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Por: . | Fuente: martireshospitalarios.tk

Religioso y Mártir

Martirologio Romano: En varias ciudades de España, Beatos Mauricio (en el siglo: Alejandro Iñiguez de Heredia Alzola), y 23 compañeros, todos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, asesinados por odio a la Fe. ( 1936-37)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

La Orden Hopitalaria de San Juan de Dios ha dado a España 95 mártires, 71 de ellos beatificados por el Papa Juan Pablo II, a los que se suman este grupo de 24 religiosos, cuyo martirio fue aprobado por el Papa Francisco el 5 de julio de 2013.

Todos ellos tuvieron la oportunidad de abandonar los hospitales donde servían, y así salvar la vida, pero decidieron quedarse con los enfermos y niños a los que atendían. "Me quedo junto a los enfermos, pase lo que pase, y quiero correr la misma suerte que el resto de los Hermanos", se sabe que dijeron varios de ellos. También hay testimonios de perdón a los enemigos: "Vosotros me mataréis, pero yo rogaré por vosotros", dijo el Hermano Gumersindo a los milicianos que, poco antes, le habían detenido mientras servía la cena a los enfermos.

Su vida

Nacido en Dallo, Álava, el año 1882, entra en la Orden a los 17 años. Forma parte como hospitalario de las comunidades de Ciempozuelos, Carabanchel, Madrid y Barcelona; es superior en Valencia (1914), Palencia (1920) y Málaga (1925), ecónomo de San Rafael, de Madrid (1928) y del Sanatorio de Ciempozuelos (1931-1936). Al ser incautado el centro, al día siguiente, es enviado por el superior a Madrid para liquidar algunos pagos pendientes. Yendo en el tren le arrestan, roban el dinero y encarcelan. La noche del mismo día 1 de agosto es asesinado en el término de Valdemoro con otros dos eclesiásticos. Tenía 54 años. No se conservan sus restos.

ORACIÓN
Acudimos a ti, Jesús,
que eres el divino Samaritano y el mártir del Gólgota,
recordando a los Mártires Hospitalarios de San Juan Dios.
Tú prometiste confesar delante de tu Padre celestial
a quién te confesara ante los hombres.
Los Beatos Hno. Mauricio Íñiguez de Heredia
y 23 Hermanos compañeros mártires
testimoniaron, con su vida hospitalaria y con su muerte por la fe,
la autenticidad del amor a ti en el servicio de los pobres y enfermos.
Con la humildad y confianza, apoyados en tu palabra fiel
unida a los méritos de su sacrificio,
te pedimos, por la intercesión de éstos tus bienaventurados mártires,
nos concedas la gracia que ahora imploramos
para gloria tuya y nuestra salvación. Así sea.

Padre Nuestro, Ave María, Gloria

Comunicar las gracias recibidas a: Postulación General OH
Via della Nocetta, 263. 00164 ROMA-Italia

Este grupo de mártires está integrado por:



1. BENITO IÑIGUEZ DE HEREDIA ALZOLA (GAUDENCIO)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 16 Abril 1882 en Dallo, Ávila (España)
martirio: 01 Agosto 1936 en Valdemoro, Madrid (España)

2. RAMON ROSELL LABORIA (LEONCIO)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 13 Diciembre 1897 en Barcelona (España)
martirio: 11 Agosto 1936 en Valencia (España)

3. ARMANDO ÓSCAR VALDÉS (JAIME)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 15 Enero 1891 en Havana (Cuba)
martirio: 11 Agosto 1936 en Valencia (España)

4. SILVESTRE PEREZ LAGUNA
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 30 Diciembre 1873 en Villar del Camino, Soria (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Málaga (España)

5. PEDRO PASTOR GARCÍA (SEGUNDO)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 29 Abril 1885 en Mezquetillas, Soria (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Málaga (España)

6. ANTONIO DEL CHARCO HORQUES (BALTASAR)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 12 Noviembre 1887 en Granada (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Málaga (España)

7. MANUEL SANZ y SANZ (GUMERSINDO)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 01 Enero 1878 en Almadrones, Guadalajara (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Málaga (España)

8. EUSEBIO BALLESTEROS RODRÍGUEZ (HONORIO)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 29 Abril 1895 en Ocaña, Toledo (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Málaga (España)

9. JUAN ANTONIO GARCÍA MORENO (RAIMUNDO)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 11 Abril 1896 en Lucena, Córdoba (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Málaga (España)

10. ISIDRO VALENTÍN PEÑA OJEA (ESTANISLAO DE JESÚS)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 04 Abril 1907 en Talavera de la Reina, Toledo (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Málaga (España)

11. FLORENTINO ALONSO ANTONIO (SALUSTIANO)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 14 Marzo 1876 en Torno, Cáceres (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Málaga (España)

12. ALEJANDRO IÑIGUEZ DE HEREDIA ALZOLA (MAURICIO)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 08 Febrero 1877 en Dallo, Ávila (España)
martirio: 28 Agosto 1936 en Barcelona (España)

13. SERVILIANO SOLÁ JIMÉNEZ (LUIS BELTRÁN)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 20 Abril 1899 en Artariain, Navarra (España)
martirio: 28 Agosto 1936 en Barcelona (España)

14. TOMÁS BARRIOS PÉREZ (CRISTOBAL)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 25 Diciembre 1864 en Palencia (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en La Malvarrosa, Valencia (España)

15. JOSÉ ALOY DOMÉNECH (LEANDRO)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 16 Noviembre 1872 en Bétera, Valencia (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en La Malvarrosa, Valencia (España)

16. DIONISIO IBÁÑEZ LÓPEZ (CRUZ)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 03 Enero 1886 en Sabíñan, Zaragoza (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en La Malvarrosa, Valencia (España)

17. JUAN DE FRANCISCO PÍO (LEOPOLDO)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 03 Agosto 1877 en Caravaca, Murcia (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en La Malvarrosa, Valencia (España)

18. FRANCISCO MARTÍNEZ GRANERO (FELICIANO)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 23 Enero 1863 en Taberno, Almería (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en La Malvarrosa, Valencia (España)

19. JUAN JOSÉ ORAYEN AIZCORBE
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 11 Marzo 1899 en Osacar, Navarra (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en La Malvarrosa, Valencia (España)

20. JOSÉ MIGUEL PEÑARROYA DOLZ
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 03 Noviembre 1908 en Forcall, Castellón (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en La Malvarrosa, Valencia (España)

21. PUBLIO FERNÁNDEZ GONZÁLEZ
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 24 Mayo 1908 en Otero de las Dueñas, León (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en La Malvarrosa, Valencia (España)

22. AVELINO MARTÍNEZ DE ARENZANA CANDELA
oblato, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 10 Enero 1899 en Barcelona (España)
martirio: 04 Octubre 1936 en La Malvarrosa, Valencia (España)

23. PRIMO ANDRÉS LANAS (TRINIDAD)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 07 Febrero 1877 en Maeztu, Alava (España)
martirio: 05 Febrero 1937 en Madrid (España)

24. JUAN RAMÓN MORÍN RAMOS (MATÍAS)
religioso profeso, Hospitalarios de San Juan de Dios
nacimiento: 06 Marzo 1913 en Salvatierra de Tormes, Salamanca (España)
martirio: September 1937 en Guadarrama, Madrid (España)

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Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En el campo de concentración de Dachau, Alemania, Beato Gerardo Hirschfelder, sacerdote diocesano y mártir por odio a la fe ( 1942)

Fecha de beatificación: 19 de septiembre de 2010, durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI

Gerhard (Gerardo) Hirschfelder nace el 17 de febrero de 1907 en Glatz, localidad alemana, hoy perteneciente a Polonia.

Después de graduarse de escuela secundaria católica en Glatz ingresó, como candidato al sacerdocio de la Arquidiócesis de Praga a la que en ese entonces pertenece Glatz, a estudiar filosofía y teología en la Universidad de Breslau. Después de su ordenación, del 31 de enero de 1932 a febrero de 1939 fue capellán en Tscherbeney y luego en Habelschwerdt. Además, fue nombrado pastor para la juventud del condado de Glatz en julio 1939.

Hirschfelder tenía una reputación como un excelente y popular pastor. Una preocupación particular para él era el denominado trabajo con los jóvenes. Este era uno de los objetivos que caracterizó a la Asociación Católica de Quickborn, de la que él formaba parte. En sus meditaciones y orientaciones expresaba lo que él esperaba de la juventud ante la ideología nazi. Por esto, y también por sus sermones contra el nazismo, fue denunciado cuando era capellán en Tscherbeney. Luego en Habelschwerdt la Gestapo lo espió e interrogó reiteradamente. En un sermón de julio de 1941 denunció la destrucción sin sentido de los símbolos cristianos, por lo que, el 1 de agosto fue detenido y llevado a prisión. Estando allí escribió sus dos obras: Oraciones en las Estaciones de la Cruz y Comentarios a las Epístolas de San Pablo.

Cuatro meses más tarde fue trasladado al campo de concentración de Dachau, donde su número como prisionero fue el 28972. Murió el 1 de agosto de 1942 de agotamiento. Sus cenizas fueron enterradas una semana más tarde en el cementerio de Tscherbeney. Aunque la causa de su muerte no podía ser confirmada, en los lugares en que ejerció su ministerio creció su fama de santidad.

El sábado 27 de marzo de 2010, S.S. Benedicto XVI firmó el decreto referente al martirio del Venerable Gerardo Hirschfelder.

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Por: . | Fuente: EWTN.com

Martirologio Romano: Conmemoración del triunfo de los siete santos hermanos mártires, que, en Antioquía, de Siria, durante el reinado de Antioco Epifanes, por su invencible fidelidad en el cumplimiento de la Ley del Señor sufrieron un fin cruel, al igual que su madre, que presenció con dolor la muerte de cada uno de sus hijos, coronada de gloria en todos ellos, como se nos refiere en el libro de los Macabeos. Conmemoración, asimismo, de san Eleazar, uno de los primeros escribas, varón de edad avanzada, que, en la misma persecución, por negarse para salvar su vida a comer carne prohibida, aceptó una muerte gloriosísima antes que una vida despreciable y se adelantó al lugar del suplicio, dándonos un gran ejemplo de fortaleza.
En la S. Biblia hay dos libros llamados de Los Macabeos (palabra que significa: "fuerte contra el adversario"). Allí se narran las historias heroicas de quienes prefirieron perder todos sus bienes y hasta morir, con tal de defender la santa religión del verdadero Dios.
En el libro 2o de los Macabeos, capítulo 7º, se narra la historia de los siete hermanos mártires, los cuales fueron cruelmente atormentados para hacerles renegar de la fe, pero prefirieron toda clase de tormentos con tal de permanecer fieles a los mandatos de Dios hasta la muerte. La siguiente es su historia, según la cuenta la S. Biblia:

Sucedió que siete hermanos israelitas fueron apresados, junto con su madre, y eran forzados por el rey a que renegaran de la santa religión verdadera. Fueron flagelados con azotes y fuetes de cuero, para que hicieran lo que la santa religión prohibe.

Uno de ellos decía al impío rey Antíoco que pretendía alejarlos de la religión de sus padres: -"¿Qué pretendes de nosotros? Estamos dispuestos a morir, antes que desobedecer las leyes que Dios les dio a nuestros antepasados".

El rey lleno de rabia, mandó prender fuego debajo de sartenes y calderas, e hizo echar allí la lengua del que había hablado en nombre de los demás. Hizo que le arrancaran toda la piel de la cabeza, y que le cortaran las manos y los pies, en presencia de sus hermanos y de su madre. Cuando quedó completamente inutilizado, viendo que todavía respiraba, mandó el rey que lo echaran a un sartén que estaba sobre el fuego y allí lo tostaran. Aparte, mientras el humo de la sartén se difundía lejos, los demás hermanos, junto con su madre, se animaban mutuamente a morir con generosidad y decían:

"El Señor Dios cuida de todos nosotros y está presenciando lo que sucede. Siempre se cumplirá lo que prometió Moisés: Dios se compadece de sus amigos".

Cuando el primero pasó a la eternidad, llamaron al segundo, y después de arrancarle la piel de la cabeza y todos sus cabellos, le preguntaron: "¿Está dispuesto a hacer lo que le prohibe su religión? ¿O quiere ser torturado en su cuerpo, parte por parte?".

Él respondió: "¡De ninguna manera y por ninguna causa haré jamás lo que prohibe mi santa religión!".

Y entonces lo torturaron del mismo modo que habían hecho con el primero. Antes de que le arrancaran la lengua dijo al rey: "Tú, injusto y criminal, nos privas de la vida presente. Pero el Rey de los cielos nos resucitará para la vida eterna a los que morimos por cumplir sus santas leyes".

Luego llamaron al tercero. Este presentó la lengua para que la arrancaran y las manos para que se las cortaran, pero antes dijo: "Por bondad del Dios del cielo poseo esta lengua y estas manos. Pero por cumplir sus santas leyes renuncio a todo esto que es tan precioso y útil. Yo espero que en la eternidad me devolverá el Señor lo que he sacrificado por su amor". El rey y sus acompañantes estaban admirados y sorprendidos del valor de aquel muchacho que no tenía miedo a tan terribles dolores con tal de cumplir lo que le mandaba su santa religión. Lo maltrataron y asesinaron como a los otros dos.

Hicieron pasar en seguida al cuarto hermano y lo maltrataron con feroces suplicios. Cuando ya estaba agonizante y cerca de su fin, exclamó: "Es preferible morir a manos de los hombres con tal de conseguir ser resucitado para la vida eterna. En cambio para los enemigos de Dios y de su religión no hay esperanza para la eternidad".

En seguida llevaron al quinto hermano y se pusieron a atormentarlo. Él, mirando al rey le dijo: "¿Se imagina que porque tiene un alto puesto de gobierno puede hacer todo lo que se le antoja? Pero no crea que Dios ha abandonado a quienes pertenecemos a la verdadera religión. Ya verá que pasado un poco de tiempo, nuestra santa religión triunfará, mientras a ustedes les sucederán cosas muy desagradables".

Después de este, trajeron al sexto hermano el cual, cuando estaba a punto de morir a causa de tan terribles tormentos, exclamó: "No se hagan ilusiones los que combaten contra la religión del verdadero Dios, pensando que nada malo les va a suceder por todo esto. A nosotros nos sirven estos sufrimientos para poder pagar nuestros pecados, pero a los que luchan contra Dios, les esperan males espantosos".

Sigue diciendo la S. Biblia, en el Capítulo 7º del 2º libro de los Macabeos: "Admirable en todo aspecto y digna de todo glorioso recuerdo, fue aquella madre que al ver morir a todos sus hijos en el espacio de un solo día, padecía todo esto con valentía, porque tenía la esperanza puesta en los premios que Nuestro Señor tiene reservados para sus fieles amigos. Animaba a cada uno de ellos hablándoles en su lenguaje patrio, llena de generosos sentimientos y estimulándonos a sufrir con gran valor les decía:

- Yo no sé cómo mi Dios me concedió el honor de ser madre de cada uno de ustedes. Qué honrada me siento al ver que ahora entregan su espíritu al Creador por defender sus santas leyes. Él en cambio les concederá la gloria eterna".

El rey Antíoco se propuso ganarse al más pequeño de los hermanos y le ofreció regalos y hacerlo rico y concederle altos empleos con tal de que abandonara la religión del Dios de Israel. Viendo que el muchacho no le hacía caso, el rey llamó a la mamá y le pidió que tratara de convencer al joven para que salvara su vida renegando de su religión.

Entonces aquella valerosa mujer se acercó a su hijo y le dijo: "Hijo: ten compasión de mí, por amor a tu madre no vayas a renegar jamás de la santa religión de nuestros antepasados. Recuerda que estás obedeciendo al Dios que creó los cielos y la tierra. No le tengas miedo a este verdugo que te quiere quitar la vida del cuerpo, porque si perseveras fiel, nos encontraremos todos juntos con tus hermanos en la vida eterna del cielo".

Tan pronto como la mamá terminó de hablar, el joven gritó: "¿Qué más esperan? Jamás obedeceré al mandato del rey que pretende hacerme renegar de mi religión y que yo desobedezca a las leyes que Dios nos dio por medio de Moisés. Y Usted rey, que es el causante de todos estos males que suceden en nuestro pueblo de Israel, ¡esté seguro de que no se va a librar de los castigos del Dios! Nosotros sufrimos para pagar nuestros pecados y los pecados de nuestro pueblo, pero con esto estamos calmando la ira de Dios. Pero a usted rey criminal y malvado, lo espera el terrible juicio de Dios y de Él no logrará librarse. Y Dios todo lo ve y todo lo sanciona. Mis hermanos después de haber sufrido estos tormentos han ido a la vida eterna. Pero a los enemigos de la religión les espera el castigo merecido por sus pecados. Yo, como hicieron mis hermanos, ofrezco mi vida por mi patria y por mi religión, para que tenga misericordia de nuestro pueblo y retire de nosotros los castigos que merecemos".

Al oír tales declaraciones el rey se llenó de furor y mandó que al séptimo y más joven de los hermanos lo atormentaran con mayor crueldad que a los demás. Y después de matarlo a él, hizo asesinar también a la santa heroica madre.

Feliz familia que en un solo día conquistó el reino de los cielos proclamando con valor que es preferible morir antes que renegar de la verdadera religión, la que nos enseñaron nuestros antepasados.

Cada día haz algo que tenga el sabor de amor y de servicio a quien no te lo pida.

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SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO

OBISPO DOCTOR DE LA IGLESIA Y FUNDADOR



PALABRA DE DIOS DIARIA

Nació en Nápoles el año 1696; obtuvo el doctorado en ambos derechos, recibió la ordenación sacerdotal e instituyó la Congregación llamada del Santísimo Redentor. Para fomentar la vida cristiana en el pueblo, se dedicó a la predicación y a la publicación de diversas obras, sobre todo de teología moral, materia en la que es considerado un auténtico maestro. Fue elegido obispo de Sant’ Agata de’ Goti, pero algunos años después renunció a dicho cargo y murió entre los suyos, en Pagami, cerca de Nápoles, el año 1787.


BIOGRAFIA

San Alfonso nació en Nápoles el 27 de Septiembre de 1696. Sus padres Don José de Liguori y Doña Ana Cavalieri eran de familias nobles y distinguidas.

Era un "niño prodigio" con gran facilidad para los idiomas, ciencias, arte, música y demás disciplinas. Empezó a estudiar leyes a los 13 años y a los 16 años presentó el examen de doctorado en derecho civil y canónico en la Universidad de Nápoles. A los 19 años ya era un abogado famoso.

Conversión

Según se cuenta, en su profesión como abogado no perdió ningún caso en 8 años, hasta que un día después de su brillante defensa, un documento demostró que él había apoyado (aunque sin saberlo), lo que era falso. Eso cambió su vida radicalmente.

Hizo un retiro en el convento de los lazaristas y se confirmó en la cuaresma de 1722. Estos dos eventos reavivaron su fervor. Al año siguiente, en dos ocasiones oyó una voz que le decía: "abandona el mundo y entrégate a mi". Hizo voto de celibato y abandonó completamente su profesión. Muy pronto Dios le confirmó cual era su voluntad.

Se fue a la iglesia Nuestra Señora de la Misericordia a pedir ser admitido en el oratorio. Su padre trató de impedirlo, pero al verlo tan decidido le dio permiso de hacerse sacerdote pero con la condición de que se fuese a vivir a su casa. Alfonso aceptó, siguiendo el consejo de su director espiritual que era oratoriano.

Hizo los estudios sacerdotales en su casa. Fue ordenado sacerdote en 1726 a los 30 años. Los dos años siguientes se dedicó a los "vagos" de los barrios de las afueras de Nápoles.

La predica sencilla desde el corazón

En los comienzos del siglo XVIII combatió la prédica muy florida y el rigorismo jansenista en los confesionarios. El predicaba con sencillez. El santo decía a sus misioneros: "Emplead un estilo sencillo, pero trabajad a fondo vuestros sermones. Un sermón sin lógica resulta disperso y falto de gusto. Un sermón pomposo no llega a la masa. Por mi parte, puedo deciros que jamás he predicado un sermón que no pudiese entender la mujer más sencilla".

San Alfonso abandonó su casa paterna en 1729, a los 33 años de edad y se fue de capellán a un seminario donde se preparaban misioneros para la China.

En 1730 el Obispo de Castellamare, el Monseñor Falcoia, invita a Alfonso a predicar unos ejercicios en un convento religioso en Scala. Este hecho tuvo grandes consecuencias, porque ayudó a discernir a las religiosas una revelación que tuvo la hermana María Celeste. El día de la transfiguración de 1731, las religiosas vistieron el nuevo hábito y empezaron la estricta clausura y vida de penitencia. Así comienza la Congregación de las Redentoristas.

En 1732 se despide de sus padres y vuelve a Scala, y con la ayuda y colaboración de un grupo de laicos, a los 36 años funda la Congregación del Santísimo Redentor, cuya primera casa perteneció al convento de las religiosas. San Alfonso era el superior inmediato y Monseñor Falcoia era el director general.

Grandes pruebas

Al poco tiempo comenzaron los problemas. La congregación se dividió entre los dos superiores. Al poco tiempo la hermana María Celeste se va a fundar otra congregación. A los 5 meses el santo se quedó solo con un hermano, pero mas tarde se presentaron nuevos candidatos y se estableció en una casa más grande.

En 1734 funda otra casa en Villa degli Schiavi y se dedica a misionar allí. Su confesionario estaba siempre lleno. Trataba a sus penitentes como almas que era necesario salvar.

En 1737, se divulgan rumores sobre la casa de Villa degli Schiavi y San Alfonso decide suprimir esa fundación. Al año siguiente también cierra la casa de Scala.

Organizó misiones en Nápoles por 2 años a pedido del Cardenal Spinelli, arzobispo.

En 1743, al morir Mons. Falcoia, San Alfonso vuelve a ocuparse de su congregación como superior general y se encarga de redactar las constituciones. A pesar de la oposición de las autoridades españolas, los misioneros reorganizados fundan varias casas.

En 1748 San Alfonso publica en Nápoles la primera edición de su "Teología Moral". La segunda edición apareció entre los años 1753 y 1755.

En 1749 el papa Benedicto XIV aprobó la congregación y a partir de eso, el éxito fue enorme.

En 1750, los Jansenistas comienzan a divulgar que la devoción a la Santísima Virgen era una superstición. San Alfonso defiende a Nuestra Señora, publicando "Las Glorias de María".

San Alfonso era estricto, pero a la vez tierno y compasivo.

En el proceso de beatificación el P. Cajone dijo: "A mi modo de ver, su virtud característica era la pureza de intención. Trabajaba siempre y en todo, por Dios, olvidado de si mismo. En cierta ocasión nos dijo: 'Por la gracia de Dios, jamás he tenido que confesarme de haber obrado por pasión. Tal vez sea porque no soy capaz de ver a fondo en mi conciencia, pero, en todo caso, nunca me he descubierto ese pecado con claridad suficiente para tener que confesarlo' ". Esto es realmente admirable, teniendo en cuenta que San Alfonso era un Napolitano de temperamento apasionado y violento, que podía haber sido presa fácil de la ira, el orgullo y de la precipitación.

Obispo

A los 60 años fue elegido obispo de Sant' Agata de' Goti, diócesis pequeña con 30,000 habitantes, diecisiete casas religiosas y cuatrocientos sacerdotes entre los cuales habían varios que no practicaban su ministerio sacerdotal o llevaban mala vida. Algunos celebraban la misa en 15 minutos. San Alfonso los suspendió "ipso facto", a no ser que se corrigiesen, y escribió un tratado sobre ese punto: "En el altar el sacerdote representa a Jesucristo, como dice San Cipriano. Pero muchos sacerdotes actuales, al celebrar la misa, parecen mas bien saltimbanquis que se ganan la vida en la plaza pública. Lo mas lamentable es que aun los religiosos de ordenes reformadas, celebran la misa con tal prisa y mutilando tanto los ritos, que los mismos paganos quedarían escandalizados….Ver celebrar así el Santo Sacrificio es para perder la fe".

Poco tiempo después se desata en su diócesis una terrible epidemia que San Alfonso había profetizado 2 años antes. Se morían por millares. El santo, para ayudar a las víctimas, vendió todo lo que tenía y La Santa Sede le autoriza a usar fondos de la diócesis y contrae grandes deudas.

Sus esfuerzos por reformar la moralidad pública le trajo numerosos enemigos que lo amenazaron de muerte. Solía decir: "Cada obispo está obligado a velar por su propia diócesis. Cuando los que infringen la ley se vean en desgracia, arrojados de todas partes, sin techo y sin medios de subsistencia, entraran en razón y abandonaran su vida de pecado".

Dirigió la diócesis de Santa Agata por 19 años.

Y mas pruebas...

En Junio de 1767, sufre un terrible ataque de reumatismo que casi lo lleva a la muerte.

Al terminar de celebrar la misa el 21 de septiembre de 1774, San Alfonso se desmayó y quedó inconsciente por 24 horas. Cuando regresó en sí, dijo a los presentes: "Fui a asistir al Papa, que acaba de morir". El Papa Clemente XIV muere el 22 de Septiembre de 1774.

En 1775 San Alfonso pidió a Pío VI que le permitiera renunciar al gobierno de su sede. El Papa le concede teniendo en cuenta su enfermedad. San Alfonso se retiró ciego y sordo. Fue a pedir hospitalidad a sus hijos espirituales, en Nocera, cerca de Nápoles, pensando así acabar tranquilamente sus días.

En 1777, los Redentoristas son atacados de nuevo. El Santo sufre con paciencia muchas humillaciones a causa de la traición de Monseñor Testa que era Capellán del Rey. El Santo se vio excluido de la congregación que había fundado.

Dios le reservaba una prueba aún mas dura. Entre 1784 y 1785, el santo atraviesa por un terrible periodo de "noche obscura del alma", sufre tentaciones sobre su fe y sus virtudes. Se ve abrumado por sus escrúpulos, temores y alucinaciones diabólicas. Le duró 18 meses, con intervalos de luz y reposo. A esto le siguió un periodo de éxtasis, profecías y milagros.

Gran escritor

Sus últimos 12 años de vida se dedicó a escribir, aumentando así sus obras ascéticas y teológicas. Sus mas conocidos libros son: La Practica de amar a Jesucristo, la Preparación para la muerte, las Glorias de María.

La Teología Moralis fue una obra que influyó en la formación del clero hasta hace pocos años.

El santo murió 2 meses antes de cumplir 91 años, la noche del 31 de julio al 1 de agosto de 1787.

El Papa Pío VI en 1796 decreta la introducción de la causa de beatificación de Alfonso María Ligorio. La beatificación se da en 1816. Fue canonizado en 1839.

En 1871 fue declarado Doctor de la Iglesia y propuesto como patrono de los confesores y de los teólogos de moral.

(Fuente: corazones.org)

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Capuchinos Mártires

Martirologio Romano:En España, Andrés de Palazuelo (en el siglo: Miguel Francisco González González), Sacerdote profeso de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos y 31 Compañeros; asesinados por odio a la Fe. ( 1936-37)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

El 28 de marzo de 2013 S.S. Francisco firmó el decreto reconociemdo el martirio de este grupo de mártires.

Este grupo de mártires está integrado por:




1. ANDRÉS DE PALAZUELO, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: MIGUEL FRANCISCO GONZÁLEZ-DÍEZ GONZÁLEZ-NÚÑEZ
nacimiento: 08 Mayo 1883 en Palazuelo de Torío, León (España)
martirio: 31 Julio 1936 en Pradera San Isidro, Madrid (España)

2. FERNANDO DE SANTIAGO, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: FERNANDO OLMEDO REGUERA
nacimiento: 10 Enero 1873 en Santiago de Compostela, La Coruña (España)
martirio: 02 Agosto 1936 en Cuartel de la Montaña, Madrid (España)

3. JOSÉ MARÍA DE MANILA, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: EUGENIO SANZ-OROZCO MORTERA
nacimiento: 05 Septiembre 1880 en Manila (Filipinas)
martirio: 17 Agosto 1936 en Cuartel de la Montaña, Madrid (España)

4. RAMIRO DE SOBRADILLO, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: JOSÉ PÉREZ GONZÁLEZ
nacimiento: 05 Enero 1907 en Sobradillo, Salamanca (España)
martirio: 27 Noviembre 1936 en Paracuellos de Jarama, Madrid (España)

5. AURELIO DE OCEJO, religioso profeso, Capuchino
en el siglo: FACUNDO ESCANCIANO TEJERINA
nacimiento: 04 Febrero 1881 en Ocejo, León (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Madrid (España)

6. SATURNINO DE BILBAO, religioso profeso, Capuchino
en el siglo: EMILIO SERRANO LIZARRALDE
nacimiento: 25 Mayo 1910 en Bilbao, Vizcaya (España)
martirio: 26 Agosto 1936 en Madrid (España)

7. BERARDO DE VISANTOÑA, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: JOAQUÍN FRADE EIRAS
nacimiento: 05 Abril 1878 en Visantoña, Lugo (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Jove, Asturias (España)

8. ARCÁNGEL DE VALDAVIDA, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: ÁNGEL DE LA RED PÉREZ
nacimiento: 26 Febrero 1882 en Valdavida, León (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Jove, Asturias (España)

9. ILDEFONSO DE ARMELLADA, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: SEGUNDO PÉREZ ARIAS
nacimiento: 02 Mayo 1874 en Armellada, León (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Jove, Asturias (España)

10. DOMITILO DE AYOÓ, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: FELIPE LLAMAS BARRERO
nacimiento: 03 Septiembre 1907 en Ayoó de Vidriales, Zamora (España)
martirio: 06 Septiembre 1936 en Peón cemeterio, Gijón, Asturias (España)

11. ALEJO DE TERRADILLOS, religioso profeso, Capuchino
en el siglo: BASILIO GONZÁLEZ HERRERO
nacimiento: 14 June 1874 en Terradillos, León (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Jove, Asturias (España)

12. EUSEBIO DE SALUDES, religioso profeso, Capuchino
en el siglo: EZEQUIEL PRIETO OTERO
nacimiento: 19 Febrero 1885 en Saludes, León (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Jove, Asturias (España)

13. EUSTAQUIO DE VILLAQUITE, religioso profeso, Capuchino
en el siglo: BERNARDO CEMBRANOS NISTAL
nacimiento: 20 Agosto 1903 en Villaquite, León (España)
martirio: 31 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)

14. AMBROSIO DE SANTIBÁÑEZ, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: ALEJO PAN LÓPEZ
nacimiento: 24 Octubre 1888 en Santibáñez de la Isla, León (España)
martirio: 27 Diciembre 1936 en Santander, Cantabria (España)

15. MIGUEL DE GRAJAL, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: APRONIANO DE FELIPE GONZÁLEZ
nacimiento: 02 Febrero 1898 en Grajal de Campos, León (España)

16. DIEGO DE GUADILLA, religioso profeso, Capuchino
en el siglo: JACINTO GUTIÉRREZ TERCIADO
nacimiento: 03 Julio 1909 en Guadilla, Burgos (España)
martirio: 29 Diciembre 1936 en el cruce Santoña-Escalante, Cantabria (España)

17. ÁNGEL DE CAÑETE LA REAL, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: JOSÉ GONZÁLEZ RAMOS CAMPOS
nacimiento: 24 Febrero 1879 en Cañete la Real, Málaga (España)
martirio: 06 Agosto 1936 en Antequera, Málaga (España)

18. LUIS DE VALENCINA, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: GERONIMO LIMÓN MÁRQUEZ
nacimiento: 27 Marzo 1885 en Valencina del Alcor (ahora Valencina de la Concepción), Sevilla (España)
martirio: 03 Agosto 1936 en Antequera, Málaga (España)

19. GIL DE PUERTO DE SANTA MARÍA, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: ANDRÉS SOTO CARRERA
nacimiento: 29 June 1883 en Puerto de Santa María, Sevilla (España)
martirio: 06 Agosto 1936 en Antequera, Málaga (España)

20. IGNACIO DE GALDÁCANO, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: JOSÉ MARÍA RECALDE MAGÚREGUI
nacimiento: 07 Febrero 1912 en Galdácano, Vitoria (España)
martirio: 06 Agosto 1936 en Antequera, Málaga (España)

21. JOSÉ DE CHAUCHINA, diacono profeso, Capuchino
en el siglo: ALEJANDRO CASARE MENÉNDEZ
nacimiento: 24 Febrero 1897 en Chauchina, Granada (España)
martirio: 06 Agosto 1936 en Antequera, Málaga (España)

22. CRISPÍN DE CUEVAS DE SAN MARCOS, religioso profeso, Capuchino
en el siglo: JUAN SILVERIO PÉREZ RUANO
nacimiento: 27 Diciembre 1875 en Cuevas de San Marcos, Málaga (España)
martirio: 06 Agosto 1936 en Antequera, Málaga (España)

23. PACIFICO DE RONDA, religioso profeso, Capuchino
en el siglo: RAFAÉL SEVERIANO RODRÍGUEZ NAVARRO
nacimiento: 08 Noviembre 1882 en Ronda, Málaga (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Antequera, Málaga (España)

24. ELOY DE ORIHUELA, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: ANDRÉS FRANCISCO SIMÓN GÓMEZ
nacimiento: 30 Noviembre 1876 en Orihuela, Alicante (España)
martirio: 07 Noviembre 1936 en Crevillente, Alicante (España)

25. JUAN CRISÓSTOMO DE GATA DE GORGOS, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: IGNACIO CASELLES GARCÍA
nacimiento: 18 Noviembre 1874 en Gata de Gorgos, Alicante (España)
martirio: 24 Diciembre 1936 en Orihuela, Alicante (España)

26. HONORIO DE ORIHUELA, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: RAMÓN JUAN COSTA
nacimiento: 23 Noviembre 1888 en Orihuela, Alicante (España)
martirio: 30 Noviembre 1936 en Elche, Alicante (España)

27. ALEJANDRO DE SOBRADILLO, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: JUAN FRANCISCO BARAHONA MARTÍN
nacimiento: 10 Enero 1902 en Sobradillo, Salamanca (España)
martirio: 15 Agosto 1936 en Madrid (España)

28. GREGORIO DE LA MATA, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: QUIRINO DÍEZ DEL BLANCO
nacimiento: 25 Marzo 1889 en La Mata de Monteagudo, León (España)
martirio: 27 Agosto 1936 en Madrid (España)

29. CARLOS DE ALCUBILLA DE NOGALES, sacerdote profeso, Capuchino
en el siglo: PABLO MERILLAS FERNÁNDEZ
nacimiento: 17 Julio 1902 en Alcubilla de Nogales, Zaragoza (España)
martirio: 14 Enero 1937 en El Escorial, Madrid (España)

30. GABRIEL DE ARÓSTEGUI, religioso profeso, Capuchino
en el siglo: LORENZO ILARREGUI GOÑI
nacimiento: 10 Agosto 1880 en Aróstegui, Pamplona (España)
martirio: 23 Agosto 1936 en El Pardo, Madrid (España)

31. PRIMITIVO DE VILLAMIZAR, religioso profeso, Capuchino
en el siglo: LUCINIO FONTANIL MEDINA
nacimiento: 12 Febrero 1884 en Villamizar, León (España)
martirio: 19 Mayo 1937 en Madrid (España)

32. NORBERTO CEMBRANOS DE LA VERDURA, oblato Capuchino
nacimiento: 06 June 1891 en Villalquite, León (España)
martirio: 23 Septiembre 1936 en Madrid (España)

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Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Cuenca, España, Beato José Javier Gorosterratzu y cinco compañeros de la Congregación del Santísimo Redentor asesinados por odio a la fe ( 1936-1938)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco

Integran el grupo: José Javier Gorosterratzu Jauranena, Ciriaco Olarte Pérez de Mendiguren, Miguel Goñi Áriz, Julián Pozo Ruiz de Samaniego, Víctor (Victoriano) Calvo Lozano y Pedro Romero Espejo


Nacimiento y forja de un misionero

A las 8,30 hs de la mañana del 8 de febrero de 1893 daba a luz en Gomecha María Pérez de Mendiguren; aunque dos niñas le precedieron en el seno familiar, éste era el primer varón de la familia; esto llenó de alegría a todos, especialmente a Saturnino Olarte, su padre, que lo cogió en sus brazos lo ofreció al Padre Creador en acción de gracias. Pasadas las primeras impresiones, Saturnino le inscribió en el registro civil y habló con el párroco para bautizarlo. Ese mismo día 8 nació también para la Iglesia en la Parroquia de la Transfiguración del Señor, recibiendo el nombre de Ciriaco.

Creció Ciriaco en el seno de una familia de labradores, numerosa y de honda experiencia religiosa; fueron 10 hermanos, de los cuales además de Ciriaco, 2 fueron sacerdotes seculares y 2 hermanas monjas Carmelitas descalzas. Recibió una esmerada educación religiosa, recibiendo la catequesis que le preparó a la 1ª Comunión y recibiendo la Confirmación el 7 de mayo de 1899 en Ariñez (Álava) de manos del Obispo de Vitoria D. Ramón Fernández de la Piérola.

Desde pequeño, Ciriaco destacó por su piedad y simpatía. Era un niño vivo, extrovertido y ocurrente; era bondadoso, compasivo y dócil; con sus padres siempre fue obediente. Tuvo especiales dotes para las relaciones: con un trato fácil y agradable, estaba adornado con cualidades musicales y de oratoria. Estas cualidades hicieron de él un niño simpático y agradable. Pero esta simpatía corría paralela a la piedad; gustaba con las cosas de Dios, y desde pequeño tuvo inclinación hacia la vida sacerdotal. Además de asistir con asiduidad a la catequesis, la Eucaristía y el resto de actos de culto.

Desde muy pequeño quiso ayudar a misa. Dada su edad y estatura, apenas podía coger el misal; el sacerdote le pospuso sus intenciones y le invitó a prepararse; él asumió esa tarea de preparación y todas las tardes se dedicaba a adquirir fuerza y habilidad en los brazos con unos libros gordos y pesados, para logar manejar el misal. Algún día que logró convencer al sacerdote para que le dejara ser monaguillo y así le pudiese mostrar la pericia que estaba logrando en el uso del misal, este terminó sobre su cabeza.

Desarrolló Ciriaco un corazón noble inclinado a la compasión y especialmente caritativo. En numerosas ocasiones se entretuvo en escuchar a los niños del pueblo que veía tristes o compartía lo que tenía con quienes lo necesitaban. A su casa invitaba de vez en cuando a algún niño que pasaba necesidad. En cuanto a los ancianos, se paraba a charlar con ellos o a acompañarles cuando estos iban por algún camino. Y cuando algún religioso o religiosa venía al pueblo a pedir por las casas, se las apañaba para encontrarse con ellos por casualidad; entonces, dejando los juegos los acompañaba de casa en casa, les ayudaba a llevar la carga y se las arreglaba para que terminaran comiendo a la mesa de su casa.

Con una personalidad tan especial y una experiencia de Dios tan fuerte, pronto sintió la llamada al sacerdocio. Entonces, a eso de los 10 años, le tocó decidir hacia donde encaminar su vocación: sacerdote secular, franciscano, ….. ; su vocación tenía una característica especial; no le llamaba Dios simplemente a ser sacerdote; lo que Dios quería de él es que fuera misionero. Enterado de que otro sacerdote del pueblo era Misionero Redentorista, pidió a sus padres ingresar como seminarista en el centro vocacional que los Redentoristas tenían en El Monasterio del Espino (Burgos); allí fue recibido el 21 de septiembre de 1904.

Durante los años que estuvo en El Espino se ganó el corazón de compañeros y formadores con la gran fuerza de atracción de su personalidad caracterizada por su carácter abierto y alegre, su simpatía y entusiasmo, su compasión y caridad y su piedad y recogimiento. De constitución corporal mediana, ágil, atlética y con gran resistencia física. En lo referente a su psicología, era ocurrente, espontáneo y aventurero. Pero donde destacó fue en la caridad, y una caridad elegante: conocedor de su fortaleza física, no sólo cargaba con el mayor peso en las excursiones a la montaña, sino que después ayudaba a sus compañeros con el peso que ellos llevaban.

Los estudios siempre le costaron mucho, pero encontró un apoyo en los formadores del seminario; apoyo al que él respondió con su aplicación. Donde brilló especialmente fue en las dotes que poseía para el teatro, la oratoria y la declamación; cualidades estas que le serían de gran ayuda en su vida misionera. Con la ayuda inestimable del P. San Román, al que estará siempre agradecido, terminó sus estudios preparatorios en el Espino (Burgos).

El día 2 de agosto de 1910 salió del jovenado del Espino y tomó el camino que le condujo a Nava del Rey (Valladolid) donde hizo el Noviciado. Vistió el hábito redentorista el 8 de septiembre de ese año y hizo su profesión Religiosa el 8 de septiembre de 1911 y al día siguiente marchó para Astorga (León) donde hizo sus estudios teológicos. Se ordenó sacerdote en Esta ciudad leonesa el 29 de julio de 1917, continuando un curso más en el Teologado hasta culminar los cursos de Teología Moral.

De estos años de formación nos queda el juicio de varios compañeros recogido por el P. Dionisio de Felipe (Nuevos Redentores, Madrid, Perpetuo Socorro 1962, p. 163): “El autor puede apropiarse, con pequeñas variantes, las palabras que escribió el Padre Ibarrola, y que se publicaron en la Revista El Perpetuo Socorro el año 1940 (Nuestros mártires, agosto 1940 –Año XLI núm. 586-, p. 305): ‘Profunda impresión de dolor causó en mi espíritu la noticia del asesinato del Padre Olarte... Compañero constante durante la carrera sacerdotal y después, en distintas residencias, hubo esta triste nueva de producir en mi ánimo desgarradura cruel.’ En efecto: nuestro continuo contacto en los doce años de la carrera y el carácter rebosante de simpatía del Padre Olarte, hacían hondamente sensible su desaparición a los que le habíamos conocido y habíamos disfrutado de su trato atrayente y noblote”.

La vida apostólica de un misionero

Al acabar el curso en julio de 1918 fue destinado a Nava del Rey (Valladolid). Obligado al servicio militar fue a Coruña durante unos meses, volviendo enseguida a Nava del Rey para hacer el segundo Noviciado que le prepararía de forma inmediata como misionero. Terminado este en 1919, sale para Cuenca, en cuya relación de personal figura el año 1920. Con fecha de 24 de octubre de 1920 escribe a su hermana desde Valencia comunicándole que ha sido destinado a México. Como no podía ser de ora manera, asumió como un gran reto misionero el destino: “Es para mí una honra el que los superiores me hayan escogido para misionar las tierras mejicanas y aunque tengo sentimiento por salir de la patria doy gracias a Dios por ello… Voy gustosísimo porque considero que Dios me llama y quiere que yo trabaje en aquellas tierras mejicanas por su gloria… hasta que Dios quiera y si Dios quiere hasta el cielo” .

Partió del puerto de Valencia el 26 de octubre. En Méjico es difícil seguir sus pasos. En 1922 está en Oaxaca; desde aquí escribe a su hermana el 1 de mayo de 1923 donde le cuenta la situación de persecución religiosa que viven, a pesar de lo cual se encuentra contento. En 1924 está en la Comunidad de Puebla y en junio de 1926 es destinado a Monterrey. Desde aquí escribe a su hermana el 12 de diciembre de 1925; en ella cuenta del intenso trabajo que tiene esa comunidad tanto de predicación como en el confesionario. El 22 de junio de 1926 escribe de nuevo desde esa ciudad contando el trabajo abrumador que tiene, con predicaciones, ejercicios y confesiones a la vez que se ha iniciado ya una persecución religiosa sistemática contra la iglesia; como resultado, la revolución de Calles le aventa de México y el 12 de septiembre de 1926, arrojado de Méjico, desembarca en Coruña junto al P. Cándido Fernández Peña. A los cuatro días, el 16 de septiembre, escribe de nuevo a su hermana dándole la noticia de su llegada:

“Vine como han tenido que venir la mayoría de los sacerdotes españoles, porque allí están las cosas imposibles. El Presidente no cede en nada contra la Religión y estábamos viviendo en casas particulares, pues las iglesias son declaradas bienes de la nación y desde el 30 de julio no ejercía en público ningún sacerdote. Estando las cosas en este estado, pareció más prudente venirnos pensando que para volver ya habrá tiempo”.
En la comunidad de Coruña queda hasta septiembre de 1929, dedicado a un intenso trabajo de largas campañas misioneras por las tierras gallegas, estando fuera de la residencia tres o cuatro meses seguidos. Junto a las misiones se en encomiendan otras responsabilidades comunitarias como son las de Prefecto y enfermos, de forasteros o cronista. El 17 de septiembre de 1929 el P. Ciriaco Olarte sale de la Coruña destinado a la Comunidad del Perpetuo Socorro de Madrid, como Misionero; en Madrid estará hasta agosto de 1932, con un pequeño intervalo de una semana en que va a Nava del Rey en julio de 1931 por precaución ante los acontecimientos políticos. En Madrid, además de las Misiones, tendrá otras responsabilidades comunitarias como la de bibliotecario. En una carta que escribe a su hermana con fecha de 21 de diciembre de 1929 le dice: “Mi vida en Madrid es como en todas partes, dedicándome en las ocupaciones del ministerio y fuera en toda clase de trabajos apostólicos. Lo que llevamos de invierno lo he pasado en Alicante, donde el clima es primaveral. Vine a casa el día 15 del presente, y tal vez se preparen nuevas salidas para mediados de enero, que durarán toda la cuaresma”. Y en otra del 22 de abril de 1929 “Mi última campaña de misiones fue larga y de mucho trabajo. Todos fueron pueblos sin fe y para más estropearlo tuvimos que luchar con varias huelgas de obreros. Sin embargo siempre se consiguen frutos consoladores. Mañana salgo para la Misión de Yecla de 30000 almas en la provincia de Murcia.” Y así otras misiones en Jaén, Madrid, León, Valladolid, misiones que detalla a su hermana.

El 16 de agosto de 1932 el P. Ciriaco llega destinado a Granada en donde estará hasta el 4 de julio de 1933, además de misionero como sotoministro y prefecto de forasteros. Allí, su radio de acción se extiende a Córdoba, Málaga, Granada y Almería, predicando Misiones Novenas y Ejercicios a Monastrios contemplativos. El 4 de julio de 1933 sale de Granada de nuevo para el Perpetuo Socorro de Madrid, como Misionero y ocupando el tiempo que le quedaba en casa en la atención a la Asociación de Asistentas domésticas de Santa Zita. En esta comunidad residirá hasta 1935. Esta vez su irradiación misionera llega desde el Colegio de las Escolapias de Carabanchel al Terrer y Calatayud (Zaragoza) hasta Plasencia (Cáceres). El 8 de mayo de 1935 el P. Ciriaco Olarte va destinado a Cuenca, donde le sorprenderá la persecución religiosa. Allí seguirá su intensa labor de misionero y de predicador a las religiosas. Con las elecciones de febrero de 1936 parece ser que las solicitudes de misiones bajan, o así lo da a entender en una carta a su hermana con fecha de 14 de julio de 1936: “Por aquí seguimos sin novedad, aunque sin trabajo fuera de casa”. Parece que no depara mucho o no le da mucha importancia a cómo están derivando las cosas; su principal preocupación es seguir evangelizando.

Dando testimonio hasta la muerte

El día 20 de julio de 1936 sale de la Residencia de San Felipe y se hospeda junto con los PP. Goñi, Jorge y Posado en la casa que el Sacerdote Canónigo D. Acisclo Domínguez tenía en la calle Andrés Cabrera. Salían a la Catedral a celebrar la Eucaristía. A los pocos días decidieron separarse y el día 25 fue junto al P. Goñi a la vivienda de la calle Los Pilares donde vivía el sacerdote D. Enrique García, Beneficiado de la Catedral de Almería.

Siguieron saliendo a celebrar a la Catedral; una noche enviaron a un monaguillo para pedirle al H. Benjamín que les consiguiera un cáliz y para darle el siguiente: “escóndete bien, que de nosotros todos saben que estamos aquí, y cada día se pone peor” (Cf. H. Benjamín). Y viendo el peligro que corrían, el P. Olarte comentó a Goñi y a D. Enrique: “El día de San Alfonso lo vamos a pasar en el cielo”.

La vida que llevaron en casa de D. Enrique fue la de un continuo retiro de oración, preparándose los tres para un futuro incierto, pues veían como las cosas cada día estaban peor. El día 31 de julio, después de celebrar los tres sacerdotes la Santa Misa se presentaron unos milicianos en la casa y hacen un registro; ante la presencia de los redentoristas vestidos con el hábito, D. Enrique les aclaró que eran amigos suyos, y estos se fueron. Volvieron al poco rato y les dijeron a los PP. Goñi y Olarte: “¡Quedan detenidos! Quítense los guardapolvos [refiriéndose a las sotanas] y sígannos”. D. Enrique y su asistenta intentaron impedir que se los llevaran, pero un miliciano les dio un empujón y les fritó: “Quítense o los aso”. Los dos redentoristas supieron su destino y se despidieron de D. Enrique diciéndole “Hasta el cielo”.

Dado que daban las 10:00 hs. en la torre Mangada de una mañana de verano, muchos les vieron pasar en medio de la ciudad: calle Pilares, calle Severo Catalina, bajada de las Angustias, postigo de los Descalzos, Ermita de la Virgen, Puente de los Descalzos…; toda una ruta turística detallada en las guías turísticas. Iban entre un grupo de milicianos que los llevaban a empujones, insultos y vivas a Rusia y al ritmo de la internacional. Al llegar al puente se adentraron por una senda a la orilla del Júcar en dirección a la estación eléctrica del Batán. En un desmonte de una antigua cantera los pusieron a subir un terraplén, y los milicianos, desde arriba y abajo descargaron sobre ambos siervos de Dios. Varias personas fueron testigos del macabro cuadro. El cadáver del P. Ciriaco sufrió los disparos en el pecho; esto hizo que tardara más en morir; según cuentan se arrastró hasta su compañero de martirio y le impartió la absolución antes de quedar él mismo exánime por la pérdida de sagre. Ambos fueron abandonados en el descampado con una vigilancia para que nadie se atreviese a acercarse; poco a poco, sin poder precisar la hora de la muerte, se fueron desangrando; según la partida de defunción el P. Ciriaco Olarte murió “sobre las veinte horas a consecuencia de hemorragia externa”. Por la noche fueron recogidos ambos cadáveres e inhumados en la fosa común.

El P. Olarte junto con el P. Goñi fueron los protomártires mártires de la ciudad de Cuenca. A ellos les seguirá el Sr. Obispo junto con su secretario.

S.S. Benedicto XVI firmó el 20 de diciembre de 2012 el decreto con el cual se reconoce el martirio del Siervo de Dios José Javier Gorosterratzu y sus cinco compañeros de la Congregación del Santísimo Redentor.

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Sacerdote y Mártir

Martirologio Romano: En Cuenca, España, Beato José Javier Gorosterratzu y cinco compañeros de la Congregación del Santísimo Redentor asesinados por odio a la fe ( 1936-1938)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Integran el grupo: José Javier Gorosterratzu Jauranena, Ciriaco Olarte Pérez de Mendiguren, Miguel Goñi Áriz, Julián Pozo Ruiz de Samaniego, Víctor (Victoriano) Calvo Lozano y Pedro Romero Espejo


Infancia e inicios de la vocación

El día 27 de abril de 1902, en el pueblo de Imarcoain (Navarra), ubicado en las faldas del lado norte de la Sierra de Alaiz, nació un niño en la familia de Domingo Goñi y María Áriz y al día siguiente, según expresión del mismo Beato “fue admitido en el amoroso regazo de la fe católica” al recibir las aguas bautismales en la Parroquia de San Martín, imponiéndole el nombre de Miguel. El 2 de marzo de 1904 recibió el Sacramento de la Confirmación de manos del Arzobispo de Pamplona Fray José López de Mendoza en el pueblo vecino de Torres de Elorz (Navarra).

Miguel, desde pequeño, fue iniciado por sus padres en la fe, recibiendo la primera Comunión a los 7 años. Después de terminar los Sacramentos de la Iniciación Cristiana continuó cercano a la Iglesia con el pequeño servicio de acolitar en la Eucaristía.

 Si en cuestión de fe había recibido una esmerada educación, no fue así en lo referente a la ciencia, pues, según nos relata, apenas si fue a la Escuela; y lo poco que aprendió lo hizo en su casa por afición. Para superar este problema sus padres pensaron enviarle interno a Pamplona; pero este camino se vio modificado: a los 9 años, en un episodio de miedo al infierno, su madre para consolarlo le ofreció estudiar para sacerdote, lo que él aceptó gustosamente. Desde ese momento estuvo preparándose para ingresar en el Seminario de Pamplona, pero la muerte de su padre hizo diferir la decisión. 

Por esas fechas fueron a predicar una Misión a su pueblo los Redentoristas P. Villoslada y P. Navarro. El carácter simpático de los Misioneros entusiasmó a miguel, que comenzó a sentir “hacia ellos una atracción irresistible”. Manifestado este sentimiento a su madre y al P. Navarro, decidieron que el siguiente curso comenzara en el seminario menor de los Misioneros Redentoristas.

Vida en la Congregación del Santísimo Redentor

Ingresó en el Seminario del Espino el 8 de septiembre de 1913. Allí, pasados los primeros días, vivió alegre y contento. El día 6 de abril de 1915 fue trasladado con sus condiscípulos al Seminario que los Redentoristas abrieron en el Convento de San Pablo de Cuenca. Según nos relata Miguel allí su vocación la vio tambalearse: en San Pablo “se deslizaron los años de jovenista atravesando por mil vicisitudes en las que fluctuó varias veces mi vocación y en las que ciertamente hubiera naufragado si la Virgen del Perpetuo Socorro no me hubiera prestado ánimo varonil para seguir adelante” (Curriculum Vitae, p. 6).

Terminada esta etapa comenzó el postulantado el 23 de julio de 1919 en Cuenca; el 24 de agosto partió para el Noviciado que comenzó en Nava del Rey el 25 de agosto de ese año con la vestición del hábito redentorista. Profesó el día 26 de agosto de 1920, tras la cual fue con el resto de su curso a Astorga (León) a realizar sus estudios sacerdotales. Estos, aunque no fueron brillantes, le permitieron acceder a las Sagradas órdenes, recibiendo el subdiaconado el 19 de septiembre de 1925 y el Diaconado el día siguiente y se ordenó de sacerdote el 27 de septiembre de 1925.

Su primera misión como sacerdote fue la de Misionero; sus sueños se había visto realizados pues esta tarea fue lo que prendió en su corazón al contemplar a los Redentoristas. Pero esta encomienda necesitaba su preparación, por lo que, terminado el curso, el 25 de agosto de 1926 viaja con la mayor parte de sus compañeros de Astorga a Nava del Rey, donde comenzó su segundo Noviciado el 30 de agosto bajo la tutela del P. Girón. Terminado este a finales de febrero de 1927 es destinado a Granada donde llega el 2 de marzo.

En la ciudad de la Alhambra se reencuentra con su condiscípulo, el P. Julián Pozo. Allí serán ambos testigos de la solemne Coronación Canónica del Icono del Perpetuo Socorro por el Sr. Cardenal-Arzobispo de la ciudad, Dr. Casanova que tuvo lugar el 12 de junio con la presencia del Superior General el Rvmo. P. Patricio Murray. En julio de 1928 marcha a Barcelona a la fundación de aquella comunidad, donde está hasta septiembre de 1929.

El 17 de ese mes llega a la Comunidad de Santander, donde estará hasta el 17 de septiembre de 1932 en que la obediencia le destina a Vigo. Durante ese tiempo de estancia en aquella comunidad colaborará con la comunidad con los cargos de Bibliotecario, Prefecto de Forasteros y al menos una tanda de Misiones por tierras de Orense.

En Vigo será prefecto de Iglesia y se empeñará sobre todo en el ministerio interno. Su ya frágil salud queda truncada por una afección pulmonar, que ocasiona tener que marchar a Nava del Rey en busca de un clima más seco, a donde llega el 25 de septiembre de 1935. Allí estará hasta enero de 1936, en que es destinado a Cuenca, donde le sorprenderá la persecución religiosa.

Por su delicada salud, se dedicó más al ministerio interno que a la Vida Misionera, que era lo que le motivó en su vocación. Su carácter alegre y extrovertido, su celo y entusiasmo apostólico y su trato agradable, le abrían los corazones para la acogida del Evangelio y le permitió granjearse simpatías por los lugares por donde pasó ejerciendo el ministerio.

La persecución religiosa

Miguel escribe a su familia una carta fechada el 30 de junio de 1936 en la que les dice:

“… el 2 de mayo de 1936, aniversario del otro 2 de mayo tan ensalzado en otro tiempo por el patriotismo castellano y que hoy ensalzan casi únicamente los vascos-castellanizados del Ebro para arriba, pues a los del Ebro para abajo les interesa más quemar iglesias y lucir camisas rojas, estuve a punto de perder el pellejo. Por cierto que al comentar después de la refriega con mi compañero de desventura, que es tan vasco como yo, nuestra mala suerte en fecha tan señalada en los anales de Castilla, le decía yo que sin duda eran los “Manes” de los héroes del 2 de mayo de Madrid quienes se habían ensañado de estos dos vascos auténticos, vengando así la rabia que les producía el olvido de sus compatriotas. Nada me hubiera extrañado que el Diario de Navarra, digo de Albacete, lo comentara de esta suerte, si se llega a enterar de lo sucedido. El caso fue que nosotros por milagro salvamos nuestras preciosas vidas… Hasta el 1 de mayo puede decirse que gozamos de normalidad relativa. Aunque ya desde mediados de abril se registraban casi a diario atropellos con elementos de Derecha (los pocos que aquí existen) no eran sin embargo tales que inspiraran temor para el futuro. Llegó el 1 de mayo, y conforme al ritual marxista, celebraron la obligada manifestación con profusión de banderas rojas, puños en alto y estómagos vacíos. Terminada ésta, yo mismo acompañado de unos amigos, vi como un grupo de revoltosos se apartaban del resto de los manifestantes y con toda decisión, como obedeciendo a una consigna, asaltaba el centro de Acción Popular y arrojaba cuanto en él había a la calle, improvisando con sillas, mesas, máquinas de escribir, 200000 papeletas electorales … una magnífica hoguera. Y todo ello a las barbas de la Guardia Civil, la cual desde el cuartel próximo al lugar de los sucesos contemplaba, como los demás, el inesperado espectáculo. Intentaron también quemar algunas iglesias; pero alguien de entrañas no tan fieras, logró disuadirles por el momento. Este fue el preludio del mitin… Por la tarde del mismo día intentaron asaltar el convento de San Pablo situado a las afueras de la ciudad y habitado por un centenar de Padres y Estudiantes Paúles… La Guardia Civil que desde algunos días antes “hacía” que lo custodiaba, al oír los primeros disparos de las turbas, disparó a su vez al aire, y como consecuencia de los mismos, las turbas pusieron los pies en polvorosa y, lo que fue peor, los pusieron también entre la confusión de la escapada, en las cabezas de algunos niños curiosones. Bastó para que pusieran el grito en el cielo y en los oídos del Gobernador, y para que hicieran correr la voz de que habían sido los frailes quienes disfrazados de Guardias Civiles habían disparado. Se declaró la huelga general para el día siguiente, exigiendo la salida inmediata de Cuenca de los Paúles. En efecto, los frailes recibieron orden de desalojar el edificio para el mediodía del día siguiente. Algunos de estos (y fueron los más afortunados) en previsión de lo que pudiera suceder a la mañana siguiente, salvaron campo a traviesa y durante la noche los 11 kilómetros que separa a Cuenca de la estación más próxima. Mientras tanto, los demás pasaron la noche empaquetando libros, muebles y objetos de culto con el fin de transportarlos en las primeras horas de la mañana en varios camiones a Pamplona. Pero al día siguiente y ya desde las primeras horas las turbas y los pistoleros llegados de Madrid con fines electorales fueron dueñas de la población. Volcaron los camiones que llevaban los enseres de los frailes, robaron cuanto quisieron, profanaron vasos y ornamentos sagrados paseándose con ellos por las calles y a algunos de los Paúles les propiciaron salvajes palizas. Y ese día por la mañana fue cuando también yo gusté y supe a que saben tan bárbaras caricias. Salí con otro amigo para ver el sesgo que tomaban los acontecimientos y milagrosamente la salida no terminó en entrada en el otro barrio. Lucía yo un traje presentable y una boina, la cual, según me enteré después, aquí casi solamente la policía secreta la lleva. Mi compañero un mono recién estrenadito. Al salir a la calle alguien le dijo a mi compañero que con aquel mono nadie le conocía. ¡Cómo se equivocó! Pues mi compañero fue el que me perdió. De mí, los primeros comunistas que se nos acercaron decían que quizás fuera policía, pero del otro, por su cara fina, su modo de andar y su mono nuevecito, repetían que sin duda era Paúl. Las primeras sospechas de nosotros comenzaron cerca de San Pablo donde se habían reunido gran muchedumbre para asaltar el convento y apalear a los paúles. En el principio logré yo convencer a algunos de que éramos de Madrid y que habíamos llegado la víspera de las elecciones. Aquel día toda cara desconocida se les antojaba que era de fraile Paúl. Ante la insistencia de algunos de ellos, eché yo mano de algunas frases gruesas que me dieron buen resultado. Pero que mi compañero era fraile nadie les quitaba de la cabeza. Usted no será fraile, pero ese otro sí que lo es – repetían sin cesar. En esto llegan los Guardias de Asalto y les obligan a que nos cacheen. Esta fue nuestra perdición. Al vernos sin armas y mi prestigio de policía por tierra, se abalanzaron sobre nosotros. Todavía por instinto hicimos ademán de echar mano a la pistola, ellos huyeron por un momento, momento que nosotros aprovechamos para meternos en la primera casa. En ella nos defendimos durante dos horas, con la esperanza de que al fin vendría fuera en nuestra ayuda. Pudimos escapar por la puerta trasera, pero nos la cerraron. Dos puertas cayeron por tierra hechas astillas. Al fin agotados los medios de defensa y viendo que nadie salía en nuestra defensa, antes de abrir la última puerta ya medio rota, me decidí a dirigirles la palabra, haciéndoles ver que era el propietario quien salía perdiendo y dándoles palabra de ir con ellos al Gobierno Civil donde se identificaría nuestra personalidad, pero a condición de que no nos pegaran. Los cabecillas entraron en razón. Salimos y al vernos entre aquellas turbas, yo pensé que no lo contábamos jamás. Gracias a que algunos más comprensivos hicieron lo que pudieron para que no nos pegaran más brutalmente. Llegamos al Gobierno Civil con vida, que no fue pequeña hazaña; y yo sin mi boina bilbaína que quedó perdida en la refriega. El pánico que se apoderó de los elementos derechistas era enorme. Aquel día ninguno de ellos salió a la calle. Trataron varios jóvenes hacer un llamamiento a todos los hombres de orden para defender los conventos e iglesias, y solo se presentaron ocho. … Si aquel día (o cualquier otro) les da por incendiar todas las casas religiosas, lo pueden hacer con toda libertad. Y conste que Cuenca es la provincia mejor de Castilla la Nueva. … Miguel”
El día 20 de julio de 1936 sale de la Residencia de San Felipe y se hospeda junto con los PP. Olarte, Jorge y Posado en la casa que el Sacerdote Canónigo D. Acisclo Domínguez tenía en la calle Andrés Cabrera; salían a la Catedral a celebrar la Eucaristía. Pero a los pocos días se dieron cuenta que eran el centro de atención de los milicianos que patrullaban por las calles, y disolvieron la improvisada comunidad el día 25.

Los PP. Posado y Jorge fueron a las Hermanitas y el P. Miguel Goñi acompañó al P. Ciriaco Olarte a la calle Los Pilares, casa de otro sacerdote amigo de la comunidad de San Felipe, D. Enrique García, Beneficiado de la Catedral de Almería. Siguieron saliendo a celebrar a la Catedral; una noche enviaron a un monaguillo para pedirle al H. Benjamín que les consiguiera un cáliz y para darle el siguiente: “escóndete bien, que de nosotros todos saben que estamos aquí, y cada día se pone peor” (Cf. H. Benjamín). La vida que llevaron en casa de D. Enrique fue la de un continuo retiro de oración, preparándose los tres para un futuro incierto, pues veían como las cosas cada día estaban peor.

El día 31 de julio, después de celebrar los tres sacerdotes la Santa Misa se presentaron unos milicianos en la casa y hacen un registro; ante la presencia de los redentoristas, D. Enrique les aclaró que eran amigos suyos, y estos se fueron. Volvieron al poco rato y les dijeron a los PP. Goñi y Olarte: “¡Quedan detenidos! Quítense los guardapolvos [refiriéndose a las sotanas] y sígannos”. D. Enrique y su asistenta intentaron impedir que se los llevaran, pero un miliciano les dio un empujón y les fritó: “Quítense o los aso”. Los dos redentoristas supieron su destino y se despidieron de D. Enrique diciéndole “Hasta el cielo”.

Dado que daban las 10:00 hs. en la torre Mangada de una mañana de verano, muchos les vieron pasar en medio de la ciudad: calle Pilares, calle Severo Catalina, bajada de las Angustias, postigo de los Descalzos, Ermita de la Virgen, Puente de los Descalzos…; toda una ruta turística detallada en las guías turísticas. Iban entre un grupo de milicianos que los llevaban a empujones, insultos y vivas a Rusia y al ritmo de la internacional. Al llegar al puente se adentraron por una senda a la orilla del Júcar en dirección a la estación eléctrica del Batán. En un desmonte de una antigua cantera los pusieron a subir un terraplén, y los milicianos, desde arriba y abajo descargaron sobre ambos siervos de Dios. Varias personas fueron testigos del macabro cuadro. El cadáver del P. Goñi sufrió rotura premortem y posmortem de huesos, tal como se ha podido ver en la recognición reciente de los restos. Ambos fueron abandonados en el descampado con una vigilancia para que nadie se atreviese a acercarse; poco a poco, sin poder precisar la hora de la muerte, se fueron desangrando; según la partida de defunción el P. Miguel Goñi murió “el día treinta y uno de julio último sobre las veinte horas a consecuencia de hemorragia y destrucción cerebral”. Por la noche fueron recogidos ambos cadáveres e inhumados en la fosa común.

El P. Goñi junto con el P. Olarte fueron los protomártires mártires de la ciudad de Cuenca. A ellos les seguirá el Sr. Obispo junto con su secretario.

S.S. Benedicto XVI firmó el 20 de diciembre de 2012 el decreto con el cual se reconoce el martirio del Siervo de Dios José Javier Gorosterratzu y sus cinco compañeros de la Congregación del Santísimo Redentor.

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5:10 p.m.
SAN IGNACIO DE LOYOLA

RELIGIOSO




Fundador de la Compañía de Jesús (Jesuitas)

PALABRA DE DIOS DIARIA

Memoria de san Ignacio de Loyola, presbítero, quien, nacido en el País Vasco, en España, pasó la primera parte de su vida en la corte como paje del contador mayor hasta que, herido gravemente, se convirtió. Completó los estudios teológicos en París y conquistó sus primeros compañeros, con los que más tarde fundaría en Roma la Compañía de Jesús, ciudad en la que ejerció un fructuoso ministerio escribiendo varias obras y formando a sus discípulos, todo para mayor gloria de Dios (1556).

San Ignacio de Loyola supo transmitir a los demás su entusiasmo y amor por defender la causa de Cristo. 

Un poco de historia

Nació y fue bautizado como Iñigo en 1491, en el Castillo de Loyola, España. De padres nobles, era el más chico de ocho hijos. Quedó huérfano y fue educado en la Corte de la nobleza española, donde le instruyeron en los buenos modales y en la fortaleza de espíritu.

Quiso ser militar. Sin embargo, a los 31 años en una batalla, cayó herido de ambas piernas por una bala de cañón. Fue trasladado a Loyola para su curación y soportó valientemente las operaciones y el dolor. Estuvo a punto de morir y terminó perdiendo una pierna, por lo que quedó cojo para el resto de su vida.

Durante su recuperación, quiso leer novelas de caballería, que le gustaban mucho. Pero en el castillo, los únicos dos libros que habían eran: Vida de Cristo y Vidas de los Santos. Sin mucho interés, comenzó a leer y le gustaron tanto que pasaba días enteros leyéndolos sin parar. Se encendió en deseos de imitar las hazañas de los Santos y de estar al servicio de Cristo. Pensaba: “Si esos hombres estaban hechos del mismo barro que yo, también yo puedo hacer lo que ellos hicieron”. 

Una noche, Ignacio tuvo una visión que lo consoló mucho: la Madre de Dios, rodeada de luz, llevando en los brazos a su Hijo, Jesús.
Iñigo pasó por una etapa de dudas acerca de su vocación. Con el tiempo se dio cuenta que los pensamientos que procedían de Dios lo dejaban lleno de consuelo, paz y tranquilidad. En cambio, los pensamientos del mundo le daban cierto deleite, pero lo dejaban vacío. Decidió seguir el ejemplo de los santos y empezó a hacer penitencia por sus pecados para entregarse a Dios.

A los 32 años, salió de Loyola con el propósito de ir peregrinando hasta Jerusalén. Se detuvo en el Santuario de Montserrat, en España. Ahí decidió llevar vida de oración y de penitencia después de hacer una confesión general. Vivió durante casi un año retirado en una cueva de los alrededores, orando.

Tuvo un período de aridez y empezó a escribir sus primeras experiencias espirituales. Éstas le sirvieron para su famoso libro sobre “Ejercicios Espirituales”. Finalmente, salió de esta sequedad espiritual y pasó al profundo goce espiritual, siendo un gran místico.
Logró llegar a Tierra Santa a los 33 años y a su regreso a España, comenzó a estudiar. Se dio cuenta que, para ayudar a las almas, eran necesarios los estudios.

Convirtió a muchos pecadores. Fue encarcelado dos veces por predicar, pero en ambas ocasiones recuperó su libertad. Él consideraba la prisión y el sufrimiento como pruebas que Dios le mandaba para purificarse y santificarse.

A los 38 años se trasladó a Francia, donde siguió estudiando siete años más. Pedía limosna a los comerciantes españoles para poder mantener sus estudios, así como a sus amigos. Ahí animó a muchos de sus compañeros universitarios a practicar con mayor fervor la vida cristiana. En esta época, 1534, se unieron a Ignacio 6 estudiantes de teología. Motivados por lo que decía San Ignacio, hicieron con él voto de castidad, pobreza y vida apostólica, en una sencilla ceremonia.

San Ignacio mantuvo la fe de sus seguidores a través de conversaciones personales y con el cumplimiento de unas sencillas reglas de vida. Poco después, tuvo que interrumpir sus estudios por motivos de salud y regresó a España, pero sin hospedarse en el Castillo de Loyola.

Dos años más tarde, se reunió con sus compañeros que se encontraban en Venecia y se trasladaron a Roma para ofrecer sus servicios al Papa. Decidieron llamar a su asociación la Compañía de Jesús, porque estaban decididos a luchar contra el vicio y el error bajo el estandarte de Cristo. Paulo II convirtió a dos de ellos profesores de la Universidad. A Ignacio, le pidió predicar los Ejercicios Espirituales y catequizar al pueblo. Los demás compañeros trabajaban con ellos.

Ignacio de Loyola, de acuerdo con sus compañeros, resolvió formar una congregación religiosa que fue aprobada por el Papa en 1540. Añadieron a los votos de castidad y pobreza, el de la obediencia, con el que se comprometían a obedecer a un superior general, quien a su vez, estaría sujeto al Papa.

La Compañía de Jesús tuvo un papel muy importante en contrarrestar los efectos de la Reforma religiosa encabezada por el protestante Martín Lutero y con su esfuerzo y predicación, volvió a ganar muchas almas para la única y verdadera Iglesia de Cristo. 
Ignacio pasó el resto de su vida en Roma, dirigiendo la congregación y dedicado a la educación de la juventud y del clero, fundando colegios y universidades de muy alta calidad académica. 

Para San Ignacio, toda su felicidad consistía en trabajar por Dios y sufrir por su causa. El espíritu “militar” de Ignacio y de la Compañía de Jesús se refleja en su voto de obediencia al Papa, máximo jefe de los jesuítas.

Su libro de “Ejercicios Espirituales” se sigue utilizando en la actualidad por diferentes agrupaciones religiosas.
San Ignacio murió repentinamente, el 31 de julio de 1556. Fue beatificado el 27 de julio de 1609 por Pablo V, y canonizado en 1622 por Gregorio XV.

¿Qué nos enseña su vida?

A ser fuertes ante los problemas de la vida.

A saber desprendernos de las riquezas.

A amar a Dios sobre todas las cosas.

A saber transmitir a los demás el entusiasmo por seguir a Cristo.

A vivir la virtud de la caridad ya que él siempre se preocupaba por los demás.

A perseverar en nuestro amor a Dios.

A ser siempre fieles y obedientes al Papa, representante de Cristo en la Tierra.

Oración

Virgen María, ayúdanos a demostrar en nuestra vida de católicos convencidos, una profunda obediencia a la Iglesia y al Papa, tal como San Ignacio nos lo enseñó con su vida de servicio a los demás.
Amén.

Hermanos Franciscanos

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