Por: Claudio Leonardi,Andrea Riccardi,Gabriella Zarri | Fuente: Diccionario de los Santos
La Vita medieval de Gaudencio compuesta probablemente entre finales del siglo XI e inicios del XII, en el clima de la reforma de la Iglesia y teniendo en cuenta que en tierra lombarda no se habían apagado del todo los ecos de la predicación patarina1- presenta al primer obispo de Novara como originario de Ivrea. El hagiógrafo, que dice que escribe «apoyándose en los méritos del papa León» (León IX, uno de los promotores de la reforma), narra que en Novara el joven fue discípulo del sacerdote Lorenzo. Cayendo víctima este último de la reacción pagana, Gaudencio se trasladó a Milán, donde fue notario de san Martín de Tours. Inmediatamente, durante la persecución ariana, acompañó al obispo Eusebio de Vercelli en su exilio palestino de Escitópolis.
De regreso a Novara, Gaudencio comenzó una vida en común con algunos discípulos. Poco tiempo después, el obispo Ambrosio, mientras volvía a Milán desde Vercelli, no tuvo más remedio que detenerse en Novarra ya que llegado aquí, su caballo se negó a continuar el camino- para encontrar a Gaudencio, quien le predijo el episcopado: Gaudencio respondió que no sería Ambrosio quien lo consagraría. Poco tiempo después, los novares pidieron al emperador sin que existiese simonía- que nombrase obispo a Gaudencio, quien fue consagrado por Simpliciano, sucesor de Ambrosio.
Gaudencio gobernó la diócesis durante veinte años (según la tradición de 498 al 518), predicando, realizando conversiones y milagros, construyendo iglesias y monasterios, y convirtiéndose en padre de muchas comunidades. Presintiendo cercana la muerte, reunió al pueblo y al clero cristiano y, esta vez sin ninguna intervención imperial, nombró personalmente a su sucesor, Arabio, «para que no hubiese discordias en la elección del pastor». Tras su muere, el 22 de enero, su cuerpo permaneció incorrupto milagrosamente por seis meses, a la espera de que acabasen los trabajos de la basílica que él inició en las afueras de la ciudad, en la que fue sepultado el 3 de agosto. Junto a su tumba se dieron curaciones, en particular la de una mujer romana poseída por el demonio.
El culto a Gaudencio está ininterrumpidamente testimoniado a partir de la época carolingia. La iconografía representa a Gaudencio con los tradicionales ornamentos pontificales.
Fuente: Diccionario de los Santos, Volumen I
Escrito por Claudio Leonardi,Andrea Riccardi,Gabriella Zarri
Editorial San Pablo, 2000
ISBN 8428522588, 978842852258
1 Herejía Patarina: movimiento reformista surgido en el norte de Italia (Lombardía) en el curso del siglo XI, que tuvo por finalidad lograr una renovación de las costumbres del clero, basándose para ello en la promoción de la vida ascética. Sus propuestas fueron acogidas favorablemente con la llegada al pontificado del ex patarino, Anselmo de Baggio, como Alejandro II (1061-1073) y principalmente durante el papado de Gregorio VII (1073-1085) quien recogió muchas de sus propuestas reformistas. Sin embargo, la comunidad patarina no tardó en radicalizar sus posturas al rechazar la validez de los sacramentos impartidos por clérigos considerados indignos como en adoptar las ideas milenaristas y dualistas vigentes por entonces. Ello motivó que el papa Gregorio VII endureciera su postura con los patarinos para luego condenarlos. Si bien la comunidad patarina desapareció a mediados del s. XII, sus ideales fueron recogidos por muchos otros en los siglos venideros.
Por: . | Fuente: AcademiaHumanidades.cl
Fecha de beatificación: El culto fue confirmado el 15 de mayo de 1819 por el Papa Pío VII.
Su formación filosófica y teológica la realizó en Venecia, y allí entró de lleno en el movimiento de la reforma. Fue prior en los conventos de Savona, Bolonia (1439), San Marcos de Florencia y Génova.
Su trabajo se desenvolvió dentro de la Orden y fue varias veces vicario general de los conventos reformados ayudando al Maestro de la Orden Bartolomé Texier.
Dejó un recuerdo hermoso de prior afable que corregía la debilidad humana con indulgencia y con firmeza. El papa Eugenio IV le encomendó llevar a la verdad a los católicos que se habían unido al antipapa Félix V.
Consumido por la penitencia y los trabajos murió en Como el 22 de enero de 1459 y sus reliquias fueron llevadas en 1810 a la iglesia parroquial de San Germano, su lugar natal.
Por: . | Fuente: LaVerdadCatolica.org || OracionDelHuerto.es/
Fecha de canonización: Los dos fueron incluidos en la lista de los santos el 19 de junio de 1988 por el Papa Juan Pablo II.
Después se le envió a la isla filipina de Luzón, donde predicó en las poblaciones de Bataán y Pangasinán; para un mejor desempeño de su misión aprendió las lenguas nativas. Fue designado secretario del padre provincial en Manila. Tiempo después lo autorizaron para misionar en Tonkin (actual territorio de Vietnam).
Aún con las persecuciones, evangelizó, administró los sacramentos y atendió, física y espiritualmente, a los enfermos, siempre preparándose con penitencia, oración y estudio. Realizó ardua misión pastoral hasta ser aprehendido y conducido a un barco con otros prisioneros cristianos, al verlos expresó: "Ya me hicieron prisionero, ¿por qué llevan presos a éstos? Suéltenlos", entonces los guardias, admirados, de súbito liberaron a los otros cautivos.
Francisco permaneció en cautiverio ocho años, padeció maltrato, humillaciones y enfermedades; pese a todo desarrolló vasta actividad apostólica, convirtiendo su cárcel en una misión. La feligresía cristiana pretendió pagar por su rescate, pero él se opuso diciendo: "... Jamás consentiré que se gaste una sola moneda para librarme de morir por Dios Nuestro Señor".
Los paganos, con torturas y amenazas, intentaron hacerlo apostatar sin lograrlo, y fue condenado a morir decapitado. Algunos discípulos conservan como reliquia pañuelos con los que enjugaron la sangre del mártir, al que dieron cristiana sepultura.
Enviado a ejercer su ministerio en el Colegio de Santo Tomás, en Manila (Filipinas), zarpó a las misiones de Tonkín (Vietnam), donde llegó, después de azaroso viaje (1732). Aprendió la lengua vietnamita en Trung-Iing; ahí desempeñó intensa labor evangelizadora durante diez años, librando -con ayuda de la feligresía- su captura. Estimado por su entrega y amor a los nativos.
Fue delatado y aprehendido al celebrar la santa misa. Ahí mismo fue torturado y herido de una lanzada en su costado; aun así lo embarcaron hacia Nam-dinh, con varios catequistas. Pese a pagar rescate no lo liberaron, enviándolo a Hanoi. Encadenado permaneció cuarenta días en prisión, evangelizando prisioneros paganos y exhortando a los cristianos a avivar su fe.
Al ser sometido a juicio se le quiso obligar a pisar la cruz. "He venido para enseñar a los hombres a amar y adorar a Dios representado en la cruz, ¿cómo, pues, voy a cometer el crimen de pisarla?". Condenado a muerte en Hanoi, exhaló su último suspiro amarrado a una estaca.
Por: . | Fuente: santiebeati.it
Fue uno de los numerosos mártires de entre clérigos y laicos de toda condición, (del simple cura o fraile al alto prelado, del humilde pueblerino al adinerado aristócrata), que padecieron por la fe católica en la Inglaterra de los siglos XVI y XVII, aunque en honor a la verdad hay que indicar que el martirologio inglés ciertamente no tiene su inicio en la persecución azuzada por Enrico VIII desde 1535 con el cisma de Inglaterra ni tampoco concluye al final del reinado de Carlo II en el 1681, realmente da inicio en el tiempo de Diocleciano y se acrecienta durante las invasiones de los anglosajones y los normandos.
El «Acta de Supremacía» de 1534 hace definitiva la separación de Inglaterra de Roma; proclamado por lo tanto al rey como único jefe de la iglesia inglesa, al mismo tiempo se legisló para que quienquiera que se negase a reconocer la supremacía espiritual del rey pudiera ser culpable de alta traición y como tal ser condenado a morir, buscando de ese modo esconder el motivo religioso bajo el móvil político. Así tuvo inicio un largo baño de sangre de la Inglaterra católica que duró casi siglo y medio.
Los primeros mártires fueron un grupo de cartujos londinenses ejecutados el 4 de mayo de 1535 por cuanto prefirieron subir sobre el cadalso antes que renegar la fe de sus padres y negar obediencia espiritual al romano pontífice.
Albano Bartolomé Roe nació en Suffolk en el 1585 y realizó sus estudios en Cambridge. Fue convertido al catolicismo por las respuestas de un preso católico que él quiso convertir al protestantismo. Entonces dejó el suelo patrio y se licenció en teología en el Colegio Inglés de Douai en Francia, que el futuro cardenal Guillermo Allen fundó en la 1568 con la intención de formar jóvenes sacerdotes que luego regresarían a su patria para intentar convertir de nuevo a los que abrazaron el anglicanismo; con la misma intensión fue transformado, en 1578, el antiguo Colegio Inglés de Roma, siempre bajo el auspicio de Allen, y que mereció ser conocido como Seminarium martyrum: todos sabían que a el retorno de aquellos jóvenes presbíteros a Inglaterra equivalía a una sentencia de muerte.
Emitida la profesión en el 1612 y ordenado sacerdote, Bartolomé Roe volvió a su patria, pero fue detenido muy poco tiempo después. Estuvo cinco años en la cárcel siendo liberado en 1623 gracias a la intervención del embajador de España, pero fue desterrado. No se dio por vencido, y después de pocos meses volvió a Inglaterra. Traicionado, fue encarcelado de nuevo, ejerció el ministerio sacerdotal entre los compañeros de prisión. Después de algún tiempo le fue concedido el permiso de salir libremente de la prisión lo que él aprovechó para realizar su apostolado. Fue descubierto y condenado a muerte. Subió al cadalso el 21 de enero1642. En el monasterio de Downside se mantiene un paño mojado con su sangre.
Reproducido con autorización de Santiebeati.it
responsable de la traducción: Xavier Villalta
Tomas Reynolds Green nace alrededor del año 1562 en Oxford, Inglaterra. Estudió en Reims (Francia) y en Valladolid y Sevilla (España). Recibió la ordenación sacerdotal el año 1592 y regresó a Inglaterra con el ministerio de lograr la conversión de los ingleses al catolicismo, pero fue capturado y exiliado en 1606. Retornó a su patria y trabajó en secreto hasta que fue nuevamente arrestado en el año 1628. Pasó catorce años en prisión hasta que fuera ahorcado y luego descuartizado el 31 de enero de 1642.
Por: . | Fuente: Franciscanos.net
Fecha de beatificación: 17 de abril de 1988 por el Papa Juan Pablo II.
Su padre era carpintero y su madre ama de casa. Familia modesta económicamente, pero religiosamente rica.
Estudió las primeras letras en su pueblo natal, luego en el Colegio de los Jesuitas de Verona, finalmente en el Seminario diocesano. Ordenado Sacerdote el 9 de agosto de 1874.
Nombrado maestro y vicario cooperador en San Pedro di Lavagno, luego en Castelletto, de donde vino a ser párroco en 1885. Durante 37 años ejerció como párroco de dicho lugar, desempeñando una intensa actividad pastoral y social, sobre todo a favor de los jóvenes, los enfermos y los pobres. Tuvo especial cuidado de los moribundos, a quienes auxiliaba con los sacramentos.
Obtuvo para su población los servicios de correo, telégrafo y acueducto. Durante la primera guerra mundial se prodigó en la asistencia a los soldados. Para atender a las necesidades del pueblo con las obras de caridad espiritual y corporal, fundó el 4 de noviembre de 1892 las Hermanitas de la S. Familia, con la colaboración de la sierva de Dios María Dominga Mantovani, para colaborar en las actividades parroquiales y en la asistencia a los enfermos.
El 31 de diciembre de 1916, mientras celebraba la Eucaristía, sufrió una hemiplejía izquierda, enfermedad que sobrellevó con admirable paciencia y fe, hasta el 21 de enero de 1922, fecha de su muerte. Tenía 71 años de edad. Sus últimas palabras fueron: "!Viva la muerte porque es el principio de la vida!.
Martirologio Romano: En Tarraco (hoy Tarragona), ciudad de la Hispania Citerior (hoy España), pasión de los santos mártires Fructuoso, obispo, Augurio y Eulogio, sus diáconos, los cuales, en tiempo de los emperadores Valeriano y Galieno, después de haber confesado su fe en presencia del procurador Emiliano, fueron llevados al anfiteatro y allí, en presencia de los fieles y con voz clara, el obispo oró por la paz de la Iglesia, consumando su martirio en medio del fuego, puestos de rodillas y en oración (259).
Breve Semblanza
En el Peristephanon del calagurritano Aurelio Prudencio está presente como una de las glorias cristianas de la Tarraconense aún romana. El sexto himno hecho de cincuenta y cuatro estrofas de tres versos de once sílabas escritos en los albores del siglo V, cuando el poeta decide según su propia confesión abandonar los honores mundanos para dedicarse al canto de la gloria de Dios hecho en poema latino, al exponer la vida de los que sin excesivo apego a ella la dieron por Jesucristo.
Fructuoso fue obispo de Tarragona y murió mártir, condenado a ser quemado en la hoguera, acompañado por algunos de sus ministros dos de los cuales eran diáconos y con los nombres conocidos de Augurio y Eulogio.
Las Actas de su martirio están reconocidas por los estudiosos como de las pocas que pueden ser consideradas fieles hasta el punto de considerar a Fructuoso como "el protomártir hispano justificado ante la historia" por su autenticidad.
Fue en el tiempo del emperador Valeriano; los cónsules eran Baso y Emiliano.
Fue al despuntar de un día de enero. Llamaron a la puerta del obispo los enviados por las autoridades que querían verle y juzgarle por su fe cristiana ya que se dedicaba a dar instrucción a los fieles y a extender aquella religión. Abrió la puerta cuando llamaron, aún estaba con las sandalias sin atar. Lo llevaron a la cárcel con sus discípulos hasta que se constituyera el tribunal; fue una semana en la que les atendieron los de la "fraternidad" que no abandonaban las puertas de la cárcel; para ellos no había peligro, los romanos sólo buscaban suprimir las cabezas de los jefes o responsables. Al final, la cita con el cónsul Emiliano tiene lugar con la sencillez y resolución de la muerte en la hoguera de los tres cristianos confesos de su condición de creyentes en Cristo y obstinados en rechazar cualquier otra divinidad.
Se ejecutó la condena en el anfiteatro. Entre llamas dieron testimonio firme ante una multitud de paganos vociferantes y muchos cristianos que lloraban su muerte.
El relato es sobrio, sin adornos, escueto. Las palabras del cónsul que iban al grano y las respuestas firmes que no admiten retorno quedaron plasmadas para siempre en testimonio fijo. Casi tan fijo como el premio.
Por: . | Fuente: Ocarm.org
Fecha de beatificación: 18 de abril de 2010, en San Giovanni in Laterano, Roma, en el pontificado de S.S. Benedicto XVI
Su vida puede dividirse en dos periodos: en su provincia religiosa de Toscana y en Roma. El primer periodo se caracteriza por frecuentes cambios de residencia: en Argigliano y en Pistoya, en 1675 vuelve a Florencia como Maestro de novicios. Dieciocho meses más tarde se halla de párroco en Corniola y en 1677, diez meses después, es trasladado a Siena y luego a Montecatini en 1680, donde dos años después se le encarga la enseñanza de la gramática a los religiosos jóvenes; pero ese mismo ano le trasladan a Pisa y pocos meses mas tarde a Fivizzano como organista y sacristán. En 1687 el General de la Orden lo llama a Roma donde, en el convento de S. Martino ai Monti, vivió los treinta y dos años restantes de su vida, primero como Maestro de novicios y luego como ecónomo, sacristán y organista y al mismo tiempo como director del conservatorio para muchachas fundado por Livia Vipereschi.
Durante la primera época de su vida, por doquier había ido dejando a su paso el muy grato recuerdo de un alma sedienta de silencio, de oración, de mortificación, pero sobre todo de un hombre entregado a la caridad espiritual y corporal hacia los enfermos y los pobres, tanto que en Siena le dieron el apelativo de Padre Caridad. Y siempre hizo honor a este apelativo dondequiera que se hallara, especialmente en Roma donde cuido de los dos hospitales de S. Juan (el de hombres y el de mujeres) y fundo el hospicio para convalecientes pobres en la avenida entre el Coliseo y la basílica de S. Juan. Su lema fue: Quien ama a Dios debe buscarlo entre los pobres». Supo también atraer a muchas personas que le imitaron en su atención a los necesitados. Y así se comprobó sobre todo durante las calamidades públicas, tales como los terremotos e inundaciones que se abatieron sobre Roma en los anos 1702 y 1703, en una época en la que el fasto de unos pocos contrastaba con la miseria de la mayoría.
Acertó a dar a los ricos muy buenos consejos y ellos le estimaron y le secundaron y emplearon como mediador en sus propias obras de beneficencia. Enseñó a los pobres a ser agradecidos y a encontrar en su humilde condición motivos de perfeccionamiento moral. Fue consejero de príncipes y de otros grandes de la Roma de entonces o de los huéspedes ilustres de la ciudad. Cardenales y altos prelados le tenían en gran estima. Rehusó la púrpura que le ofrecieron Inocencio XII y Clemente XI porque - decía habría redundado en perjuicio de los pobres a los que no habría podido atender.
Tuvo una confianza plena en la Divina Providencia, a la que solía llamar su despensa, en la cual nunca falta nada. Esta confianza se vio no pocas veces recompensada con hechos humanamente inexplicables, tales como la multiplicación de cosas sencillas destinadas al alimento de los pobres. Al practicar la caridad, no descuidaba, sin embargo, la justicia: siendo el mismo ejemplo de justa retribución a 1os obreros, sabía conseguir también que obraran con justicia quienes a veces se olvidaban de ello. Su unión profunda con Dios la buscaba en la oración solitaria, ya fuese en una cueva como cuando era niño en Argigliano, en los espacios ilimitados del Monte S. Peregrino, en los sótanos del convento de Florencia, o en las catacumbas romanas, en su celda o en el corillo de la iglesia de S. Martino donde la noche se le pasaba en un santiamén, descansando solía decir como S. Juan sobre el pecho de Cristo por medio de la oración. Destaco por su amor a la Cruz que quiso alzar incluso materialmente allá donde le fue posible: entre Argigliano y Minucciano, en el Monte S. Peregrino, junto a Corniola, y en Roma tres en el Testaccio y tres dentro del Coliseo. El Señor le dio a conocer algunos sucesos lejanos (como la muerte de Luis XIV y la victoria del Príncipe Eugenio de Saboya; en Petrovaradin) o futuros (como su propia muerte y la de otros). Varias personas le atribuyeron señaladas gracias estando él todavía en vida.
Murió el 20 de enero de 1720 y fue sepultado en la iglesia de S. Martino ai Monti donde se encuentra actualmente en la nave izquierda. Tres af1os después de su muerte se inicio el proceso informativo diocesano en Florencia, Pescia y Roma. El apostólico se desarrollo de 1740 a 1753. La heroicidad de sus virtudes fue reconocida por Pío VI en 1781. El Papa Benedicto XVI el 3 de julio de 2009 firmó el decreto de reconocimiento de un milagro obrado por intercesión del P. Angel.
Martirologio Romano: San Fabián, papa y mártir, que, siendo simple laico, fue llamado al pontificado por indicación divina y, después de dar ejemplo de fe y virtud, sufrió el martirio en la persecución bajo el emperador Decio. San Cipriano, al hacer el elogio de su combate, afirma que dejó el testimonio de haber regido la Iglesia de modo irreprochable e ilustre. Su cuerpo fue sepultado en este día en el cementerio de Calixto, en la vía Apia de Roma (250).
Etimología: Fabián = Aquel que pertenece a la familia de Fabio, es de origen latino.
Breve Biografía
Sucedió en el papado a San Antero y gobernó la Iglesia unos quince años (236-250), hasta la persecución de Decio, durante la cual sufrió el martirio. Fue sepultado en el cementerio de San Calixto, donde se lee su epitafio. — Fiesta: el 20 de enero, junto con la de San Sebastián. Misa propia.
Sabemos muy poca cosa de este pontífice. Pero figura en el Catálogo Liberiano y en el Liber Pontificalis, y nos hablan de él San Cipriano de África, San Jerónimo y el historiador Eusebio de Cesarea. Este último refiere que en una ocasión en que Fabián regresaba del campo con algunos amigos, la multitud de los cristianos se hallaba congregada para la elección de nuevo Papa. Nadie pensaba en él, cuando una paloma vino a posarse sobre su cabeza. Lo muchedumbre, conmovida por el hermoso espectáculo, empezó a gritar y repetir: «¡Fabián, pontífice!». Y él no tuvo más remedio que acceder.
El Liber Pontificalis lo hace natural de Roma, aunque alguna leyenda le atribuye procedencia extranjera. Es también legendaria la atribución que se le adjudica de tres cartas de la colección llamada del Seudo-Isidoro y del decreto 21 del Código de Graciano.
De su pontificado, pueden reseñarse varias cosas hermosas y notables. Menciónanse algunos edificios mandados erigir por él encima de los cementerios o catacumbas, aprovechando, por cierto, un período de tranquilidad que gozó la Iglesia después de la persecución de Maximino Tracio.
Distribuyó los distritos urbanos a los siete diáconos, para que fuese mejor atendida la beneficencia y estuviesen bien administrados los fondos de la Iglesia. Medida que estuvo en vigor durante muchos siglos y que señala los comienzos de las regiones eclesiásticas y de la administración religiosa.
Instituyó también siete subdiáconos, para que recogiesen y archivasen las actas y gestas de los mártires, redactadas asimismo por siete notarios. En toda esa organización podemos ver un esquema oficial del clero, necesario para el ordenado ejercicio del culto y de la caridad cristiana.
Fue el suyo un tiempo de controversias teológicas, especialmente en Roma. Uno de los efectos que las ocasionaron fue el cisma llamado de Novaciano, que estalló en el pontificado siguiente (el de San Cornelio), pero se había incubado durante el del Papa Fabián, gracias tal vez a la bondad y dulzura del Pontífice.
En efecto, Novaciano, de Roma, y Novato, de Cartago, íntimos amigos, defendieron un error de tipo puritanista, enfrentándose con el criterio del Papa Cornelio. Sus numerosos adeptos eligieron Papa a Novaciano.
Duró el cisma poco tiempo. Consistía el error en acusar de indulgente al Papa con respecto a los lapsos, es decir, a los caídos en apostasía u otro pecado enorme, y en propugnar que la Iglesia no había de estar integrada más que por personas puras (cátaros), no debiendo ni pudiendo ser readmitidos en su seno los que pecaban después del Bautismo, pues el poder de perdonar no pertenecía más que a Dios.
Ahora bien: la rebelión de Novaciano no obedecía a una razón doctrinal, sino a una razón moral y síquica. Novaciano era un escritor brillante, que en tiempo de San Fabián había dado a luz un tratado sobre la Trinidad —no de gran valor teológico, por cierto—, con el cual quiso refutar doctrinas heréticas gnósticas; pero, a pesar de su magnífico estilo y de su buena intención en este caso, se caracterizaba por su índole altanera.
El Papa Fabián, prendado de su ingenio, dejó que fuese ordenado presbítero, confiando en los buenos servicios que podía prestar a la Iglesia. No pensó que sus defectos pudieran hacer de él un antipapa. Así fue, sin embargo. Su espíritu soberbio y ambicioso le convirtieron en tal, cuando, en 251, en vez de su propia elección, vio que era elevado al solio pontificio San Cornelio.
Fuera del ámbito de Roma, intervino Fabián en la deposición del obispo africano Privato, y mantuvo correspondencia con Orígenes, el gran pensador y exegeta de Alejandría, que quería justificar algunos puntos controvertidos de su doctrina.
Atribúyesele asimismo el primer envío de misioneros a las Galias.
En el orden litúrgico-sacramental, fue Fabián el pontífice que mandó fuese quemado y renovado todos los años, en Jueves Santo, el santo crisma. Además, hizo cinco ordenaciones, todas en el mes de diciembre, en las cuales creó veintidós presbíteros, siete diáconos y once obispos para diversas diócesis.
La efigie de San Fabián aparece en los plafones pictóricos de la Capilla Sixtina, y la antigua cristiandad le tributó una veneración saturada de simpatía.
Por: . | Fuente: Vatican.va
Martirologio Romano: En Le Mans, Francia, beato Basilio Antonio María Moreau, presbítero, fundador de la Congregación de los Religiosos y Religiosas de la Santa Cruz († 1873).
Fecha de beatificación: 15 de septiembre de 2007 por el Papa Benedicto XVI.
Breve Biografía
El Beato Basilio Antonio María Moreau nació en Laigné-en-Bélin, distrito de Le Mans (Francia), el 11 de febrero de 1799. Fue el octavo de catorce hijos de una familia piadosa. Con su párroco, el p. Julián Le Provost, aprendió las primeras nociones de latín. Prosiguió los estudios en el colegio de Château-Gontier, y los terminó en el seminario mayor de Le Mans. El 12 de agosto de 1821 recibió la ordenación sacerdotal. En su corazón ardía el celo por las misiones, pero su obispo, mons. De la Myre, que lo quería para profesor en el seminario diocesano, lo envió a realizar estudios superiores, primero en San Sulpicio, en París, y después en la "Solitude D´Issy", dirigida también por los sulpicianos. Allí permaneció de 1822 a 1823, y encontró a quien sería su padre espiritual, el p. Gabriel Mollevaut. Al volver a Le Mans, enseñó filosofía, teología dogmática y sagrada Escritura desde 1823 hasta 1836. Al mismo tiempo, desarrolló con fruto una intensa actividad pastoral.
En 1833 participó en la fundación del Buen Pastor de Le Mans, institución destinada a la reeducación de delincuentes juveniles. En 1835 su obispo, mons. Bouvier, le encargó la guía espiritual de la congregación de los Hermanos de San José, constituida por laicos fervorosos que tenían como misión instruir a la gente del campo de Le Mans. En ese mismo año fundó la sociedad de Sacerdotes Auxiliares, con la finalidad de ayudar a los párrocos mediante retiros espirituales, predicaciones de misiones populares y cursillos. El 1 de marzo de 1837 el p. Basilio unió los Sacerdotes Auxiliares con los Hermanos de San José en una única comunidad, que tomó el nombre de Congregación de la Santa Cruz.
Completó su obra en 1841, fundando la rama femenina de las Marianitas de la Santa Cruz. De ese modo, realizó su ideal de una única congregación religiosa con tres secciones, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret: a los sacerdotes les dio el nombre de Salvatoristas; a los hermanos, el de Josefinos; y a las religiosas, el de Marianitas.
La finalidad de la Congregación era: la educación, la predicación, sobre todo en las zonas rurales y en las misiones extranjeras, el ministerio parroquial, la difusión de la buena prensa, así como la dirección de casas destinadas a la acogida de delincuentes jóvenes o de personas abandonadas.
Entre los años 1840 y 1847 la Congregación, respondiendo al impulso misionero de su fundador, envió a algunos de sus miembros a Argelia, Estados Unidos y Canadá para establecer nuevas casas. Por deseo expreso del Papa Pío IX, el p. Basilio fundó en Argelia las primeras escuelas cristianas del país y contribuyó a la introducción y al progreso de la Iglesia católica en Estados Unidos. En 1853 la Congregación asumió la responsabilidad de la misión en Bengala (actualmente Bangladesh).
La vida del p. Basilio, como la vida de casi todos los fundadores, estuvo marcada por el sufrimiento y la incomprensión, pero él se sintió siempre un simple instrumento en las manos de Dios: "La obra de la Santa Cruz —escribió a sus hijos espirituales— no es obra del hombre, sino obra de Dios mismo. (...) Por eso os exhorto a renovar el espíritu de vuestra vocación, que es un espíritu de pobreza, castidad y obediencia".
Aunque el nombre elegido para la Congregación no fue fruto de su devoción particular a la cruz de Cristo, esta estuvo muy presente en su vida, e insistió a menudo en ella para formar la vida espiritual de sus miembros. Por eso dio como lema a su comunidad el verso de un himno litúrgico: "Salve, oh cruz, nuestra única esperanza".
El Beato vivió retirado durante sus últimos años en una casita junto al Instituto de la Santa Cruz; predicaba en las parroquias de los alrededores de Le Mans, donde murió el 20 de enero de 1873.
Las tres ramas de la Congregación, que han ido creciendo y extendiéndose por el mundo, están presentes en Francia, África y Asia. Desempeñan su misión en escuelas y universidades, en la pastoral y servicios sociales. La fase diocesana de la causa de beatificación del Beato comenzó en Le Mans en 1948; en 1994 prosiguió en Roma, en la Congregación para las causas de los santos. El 12 de abril de 2003 el Santo Padre Juan Pablo II declaró al p. Basilio Antonio María Moreau "venerable" reconociendo sus virtudes heroicas.
S.S. Benedicto XVI, luego del reconocimiento de la milagrosa recuperación de la señora Laurette Comtois de una pleuroneumonia1 con efusión masiva en el hemitórax izquierdo durante el puerperio2, misma que fue rápida, perfecta y duradera, gracia obtenida por intercesión de Antonio María Moreaulo. lo declaró beato el 15 de septiembre de 2007 en ceremonia realizada en LeManas (Francia).
Reproducido con autorización de Vatican.va
Si usted tiene información relevante para la canonización del Beato Basilio, contacte a:
Congregazione di S. Croce
via Framura, 85
00168 Roma, ITALY
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Soeurs de Sainte-Croix
905, rue Basile-Moreau
Saint-Laurent, QC H4L 4A1, CANADA
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Sisters of the Holy Cross
Saint Mary’s
Bertrand Hall, Notre Dame, IN 46556, USA
1- o -
Marianites of the Holy Cross
1011 Gallier Street
2New Orleans, LA 70117, USA
1 Pleuroneumonia: Inflamación severa del pulmón y de la doble membrana que lo cubre, complicada con una neumonía. (regresar)
2 Puerperio: Es el período que inmediatamente sigue al parto y que se extiende el tiempo necesario (usualmente 6-8 semanas) o 40 días para que el cuerpo materno —incluyendo las hormonas y el aparato reproductor femenino— vuelvan a las condiciones pre-gestacionales, aminorando las características adquiridas durante el embarazo. (regresar)