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SAN JUAN MARÍA VIANNEY

PRESBÍTERO




El Santo Cura de Ars

PALABRA DE DIOS DIARIA

Memoria de san Juan María Vianney, presbítero, que durante más de cuarenta años se entregó de una manera admirable al servicio de la parroquia que le fue encomendada en la aldea de Ars, cerca de Belley, en Francia, con una intensa predicación, oración y ejemplos de penitencia. Diariamente catequizaba a niños y adultos, reconciliaba a los arrepentidos y con su ardiente caridad, alimentada en la fuente de la Eucaristía, brilló de tal modo, que difundió sus consejos a lo largo y a lo ancho de toda Europa y con su sabiduría llevó a Dios a muchísimas almas (1859). 

Uno de los santos más populares en los últimos tiempos ha sido San Juan Vianney, llamado el santo Cura de Ars. En él se ha cumplido lo que dijo San Pablo: "Dios ha escogido lo que no vale a los ojos del mundo, para confundir a los grandes". 

Era un campesino de mente rústica, nacido en Dardilly, Francia, el 8 de mayo de 1786. Durante su infancia estalló la Revolución Francesa que persiguió ferozmente a la religión católica. Así que él y su familia, para poder asistir a misa tenían que hacerlo en celebraciones hechas a escondidas, donde los agentes del gobierno no se dieran cuenta, porque había pena de muerte para los que se atrevieran a practicar en público su religión. La primera comunión la hizo Juan María a los 13 años, en una celebración nocturna, a escondidas, en un pajar, a donde los campesinos llegaban con bultos de pasto, simulando que iban a alimentar sus ganados, pero el objeto de su viaje era asistir a la Santa Misa que celebraba un sacerdote, con grave peligro de muerte, si los sorprendían las autoridades.

Juan María deseaba ser sacerdote, pero a su padre no le interesaba perder este buen obrero que le cuidaba sus ovejas y le trabajaba en el campo. Además no era fácil conseguir seminarios en esos tiempos tan difíciles. Y como estaban en guerra, Napoleón mandó reclutar todos los muchachos mayores de 17 años y llevarlos al ejército. Y uno de los reclutados fue nuestro biografiado. Se lo llevaron para el cuartel, pero por el camino, por entrar a una iglesia a rezar, se perdió del grupo. Volvió a presentarse, pero en el viaje se enfermó y lo llevaron una noche al hospital y cuando al día siguiente se repuso ya los demás se habían ido. Las autoridades le ordenaron que se fuera por su cuenta a alcanzar a los otros, pero se encontró con un hombre que le dijo. "Sígame, que yo lo llevaré a donde debe ir". Lo siguió y después de mucho caminar se dio cuenta de que el otro era un desertor que huía del ejército, y que se encontraban totalmente lejos del batallón.

Y al llegar a un pueblo, Juan María se fue a donde el alcalde a contarle su caso. La ley ordenaba pena de muerte a quien desertara del ejército. Pero el alcalde que era muy bondadoso escondió al joven en su casa, y lo puso a dormir en un pajar, y así estuvo trabajando escondido por bastante tiempo, cambiándose de nombre, y escondiéndose muy hondo entre el pasto seco, cada vez que pasaban por allí grupos del ejército. Al fin en 1810, cuando Juan llevaba 14 meses de desertor el emperador Napoleón dio un decreto perdonando la culpa a todos los que se habían fugado del ejército, y Vianney pudo volver otra vez a su hogar. 

Trató de ir a estudiar al seminario pero su intelecto era romo y duro, y no lograba aprender nada. Los profesores exclamaban: "Es muy buena persona, pero no sirve para estudiante No se le queda nada". Y lo echaron.

Se fue en peregrinación de muchos días hasta la tumba de San Francisco Regis, viajando de limosna, para pedirle a ese santo su ayuda para poder estudiar. Con la peregrinación no logró volverse más inteligente, pero adquirió valor para no dejarse desanimar por las dificultades.

El Padre Balley había fundado por su cuenta un pequeño seminario y allí recibió a Vianney. Al principio el sacerdote se desanimaba al ver que a este pobre muchacho no se le quedaba nada de lo que él le enseñaba Pero su conducta era tan excelente, y su criterio y su buena voluntad tan admirables que el buen Padre Balley dispuso hacer lo posible y lo imposible por hacerlo llegar al sacerdocio.

Después de prepararlo por tres años, dándole clases todos los días, el Padre Balley lo presentó a exámenes en el seminario. Fracaso total. No fue capaz de responder a las preguntas que esos profesores tan sabios le iban haciendo. Resultado: negativa total a que fuera ordenado de sacerdote.

Su gran benefactor, el Padre Balley, lo siguió instruyendo y lo llevó a donde sacerdotes santos y les pidió que examinaran si este joven estaba preparado para ser un buen sacerdote. Ellos se dieron cuenta de que tenía buen criterio, que sabía resolver problemas de conciencia, y que era seguro en sus apreciaciones en lo moral, y varios de ellos se fueron a recomendarlo al Sr. Obispo. El prelado al oír todas estas cosas les preguntó: ¿El joven Vianney es de buena conducta? - Ellos le respondieron: "Es excelente persona. Es un modelo de comportamiento. Es el seminarista menos sabio, pero el más santo" "Pues si así es - añadió el prelado - que sea ordenado de sacerdote, pues aunque le falte ciencia, con tal de que tenga santidad, Dios suplirá lo demás".

Y así el 12 de agosto de 1815, fue ordenado sacerdote, este joven que parecía tener menos inteligencia de la necesaria para este oficio, y que luego llegó a ser el más famoso párroco de su siglo (4 días después de su ordenación, nació San Juan Bosco). Los primeros tres años los pasó como vicepárroco del Padre Balley, su gran amigo y admirador.

Unos curitas muy sabios habían dicho por burla: "El Sr. Obispo lo ordenó de sacerdote, pero ahora se va a encartar con él, porque ¿a dónde lo va a enviar, que haga un buen papel?".

Y el 9 de febrero de 1818 fue enviado a la parroquia más pobre e infeliz. Se llamaba Ars. Tenía 370 habitantes. A misa los domingos no asistían sino un hombre y algunas mujeres. Su antecesor dejó escrito: "Las gentes de esta parroquia en lo único en que se diferencian de los ancianos, es en que ... están bautizadas". El pueblucho estaba lleno de cantinas y de bailaderos. Allí estará Juan Vianney de párroco durante 41 años, hasta su muerte, y lo transformará todo.

El nuevo Cura Párroco de Ars se propuso un método triple para cambiar a las gentes de su desarrapada parroquia. Rezar mucho. Sacrificarse lo más posible, y hablar fuerte y duro. ¿Qué en Ars casi nadie iba a la Misa? Pues él reemplazaba esa falta de asistencia, dedicando horas y más horas a la oración ante el Santísimo Sacramento en el altar. ¿Qué el pueblo estaba lleno de cantinas y bailaderos? Pues el párroco se dedicó a las más impresionantes penitencias para convertirlos. Durante años solamente se alimentará cada día con unas pocas papas cocinadas. Los lunes cocina una docena y media de papas, que le duran hasta el jueves. Y en ese día hará otro cocinado igual con lo cual se alimentará hasta el domingo. Es verdad que por las noches las cantinas y los bailaderos están repletos de gentes de su parroquia, pero también es verdad que él pasa muchas horas de cada noche rezando por ellos. ¿Y sus sermones? Ah, ahí si que enfoca toda la artillería de sus palabras contra los vicios de sus feligreses, y va demoliendo sin compasión todas las trampas con las que el diablo quiere perderlos.

Cuando el Padre Vianney empieza a volverse famoso muchas gentes se dedican a criticarlo. El Sr. Obispo envía un visitador a que oiga sus sermones, y le diga que cualidades y defectos tiene este predicador. El enviado vuelve trayendo noticias malas y buenas.

El prelado le pregunta: "¿Tienen algún defecto los sermones del Padre Vianney? - Sí, Monseñor: Tiene tres defectos. Primero, son muy largos. Segundo, son muy duros y fuertes. Tercero, siempre habla de los mismos temas: los pecados, los vicios, la muerte, el juicio, el infierno y el cielo". - ¿Y tienen también alguna cualidad estos sermones? - pregunta Monseñor-. "Si, tienen una cualidad, y es que los oyentes se conmueven, se convierten y empiezan una vida más santa de la que llevaban antes".

El Obispo satisfecho y sonriente exclamó: "Por esa última cualidad se le pueden perdonar al Párroco de Ars los otros tres defectos".

Los primeros años de su sacerdocio, duraba tres o más horas leyendo y estudiando, para preparar su sermón del domingo. Luego escribía. Durante otras tres o más horas paseaba por el campo recitándole su sermón a los árboles y al ganado, para tratar de aprenderlo. Después se arrodillaba por horas y horas ante el Santísimo Sacramento en el altar, encomendando al Señor lo que iba decir al pueblo. Y sucedió muchas veces que al empezar a predicar se le olvidaba todo lo que había preparado, pero lo que le decía al pueblo causaba impresionantes conversiones. Es que se había preparado bien antes de predicar.

Pocos santos han tenido que entablar luchas tan tremendas contra el demonio como San Juan Vianney. El diablo no podía ocultar su canalla rabia al ver cuantas almas le quitaba este curita tan sencillo. Y lo atacaba sin compasión. Lo derribaba de la cama. Y hasta trató de prenderle fuego a su habitación . Lo despertaba con ruidos espantosos. Una vez le gritó: "Faldinegro odiado. Agradézcale a esa que llaman Virgen María, y si no ya me lo habría llevado al abismo".

Un día en una misión en un pueblo, varios sacerdotes jóvenes dijeron que eso de las apariciones del demonio eran puros cuentos del Padre Vianey. El párroco los invitó a que fueran a dormir en el dormitorio donde iba a pasar la noche el famoso padrecito. Y cuando empezaron los tremendos ruidos y los espantos diabólicos, salieron todos huyendo en pijama hacia el patio y no se atrevieron a volver a entrar al dormitorio ni a volver a burlarse del santo cura. Pero él lo tomaba con toda calma y con humor y decía: "Con el patas hemos tenido ya tantos encuentros que ahora parecemos dos compinches". Pero no dejaba de quitarle almas y más almas al maldito Satanás.

Cuando concedieron el permiso para que lo ordenaran sacerdote, escribieron: "Que sea sacerdote, pero que no lo pongan a confesar, porque no tiene ciencia para ese oficio". Pues bien: ese fue su oficio durante toda la vida, y lo hizo mejor que los que sí tenían mucha ciencia e inteligencia. Porque en esto lo que vale son las iluminaciones del Espíritu Santo, y no nuestra vana ciencia que nos infla y nos llena de tonto orgullo.

Tenía que pasar 12 horas diarias en el confesionario durante el invierno y 16 durante el verano. Para confesarse con él había que apartar turno con tres días de anticipación. Y en el confesionario conseguía conversiones impresionantes.

Desde 1830 hasta 1845 llegaron 300 personas cada día a Ars, de distintas regiones de Francia a confesarse con el humilde sacerdote Vianney. El último año de su vida los peregrinos que llegaron a Ars fueron 100 mil. Junto a la casa cural había varios hoteles donde se hospedaban los que iban a confesarse. 

A las 12 de la noche se levantaba el santo sacerdote. Luego hacía sonar la campana de la torre, abría la iglesia y empezaba a confesar. A esa hora ya la fila de penitentes era de más de una cuadra de larga. Confesaba hombres hasta las seis de la mañana. Poco después de las seis empezaba a rezar los salmos de su devocionario y a prepararse a la Santa Misa. A las siete celebraba el santo oficio. En los últimos años el Obispo logró que a las ocho de la mañana se tomara una taza de leche.

De ocho a once confesaba mujeres. A las 11 daba una clase de catecismo para todas las personas que estuvieran ahí en el templo. Eran palabras muy sencillas que le hacían inmenso bien a los oyentes.

A las doce iba a tomarse un ligerísimo almuerzo. Se bañaba, se afeitaba, y se iba a visitar un instituto para jóvenes pobres que él costeaba con las limosnas que la gente había traído. Por la calle la gente lo rodeaba con gran veneración y le hacían consultas.

De una y media hasta las seis seguía confesando. Sus consejos en la confesión eran muy breves. Pero a muchos les leía los pecados en su pensamiento y les decía los pecados que se les habían quedado sin decir. Era fuerte en combatir la borrachera y otros vicios.

En el confesionario sufría mareos y a ratos le parecía que se iba a congelar de frío en el invierno y en verano sudaba copiosamente. Pero seguía confesando como si nada estuviera sufriendo. Decía: "El confesionario es el ataúd donde me han sepultado estando todavía vivo". Pero ahí era donde conseguía sus grandes triunfos en favor de las almas.

Por la noche leía un rato, y a las ocho se acostaba, para de nuevo levantarse a las doce de la noche y seguir confesando. 

Cuando llegó a Ars solamente iba un hombre a misa. Cuando murió solamente había un hombre en Ars que no iba a misa. Se cerraron muchas cantinas y bailaderos. 

En Ars todos se sentían santamente orgullosos de tener un párroco tan santo. Cuando él llegó a esa parroquia la gente trabajaba en domingo y cosechaba poco. Logró poco a poco que nadie trabajara en los campos los domingos y las cosechas se volvieron mucho mejores.

Siempre se creía un miserable pecador. Jamás hablaba de sus obras o éxitos obtenidos. A un hombre que lo insultó en la calle le escribió una carta humildísima pidiéndole perdón por todo, como si el hubiera sido quién hubiera ofendido al otro. El obispo le envió un distintivo elegante de canónigo y nunca se lo quiso poner. El gobierno nacional le concedió una condecoración y él no se la quiso colocar. Decía con humor: "Es el colmo: el gobierno condecorando a un cobarde que desertó del ejército". Y Dios premió su humildad con admirables milagros.

El 4 de agosto de 1859 pasó a recibir su premio en la eternidad.

Fue beatificado el 8 de enero de 1905 por el Papa San Pío X, y canonizado por S.S. Pío XI el 31 de mayo de 1925.

11:49 p.m.

Por: . | Fuente: HispaniaMartyr.org

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Barcelona, España, Beato José Guardiet y Pujol, sacerdote diocesano; asesinado por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

El Doctor Josep Guardiet i Pujol nació el día de la fiesta de san Luis Gonzaga de 1879 en Manlleu, industriosa villa de la plana de Vic en la que su padre era farmacéutico. Cursó estudios eclesiásticos en el seminario de Vic, siendo ordenado en 1902. Se doctoró en Teología en la Universidad Pontificia de Tarragona.

Cómo era el Doctor Guardiet

El celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas de sus parroquianos le devoraba como a Elías. Su actividad parroquial era incansable; decía: “procuremos tener siempre más trabajo que el que podamos hacer”.

Cuando regía la parroquia del Espíritu Santo en Tarrasa, en una excursión con los jóvenes, pasando por Rubí, exclamó proféticamente: “¡Rubí, Rubí, quien pudiera vivir en tu pueblo y dar por ti su sangre!” Los jóvenes le replicaron: -“¿Sabe que es un pueblo muy malo?”. Él respondió: “Nadie es del todo bueno; yo siento este deseo apostólico”. En 1917 era nombrado párroco de San Pedro de Rubí, y veinte años después iba a cumplirse este su deseo.

Predicador y catequista incansable. Enérgico y emprendedor a la vez que bondadoso y afable, rebosante de creatividad pastoral, austero y servicial, sacrificado y caritativo hasta el extremo.

Le llamaban el párroco de la sonrisa por su proverbial amabilidad, su sentido del humor. Firme pero siempre dispuesto a concitar voluntades, hizo que su parroquia se convirtiera en modelo, y el Doctor Guardiet en el rector por antonomasia del obispado. Su rectoría era la casa de todos. No tenía horas de despacho porque era un continuo entrar y salir de gente, y dejaba el plato de comida sobre la mesa para atender de inmediato al visitante. Decía: “La comida puede esperar, pero el feligrés no debe”.

La catequesis de los niños para su primera comunión era su más grata actividad. Decía: “Un niño que recibe la comunión es más feliz que San José teniéndolo en brazos, porque es mejor comerse una manzana que tenerla en las manos.”

Organizador de mutiudinarias peregrinaciones a Lourdes y otros santuarios marianos, secundó la iniciativa del Obispo D. Manuel Irurita, como uno de los más entusiastas organizadores de la Primera Diada Catequista Interdiocesana en Montserrat el 25 de junio de 1933.

La persecución religiosa en su fase legal

Llegada la República, el Ayuntamiento de Rubí prohibió el toque de campanas. Hombre de iniciativas y soluciones, para suplir los toques el Dr. Guardiet ideó y puso en práctica la iluminación de los ventanales del campanario a base de distintos colores, según la festividad o acto que se quería anunciar. Si se celebraba bautizo, la luz era blanca; si boda, luz rosada; si exequias de párvulos, luz azul; si la defunción era de un adulto, luz violeta; para anunciar fiestas solemnes, luz roja, y para fiestas sencillas luz verde. Muchos de sus parroquianos llegaron a conocer el significado de las luces indicadoras mejor que el vetado tañido de las campanas. Su iniciativa tuvo resonancia internacional, y una revista católica inglesa dirigida por el famoso Gilbert K. Chesterton, con su peculiar humor británico, hizo un elogioso comentario de la ingeniosa novedad.

Intransigente con las ideas y amable con los equivocados, decía: “Hemos de ser implacables con el error, aunque condescendientes y respetuosos con las personas que lo sostienen.”

Mantuvo digna postura ante las autoridades de la villa por su radicalismo en la cuestión de los entierros religiosos, que ponían obstáculos a las declaraciones de los difuntos, firmadas en vida de querer ser enterrados católicamente, so pretexto de defectos de forma, obligando a retirarse a los sacerdotes del cortejo fúnebre.

La Alcaldía prohibió la tradicional procesión mariana de final del mes de mayo. El Dr. Guardiet publicó la siguiente nota:

“La Alcaldía notifica a la Parroquia que con el fin de mantener el orden público no tiene por conveniente se celebre la procesión anunciada para esta tarde. La Parroquia ha de procurar secundar siempre el mantenimiento del orden público y ha de ayudar al Ayuntamiento en su tarea por conseguirlo. Por ello la Parroquia no sólo obedece la voluntad de la Alcaldía, sino que se adelanta, y suprime también la Procesión del Corpus de este año .

Si el temor de perturbación del orden público viniese de parte de los fieles de la Parroquia, ésta sabría impedirlo y garantizar su mantenimiento, pero no cree la Parroquia que se le pueda culpar del peligro de perturbación, siendo la entidad que más manifestaciones de carácter público ha organizado en la villa y fuera de ella, y nunca éstas han perturbado el orden, y así seguirá pasando.

En la tarde de hoy celebraremos con solemnidad la conclusión del mes de María y la bella fiesta de la Primera Comunión dentro de la iglesia.

En la tarde del día del Corpus, también dentro del templo celebraremos fiesta solemnísima, y desde la mañana estará expuesto Nuestro Señor, a quien harán vela voluntaria todos los adoradores que tiene en Rubí. Jesús se quedará este año dentro de la iglesia, por el temor de que saliendo perturbe el orden público, Él que es la pacificación de los espíritus y de los pueblos.”

En Julio de 1936 comienza la fase sangrienta de la persecución religiosa

Ramón Ratés, hombre de ideas opuestas a las del Dr. Guardiet, escribe en su libro “Memories d’un cafeter”: “Comenzada la guerra civil y tras algunos asesinatos… supe que se proponían matar al Dr. Guardiet, y por primera y única vez, de prisa y corriendo, me fui a la rectoría para ofrecerle refugio en mi casa, el lugar más seguro, porque nadie sospecharía que estuviese escondido en casa Ratés. El hombre, conmovido, me abrazó y me dio las gracias, pero rehusó el ofrecimiento.”

El Doctor Parellada, médico de Rubí, la mañana del día 19 de julio fue a buscar al Dr. Guardiet al Casal Popular donde presidía una reunión de la Juventud Católica Femenina, para decirle que a las tres cerraban la frontera, que se marchaba y que si no se iba con él ya no tendría tiempo de marchar. El Dr. Guardiet le dio las gracias y declinó la invitación “Mi sitio está junto a mis feligreses”, le dijo.

El lunes día 20 de julio abrió la iglesia y dio la Comunión cada cuarto de hora, como hacía siempre. Pero al llegar la noche gente amenazadora se apostaba en torno de la Parroquia. El Vicario Mn. Josép Tintó, testigo de los hechos, y que pudo salir con vida, relata lo sucedido:

Un tiro a media noche fue la señal de ataque convenido. Momentos después llamaba estrepitosamente a la puerta de la casa rectoral un numeroso grupo de gente armada exigiendo las llaves del templo y la presencia del "Señor Guardiet".

Se presentó conmigo en la plaza; le obligaron a abrir la Iglesia y encender las luces. La mayoría de los asaltantes se mostraban cohibidos ante la serenidad y autoridad moral del Dr. Guardiet, pero, instigados por el que capitaneaba el grupo, irrumpieron atropelladamente en el templo.

El Dr. Guardiet se dirigió al jefe de los asaltantes y le pidió autorización para retirar el Santísimo Sacramento a su casa. El jefe se la dio.

Una vez en la rectoría miraba por una ventana preguntándose esperanzado si se limitarían sólo al saqueo, pero el ruido de apilar los bancos, las explosiones de las botellas de líquido inflamable y los primeros fogonazos de las llamas que consumían en pocos instantes la obra de muchos siglos, desvanecieron su esperanza.

El Dr. Guardiet pasó ante Jesús Sacramentado en amistoso coloquio las cuatro horas que faltaban hasta el amanecer, disponiéndose para el martirio que sabía próximo. Al apuntar el nuevo día, en una de sus reacciones características que reflejan su personalidad, bajó a la plaza completamente solo con un cubo de agua con la vaga esperanza de salvar lo poco que restaba por destruir. Volvió por otro cubo una y otra vez hasta que uno de los revolucionarios que quedaba por allí, amistosamente le convenció de que en interés de todos volviera a la rectoría. Acató, pues tras los sufrimientos de aquella noche ya poco le importaban la detención, la cárcel y la muerte.

Detención, prisión y muerte

El martes 21 le detenían, y entre un griterío amenazador le llevan a la cárcel de Rubí. Allí pasó 15 días rezando y dando consuelo religioso a los demás detenidos.

El tres de agosto, a las tres de la madrugada, unos milicianos forasteros le sacan de la cárcel y con otros dos vecinos de Rubí le llevan a la carretera de San Cugat al Tibidabo, la sangrienta Arrabassada, y le asesinan en lugar conocido por el Pi Bessó (el pino gemelo).

En su recuerdo se erigió en 1939 un monolito de piedra, que en los últimos años ha sido profanado repetidas veces, pero que otras tantas, los celosos “Amigos del Doctor Guardiet” de Rubí, lo han restaurado y lo mantienen siempre ornado con flores.

Sus venerables despojos fueron inhumados en el Cementerio del Sudoeste de Barcelona, y en 1945 trasladados a su querida Parroquia de San Pedro de Rubí, junto al altar de la Virgen de Montserrat de la que fue gran devoto.

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11:49 p.m.

Por: . | Fuente: Somos.Vicencianos.org

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En distintos lugares de España, Beatos Fortunato Velasco Tobar y 13 compañeros, de la Congregación de la Misión;asesinados por odio a la fe ( 1934-1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Salazar de Amaya es una aldea burgalesa asentada a la sombra de la Peña Amaya, testigo del nacimiento de Castilla, era 894.

En ella nació el P. Gutiérrez el 11 de noviembre de 1886. Sus padres se llamaron Juan y Vicenta.

De temperamento muy en, consonancia con el paisaje bra­vío que le vio nacer, desde chico fue de famosos hechos y no santos.

Para muestra, todo un señor botón.

Cuando él tenía diez años, cierta mujer del pueblo sor, prendió a Andrés Avelino y a otro guaja haciendo una trave­sura gorda y los reprendió severamente y aun diz que les in­sultó más de la cuenta. Con buena gentecilla se metió la pobre. La molieron a golpes; tanto, que, creyéndola muerta, la tira­ron a un arroyo, y gracias a que en el hilillo de agua que por él corría halló la infeliz su resurrección.

Pero el cachorrillo se dejaba domar y aun gobernar por la mansedumbre de una corderilla, su hermana, algo mayor de edad. A ella debió —es confesión propia— que su Primera Comunión fuera ejemplarísima; a ella, el haberse aprendido, como nadie, el Catecismo; a ella, la vocación religiosa.

Porque, sí, señor; con asombro inaudito de todos los veci­nos de Salazar, un día corrió por el pueblo este clamor: “¡An­drés se ha ido fraile!”

Y para fraile se metió a estudiar en la Escuela Apostólica de Tardajos.

A punto estuvo de darles la razón a sus paisanos, que de­cían: “¡Ese, fraile! No tardará en volver ¡Es imposible que persevere tan buena pieza!” Y el caso fue que “le picó la mosca”, sin que le aprovecharan, ni poco ni mucho, los conse­jos sabios de los respetables y reverendos Padres, sus profe­sores; mas Dios, que cuando quiere aprovecha incluso con el veneno, se sirvió de un apostoliquillo para reducir al rebelde, cuando mismo, maleta en mano, se disponía a abandonar el Colegio.

Terminados felizmente sus estudios de humanidades, in­gresó en, el noviciado de la Congregación de la Misión, el año 1903. Pronunciados a su debido tiempo los santos votos, es­tudiada la Filosofía en Hortaleza y la Teología en Madrid, aun sin recibir las sagradas Órdenes, fue destinado como pro­fesor al Colegio de Limpias. Sobre su conducta durante el es­tudiantado nada de especial es de advertir, si no son algunos borbotones de su carácter violento, sobre los que hay que echar mi velo de indulgencia. Nada tiene de extraño, que la fierecilla se revolviera y mordiera las cadenas con que su fuer­za de voluntad la aprisionaba. Y no disimulamos —nótese bien—en nuestros biografiados sus defectos, precisamente para destacar más el efecto de la gracia divina, que sale boyante entre el mar furioso de pasiones que en el hombre o la mujer nacen como las espinas en la tierra.

Al año de su estancia en Limpias se’ ordenó. Su actuación como profesor fue brillantísima y eficacísima. Su sola mirada llamaba al orden a los colegiales. Alguien dijo entonces que tres como el P. Gutiérrez bastaban para regir mi ejército de colegiales.

Desde 1917 a 1930 estuvo de residencia en Tardajos, con destino a las Misiones en la provincia de Burgos, en, los últi­mos años como Director. Para la predicación misionera se dis­ponía concienzudamente: nunca se repetía, afirma un -testigo. Su talento, extraordinario, y su erudición, abundante, exqui­sita, no le dispensaba, en su recto juicio, del estudio constan­te. No manojo, sino maraña de nervios, era exageradísimo en los gestos, aunque con los años se fue moderando. Sudaba en­tre témpanos de nieve y gritaba con desafuero: en una Nove­na-Misión que predicó en, el Santuario de los Milagros, decía la gente: “Pensa, pensa, que con berrar está todo feito.” Decía mal su bravura con fa melosidad gallega. Él era trompeta y aun trombón que sonaba demasiado fuerte en la terriña de las gaitas. En Burgos se le llamaba “El Padre Tareas.”

Desde 1930 a 1933 estuvo destinado en la ciudad de Oren­se, dedicado al servicio de la iglesia encargada a la Comuni­dad; pero más a la predicación de los Preceptos y otros ser­mones sueltos en los pueblos de la provincia.

Mediando el año 1933 fue trasladado a Gijón. Aquí le es­peraba la Providencia divina —serutans corda et renes Deus ­para otorgarle el singular privilegio del martirio.

¿Cómo fue?

Terrible.

Apuntemos los datos conocidos. Uno de sus asesinos fue detenido en Valencia, a poco de terminada la guerra, y se le obligó a recomponer la escena.

El motivo ocasional de su detención lo refiere así el Padre Lozano:

“… El P. Gutiérrez fue un día llamado por teléfono. ¿Fue una penitenta? Así le dijeron, y él se lo creyó cumplidamente. Quienquiera que fuese, comenzó por preguntarle si estaba en el puerto el crucero Cervera. El barco en cuestión era enton­ces el terror de Gijón. Sin darse cuenta de ello y de que los teléfonos todos estaban intervenidos, el Sr. Gutiérrez contestó al interlocutor dando toda suerte de detalles sobre la presencia del barco y algunas de sus características técnicas. Media hora después, los ridículos milicianos, que tantos días les habían visitado, se presentaban en casa preguntando por él y se lo llevaban para no volver. Por la noche, ya se comentaba que había estado en complicidad con el Cervera.”

3 de agosto. Invención del cuerpo del Protomártir San Es­teban. Esta es la fecha.

Y el monte de San Justo, a poca distancia relativamente de Villaviciosa, trasunto del Calvario. A su falda se paró el coche fatal. Largo había sido el paseo.

Las fieras, al ver en su cubil a la víctima, ¡cómo gozan! ¡Y se regodean! Despiértanse instintos de trogloditas. Hay de­talles canibalescos.

Con gran rapidez se apearon los milicianos, la gavilla de esbirros, y a empujones le hicieron bajar al P. Gutiérrez.

La subida al monte, penosa y triste, pero piadosa. “Iba hablando solo”, decía el asesino Fraisón. Por lo visto, rezaba. Llegaron más arriba de “La Venta de la Rana”. Y el león hecho cordero, camino de su inmolación, tenía presente la imagen del Inmaculado. ¡Tantos años aprendiendo la lección de mansedumbre que El tanto ponderó poniéndose como Maes­tro de teoría y práctica! Su geniazo, reprimido muchas veces, mas nunca debilitado, que con tanta frecuencia había servido de ejercicio de paciencia a los hermanos, se había embotado al fin. Genio y figura, dicen, hasta la sepultura. Se equivocó el refrán por esta vez. En aquellos meses en que se veía a las bestias revolucionarias tejer con febril empeño los últimos plin­tos de la urdimbre maldita, el P. Gutiérrez dio un cambiazo. Su pasión dominante cayó hecha una piltrafa. Había logrado, en fiera lid, total victoria.

Por eso, ante el Comité de El Llano guardó silencio y no desmenuzó entre sus uñas al desgraciado presidente, Campa­nal, que Dios haya perdonado.

Por eso, no rechinaron ya sus dientes cuando le insultaban, o le cacheaban desvergonzados, o le maltrataban.

Por eso, cuando ellos blasfemaban, él rezaba. Y por lo bajo, sin afán de reto, sin alarde corajudo.

Por eso, tranquilamente, santamente, cristianamente, subía y subía por la senda que él trabajosamente abría entre la maleza del monte de San Justo.

Antes que él se cansó el tropel de bárbaros.

Y sonó la descarga cerrada. Era la rabia del infierno con­vertida en pólvora.

Resonaron los tiros en los cercanos “casines”.

¡Ay! De ninguno de ellos surgió una Verónica.

Pero han guardado una frase de incalificable fiereza: —”No hay tiro de gracia; que sufra y se…”

Era un lunes, por la mañana.

El sadismo de aquellos tigres se satisfizo largo rato, vién­dole padecer, entre cuchufletas, sarcasmos y burlas.

Al fin, se fueron los criminales.

Y las horas de espantosa agonía continuaron. A voces pedía auxilio. Sus alaridos repercutían a lo lejos; mas sólo las mon­tañas los recibían compasivas. Los humanos de los contornos, que los oían,-eran menos impresionables que las piedras. Diz que temían a los rojos emboscados.

Pero, no; que para robarle el reloj ya tuvieron ánimo. ¿No sería consigna infernal no rematarle para que se des­esperase?

Mas el Ángel Consolador estaría a su lado, como hizo en el Huerto de Getsemaní, cuando el Divino Agonizante quiso con el sudor de su sangre regar la tierra. De las ramas de los ar­bustos entre los cuales cayó el P. Gutiérrez cuelgan rubíes, que son las gotas de su sangre, y con ellas empurpura también el suelo.

¡Trágica estampa la que ofrecía el pobre malherido: incor­porándose y volviendo a caer, siendo inútiles todos sus esfuer­zos por levantarse y echar a andar!

Todavía, al cabo de tres años, se notaba el hoyo que su pie hiciera, al servir en vano de palanca para la erección. Expiró.

De Villaviciosa vino el carro de recoger las basuras de la calle, para transportar el cadáver.

Abochorna el decirlo, pero es menester; que se entienda de qué indignidades somos capaces los civilizados, si Dios nos deja de su mano.

Y es que el carretero, al conducirlo, pegaba palos al cadá­ver, diciendo “¡Me c… en tu alma!”…

El lugar del espantoso crimen y del triunfo admirable está hoy acotado: una reja lo circunda y en su centro se levanta airosa la Cruz redentora.

En el Cementerio Ceares, de Gijón, descansan los restos gloriosos del invicto Mártir. Fueron a él trasladados al termi­nar la guerra en Asturias.

En el Cielo está su alma. Porque sufrió la prueba, ha reci­bido la corona de la vida, prometida por Dios a los que le aman.

BIOGRAFÍAS DE MISIONEROS PAULES Edición 1942
Autor: Elías Fuente

Este grupo de mártires está integrado por:

1. TOMÁS PALLARÉS IBÁÑEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 06 Marzo1890 en Iglesuela del Cid, Teruel (España)
martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

2. SALUSTIANO GONZÁLEZ CRESPO
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 01 Mayo 1871 en Tapia de la Ribera, León (España)
martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

3. LUIS AGUIRRE BILBAO
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 13 Septiembre 1914 en Murguía, Vizcaya (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Alcorisa, Teruel (España)

4. LEONCIO PÉREZ NEBREDA
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 18 Marzo1895 en Villarmentero, Burgos (España)
martirio: 02 Agosto 1936 en Las Planas de Oliete, Teruel (España)

5. ANDRÉS AVELINO GUTIÉRREZ MORAL
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 11 Noviembre 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España)
martirio: 03 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

6. ANTONI CARMANIÚ MERCADER
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 17 Agosto 1860 en Rialp, Lérida (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Llavorsi, Lérida (España)

7. FORTUNATO VELASCO TOBAR
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 31 Mayo 1906 en Tardajos, Burgos (España)
martirio: 24 Agosto 1936 en Alcorisa, Teruel (España)

8. RICARDO ATANES CASTRO
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 05 Agosto 1875 en Cualedro, Orense (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

9. PELAYO JOSÉ GRANADO PRIETO
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 30 Julio 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España)
martirio: 27 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

10. AMADO GARCÍA SÁNCHEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 29 Abril 1903 en Moscardón, Teruel (España)
martirio: 24 Octubre 1936 en Gijón, Asturias (España)

11. IRENEO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 10 Febrero 1879 en Los Balbases, Burgos (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

12. GREGORIO CERMEÑO BARCELÓ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 09 Mayo 1874 en Sitios, Zaragoza (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

13. VICENTE VILUMBRALES FUENTE
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 05 Abril 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

14. NARCISO PASCUAL y PASCUAL
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 11 Agosto 1917 en Sarreaus de Tioira, Orense (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

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11:49 p.m.

Por: . | Fuente: Lasalle.org // Sallep.net

Religioso y Mártir

Martirologio Romano: En territorio de la Arquidiócesis de Madrid, España, Beatos Alberto María Marco y Alemán y 8 compañeros de la Orden de los Carmelitas de la Antigua Observancia; Agustín María García Tribaldos y 15 compañeros del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, asesinados por odio a la fe. ( 1936-1937)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

El joven Eleuterio, de cuerpo frágil pero de alma ardiente, reveló, al entrar en el Noviciado Menor de Bujedo, sorprendente energía. No hacía falta repetirle una indicación; cada palabra de un profesor o vigilante tenían para el autoridad suficiente para obedecer sin vacilación ni retraso.

Dotado de buena inteligencia y tenacidad no común, alcanzó tos primeros puestos en los exámenes. Sus progresos en la piedad iban a la par de los estudios. No escatimaba esfuerzo en el cumplimiento de su deber. Sus buenas disposiciones se irán consolidando en los años de su formación religiosa y profesional; cuando llegó la hora de llevar la buena nueva a los niños, se encontraba dispuesto a derramar en sus almas infantiles Io que desbordaba de Ia suya. Inauguró su misión de educador en el colegio de Ntra. Sra. de las Maravillas, de Madrid donde permaneció tres años.

Después se encargó el Hno. Eleuterio Román de la clase superior del Noviciado Menor de Griñón.

En posesión de varios diplomas oficiales, amasaba cada día el pan de sus lecciones, antes de distribuirlo a sus alumnos. Enemigo de conversaciones ociosas, se mantenía ocupado por deber profesional y más aún por respeto a la Regla. Por el contrario, en los recreos y paseos se complacía en bromas y animaba la conversación con palabras edificantes.

Enviaron después al Hno. Eleuterio Román a la comunidad de Puente de Vallecas; era allí el más antiguo y por ello reemplazaba al Hno. Director en sus ausencias y todo seguía funcionando con regularidad. Tímido y reservado por naturaleza, se mostraba irreductible en lo fundamental y exigente en lo que suponía era su deber.

Las frecuentes revueltas del barrio de Puente de Vallecas afectaban profundamente al Hno. Eleuterio Román por su temperamento nervioso. Pero nunca salió de su boca un calificativo duro contra el furioso populacho, cegado por la pasión. Sólo Dios sabe la angustia de su corazón en la tremenda noche en que, a las once, fue necesario consumir las Sagradas Especies, mientras fuera bramaba el clamor de la multitud y el estampido de los disparos de la fusilería. Sintió más que nadie la angustia mortal de los Hermanos, cuando se vieron en la calle, rodeados de los revolucionarios y sin saber dónde refugiarse.

Algunos lograron por fin ocultarse y librarse de los sin Dios. Pero el Hno. Eleuterio Román no tardó en ser reconocido y llevado a la cárcel. Como el Real Profeta, "había amado la justicia y odiado la impiedad"; por ello mereció la gracia, beatificada por el divino Maestro, de la persecución y del martirio.

Fue fusilado en odio a la fe en Madrid el 3 de Agosto de 1936. Su muerte está testificada por la fotografía nº 9.3, expuesta en la Dirección General de Seguridad, que hemos comprobado poco después de estos acontecimientos.

Murió a los 39 años, 23 de vida religiosa y 14 de profesión perpetua.

Este grupo de mártires está integrado por:



1. EUGENIO GARCÍA TRIBALDOS (AGUSTÍN MARÍA), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 13 Julio 1877 en Vellisca, Cuenca (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Madrid (España)

2. MIGUEL SOLAS DEL VAL (ANSELMO PABLO), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 08 Mayo 1890 en Briviesca, Burgos (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Casa de Campo, Madrid (España)

3. ALEJANDRO GONZÁLEZ BLANCO (BRAULIO JOSÉ), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 23 Julio 1890 en Villovieco, Palencia (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Casa de Campo, Madrid (España)

4. PABLO DÍAZ DE ZÁRATE y ORTIZ DE ZÁRATE (NORBERTO JOSÉ), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 21 Enero 1892 en MuruaCogoitia, Álava (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Casa de Campo, Madrid (España)

5. GUILLERMO ÁLVAREZ QUEMADA (OSEAS), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 10 Febrero 1890 en Sta. Cruz de la Salceda, Burgos (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Casa de Campo, Madrid (España)

6. LUIS HERRERO ARNILLAS (ESTEBAN VICENTE), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 22 Agosto 1893 en La Serna, León (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Casa de Campo, Madrid (España)

7. JUAN LANZ PALANCA (CRISÓLOGO), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 11 Agosto 1880 en Pamplona, Navarra (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Casa de Campo, Madrid (España)

8. ELEUTERIO MANCHO LÓPEZ (ELEUTERIO ROMÁN), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 20 Febrero 1898 en Fuentes de Valdepero, Palencia (España)
martirio: 03 Agosto 1936 en Puente Vallecas, Madrid (España)

9. JUAN LUCAS MANZANARES (BRAULIO CARLOS), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 10 Diciembre 1913 en Campillo Lorca, Murcia (España)
martirio: 23 Febrero 1937 en Puente Vallecas, Madrid (España)

10. IGNACIO GONZÁLEZ CALZADA (ROGACIANO), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 31 Julio 1885 en Terrazos de Bureba, Burgos (España)
martirio: 24 Julio 1936 en Madrid (España)

11. JOAQUÍN RODRÍGUEZ BUENO (IRENEO JACINTO), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 20 Agosto 1910 en Mazuelo de Muñó, Burgos (España)
martirio: 22 Julio 1936 en Almudena, Madrid (España)

12. VICENTE LÓPEZ y LÓPEZ (VIRGINIO PEDRO), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 27 Octubre 1884 en Miraveche, Burgos (España)
martirio: 22 Julio 1936 en Almudena, Madrid (España)

13. PEDRO BRUCH COTACÁNS (ANASTASIO PEDRO), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 30 June 1869 en Gerona (España)
martirio: 14 Septiembre 1936 en Hortaleza, Madrid (España)

14. ALBERTO JOSÉ LARRAZÁBAL MICHELENA (JUNIÁN ALBERTO), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 04 Febrero 1893 en Irún, Guipúzcoa (España)
martirio: 7 Septiembre 1936 en Arganzuela, Madrid (España)

15. EUSEBIO ANGULO AYALA (LUIS VICTORIO), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 14 Diciembre 1894 en QuintanillaValdegovia, Álava (España)
martirio: 7 Septiembre 1936 en Arganzuela, Madrid (España)

16. RAMIRO FRÍAS GARCÍA (VIDAL ERNESTO), religioso profeso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle)
nacimiento: 13 Marzo 1906 en Villajimena, Palencia (España)
martirio: 28 Noviembre 1936 en junto al cementerio de Vicalvaro, Madrid (España)

17. DANIEL GARCÍA ANTÓN (DANIEL MARÍA), clérigo profeso de los Carmelitas de la Antigua Observancia
nacimiento: 11 Deciembre 1913 en Navacepeda de Tormes, Ávila (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Carabanchel Bajo, Madrid (España)

18. SILVANO VILLANUEVA GONZÁLEZ (SILVANO MARÍA), clérigo profeso de los Carmelitas de la Antigua Observancia
nacimiento: 06 Febrero1916 en Huérmeces, Burgos (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Carabanchel Bajo, Madrid (España)

19. ADALBERTO VICENTE MUÑOZ (ADALBERTO MARÍA), clérigo profeso de los Carmelitas de la Antigua Observancia
nacimiento: 23 Abril 1916 en Cuéllar, Segovia (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Carabanchel Bajo, Madrid (España)

20. AURELIO GARCÍA ANTON (AURELIO MARÍA), clérigo profeso de los Carmelitas de la Antigua Observancia
nacimiento: 14 Agosto 1916 en Navacepeda de Tormes, Ávila (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Carabanchel Bajo, Madrid (España)

21. FRANCISCO PÉREZ Y PÉREZ (FRANCISCO MARÍA), clérigo profeso de los Carmelitas de la Antigua Observancia
nacimiento: 30 Enero 1917 en Ros, Burgos (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Carabanchel Bajo, Madrid (España)

22. ÁNGELO REGUILÓN LOBATO (ÁNGEL MARÍA), clérigo profeso de los Carmelitas de la Antigua Observancia
nacimiento: 01 June 1917 en Pajares de la Lampreana, Zamora (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Carabanchel Bajo, Madrid (España)

23. NICOMEDES ANDRÉS VECILLA (BARTOLOMÉ FANTI MARÍA), clérigo profeso de los Carmelitas de la Antigua Observancia
nacimiento: 26 Agosto 1917 en Pajares de la Lampreana, Zamora (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Carabanchel Bajo, Madrid (España)

24. JOSÉ SÁNCHEZ RODRÍGUEZ (ÁNGEL MARÍA), clérigo profeso de los Carmelitas de la Antigua Observancia
nacimiento: 02 Agosto 1918 en Pajares de la Lampreana, Zamora (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Carabanchel Bajo, Madrid (España)

25 FRANCISCO MARCO ALEMÁN (ALBERTO MARÍA), sacerdote profeso de los Carmelitas de la Antigua Observancia
nacimiento: 23 Mayo 1894 en Caudete, Albacete (España)
martirio: 28 Noviembre 1936 en Paracuellos de Jarama, Madrid (España)

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5:10 p.m.
SAN ASPRENATO

OBISPO


PALABRA DE DIOS DIARIA

En Nápoles, de la Campania, san Asprenato, primer obispo de la ciudad (s. II/III).Muchos napolitanos, por la gran devoción para el patrón principal de la ciudad san Genaro y de su espectacular milagro anual de la licuefacción de la sangre, ha olvidado o hasta ignoran que el primer obispo de la naciente comunidad cristiana de Nápoles fue san Asprenato, mientras san Genaro fue obispo de Benevento y mártir en Pozzuoli en las proximidades de Nápoles. 

De san Asprenato se sabe que vivió entre finales del siglo I y principios del siglo II, época en que los más recientes estudios arqueológicos, fijan los principios de la Iglesia napolitana, y como confirmación de esto, se sabe que el nombre Asprenato fue muy popular en el período de la república y en los primeros tiempos del imperio romano, luego cayó en desuso.

Varios antiguos documentos comprendidos en el famoso Calendario Marmóreo de Nápoles, certifican su existencia durante los mandatos de los emperadores Trajano y a Adriano y fijan en veintitrés años la duración de su episcopado. 

De su vida no se sabe nada cierto, pero una antiquísima leyenda repetida con modificaciones en textos posteriores, cuenta que san Pedro, fundada la Iglesia de Antioquía, se encaminó hacia Roma con algunos discípulos, pasó por Nápoles, aquí encontró una viejecita enferma (identificada luego como santa Cándida La Anciana), quien prometió adherirse a la nueva fe si se curaba.

Pedro hace una oración pidiendo la sanación, a lo que los discípulos de Antioquía contestaron con ¡Amén!, Cándida se sanó, y encomienda cure también a un amigo suyo llamado Asprenato enfermo desde hace tiempo y que si lo curara también ciertamente se convirtiría. 

En este instante Pedro también intercede y logra que sea curado, y luego de catequizarlo, lo bautiza. El cristianismo vivía una rápida difusión en Nápoles, y cuando Pedro decidió retomar el viaje hacia Roma, consagro a Asprenato como obispo.

Él hizo construir el oratorio de Santa María del Principio sobre que surgirá la basílica de santa Restituta y fundó la iglesia de san Pedro en Aram donde todavía hoy se conserva el altar sobre el que el apóstol celebró el Sacrificio. 

El santo obispo murió rico en méritos, y varios milagros fueron conseguidos por su intercesión; su cuerpo fue llevado al oratorio de santa María del Principio, algunos estudios más recientes dicen que las reliquias están en las catacumbas de san Genaro, en cuyos alas superiores están las imágenes, no bien conservadas, de los primeros 14 obispos napolitanos.

Después de san Genaro es el segundo de los 47 santos protectores de Nápoles, cuyos bustos de plata son custodiados en la capilla del tesoro de san Genaro en la Catedral (el Duomo), aquí también esta conservado el bastón con el que san Pedro lo curó. 

En la ciudad, en épocas diferentes, fueron elegidas dos iglesias en su honor y una capilla le es dedicada en la antiquísima basílica de santa Restituta. 

Es invocado para calmar la jaqueca, su fiesta litúrgica es recordada en el Martirologio Romano y en el Calendario Marmóreo al 3 de agosto.

11:49 p.m.

Mártires de Barbastro

Martirologio Romano: En Barbastro, en España, beatos Felipe de Jesús Munárriz Azcona y 50 compañeros, mártires, todos ellos Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de la Bienaventurada Virgen María (Claretianos), que, fueron asesinados a las puertas del cementerio por milicianos. ( 1936)

Fecha de beatificación: 25 de octubre de 1992 por S.S. Juan Pablo II

Breve Reseña


Todo comenzó con la sublevación del 17 de julio de 1936. En la ciudad de Barbastro (Huesca) se vivía en una serena tensión. 59 misioneros claretianos, la mayoría jóvenes estudiantes, confiaban en las palabras del coronel Villalba: "Las tropas están acuarteladas. En el momento dado responderán". El día 20, lunes, a las 5,30 de la tarde llegó el registro a la casa. Todos fueron enviados a la cárcel entre insultos y amenazas. Esta estaba a tope. En la misma plaza se alzaba el colegio de los Escolapios, con un salón relativamente amplio. Esa sería la prisión de los claretianos. Todavía escuchaban de los escolapios palabras de esperanza, pero pronto se iría ensombreciendo el paisaje. Los pocos colchones se los llevaron, no podían cambiarse y debían lavar los pañuelos en el agua que les daban para beber. En tres semanas y media sólo pudieron afeitarse tres veces. Todos sumados eran 49 personas en un local de 25 metros de largo por 6 de ancho. Aquel agosto era especialmente caluroso.

Dos estudiantes argentinos, liberados unos días antes de los fusilamientos, nos han transmitido los momentos de sufrimiento moral a los que fueron sometidos. Parussini, uno de ellos, escribía: "Cierto día nos dijeron que la cena sería nuestra última comida. Oída la feliz nueva, busqué un trozo de papel y escribí unas líneas de despedida...". Más de cuatro veces recibieron la absolución general creyendo que la muerte era inminente. Los largos días de encierro dieron tiempo para muchas cosas, también para los recuerdos anecdóticos y el humor. Siempre llenos de paz, tranquilidad y alegría. Uno de los estudiantes argentinos declaraba: "Nos lo repetían constantemente: No odiamos vuestras personas. Odiamos vuestra profesión, vuestro hábito negro, vuestra sotana". La causa de la detención y la ejecución estaba clara.

El lunes 10 de agosto, aunque no lo sabían, comenzaba la última semana de su vida. Hacía 8 días que habían fusilado ya al P. Superior y a los dos consejeros junto con otros sacerdotes y seglares del pueblo. También habían fusilado al obispo de Barbastro D. Asensio Barroso. El día 11 de agosto recibieron la visita de un representante del comité. Las acusaciones de posesión de armas y de complots no conseguían abrirse paso ante la inocencia de los jóvenes religiosos. Les prohibieron hablar en voz alta y agruparse más de dos. El Rector de los Escolapios les bajó unos libros, pero ya no era tiempo de leer sino de prepararse para morir.

El 12 de agosto sería un día inolvidable para nuestros jóvenes. Eran las siete de la mañana. Uno del comité irrumpía en el salón pidiendo los nombres. La lista negra ya estaba confeccionada. Uno de los dos estudiantes argentinos escribía después: "Todos se confesaron por última vez y pasaron el día en oración...Todos estaban contentos de sufrir algo por la causa de Dios. Todos perdonaban a sus verdugos y prometían rogar por ellos en el cielo". Leer sus escritos produce escalofríos. En libretas de música, en el taburete del piano, en los papeles de chocolate: "Con el corazón henchido de alegría santa, espero confiado el momento cumbre de mi vida: el martirio". "No se nos ha encontrado ninguna causa política. No se nos ha habido ningún juicio. Morimos todos contentos por Cristo, por su iglesia y por la fe de España". "Queridos padres: muero mártir por Cristo y por la Iglesia. Muero tranquilo cumpliendo mi sagrado deber. Adiós, hasta el cielo". Aquel día se llevaron a los seis mayores.

En una envoltura de chocolate se conservan las últimas palabras de todos a la madre Congregación. Las encabeza un nombre decisivo: Faustino Pérez, estudiante. Y dice así:

"Agosto, 12 de 1936, en Barbastro. Seis de nuestros compañeros son ya mártires: Pronto esperamos serlo nosotros también. Pero antes queremos hacer constar que morimos perdonando a los que nos quitan la vida y ofreciéndola por la ordenación cristiana del mundo obrero, el reinado definitivo de la Iglesia Católica, por nuestra querida Congregación y por nuestras queridas familias.¡LA OFRENDA ULTIMA A LA CONGREGACIÓN, DE SUS HIJOS MÁRTIRES!" (Y a continuación cuarenta firmas precedidas de Vivas a Cristo y al Corazón de María). Y terminaba: "Vive inmortal, Congregación querida. Mientras tengas en las cárceles hijos como los que tienes en Barbastro, no dudes de que tus destinos son eternos. ¡Quisiera haber luchado en tus filas: Bendito sea Dios!".

La noche del 12 al 13 iba a ser para algunos la última. Todos se habían confesado y rezado. Los estudiantes extranjeros habían oído las últimas confidencias y enjugado las últimas lágrimas. Todos se habían acostado. Aún no habían pasado las dos horas cuando, a media noche, se abrieron las puertas entrando milicianos con cuerdas ya ensangrentadas. "Atención, bajen del escenario los que tengan más de 26 años!". Como nadie los tenía nadie se movió. Tampoco de 25. Entonces mandaron encender las luces y leyeron los primeros veinte nombres. Detrás de cada nombre una voz firme: "¡Presente!", y bajaban del escenario. Formaban una sola fila en la pared mientras les ataban las manos a la espalda y los codos de dos en dos. "Todos estaban tranquilos y resignados: sus rostros tenían algo de sobrenatural que no es posible describir. En todos se notaba el mismo valor, el mismo entusiasmo; ninguno desfalleció ni mostró cobardía". Los que quedaban en el escenario contemplaban estupefactos la escena. Oyeron a algunos perdonar a los que les ataban, a otros les vieron coger del suelo las cuerdas, besarlas y dárselas a los que les ataban. Alguno gritó: "Adiós hermanos, hasta el cielo". Uno de los guardias comentó dirigiéndose a los que quedaban en el escenario: "Vosotros todavía tenéis un día entero para comer, reír, divertiros, bailar y hacer lo que queráis. Mañana a esta misma hora vendremos a buscaros como a esos y os daremos un paseíto a la fresca hasta el cementerio. Ahora, apagad las luces y a dormir". Las detonaciones fueron oídas por los que quedaban en el salón.

Por fin, a las 5,30 de la tarde, dejaron libres a los dos estudiantes argentinos Hall y Parussini, que se despidieron con lágrimas de los que poco después morirían mártires. Es necesario ahora citar un nombre: Faustino Pérez. En él el heroísmo aparecía con caracteres más vehementes. A él se debe, entre otras cosas, la despedida que dedicó a la Congregación, una despedida que no se puede leer sin sentir un profundo escalofrío de emoción:

"Querida Congregación. Anteayer, día 11, murieron, con la generosidad con que mueren los mártires, 6 de nuestros hermanos; hoy, 13, han alcanzado la palma de la victoria 20, y mañana, 14, esperamos morir los 21 restantes. ¡Gloria a Dios! ¡Gloria a Dios! ¡Y qué nobles y heroicos se están mostrando tus hijos, Congregación querida!. Pasamos el día animándonos para el martirio y rezando por nuestros enemigos y por nuestro querido Instituto; cuando llega el momento de designar las víctimas hay en todos serenidad santa y ansia de oír el nombre para adelantarse y ponerse en las filas de los elegidos; esperamos el momento con generosa impaciencia, y cuando ha llegado, hemos visto a unos besar los cordeles con que les ataban, y a otros dirigir palabras de perdón a la turba armada; cuando van en el camión hacia el cementerio, les oímos gritar ¡Viva Cristo Rey! El populacho responde ¡Muera! ¡Muera! Pero nada los intimida. ¡SON TUS HIJOS, CONGREGACIÓN QUERIDA, estos que entre pistolas y fusiles se atreven a gritar serenos cuando van a la muerte VIVA CRISTO REY! Mañana iremos los restantes y ya tenemos la consigna de aclamar, aunque suenen los disparos, al Corazón de nuestra Madre, a Cristo Rey, a la Iglesia Católica y a Ti, MADRE COMÚN DE TODOS NOSOTROS. Me dicen mis compañeros que yo inicie los vivas y que ellos responderán. Yo gritaré con toda la fuerza de mis pulmones, y en nuestros clamores entusiastas adivina tú, Congregación querida, el amor que te tenemos, pues te llevamos en nuestros recuerdos hasta estas regiones de dolor y muerte. Morimos todos contentos sin que nadie sienta desmayos ni pesares; morimos todos rogando a Dios que la sangre que caiga de nuestras heridas no sea sangre vengadora, sino sangre que entrando roja y viva por tus venas, estimule su desarrollo y expansión por todo el mundo. ¡Adiós, querida Congregación! Tus hijos, mártires de Barbastro, te saludan desde la prisión y te ofrecen sus dolorosas angustias en holocausto expiatorio por nuestras deficiencias y en testimonio de nuestro amor fiel, generoso y perpetuo. Los mártires de mañana, 14, recuerdan que mueren en vísperas de la Asunción; ¡y qué recuerdo éste! Morimos por llevar la sotana y morimos precisamente en el mismo día en que nos la impusieron. Los mártires de Barbastro, y en nombre de todos, el último y el más indigno, Faustino Pérez, cmf. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva el Corazón de María! ¡Viva la Congregación! Adiós, querido Instituto. Vamos al cielo a rogar por ti. ¡Adiós! ¡Adiós!".

A pesar de las amenazas transcurrió todo el día 13 y 14 sin novedad. Cuando dormían la noche del 14 al 15 de agosto un grupo irrumpió en el salón. Todos se levantaron como un solo hombre. Quedó excluido el H. Ramón, cocinero de la comunidad. Se abrazaron mientras les ataban y les golpeaban. Era de noche cuando salían los 17 jóvenes del salón-cárcel. Iban cantando cuando subían al camión. De los golpes con el fusil uno cayó en el camión mismo. Colocados junto a un ribazo, unos de pie, otros de rodillas, unos con los brazos en cruz, otros con el rosario o un crucifijo entre las manos, escucharon la última proposición: "Aún estáis a tiempo. ¿Qué preferís: ir en libertad al frente o morir? Apagadas por las descargas se oyó: ¡MORIR! ¡VIVA CRISTO REY!". La soledad era casi absoluta. Desde el santuario del Pueyo la Virgen, en su fiesta, abrió los brazos con infinita ternura y los recibió en su CORAZÓN.
Unos sencillos monumentos ocupan hoy los lugares exactos de su martirio. Sus restos reposan en la iglesia de Barbastro, en su nuevo mausoleo. 51 en total. La historia de estos jóvenes ha dado la vuelta al mundo. Su Congregación ha cuidado su memoria como un tesoro. Hoy todos podemos, por fin, reconocer públicamente su santidad. Son Beatos, son Bienaventurados. Su fiesta se celebra el 13 de agosto.

Estas fueron las palabras del Papa en su beatificación el 25 de octubre de 1992: "Es todo un seminario el que afronta con generosidad y valentía su ofrenda martirial al Señor... Todos los testimonios recibidos nos permiten afirmar que estos Claretianos murieron por ser discípulos de Cristo, por no querer renegar de su fe y de sus votos religiosos. Por eso, con su sangre derramada nos animan a todos a vivir y morir por la Palabra de Dios que hemos sido llamados a anunciar. Los mártires de Barbastro, siguiendo a su fundador San Antonio María Claret, que también sufrió un atentado en su vida, sentían el mismo deseo de derramar la sangre por amor de Jesús y de María, expresada con esta exclamación tantas veces cantada: "Por ti, mi Reina, la sangre dar". El mismo Santo había trazado un programa de vida para sus religiosos: "Un Hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura por todos los medios, encender a todo el mundo en el fuego del divino amor".
 


Estos son sus nombres: Felipe de Jesús Munárriz, José Amorós, José Badía, Juan Baixeras, Javier L. Bandrés, José Blasco, José Brengaret, Rafael Briega, Manuel Buil, Antolín Calvo, Sebastián Calvo, Tomás Capdevila, Esteban Casadeval, Francisco Castán, Wenceslao Claris, Eusebio Codina, Juan Codinach, Pedro Cunill, Gregorio Chirivas, Antonio Dalmau , Juan Díaz, Juan Echarri, Luis Escalé, José Falgarona, José Figuero, Pedro García, Ramón Illa, Luis Lladó, Hilario Llorente, Manuel Martínez, Luis Masferrer, Miguel Masip, Alfonso Miquel, Ramón Novich, José Ormo, Secundino Ortega, José Pavón, Faustino Pérez, Leoncio Pérez, Salvador Pigem, Sebastián Riera, Eduardo Ripoll, José Ros, Francisco Roura, Teodoro Ruiz de Larrinaga, Juan Sánchez, Nicasio Sierra, Alfonso Sorribes, Manuel Torras, Atanasio Viadaurreta y Agustín Viela.

Película "Un Dios prohibido"

La película “Un Dios prohibido”, que narra la historia de los 51 mártires claretianos de Barbastro, dirigida por Pablo Moreno, se estrenó el 14 de Junio de 2013 en los cines de España.


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Por: . | Fuente: Somos.Vicencianos.org

Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En distintos lugares de España, Beatos Fortunato Velasco Tobar y 13 compañeros, de la Congregación de la Misión;asesinados por odio a la fe ( 1934-1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Natural de Villarmentero (Burgos). Nació el 18 de marzo de 1895. Sus padres, José y Engracia. Perteneció a la Apos­tólica de Tardajos.

Ingresó en la Congregación en Madrid, el día 29 de agosto de 1911. Hizo los votos el 1 de enero de 1914. Estudió la carrera en Hortaleza y Madrid.

Se ordenó de Menores y Subdiácono, respectivamente, los días 6, 7 y 8 de mayo de 1921; de Diácono, el día 21 de mayo de 1922, y de Presbítero, el 10 de julio de este mismo año.

La anormalidad de fechas que habrá podido advertirse, en cuanto a la demora en hacer los votos y recibir las sagra­das Ordenes, debióse a que le salió un bulto en la rodilla, que juzgaron tumor blanco desde el principio. Ello suponía una irregularidad; pero era una verdadera lástima despedir a un sujeto que, por lo demás, tan buenas dotes intelectuales y mo­rales reunía. En esta alternativa se mantuvieron los Superiores durante diez años. Realizada la operación, quirúrgica, el resul­tado fue bien desgraciado, por cierto, aumentando entonces los escrúpulos. Diferidas las Órdenes, se procuró, por todos los medios, corregir las deficiencias hasta lograr un notable éxito ortopédico.

Ya sacerdote, fue destinado a Teruel, para profesor de la Escuela Apostólica. Su espíritu de regularidad, amor al traba­jo, celo de la gloria del Señor. y prosperidad de la Compañía, logró fruto copiosísimo en la formación de los futuros levitas y misioneros, durante los catorce años largos que dedicó a tan sublime labor, en Teruel y Alcorisa. Nunca los Superiores tu­vieron por qué arrepentirse de haber hecho con él la bondadosa excepción arriba aludida. Fue decoro de la Casa de Dios, no desdoro.

Los últimos momentos de su vida y su gloriosa muerte los describe así el Rvdo. P. Santamaría, su Superior de Alcorisa:

“Salió de Alcorisa el día 28 de julio, al tener noticia de que los rojos estaban en Calanda, sembrando el espanto y co­sechando víctimas.

“Llegó este día a la masía de “Las Lomas”, propiedad del médico de Alcorisa, D. Recaredo Arillo. Salió de allí la noche del 30, a las dos de la mañana, con el H. Larrallaga, para “La Masía de los Frailes”, adonde el Sr. Conde le llevó una medi­cina para los pies.

“Después se acogió a “La Mascarada”, propiedad de los Espallargas del Comercio, familia de la confianza de la Casa; estuvo allí como unos tres días, al cabo de los cuales, al verse y ver al Padre en peligro, el mediero le despidió, cambiándo­le el vestido nuevo que llevaba por uno viejo y los zapatos por alpargatas. Con este atuendo camuflado, dejando al masovero 200 pesetas en depósito, y, si ‘las cosas empeoraban, le apli­casen misas, se puso el P. Pérez en camino por aquellas agres­tes montañas de Alloza, hasta dar en la hermosa huerta de Olie­te, pueblo muy frío en religión y entonces, en su mayoría, rojo.

“Era el 2 de agosto, víspera de entrar los comunistas en Oliete, y se encontraba este pueblo sin autoridades, pues ha­bían huido hacia Zaragoza, en vista de la proximidad del ene­migo, y, al acercarse nuestro muy confiado P. Pérez, en él puente, se le hizo encontradizo un individuo de lo más extre­mista del pueblo, llamado José Santiago, de suyo cobarde, aun­que valiente con los débiles y medrosos, que iba al acarreo de mieses con dos caballerías. Al verle con el báculo en la mano y mal trajeado, le dijo el vivo:

-¿Adónde se va por aquí?

-A buscar trabajo.

-Pues aquí no lo encontrará usted.

-Si aquí no lo hay, me dirigiré a Zaragoza.

-¡Oh, a Zaragoza! ¡No se necesita andar!

“Así fueron siguiendo la conversación, hasta la entrada del pueblo. Conducía el malvado comunista dos caballerías; le hizo montar en la una, camino de Zaragoza. A tres kilómetros y medio le desvió de la carretera y le condujo por un camino muerto, que conducía al monte. Cuando ya se habían adentra­do un kilómetro, dijo el fingido que bajase de la caballería, para descender al barranco, y mientras estaba desmontando el Padre, le dio un garrotazo con el baste de acarrear y le dejó en el sitio, robándole, acto seguido, cuanto llevaba.

“Luego, le fue arrastrando, barranco abajo, en donde ha­bía una roca hendida, como de metro y medio de alta.

“No parece que le rematara al punto; señales había de la lucha que tuvo que sostener con el criminal, que le prolongó un cruel martirio, rematando su víctima, una vez hundió a ésta en la cueva, que sirvió de sepulcro y, encerramiento, durante veinte meses.

“Fue la primera víctima, entre las varias que se ejecuta­ron en Oliete.

“Compadezcamos a la víctima inocente y alegrémonos del premio que le acarrearía tan cruel martirio.

“Este fue el fin del buen Padre Pérez…

“El 2 de agosto del 36 fue su martirio y el 22 de abril de 1939 fue trasladado al cementerio local, pues nosotros está­bamos ignorantes de su paradero. Allí se le dio sepultura, por el Sr. Cura, con otras víctimas de la revolución, hasta que el 22 de agosto fue el Superior a trasladar tan gloriosos restos a nuestro panteón de Alcorisa, donde yacen honrosamente.

“¡Y cuál no fue nuestra pena al ver que sólo estaba en el cementerio de Oliete el tronco de su sagrado cuerpo! La ca­beza estuvo rodando por aquellos barrancos por espacio de casi un año, hasta que en dicho día apareció, encontrando también en el lugar del suplicio una Medalla Milagrosa, encerra­da en una bolsa que llevaba pendiente del cuello.”

Hasta aquí la relación del P. Santamaría, que nosotros nos permitimos apostillar.

Sin pretender negar el carácter de martirio, parece ser que la ejecución la inspiró principalmente el deseo desenfrenado del lucro a un criminal marxista, sí, pero ante todo ladrón vul­gar, que supo captarse la confianza del P. Pérez fingiéndose fa­langista, y deducido que tenía dinero, ofrecióse a llevarle a Zaragoza, para desvalijarle con oportunidad criminal preme­ditada. El plan de ocultación de su vil asesinato tiene fácil explicación si se considera que la situación política era con­fusa; de haber creído en el positivo triunfo de los rojos en Oliete, es probable que el bandolero no habría andado con :antas añagazas.

Los detalles del martirio nos parecen simples conjeturas, desposeídas incluso algunas de probabilidad. Así, por ejemplo, se afirma que la víctima fue rematada en la cueva y que la muerte le fue ocasionada únicamente por los golpes. ¿Cómo se explica entonces que, mientras el cuerpo estaba oculto en la cueva, su cabeza anduviese rodando por el barranco? ¿Cuándo fue ésta cortada, antes de ocultar el cuerpo o después? Si des­pués, ¿cómo tantos meses fue de todos desconocido el sepulcro roqueño del tronco? Se nos ocurre preguntar: aun concedien­do que el primer golpe fuese un garrotazo traidor, que atonl tara a la víctima, el criminal, pues iba de siega, ¿no segaría con su hoz la cabeza al P. Pérez?

En previsión de inculpaciones del todo injustas, adverti­mos que al P. Pérez no le dejaron sus hermanos solo en la huida, lo que hubiera supuesto una falta grave de caridad, dado que le era imposible correr, por estar cojo; le acompa­ñaron hasta la masía de “Las Lomas” el P. Conde y el H. La­rrañaga. Al correr por allá la noticia de que la llegada de los rojos a Alcorisa era falsa, el P. Conde volvió en busca de noticias. Habiendo tenido lugar, desgraciadamente, la conquista del dicho pueblo por las hordas, el H. Larrañaga acompañó al P. Pérez hasta la finca de los Espallargas, donde podía estar seguro por la justa confianza que inspiraban los masoveros, y quedarse allí era lo aconsejable, ya que proseguir hasta Zara­goza andando era una aventura demasiado difícil para el po­bre impedido. El pánico, la turbación, etc., trastocaron el plan.

Dios, en sus adorables designios, así lo tenía prefijado. ¡Loado sea!

BIOGRAFÍAS DE MISIONEROS PAULES Edición 1942
Autor: Elías Fuente

Este grupo de mártires está integrado por:

1. TOMÁS PALLARÉS IBÁÑEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 06 Marzo1890 en Iglesuela del Cid, Teruel (España)
martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

2. SALUSTIANO GONZÁLEZ CRESPO
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 01 Mayo 1871 en Tapia de la Ribera, León (España)
martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)

3. LUIS AGUIRRE BILBAO
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 13 Septiembre 1914 en Murguía, Vizcaya (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Alcorisa, Teruel (España)

4. LEONCIO PÉREZ NEBREDA
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 18 Marzo1895 en Villarmentero, Burgos (España)
martirio: 02 Agosto 1936 en Las Planas de Oliete, Teruel (España)

5. ANDRÉS AVELINO GUTIÉRREZ MORAL
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 11 Noviembre 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España)
martirio: 03 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

6. ANTONI CARMANIÚ MERCADER
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 17 Agosto 1860 en Rialp, Lleida (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Llavorsi, Lleida (España)

7. FORTUNATO VELASCO TOBAR
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 31 Mayo 1906 en Tardajos, Burgos (España)
martirio: 24 Agosto 1936 en Alcorisa, Teruel (España)

8. RICARDO ATANES CASTRO
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 05 Agosto 1875 en Cualedro, Orense (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

9. PELAYO JOSÉ GRANADO PRIETO
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 30 Julio 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España)
martirio: 27 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

10. AMADO GARCÍA SÁNCHEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 29 Abril 1903 en Moscardón, Teruel (España)
martirio: 24 Octubre 1936 en Gijón, Asturias (España)

11. IRENEO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 10 Febrero 1879 en Los Balbases, Burgos (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

12. GREGORIO CERMEÑO BARCELÓ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 09 Mayo 1874 en Sitios, Zaragoza (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

13. VICENTE VILUMBRALES FUENTE
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 05 Abril 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

14. NARCISO PASCUAL y PASCUAL
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 11 Agosto 1917 en Sarreaus de Tioira, Orense (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)

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11:49 p.m.

Por: . | Fuente: vocationist.org

Sacerdote y Fundador
de la Comunidad de Padres Vocacionistas
y de la Comunidad de Hermanas Vocacionistas

Martirologio Romano: En Pianura, Italia, Justino María Russolillo, sacerdote, párroco y fundador de la Sociedad de las Divinas Vocaciones ( 1955)

Fecha de beatificación: 7 de mayo de 2011, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.

Padre Justino Russolillo nació el 18 de enero 1891 y fue bautizado en Pianura (Nápoles), al día siguiente. Después de terminar los estudios en su ciudad natal, ingresó en el Seminario de Pozzuoli, donde se distinguió por su inteligencia, humildad y piedad. El Obispo Zezza y Marquis Zampaglione estaban contentos de pagar la matrícula de dicho Seminario al piadoso y brillante seminarista.

El 20 de septiembre de 1913, Justino fue ordenado sacerdote. Mientras estaba arrodillado ante el obispo para la ordenación, juró al Señor para fundar una congregación religiosa para cultivar las vocaciones a la fe, el sacerdocio y la santidad.

Como sacerdote, intensificó el trabajo que ya había empezado como estudiante del Seminario. Cuando fue nombrado Párroco de Pianura el 20 de septiembre de 1920, pronto comenzó a trabajar para la realización de su misión.

El 18 de octubre del mismo año, la primera comunidad de Padres Vocacionistas vio la luz en la rectoría de la parroquia de San Jorge. Un año más tarde se formó la Comunidad de las Hermanas Vocacionistas con los mismos objetivos y metas que la de los Padres.

Los Padres y Hermanas Vocacionistas se extendieron rápidamente por toda Italia, Francia, Brasil, Argentina y EE.UU. y, últimamente han llegaron a Nigeria, India, Filipinas, Madagascar, Colombia y Ecuador.

Dondequiera que iba, su objetivo principal era la búsqueda y el cultivo de las vocaciones, especialmente entre los pobres y los desfavorecidos. La Santísima Trinidad, la Sagrada Familia y la Iglesia Madre fueron la fuente y el centro de su espiritualidad y de sus múltiples ministerios.

Las dos congregaciones religiosas Vocacionistas se convirtieron en congregación de derecho pontificio, el 3 de enero de 1948 y el 24 de mayo de 1947, respectivamente.

El P. Justino completó su misión en la tierra el 2 de agosto de 1955, confortado por los sacramentos de la Iglesia. El 18 de diciembre 1997 el Papa Juan Pablo II declaró oficialmente que el Padre Justino había practicado las virtudes cristianas de manera heroica, por lo que estaba siendo elevado a la dignidad del Venerable.

responsable de la traducción: Xavier Villalta

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NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES


Patrona de Costa Rica




PALABRA DE DIOS DIARIA

La ciudad de Cartago, como muchas otras en la época colonial, segregaba a los blancos de los indios y mestizos. A todo el que no fuera blanco puro se le había prohibido el acceso a la ciudad, donde una cruz de piedra señalaba la división y los límites.

Estamos en los alrededores del año 1635, en la sección llamada "Puebla de los Pardos" y Juana Pereira, una pobre mestiza, se ha levantado al amanecer para, como todos los días, buscar la leña que necesita. Es el 2 de agosto, fiesta de la Virgen de los Ángeles, y la luz del alba que ilumina el sendero entre los árboles, le permite a la india descubrir una pequeña imagen de la Virgen, sencillamente tallada en una piedra oscura, visiblemente colocada sobre una gran roca en la vereda del camino. Con gran alegría Juana Pereira recogió aquel tesoro, sin imaginar que otras cinco veces más lo volvería a hallar en el mismo sitio, pues la imagen desaparecía de armarios, cofres, y hasta del sagrario parroquial, para regresar tenazmente a la roca donde había sido encontrada. Entonces todos entendieron que la Virgen quería tener allí un lugar de oración donde pudiera dar su amor a los humildes y los pobres.

La imagen, tallada en piedra del lugar, es muy pequeña, pues mide aproximadamente sólo tres pulgadas de longitud. Nuestra Señora de los Ángeles lleva cargado a Jesús en el brazo izquierdo, en el que graciosamente recoge los pliegues del manto que la cubre desde la cabeza. Su rostro es redondeado y dulce, sus ojos son rasgados, como achinados, y su boca es delicada. Su color es plomizo con algunos destellos dorados como diminutas estrellas repartidas por toda la escultura.

La Virgen se presenta actualmente a la veneración de sus fieles en un hermoso ostensorio de nobles metales y piedras preciosas, en forma de resplandor que la rodea totalmente, aumentando visualmente su tamaño. De la base de esta "custodia" brota una flor de lis rematada por el ángel que sostiene la imagen de piedra. De esta sólo se ven los rostros de María y el Niño Jesús, pues un manto precioso la protege a la vez que la embellece.

La "Negrita" como la llama el cariño de los costarricenses, fue coronada solemnemente el 25 de abril de 1926. Nueve años más tarde, su Santidad Pío XI elevó el Santuario de la Reina de los Angeles a la dignidad de Basílica menor.

A Cartago llega un constante peregrinar de devotos que vienen a visitar a su Madre de los cielos; muchos entran de rodillas, como acto de humildad y de acción de gracias y luego van a orar ante la roca donde fue hallada la bendita imagen. Esta piedra se ha ido gastando por el roce de tantas manos que la acarician agradecidas mientras oran, dan gracias y piden alivio a su dolor, sus sufrimientos o sus necesidades. Debajo de esta piedra brota un manantial cuyas aguas recogen los que acuden en busca de la misericordia y la salud. El agua es signo del bautismo. No hay otra cosa que mas quiera la Virgen a que vivamos profundamente las gracias de nuestro bautismo.

Hermanos Franciscanos

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