en Algodonales, Cádiz (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)

12. ISIDORA IZQUIERDO GARCÍA, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 02 Enero 1885 en Páramo del Arroyo, Burgos (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)

13. DOLORES BROSETA BONET, laica de la arquidiócesis de Valencia
nacimiento: 1892 en Bétera, Valencia (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)

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11:49 p.m.

Por: Pedro Gómez, C.M. | Fuente: Somos.Vicencianos.org

Religiosa y Mártir

Martirologio Romano: En la Comunidad Valenciana, España, Beatas Josefa Martínez Pérez y 11 religiosas profesas de la Congregación de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, quienes junto a Dolores Broseta Bonet, laica, fueron asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Nació en San Pelayo de Sabugueira (Coruña), aldea ubicada muy cerca de Santiago de Compostela. Vino al mundo el 10 de octubre de 1893 y enseguida recibió el bautismo en la iglesia parroquial. Era Hija de D. Elías Bermúdez Cotón y Dñª Mª del Carmen Ruiz García-Flores, ambos oriundos de la nobleza. Tenían grandes posesiones en los alrededores de Santiago y un pazo con casa palaciega y escudo familiar propio, alusivo a los títulos de nobleza ostentados. El escudo de la familia lleva una cruz y la inscripción “Ave María”, prueba de la religiosidad y carácter cristiano de la familia.

Sus padres se preocuparon de dar a sus dos hijas una educación esmerada .Sor Mª Luisa tenía otra hermana, dos años más joven que ella, que también fue Hija de la Caridad. Se llamaba Sor Mª Asunción Bermúdez Ruiz; ambas fueron educadas en el Colegio que las Hijas de la Caridad tenían en Santiago de Compostela y allí percibieron el amor a los pobres y la llamada de Dios para ser continuadoras de la misión de Jesucristo entre los pobres. De común acuerdo legaron su patrimonio a favor de las obras de evangelización desarrolladas por la Congregación de la Misión.

Mª Luisa hizo la prueba o postulantado en el Asilo de San Blas de Madrid y el día 30 de agosto de 1917 ingresó en la Compañía. Fueron sus formadoras Sor Ursula Tablado, Directora, y la Sierva de Dios Sor Justa Domínguez de Vidaurreta, profesora de Historia sagrada, Catecismo de la Iglesia y biografía de los Fundadores.

Maestra ejemplar

Terminado el tiempo de formación inicial, fue destinada a casas dedicadas a la educación de los niños pequeños. Tenía un don especial para ellos, pues había cursado los estudios de magisterio y era una excelente maestra parvulista. Se manifestaba dulce en la trabajo, cariñosa en la relación, acogedora en la clase y con mucha compasión tanto hacia los niños, como hacia sus familias. La gustaba hacer labores. Era primorosa en el arte del bordado, por eso después de las clases de párvulos, dedicaba parte de su tiempo a la enseñanza de las labores a las niñas mayores.

Estas fueron sus actividades en los destinos que fue recorriendo: La Residencia de Niños Santa Eulalia de Barcelona (1918), Casa Cuna del Niño Jesús de Logroño (1920) y la Casa Caridad de Zaragoza en 1921. Después cayó enferma y tuvo que estar algunos meses de reposo en la Casa San Cayetano de Madrid. Una vez repuesta, fue destinada al Colegio-Asilo de las Mercedes de Madrid (1922) y, finalmente, en 1931 va al Colegio-Asilo San Eugenio de Valencia. Allí se encargaba del taller-obrador de costura para niñas. Sor Mª Luisa era un alma de Dios, y su carácter dulce y compasivo le hacía sufrir mucho. Se preocupaba con hondura ante cualquier necesidad de los pobres. En la Comunidad se manifestaba piadosa, observante, fiel a las Reglas de la Compañía y responsable en el desempeño de las tareas encomendadas.

Expulsadas del asilo

Al llegar la persecución de 1936, las 12 hermanas que formaban la Comunidad recibieron la orden de desalojo y desahucio el 25 de julio, transmitida por unos milicianos comunistas de Valencia que llegaron para hacerse cargo de la casa. Hombres y mujeres del Comité desahuciador trataron de aprender en una semana todos los oficios y así quedarse con el Asilo de San Eugenio. Una vez instalados, se posesionan de todo y despacharon a las Hermanas sin ningún miramiento. La Hermana superiora de la Comunidad, Sor Ignacia, distribuyó a las Hermanas de dos en dos en las diversas casas que generosamente se habían ofrecido para acogerlas. Sor Mª Luisa, con Sor Rosario y Sor Micaela pidieron ir juntas a Puzol, a la casa de un familiar de una de las Hermanas, donde había ya un sacerdote perseguido, acogido clandestinamente. Allí estuvieron refugiadas alrededor de tres semanas. Durante este tiempo, ella y sus dos compañeras tuvieron la suerte de poder participar en la Eucaristía a diario, de forma clandestina, como en las catacumbas. Pero los miembros extremistas del Comité comunista del pueblo, que estaban al acecho, las descubrieron. Enterados de que celebraban la Misa a diario con un sacerdote refugiado, decidieron a apresar a los cuatro y quitarlos la vida. Y fueron a buscarlos.

Era el 17 de agosto de 1936, a las 8 de la tarde. Los llevaron a la prisión y de allí al martirio. Como a Jesús de Nazaret, los llevaron a un huerto, campo de limoneros, cerca del cementerio de Benavides (Valencia). Primero mataron al sacerdote. Su delito: celebrar la Eucaristía en clandestinidad. Después se cebaron con las tres Hermanas, realizando con ellas toda clase de atropellos morales, para, finalmente, las matarlas acribillándolas a tiros. La noche del 17 al 18 de agosto la pasaron preparándose para el martirio, que veían venir de forma inminente. Habían participado en la Eucaristía al amanecer del día 17 y murieron en la mañana del día 18. Sor Rosario Ciércoles alentó a todos a aceptar el martirio como Jesucristo, perdonando a los perseguidores: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen” Así murieron Sor Mª Luisa Bermúdez y sus dos compañeras, más el sacerdote que las acompañaba.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. JOSEFA MARTÍNEZ PÉREZ, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 05 Agosto 1897 in Alberique, Valencia (España)
martirio: 15 Octubre 1936 in Llosa de Ranes, Valencia (España)

2. MICAELA HERNÁN MARTÍNEZ, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 06 Mayo 1881 en Burgos (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Almenara, Valencia (España)

3. MARÍA LUISA BERMÚDEZ RUIZ, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 10 Octubre 1893 in Subugueira, Coruña (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Almenara, Valencia (España)

4. MARTINA VÁZQUEZ GORDO, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 30 Enero 1865 en Cuéllar, Segovia (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en Algar de Palancia, Castellón (España)

5. ROSARIO CIÉRCOLES GASCÓN, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 05 Octubre 1873 en Zaragoza (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Almenara, Valencia (España)

6. JOAQUINA REY AGUIRRE, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 23 Diciembre 1895 en Bilbao, Vizcaya (España)
martirio: 29 Octubre 1936 en Gilet, Valencia (España)

7. VICTORIA ARREGUI GUINEA, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 19 Diciembre 1894 en Begoña, Vizcaya (España)
martirio: 29 Octubre 1936 en Gilet, Valencia (España)

8. JOSEFA LABORRA GOYENECHE, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 06 Febrero 1864 en Sangüesa, Navarra (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)

9. CARMEN RODRÍGUEZ BANAZAL, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 26 Marzo 1876 en Cea, Orense (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)

10. ESTEFANÍA IRISARRI IRIGARAY, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 26 Diciembre 1878 en Peralta, Navarra (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)

11. MARÍA PILAR NALDA FRANCO, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 24 Mayo 1871 en Algodonales, Cádiz (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)

12. ISIDORA IZQUIERDO GARCÍA, religiosa profesa, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul
nacimiento: 02 Enero 1885 en Páramo del Arroyo, Burgos (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)

13. DOLORES BROSETA BONET, laica de la arquidiócesis de Valencia
nacimiento: 1892 en Bétera, Valencia (España)
martirio: 09 Diciembre 1936 en Paterna, Valencia (España)

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