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SAN NICOLÁS DE BARI O DE MYRA

OBISPO





San Nicolás, obispo de Mira, en Licia, famoso por su santidad y por su intercesión ante el trono de la divina gracia. (+ s.IV)

De San Nicolás, obispo de Mira (Licia) en el siglo IV, tenemos muchas noticias, pero es difícil distinguir las pocas auténticas del gran número de leyendas tejidas alrededor de este popularísimo santo, cuya imagen presentan todos los años los comerciantes vestido de "Papá Noel" (Nikolaus en Alemania y Santa Claus en los países anglosajones), un rubicundo anciano de barba larga y blanca, y con un costal lleno de regalos a la espalda.

Su culto se difundió en Europa cuando sus presuntas reliquias fueron llevadas de Mira por 62 soldados bareses y colocadas con grande honor en la catedral de Bari, para evitar que fueran profanadas por los turcos. Era el 9 de mayo de 1087. Las reliquias habían sido precedidas por la fama de gran taumaturgo y por coloridas leyendas. En la Leyenda áurea se lee: "Nicolás nació de ricas y santas personas. Cuando lo bañaron el primer día, se paró solito en la tina...". Era un niño de excelente salud y ya inclinado a la ascética, pues, como añade la Leyenda, el miércoles y el viernes rechazaba la leche materna. Ya más grandecito "rehusaba las diversiones y las vanidades y frecuentaba la iglesia".

Elevado a la dignidad episcopal por sobrenatural inspiración de los obispos reunidos en concilio, el santo pastor se dedicó a su grey, distinguiéndose sobre todo por su gran caridad. "Un vecino suyo, encontrándose en grandísima pobreza, ordenó exponer al pecado a sus tres hijas vírgenes para sacar de ese vil mercado el sustento para él y para sus hijas...”. Para evitar ese despiadado lenocinio, San Nicolás, pasando en la noche por frente de la casa de ese pobre, tres veces echó una bolsa de monedas de oro, y las tres hijas con la dote consiguieron un buen marido. Su patrocinio sobre muchachos y muchachas parece que se debe a otro hecho legendario: el obispo habría inclusive resucitado a tres niños, asesinados por un carnicero para hacer salchichas.

Se narra también que, invocado por algunos marineros durante una furiosa tempestad en el mar, él se les apareció y la tempestad cesó inmediatamente. En efecto, parece que con los marineros tenían cuenta abierta: durante una carestía había obtenido de una nave llena de trigo una buena porción para sus fieles; después, cuando los dueños controlaron el contenido de la nave, encontraron que todo el trigo estaba completo. Tras su muerte se convirtió en el primer santo, no mártir, en gozar de una especial devoción en el Oriente y Occidente. Multitud de relatos milagrosos aparecieron sobre él, desfigurando, a veces, su inminente carácter práctico y sencillo.

11:22 p.m.

Sacerdotes y Mártires

Martirologio Romano:En distintas poblaciones de España, Beato Joaquín Jovani Marín y 14 compañeros de la Hermandad de Sacerdotes Operaros Diocesanos del Sagrado Corazón de Jesús, asesinados por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco..

El ambiente anti clerical de la II República española

El día 14 de abril de 1931 fue proclamada la II República española, el nuevo régimen fue aceptado y acatado por la Iglesia en España. El día 9 de mayo de 1931 los metropolitanos españoles escribían: "Particularmente todos y cada uno de los prelados españoles han recordado ya a los fieles los deberes que les ligan con las autoridades constituidas y la obligación que les incumbe de cooperar al bien común y al mantenimiento del orden social. Los metropolitanos españoles, reunidos, de nuevo ratifican plenamente estas manifestaciones de los prelados, en la confianza de que las autoridades respetarán los derechos de la Iglesia y de los católicos en una nación en que la casi totalidad de la población profesa la religión católica".

A los veintisiete días de la proclamación de la II República española se desencadenó la violencia más brutal y salvaje contra todo lo que tuviera algo de signo religioso, asaltando, saqueando, incendiando iglesias, conventos, residencias y colegios religiosos.

La gente que había empuñado las riendas del Estado antes había incitado a las masas a cometer los desmanes que luego realizaron, quizá más pronto de lo que ellos mismos preveían...

El siervo de Dios Joaquín Jovaní Marín, a la sazón Director General de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, escribe, el 18 de abril de 1931, al siervo de Dios Mateo Despóns Tena -martirizado el día 13 de agosto de 1936-: "Por ahora todo sigue en paz, pero dentro de unos meses, cuando las turbas se vean defraudadas en las esperanzas concebidas por predicaciones infames, ¿qué podrá suceder? No quiero ni pensarlo, sino vivir cada día como me lo manda la Divina Providencia. ¡Ahora se hace más necesaria la vida de fe!".

Se oteaba en el horizonte la tragedia. Es muy significativo lo que dice, en carta de 7 de mayo de 1931, al Director General de la Hermandad el siervo de Dios Antonio Perulles Estivill, martirizado el día 12 de agosto de 1936 (el rector del Colegio de San José para Vocaciones Eclesiásticas de Burgos): "Vino el señor arzobispo y les dijo (a los seminaristas) que los que no estuvieran decididos a todo, hasta al martirio, aprovecharan la ocasión de las vacaciones del verano para no volver al seminario".

El 11, 12 y l3 de mayo de 1931 muchas ciudades españolas se convirtieron en una inmensa hoguera de iglesias, conventos, colegios, quemados impunemente por las hordas. "Casi un centenar, entre templos y casas religiosas, fueron pasto de las llamas en tres días de barbarie popular".

Y mientras la chusma quemaba, saqueaba, profanaba, el Gobierno provisional de la II República y sus adláteres no pudieron -o no quisieron- controlar tantos y tan serios desmanes. Dice Antonio Montero: "No le quedan al historiador actas judiciales de un proceso que no llegó a iniciarse contra los autores de tales desmanes. Ya esta ausencia de formal intervención de la autoridad judicial denuncia de por sí que el Gobierno rehuía aclaraciones excesivas de lo ocurrido. Consta también que la censura oficial impidió a los periódicos de orientación católica dar la versión justa de los hechos, mientras la prensa opuesta ofrecía a su clientela las más pintorescas interpretaciones".

La persecución religiosa en Tortosa

Sin duda, la diócesis de Tortosa fue una de las que sufrió más intensamente la persecución en los años de la guerra civil. Más de trescientos sacerdotes de la diócesis fueron martirizados.

Dice doña Emilia Marín Vidal en el proceso: "El ser sacerdote era sentencia de muerte en aquellos días. Eso lo sabemos todo el mundo. Los rojos tenían la intención de acabar con todos los católicos. Yo en aquellos días confesaba y comulgaba cada semana, pero muy ocultamente, con todas las precauciones, porque nos hubieran matado de haberlo sabido".

Isidoro Bover, el día 10 de abril de 1936 escribía a su hermano José María Bover diciéndole que en España se estaba imponiendo la dictadura del marxismo, en la que, como todos sabemos, unos pocos, a punta de armas, someten a los demás.

"Da la impresión de que nos hallamos ya en los preludios de una dictadura izquierdista con máscara de legalidad, que es la más odiosa de las dictaduras. Y hay síntomas de que esa dictadura será, si Dios no lo remedia, la brecha para el paso de la dictadura roja. Por ahora no se ve en el horizonte ningún claro por donde pueda brillar el sol".

El Siervo de Dios José Manuel Claramonte Agut, en uno de sus escritos, señala claramente quienes son los culpables de los hechos acaecidos y también de los que luego ocurrirán:

"Los leales a Azaña y Martínez Barrio. Puede ser que se molesten los aludidos tiranos y reclamen para sí toda la gloria por los centenares de miles de asesinatos cometidos en el territorio sobre el que se arrogan la suprema autoridad. Porque con su autoridad fueron convocados los asesinos; en nombre de la misma autoridad se les dieron las armas a sus leales sanguinarios; el criminal silencio de la autoridad aprobó la detestable conducta de los milicianos, y la manifiesta impunidad del Gobierno alentó los bajos instintos de sus satélites.

Admitimos que los principales y casi únicos responsables de los asesinatos son Azaña y Martínez Barrio; pero alguna parte corresponde a los miserables asesinos que, aunque obrasen como instrumentos de la llamada autoridad, no puede eximirse de la responsabilidad que de sus propios actos corresponde a todo ser humano.

La lista de los abominables hechos es muy larga y espeluznante en sus detalles".

El delito de ser sacerdote

Era la causa única de su condena a muerte. Los testimonios son unánimes en el proceso de Tortosa.

El sacerdote tortosino don Luis Riba Cano testifica en la causa del siervo de Dios Mateo Despóns Tena: "Es cierto que le mataron solamente por ser sacerdote. Me fundo en mi propia suerte. Yo era entonces diácono, y discutieron los del Comité si me debían o no matar; a pesar de haber acordado matarme, no lo hicieron porque todavía no había cantado misa y, por tanto, no había engañado –dijeron- a nadie"

El señor Antonio Piñana Vizcarro testifica en la causa del siervo de Dios Vicente Jovaní Ávila: "Las matanzas de sacerdotes eran sólo por odio a la religión. En la misma fábrica donde yo trabajo oí muchas veces decir a un jefe de control -impuesto desde Barcelona- que era necesario acabar con todos los sacerdotes y con la religión".

El entonces seminarista José María Reyes Mateu, en la causa del siervo de Dios Joaquín Jovaní Marín, dice que en la llamada "cárcel de Pilato" de Tarragona, donde tuvieron prisioneros a muchos seminaristas de esta ciudad, juntamente con el siervo de Dios, "el día 10 de agosto de 1936 me hicieron una especie de juicio. Me preguntaron si yo era sacerdote. Les contesté que me faltaba un año para terminar la carrera. Me dijeron que a los estudiantes nos necesitaba la República y que no nos harían nada malo; solamente a los culpables -refiriéndose claramente a los sacerdotes- les darían lo suyo".

No se toleraba la existencia de signo alguno religioso. En la causa del siervo de Dios Joan Vallés Anguera testifica el señor Francisco Benaiges Vallés: "Hicieron un bando de que se habían de quemar todos los cuadros e imágenes de santos. Querían acabar con toda la religión. Para derribar los santos de la iglesia hacían ir, obligados, a los más católicos".

Todo el que protegiera a un sacerdote era condenado a muerte. No se libró de esto ni el hermano del tristemente célebre Marcelino Domingo, ministro de la República desde 1931.

Doña Joaquina Fibla Frecet, cuñada de Federico Domingo -hermano de Marcelino-, ha dejado una declaración muy importante a este respecto, como testigo en la causa de los siervos de Dios Joaquín Jovaní Marín y Vicente Jovaní Avila:

"Por mediación de mi cuñado, Federico Domingo, el siervo de Dios Joaquín Jovaní salió de la cárcel de la Casa de Pilato. Este Federico, a pesar de ser hermano del ex ministro de la República, Marcelino, era bueno y muy querido de todos. Mi marido fue a ver al siervo de Dios muchas veces a esta cárcel, acompañado de Federico Domingo".

El siervo de Dios había conseguido dos pasaportes para huir a Francia. "El uno era para el siervo de Dios y el otro para Joaquín Jovaní Avila, sobrino del siervo de Dios, por su condición de casado. Mi esposo le dio dinero y proporcionó vestidos para este viaje... El siervo de Dios y su sobrino Joaquín subieron al coche que los había de llevar a Francia. Los demás quedaron en la pensión un rato. En esto llegaron unos sesenta milicianos, que ocuparon la pensión y detuvieron a todos.

Entonces vieron los que estaban en la pensión que había regresado el coche en el que viajaban los que marcharon a Francia, el cual había sido detenido también por los milicianos y obligado a regresar a la pensión. A todos los detenidos los llevaron a un retén y después a la checa de San Elías.

Allí fueron a parar el siervo de Dios, con mi marido, sus dos sobrinos, Vicente (sacerdote) y Joaquín, y además Federico Domingo, que, como tantas veces he dicho, era el que los protegía por sus circunstancias especiales.

Los cinco fueron encerrados en la misma celda. De esta celda los iban sacando de dos en dos. Mi marido se quedó solo, el último. Al llamarle para declarar, preguntó por sus familiares, y los milicianos le dijeron que estaban en un campo de concentración, menos Federico, que había sido llevado a Madrid.

Esto era mentira, como pudimos comprobar después de la guerra, al encontrar juntos los cadáveres de Joaquín Jovaní, el sobrino y de Federico Domingo".

El esposo de doña Joaquina fue puesto en libertad, detenido nuevamente y asesinado en Castellón.

Resumen biográfico de D. Joaquín

Nació el 16 de octubre de 1874 en Sant Mateu aunque su familia se trasladó a vivir a Benicarló. Su familia era muy religiosa y guardó una gran relación con el Beato Manuel Domingo y Sol, fundador de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Realizó sus estudios en el seminario de Tortosa y se licenció en Teología en el seminario de Toledo. Fue ordenado presbítero el día 4 de junio de 1898 y el 12 de agosto ingresó en la Hermandad fundada por Mosén Sol. Ocupó diversos cargos de responsabilidad en el seminario de Toledo; director del colegio de San José de esa ciudad; director del colegio de San Juan en Almería; administrador del Pontificio Colegio Español de Roma, del que más tarde sería rector; profesor en el seminario de Barcelona; rector del seminario de Tarragona. En 1927 fue elegido director general de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, cargo que desempeñó hasta 1933. En 1934, a petición del arzobispo, volvió a desempeñar el cargo de rector del seminario de Tarragona. El inicio de la persecución religiosa le sorprendió en el seminario de la Seu d´Urgell, en un cursillo de verano con los seminaristas mayores de Tarragona. Como ya hemos comentado, allí le acompañó su sobrino Vicente. En diferentes cartas había manifestado sus inquietudes y presagios sobre el clima social y político que se vivía en España en 1936: “Únicamente el Señor sabe lo que nos espera en el transcurso de este año que hoy comenzamos”. “La marea roja parece que va en aumento. ¿Llegaremos al final de la zozobra? En manos de Dios estamos.”

El 25 de julio por la tarde entró un grupo de milicianos armados en la capilla donde estaban rezando vísperas. Superiores y seminaristas quedaron detenidos en el mismo seminario. Se les comunicó a los superiores la posibilidad de pasar a Andorra, salvando así su vida, pero la rechazaron por no querer abandonar a sus alumnos. El 26 de julio un autobús y dos camiones trasladan a los presos hasta Tarragona. Durante el trayecto se les despojó de todas sus pertenencias. En Tarragona fueron liberados, Don Joaquín fue acogido por la familia de un seminarista, allí se celebraba la Misa y se rezaba el rosario de forma clandestina. El 2 de agosto un numeroso grupo de milicianos fuertemente armados llamaron a la puerta exigiendo la presencia del sacerdote, su respuesta fue: “Alabado sea Dios; ha llegado la hora…” Al ser interrogado sobre su identidad, contestó: “Soy sacerdote y rector del Seminario de Tarragona”. A partir de aquel momento quedó detenido y fue trasladado al comité para ser interrogado. A las diez de la noche fue conducido al castillo de Pilatos donde quedó preso. La familia del seminarista José María Reyes le llevaba comida diariamente.

Por influencia de Federico Domingo fue liberado a los pocos días. Se refugió en casa de su primo Justo Marín pero viendo que corría peligro se trasladó junto a su sobrino Vicente a Barcelona, hospedándose en la pensión “El Carmen”. Se le facilitó un pasaporte para ir a Francia junto a su sobrino Joaquín, pero, como hemos visto anteriormente, fueron descubiertos y apresados. Junto a ellos fueron detenidos su otro sobrino, Vicente, Federico Domingo y Domingo Roig. Los cinco fueron encerrados en la misma celda de la checa de San Elías. Después de los interrogatorios Domingo Roig fue puesto en libertad, aunque moriría asesinado un mes después en Castellón. Los cuatro restantes fueron llevados al cementerio de Montcada i Reixac, siendo allí martirizados el 5 de diciembre de 1936.

Integran este grupo de mártires:

1. MIGUEL AMARO RODRÍGUEZ, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 08 Mayo 1883 en El Romeral, Toledo (España)
martirio: 02 August 1936 en Toledo (España)

2. JOAN VALLÉS ANGUERA, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 21 Diciembre 1872 en Darmós, Tarragona (España)
martirio: 09 Agosto 1936 en Darmós, Tarragona (España)

3. MATEO DESPÓNS TENA, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 05 Atril 1884 en at San Mateo, Maestrazgo, Castellón (España)
martirio: 13 Agosto 1936 en Maestrazgo, Castellón (España)

4. AMADEU MONJE ALTÉS, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 10 Atril 1906 en Batea, Tarragona (España)
martirio: 16 Agosto 1936 en Gandesa, Tarragona (España)

5. CRISTÒFOL BAQUÉS ALMIRALL, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 20 Marzo 1885 en Olesa de Bonesvalls, Barcelona (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en la carretera de la Arrabassada, Barcelona (España)

6. JOSEP MARÍA TARÍN CURTO, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 06 Febrero 1892 en Santa Bárbara, Tarragona (España)
martirio: 29 Agosto 1936 en Tortosa, Tarragona (España)

7. JOSÉ PRATS SANJUÁN, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 31 Julio 1874 en Catí, Castellón (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en Tortosa, Tarragona (España)

8. LORENZO INSA CELMA, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 18 June 1875 en at Calaceite, Teruel (España)
martirio: 02 Septiembre 1936 en Tortosa, Tarragona (España)

9. TOMÁS CUBELLS MIGUEL, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 25 Octubre 1867 en La Palma, Tarragona (España)
martirio: 10 Septiembre 1936 en Campredó, Tarragona (España)

10. JOSÉ PIQUER ARNÁU, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 27 Octubre 1881 en Onda, Castellón (España)
martirio: 11 September 1936 en Bechí, Castellón (España)

11. JOSEP PLA ARASA, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 16 Noviembre 1888 en Santa Bárbara, Tarragona (España)
martirio: 11 Septiembre 1936 en Tortosa, Tarragona (España)

12. SEBASTIÁ SEGARRA BARBERÁ, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 28 Marzo 1894 en at Fatarella, Tarragona (España)
martirio: 05 Octubre 1936 en Les Corts, Barcelona (España)

13. JOAQUÍN JOVANÍ MARÍN, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 16 Octubre 1874 en San Mateo, Castellón (España)
martirio: 05 Diciembre 1936 en Montcada, Barcelona (España)

14. VICENTE JOVANÍ ÁVILA, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 05 Diciembre 1902 en Benicarló, Castellón (España)
martirio: 05 Diciembre 1936 en Montcada, Barcelona (España)

15. JOSÉ MANUEL CLARAMONTE AGUT, sacerdote de la Hermandad de Sacerdotes Operarios del Sagrado Corazón de Jesús
nacimiento: 06 Noviembre 1892 en Almazora, Castellón (España)
martirio: 10 June 1938 en Vall d’Alba, Castellón (España)

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11:22 p.m.

Por: . | Fuente: SiervasDeMariaCastilla.com

Religiosa y Mártir

Martirologio Romano: En Madrid, España, Beata Aurelia (en el siglo Clementina Arambarri Fuente) y 3 compañeras, religiosas profesas de las Siervas de María Ministras de los Enfermos, asesinadas por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

El Señor concedió a Sor Agustina la gracia del martirio en plena juventud. Dichosa ella, que fue hallada digna de tal don.

Nació en el pueblo de Ruanales, Santander, el día 23 de marzo de 1900 y el 25 del mismo mes fue regenerada con las aguas bautismales, imponiéndole el nombre de Anunciación. Sus padres se esmeraron en darle una educación profundamente cristiana. No tarda en hacerse presente en su vida el dolor. Con la muerte de su madre, conoció pronto las privaciones y el trabajo, que forjaron en ella un espíritu austero, laborioso y sensible a las necesidades de los demás.

Dios la tenía señalada para sí. El día 14 de diciembre de 1924 ingresó en el Instituto de las Siervas de María en la casa de Tudela, pasando después al Noviciado de Madrid. El 4 de julio de 1925 vistió el santo hábito y el 25 de julio de 1927 emitió sus primeros Votos, ofreciéndose al Señor con todo el fervor de su alma.

El 9 de agosto del mismo año fue destinada a la casa de Pozuelo de Alarcón para ocuparse en los oficios domésticos. El día 5 de julio de 1933 emitió sus Votos Perpetuos en la misma casa de Pozuelo y a los 3 años pasaba a vivirlos en plenitud al cielo.

De espíritu profundamente piadoso, dicen cuantas la conocieron, que todo se convertía para Sor Agustina en Capilla y que en cuanto podía disponer de algún tiempo libre, se retiraba ante el Señor Sacramentado para permanecer ante Él profundamente recogida.

Tenía verdadero amor al trabajo y sus conversaciones casi siempre versaban sobre cosas espirituales. Su disponibilidad y entrega no conocieron límites cuando los Superiores le confiaron el cuidado de Madre Aurelia, aceptando este servicio como sagrado deber, levantándose por la noche, cuantas veces la enferma la llamara, sin dar nunca la menor señal de contrariedad y haciendo con ella derroches de caridad.

En 1936 al tener que abandonar la casa de Pozuelo de Alarcón, es acogida con otras tres Hermanas en la misma familia, pero los milicianos la obligan a separarse de ellas. Se une a otra familia que huye hacia las Rozas y allí sola, es acusada de ser religiosa y habérsele visto rezar.

Su vida de 36 años es coronada con el martirio, el día 5 de diciembre de 1936.

Este grupo de mártires está integrado por:

1. CLEMENTINA ARAMBARRI FUENTE (AURELIA)
religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos
nacimiento: 23 Octubre 1866 en Vitoria, Álava (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)

2. ANUNCIACIÓN PEÑA RODRÍGUEZ (AGUSTINA)
religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos
nacimiento: 23 Marzo 1900 en Ruanales, Santander (España)
martirio: 05 Diciembre 1936 en Las Rozas, Madrid (España)

3. JUSTA LÓPEZ GONZÁLEZ (AURORA)
religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos
nacimiento: 28 Mayo 1850 en San Lorenzo, Madrid (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Aravaca, Madrid (España)

4. ENGRACIA ANDIARENA SAGASETA (DARÍA)
religiosa profesa, Siervas de María, Ministras de los enfermos
nacimiento: 05 April 1879 en Donamaría, Navarra (España)
martirio: 06 December 1936 en Aravaca, Madrid (España)

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11:22 p.m.
No sabemos gran cosa sobre la vida de Bartolomé Fanti.

Fue uno de los carmelitas extraordinariamente santos que vivieron en Mantua, en el siglo XV. Nació en 1443.

A los diecisiete años, ingresó en la orden del Carmelo. Después de su ordenación se distinguió como predicador.

Era extraordinariamente devoto del Santísimo Sacramento.

Con el aceite de la lámpara del Santísimo, curó milagrosamente a varias personas. Instituyó en Mántua una cofradía de laicos de Nuestra Señora del Monte Carmelo, para la que él mismo escribió los estatutos y prescribió los ejercicios de devoción.

Se cuenta que el Beato Bartolomé fue maestro de novicios del poeta carmelita, Beato Bautista Spagnolo, quien, calificó a nuestro beato como "santísimo guía y maestro espiritual".

El Beato Bartolomé murió el 5 de diciembre de 1495. Su culto fue confirmado en 1909.

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5:04 p.m.
SAN SABAS 

ABAD





Sabas es el fundador de la llamada Grande Laura al lado del valle de Cedrón, a las puertas de Jerusalén. Había nacido en Mutalasca, cerca de Cesarea de Capadocia, en el 439, y después de pasar algún tiempo en el monasterio de su pueblo, en el 457 se trasladó al de Jerusalén fundado por Pasarión, pero éste no satisfizo sus aspiraciones. Y al contrario de muchos monjes que abandonaban su convento para correr a las grandes ciudades a llevar una vida poco edificante, Sabas, deseoso de soledad, durante una permanencia en Alejandría pidió y obtuvo el permiso para retirarse a una gruta, con el compromiso de regresar todos los sábados y domingos a hacer vida común en el monasterio.

Cinco años después, de regreso en Jerusalén, fijó su domicilio en el valle de Cedrón en una gruta solitaria, a donde entraba por una pequeña escalera hecha con lazos. Por lo visto, esa escalera reveló su escondite a otros monjes deseosos como él de soledad, y en poco tiempo, como en un gran panal, esas grutas inhóspitas en la pared rocosa se poblaron de solitarios pero no ociosos habitantes.

Así nació la Grande Laura, esto es, uno de los más originales monasterios de la antigüedad cristiana. Sabas, con mucha paciencia y al mismo tiempo con indiscutible autoridad, gobernó ese creciente ejército de ermitaños organizándolos según las reglas de vida eremítica ya establecidas un siglo antes por San Pacomio. Para que la guía del santo abad tuviera un punto de referencia en la autoridad del obispo, el patriarca de Jerusalén lo ordenó sacerdote en el 491.

Sabas, a pesar de su predilección por el total aislamiento del mundo, no rehuyó sus compromisos sacerdotales. Fundó otros monasterios, entre ellos uno en Emaús, y tomó parte activa en la lucha contra la herejía de los monofisitas, llegando al punto de movilizar a todos sus monjes en una expedición para oponerse a la toma de posesión de un obispo hereje, enviado a Jerusalén por el emperador Anastasio.
Ante el emperador de Constantinopla, San Sabas puso en escena una representación de mímicas para demostrar con la evidencia de las imágenes coreográficas la triste condición del pueblo palestino agobiado por pesados impuestos y uno en particular, que perjudicaba a los comerciantes, pero sobre todo al pueblo.

Cuando murió, el 5 de diciembre del 532, toda la región quiso honrarlo con espléndidos funerales. En Roma, en el siglo VII, por obra de los monjes griegos surgieron sobre el monte Aventino un monasterio y una basílica dedicados a su memoria, del que toma el nombre el barrio.

Fue uno de los santos más influyentes y significativos del anacoretismo en Oriente.

11:27 p.m.

Mártires en Japón

Martirologio Romano: En el lugar llamado Edo, de Japón, beatos mártires Francisco Gálvez, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, Jerónimo de Angelis, presbítero, y Simón Yempo, religioso, estos dos últimos de la Compañía de Jesús, todos los cuales fueron quemados por odio a la fe († c. 1622/1623).

Breve Semblanza


Llegada del cristianismo a Japón

Los primeros cristianos japoneses recibieron el bautismo en 1548, en Goa, de manos del obispo Juan de Albuquerque. Ellos fueron los que guiaron los pasos de san Francisco Javier por el archipiélago nipón. Pero los jesuitas fueron pronto expulsados del país.

En 1593 desembarcaban en Japón los franciscanos descalzos Pedro Bautista Blázquez, Bartolomé Ruiz, Francisco de San Miguel y Gonzalo García, que no tardaron en recibir refuerzos desde Filipinas. En sólo tres años lograron bautizar a unos 20.000 neófitos, pero en 1596 estalló la persecución. Pedro Bautista y cinco compañeros suyos, tres jesuitas nativos y 17 cristianos seglares murieron crucificados en Nagasaki.

En tres años llegaron a bautizar a unos 20.000 neófitos. En 1596 estalló la persecución contra los cristianos, y el 5 de febrero del año siguiente morían crucificados en Nagasaki san Pedro Bautista , cinco compañeros suyos, tres jesuitas nativos y 17 cristianos seglares. Su martirio supuso nuevas conversiones y mayor expansión misionera, y fue en una de las nuevas oleadas de misioneros cuando llegó al país el beato Francisco Gálvez.


FRAY FRANCISCO GÁLVEZ DE URIEL

Este franciscano, sacerdote y misionero, nació de Francisco Gálvez y de Juana Iranzo, familia hidalga y bien situada de Utiel (Valencia), , unos días antes del 15 de agosto, fecha de su bautismo.

Se inició en las letras en la escuela de la parroquia, pero pasó enseguida al Colegio Seminario del Salvador, inaugurado el 6 de agosto de 1585, cuando Francisco estaba a punto de cumplir los siete años. En palabras del fundador, el sacerdote local Don Gonzalo Muñoz Iranzo, la finalidad del colegio era "que aquí los niños y niñas, desde chiquitos, aprendan la Doctrina cristiana, y los mayores y estudiantes aprendan los principios de Gramática y Latinidad, para que aquí salgan buenos ministros para la Iglesia y vayan a otras Universidades para aprender otras ciencias y facultades y a Religiones y Monasterios para mejor servir a Dios, que éste es el celo del Salvador del mundo, a quien se debe todo y a quien se le dé la honra y gloria por siempre jamás, amén".

Hacia los 14 años, ell joven Francisco saldrá de aquí bien preparado para empezar su formación universitaria en el Estudio General de Valencia. En su certificado de estudios del 10 de abril de 1598 consta que era ya subdiácono, que cursó Artes, Lógica y Filosofía, bajo el magisterio del catedrático José Roque Rocafull, doctor en Artes liberales, y, y que luego completó los cuatro años de Teología. Cumplidos todos los requisitos, recibió enseguida el diaconado, seguramente de manos del santo arzobispo de Valencia Juan de Ribera, quien lo destinó a una de las parroquias de la ciudad.

Muy fuerte debió de sentir la llamada a la vida religiosa, pues, sin esperar a la ordenación sacerdotal, solicitó ser admitido en el convento valenciano de San Juan de la Ribera, de los franciscanos descalzos o alcantarinos. Esta rama de la observancia, una de las de mayor austeridad, se caracterizaba por una vida de pobreza, austeridad, mortificación y compromiso evangelizador y con los pobres. Descalzos eran también, aparte de san Pedro de Alcántara, san Pascual Báilón y el beato Andrés Hibernón, contemporáneos suyos.

A Oriente por la ruta occidental

El beato Francisco Gálvez profesó la regla franciscana el 6 de mayo de 1600 y se ordenó sacerdote a finales del mismo año, o a comienzos de 1601. Poco después, el 28 de junio, a petición propia, partía como misionero hacia al Extremo Oriente desde el puerto de Sanlúcar de Barrameda. Lo sabemos porque el 1 de marzo de 1601, el rey Felipe II, por real cédula que se conserva en el sevillano Archivo de Indias, autorizaba a fray Juan Pobre, procurador de la Provincia franciscana de Filipinas, viajar a dichas islas con 40 misioneros, a expensas reales.

El viaje se hacía entonces por la ruta occidental. Tras dos meses de travesía, la misión dirigida por Juan Pobre desembarcaba en San Juan de Ulúa, el puerto de Veracruz, en Méjico. De aquí se dirigieron a pie hasta la capital azteca. Ocho años permaneció el beato Francisco en tierras mejicanas, sin que podamos precisar dónde residió ni en qué se ocupó todo ese tiempo. Lo que si sabemos es que sólo en 1609 pudo embarcarse en Acapulco, donde la congregación tenía una hospedería para los frailes de paso, rumbo a Manila. Tanto el archipiélago filipino como el japonés formaban parte de la floreciente provincia franciscana de San Gregorio Magno, cuyo primer procurador había sido san Pedro Bautista, uno de los protomártires de Japón recientemente crucificados en Nagasaki. A raíz del martirio la Provincia había experimentado un fuerte crecimiento, pasando de 41 conventos, 125 religiosos y 60.892 cristianos a finales del siglo XVI, a 57 conventos y 114.000 cristianos en 1622.

El beato Francisco Gálvez fue destinado al convento filipino de Dilao, un barrio del extrarradio de Manila, donde había una colonia de japoneses cristianos. Trabajando pastoralmente con ellos fue como fray Francisco pudo aprender la lengua nipona. Hizo tantos progresos que sus superiores lo nombraron ministro de los japoneses de Balete, jurisdicción de Dilao.

Evangelizador en Japón

En 1612, bien preparado por el contacto diario con los nipones, el beato Francisco hizo su primer viaje a Japón. Durante dos años pudo desarrollar una breve pero intensa labor misionera: anuncio del Evangelio en japonés con soltura, traducción de libros religiosos (Vidas de Santos, un Catecismo, varios opúsculos devocionales) que facilitaron su tarea, y atención a los leprosos de Asakusa hasta contagiarse con la enfermedad.

El 27 de octubre de 1614, por decreto imperial, el beato Galvez y los demás misioneros tuvieron que abandonar el territorio y regresar a Manila, pues Japón no se abrió a los europeos hasta el siglo XIX, y las persecuciones contra los cristianos no terminaron hasta el año 1873. Pero fray Francisco se las ingenió para regresar, porque allá había dejado a un pequeño grupo de cristianos que él mismo bautizó, y necesitaban de su presencia, apoyo, consejos y consuelos. En 1616, con la armada del Gobernador de Filipinas, llegó hasta Singapur, desde donde pudo llegar a Malaca, colonia portuguesa donde los franciscanos, seis años antes, habían obtenido del rey de Camboya permiso para evangelizar en su territorio. Sólo encontró una galeota que viajaba a Japón, pero no admitía pasajeros, y menos misioneros, pues aún estaba reciente el decreto de expulsión. Entonces recurrió a una estratagema: se tiznó de negro y se contrató como galeón o remero, a cambio de una pequeña ración diaria de arroz. Pero todo lo soportó con paciencia, incluso el año y medio que tuvo que esperar en Macao, antes de tocar suelo japonés.

Cumplido su propósito, aún pudo moverse con cierta libertad, gracias a la tolerancia de las autoridades locales. Incluso ejerció de mediador diplomático, entregando al príncipe de Voxu, Masamuné, por encargo del beato Luis de Sotelo, martirizado poco después en Omura, unas cartas y presentes que traía de parte del rey de España y del Papa. Fray Francisco fue bien recibido y agasajado, con orden de atenderle en todo lo necesario, y con la asignación de un lugar tranquilo donde poder dedicarse sin molestias a la evangelización. Gracias a este especial privilegio del príncipe Masamuné, el Beato Gálvez pudo desarrollar una intensa y fructuosa actividad misionera en los territorios de Voxy y Mongami, multiplicando las conversiones.

Martirizado en Yedo (Tokio)

Aún no se habían agotado las anteriores órdenes de expulsión, cuando, en agosto de 1623, el Emperador nombró nuevo "shogum" o jefe de gobierno a Iemitsu. Y éste, al ver que no se cumplían con demasiado rigor, ordenó eliminar a los cristianos, prometiendo honores y dinero a quiénes los denunciaran. Enseguida alguien (un cristiano renegado, o un bonzo que se hizo pasar por tal) delató ante el gobernador a los cristianos y misioneros de Yedo, la actual Tokio, entre ellos al jesuita siciliano Jerónimo de los Ángeles. Fray Francisco Gálvez fue apresado en Kamakura, antes de poder huir con el japonés converso Hilario Mongazaimón, síndico de la orden franciscana. Con él apresaron también a fray Juan Cambo, que había sido portero en el antiguo convento de Nagasaki, a fray Padre Doxico, a Hilario y a su esposa Marina, con confiscación de todos sus bienes.

Los llevaron a Yedo, y fueron presentados ante el Consejo del Emperador. Acusado de engañar a los conversos japoneses arriesgando sus vidas, el beato Francisco respondió en voz alta y en elegante japonés: "Yo no he engañado a nadie, ni predico falsa doctrina, ni he sido causa de muerte; antes bien, por amor de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Salvador del mundo, y por amor de sus escogidos los cristianos, les he predicado la verdad y verdadera salvación, sin la cual nadie se puede salvar, ni vuestras mercedes se salvarán, si no creen lo que yo predico. No he sido causa de la muerte de los cristianos, sino vuestras Mercedes lo son, que se la dan injustamente".

No le dejaron seguir hablando. En prisión se encontró con fray Jerónimo de los Ángeles, apresado pocos días antes que él. Se alegraron de verse, se confesaron mutuamente, se prepararon para morir y animaron a los demás cristianos detenidos con ellos. Cuando llegó Iemitsu a Yedo, condenó a muerte a los 51 detenidos, ordenando que los pasearan por las calles de la Corte antes de ser quedamos vivos en la hoguera. En el cortejo iban tres grupos: el primero estaba encabezado por el P. Jerónimo de los Ángeles, a caballo, y el hermano laico Simón Yempo y 17 condenados más a pie. El segundo lo presidía fray Francisco Gálvez a caballo, con otros 16 condenados tras él. A la cabeza del tercer grupo iba Faramondo, caballero pariente y primo del Emperador, noble y rico, que se bautizó en Osaka en 1600 y había sido torturado en una anterior persecución.

El martirio se consumó el 4 de diciembre de 1623: dos jesuitas, el beato Francisco Gálvez y 47 "cordígeros" o franciscanos seglares, fueron quedamos vivos en una gran plaza de las afueras de Yedo, a la vista de muchos nobles y señores que habían sido invitados a los festejos de la investidura del shogun, y de un gran gentío, también cristianos, que acudieron de todas partes. Aunque pusieron guardia para los cristianos no retiraran sus restos y cenizas, pero éstos supieron esperar hasta la cuarta noche, cuando ya nadie vigilaba.

En poco tiempo, los cristianos de Japón quedaron sin sacerdotes y reducidos al silencio y la clandestinidad, hasta que fueron descubiertos de nuevo en 1865, año en que se volvió a permitir la entrada de misioneros católicos en el país.

JERÓNIMO DE ANGELIS

Jerónimo de Angelis había nacido en Enna (Sicilia) en 1567, y en su juventud se decidió por estudiar leyes con las miras puestas en ejercer de abogado. Pero accedió a hacer una tanda de ejercicios espirituales y en ellos descubre que su verdadera vocación es la vida religiosa, y opta por la Compañía de Jesús en la que ingresa en 1585. Se ofrece para las misiones y no estaba aún ordenado de sacerdote cuando es destinado al Japón. Parte para allí en compañía del Beato Carlos Spínola, pero su viaje duraría seis años por ser muy accidentado. Parten de Lisboa, llegan a Brasil y luego a Puerto Rico, donde unos piratas ingleses los obligan a ir a Londres y de aquí vuelven a Lisboa, de donde reemprenden el viaje, llegando por fin a Japón en 1602. Una vez ordenado sacerdote, trabaja en Suxini, funda la cristiandad de Sarunga y llega la orden de salida del Japón en 1614, pero él se queda secretamente en Nagasaki. Recorre varias regiones en las que no estaba establecida aún ninguna comunidad cristiana y logra crear varias. Visita el acantonamiento de Zugaru, donde estaban recluidos muchos confesores de la fe, condenados a una vida de fatigas y privados de los sacramentos. Evangeliza también en la isla de Yeso. En 1622 se le nombra superior de la misión de Yeddo, donde se establece. Se dice que había logrado convertir unas diez mil personas. Puso empeño en convertir personas escogidas e influyentes pensando que así el evangelio se expandiría con mayor fuerza. Su detención se debió a que oyó decir que León Takeya, su hospedador, sería puesto en libertad si el padre De Angelis se entregaba. Lo meditó y se entregó. En el interrogatorio se negó a decir quién lo hospedaba. Llevado a la cárcel encontró en ella cincuenta cristianos, entre ellos su compañero de martirio Simón Yempo, y también el P. Francisco Gálvez. A finales de noviembre fue condenado a muerte.

Nota: La imagen que grafica este artículo corresponde al beato Jerónimo de Angelis.

SIMÓN YEMPO

Simón Yempo había nacido en Notzu, en el reino de Findo (Japón) en 1580. Inclinado a la vida interior ingresó en su juventud en un monasterio budista. Pero su superior se hizo cristiano y él se interesó entonces por el cristianismo y se convirtió también. En 1598 entró en una escuela de catequistas que tenían los jesuitas y, obtenida esta condición, fue catequista a lo largo de veinticinco años con mucho celo, trabajando sin cansancio y viviendo con mucha austeridad. Fue admitido como hermano en la Compañía de Jesús. Acompañó mucho tiempo al P. Jerónimo de Angelis en sus correrías apostólicas. Encarcelado cuando él, trabajó en la cárcel por la conversión de otros presos, y fue condenado a muerte por su condición de cristiano y propagandista de la religión.


El 7 de julio de 1867, Pío XI los beatificaba con los otros 201 mártires ejecutados en Japón entre los años 1617 y 1632.

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11:27 p.m.

Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net

Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia, célebre por su santidad y por su doctrina, que luchó valerosamente de palabra y por escrito contra el emperador León Isáurico para defender el culto de las sagradas imágenes, y hecho monje en la laura de San Sabas, cerca de Jerusalén, compuso himnos sagrados y allí murió. Su cuerpo fue enterrado en este día (c. 750).

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordia, es de origen hebreo.

Nota: Anteriormente se lo celebraba el 27 de marzo

Breve Biografía


Juan Damasceno (Yahia ibn Sargun ibn Mansur, nacido a mediados del siglo VII de una familia árabe cristiana y muerto en el 749) es considerado el último representante de la patrología griega y el equivalente oriental de San Isidoro de Sevilla por sus obras monumentales como la Fuente del conocimiento. Su actividad literaria es multiforme: pasa con autoridad de la poesía a la liturgia, de la elocuencia a la filosofía y a la apologética. Hijo de un alto funcionario del califa de Damasco, Juan fue compañero de juegos del príncipe Yazid, que más tarde lo promovió al mismo puesto del padre, que corresponde en cierto modo al de ministro de Hacienda. En calidad de “Logothete”, fue representante civil de la comunidad cristiana ante las autoridades árabes.


A un cierto punto Juan renunció a la corte y a su alto cargo, probablemente por las tendencias anticristianas del califa. En compañía del hermano Cosme, futuro obispo de Maiouma, se retiró al monasterio de San Sabas cerca de Jerusalén, en donde, ordenado sacerdote, profundizó su formación teológica, preparándose para el cargo de predicador titular de la basílica del Santo Sepulcro.

Era el período en el cual el emperador de Bizancio, León III Isáurico, inauguraba la política iconoclasta, es decir, desterraba todas las imágenes sagradas, cuyo culto era considerado como un acto de idolatría. El anciano patriarca de Constantinopla, San Germán, defendió el culto tradicional explicando la verdadera naturaleza del homenaje que se les rendía a las imágenes, pero pagó con la destitución su acto de valentía. Desde Jerusalén, bajo el dominio árabe, se hizo oír otra voz en favor del culto de las imágenes, la del entonces desconocido monje Juan Damasceno o de Damasco, que con sus Tres discursos en favor de las sagradas imágenes se impuso inmediatamente a la atención del mundo cristiano. El emperador, no pudiendo atacar directamente al monje, recurrió vilmente a la calumnia, haciendo falsificar una carta de Juan, en la que éste habría tramado una conjuración para restituir el dominio de la ciudad de Jerusalén al emperador bizantino.

En esta disputa teológica, hecha de sutiles distinciones, Juan pudo demostrar toda su preparación teológica, puesta al servicio no sólo del patriarca de Jerusalén, sino de toda la Iglesia. En efecto, el segundo concilio de Nicea, en reparación de las injurias recibidas por el defensor de la ortodoxia, proclamó no sólo su ciencia, sino también su santidad. León XIII lo proclamó doctor de la Iglesia en el año 1890.

La Iglesia lo recuerda el 4 de Diciembre, aunque en muchos sitios se mantiene la fecha tradicional antigua de festejarlo el 27 de Marzo.

¿Quieres saber más? Consulta corazones.org

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11:27 p.m.

Abadesa

Martirologio Romano: En Cenómano (hoy Le Mans), de Neustria, santa Adrehildis o Ada, abadesa del monasterio de Santa María (c. 692).

Etimología: Ada = "Aquella que lleva adorno y es bella", es de origen hebreo

Fue monja, abadesa, y virgen consagrada.

Vivió en el siglo VII.

Ella era sobrina de San Engelbert quien fue asesinado por su propio primo.

Ella y su familia eran muy devotos.

Fue monja en Soissons, Francia, y posteriormente abadesa de San Julien de Prés, Le Mans, Francia.

Es la santa patrona de las mujeres religiosas y monjas en Francia.

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5:04 p.m.
SAN JUAN DAMASCENO

PRESBÍTERO Y DOCTOR DE LA IGLESIA





San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia, célebre por su santidad y por su doctrina, que luchó valerosamente de palabra y por escrito contra el emperador León Isáurico para defender el culto de las sagradas imágenes, y hecho monje en la laura de San Sabas, cerca de Jerusalén, compuso himnos sagrados y allí murió. Su cuerpo fue enterrado en este día (c. 750). 

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordia, es de origen hebreo.Juan Damasceno (Yahia ibn Sargun ibn Mansur, nacido a mediados del siglo VII de una familia árabe cristiana y muerto en el 749) es considerado el último representante de la patrología griega y el equivalente oriental de San Isidoro de Sevilla por sus obras monumentales como la Fuente del conocimiento. Su actividad literaria es multiforme: pasa con autoridad de la poesía a la liturgia, de la elocuencia a la filosofía y a la apologética. Hijo de un alto funcionario del califa de Damasco, Juan fue compañero de juegos del príncipe Yazid, que más tarde lo promovió al mismo puesto del padre, que corresponde en cierto modo al de ministro de Hacienda. En calidad de “Logothete”, fue representante civil de la comunidad cristiana ante las autoridades árabes.

A un cierto punto Juan renunció a la corte y a su alto cargo, probablemente por las tendencias anticristianas del califa. En compañía del hermano Cosme, futuro obispo de Maiouma, se retiró al monasterio de San Sabas cerca de Jerusalén, en donde, ordenado sacerdote, profundizó su formación teológica, preparándose para el cargo de predicador titular de la basílica del Santo Sepulcro.

Era el período en el cual el emperador de Bizancio, León III Isáurico, inauguraba la política iconoclasta, es decir, desterraba todas las imágenes sagradas, cuyo culto era considerado como un acto de idolatría. El anciano patriarca de Constantinopla, San Germán, defendió el culto tradicional explicando la verdadera naturaleza del homenaje que se les rendía a las imágenes, pero pagó con la destitución su acto de valentía. Desde Jerusalén, bajo el dominio árabe, se hizo oír otra voz en favor del culto de las imágenes, la del entonces desconocido monje Juan Damasceno o de Damasco, que con sus Tres discursos en favor de las sagradas imágenes se impuso inmediatamente a la atención del mundo cristiano. El emperador, no pudiendo atacar directamente al monje, recurrió vilmente a la calumnia, haciendo falsificar una carta de Juan, en la que éste habría tramado una conjuración para restituir el dominio de la ciudad de Jerusalén al emperador bizantino.

En esta disputa teológica, hecha de sutiles distinciones, Juan pudo demostrar toda su preparación teológica, puesta al servicio no sólo del patriarca de Jerusalén, sino de toda la Iglesia. En efecto, el segundo concilio de Nicea, en reparación de las injurias recibidas por el defensor de la ortodoxia, proclamó no sólo su ciencia, sino también su santidad. León XIII lo proclamó doctor de la Iglesia en el año 1890.

La Iglesia lo recuerda el 4 de Diciembre, aunque en muchos sitios se mantiene la fecha tradicional antigua de festejarlo el 27 de Marzo.

11:20 p.m.
Predicador mercedario, el beato Luis Gallo fue enviado a Maruecos para evangelizar.

Capturado y condenado a muerte por enseñar la Palabra del Señor e indicar los errores en la fe de los musulmanes.

Por la defensa de la religión de Cristo sufrió muchas multas y encarcelamiento, flagelado y finalmente recibió gloriosamente el martirio de la flama muriendo quemado en el año 1258.

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11:20 p.m.

Obispo

Martirologio Romano:En Trento, de la región del Véneto, beato Juan Nepomuceno De Tschiderer, obispo, el cual administró aquella Iglesia con el ardor evangélico de la fe, pero con comprensión, y en tiempo de aflicción dio a su grey un admirable testimonio de amor (1860).

Hijo de Joseph Joachim y Caterina de Giovanelli. nació el 15 de Abril de 1777 en Bolzano, Diócesis de Trento, Italia

Realizó sus estudios de enseñanza secundaria en un colegio franciscanos.

En 1792 su familia se mudó a Innsbruck, Austria, donde estudió filosofía y teología en la universidad.

Fue ordenado sacerdote el 27 de julio de 1800.

Aunque no era un benedictino, Juan en un ejemplo viviente del lema de aquellos "oración y rabajo."

Fue párroco de varias parroquias de las montañas tirolesas. fue profesor en el seminario teológico de Trento, y decano de las escuelas en Sarentino y Merano.

Retornó a Trento en 1827 como miembro de la Catedral de San Vigilio, Fue Pro Vicario General de la diócesis. Obispo Auxiliar de Bressanone de Vorarlberg en 1832. Obispo en Innsbruck el 20 de mayo de 1832. Obispo de Innsbruck, el 3 de mayo de 1835.

Juan nunca dejó que sus tareas administrativas eclipsaran sus labores pastorales, y pasó gran parte de su tiempo en la predicación, la escritura, como catequista, la reactivación de las misiones, ayudando a los pobres y enfermos, la celebración de la Santa Misa, escuchando confesiones, y administrando los sacramentos de la Confirmación y de la Ordenación Sacerdotal, incluyendo a veces a candidatos de otras diócesis cuyos obispos no estaban disponibles.

Supervisó la construcción y restauración de más de 60 iglesias, mantuvo buenas relaciones con los sacerdotes, preocupandose por su formación permanente. Promueve la educación cristiana de los niños y niñas para la vida religiosa, con el apoyo seminaristas, aseguradose que las enseñanzas en el seminario fueran estrictamente apegadas a la doctrina. Ayudó en la fundación de un instituto de audición y lenguaje, y motivaba a todos a rezar el Rosario cada día.

Trabajó y proporcionó fondos para la atención de las víctimas de las epidemias de cólera de 1836 y 1855, y en la guerra de 1859.

Trabajó para superar aquellos obstáculos entre la Iglesia y el Estado que fueron creadas por la legislación de aquella época.

A finales de la vida tenía previsto una peregrinación a Roma para asistir a la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, pero la enfermedad se lo impidió.

El 31 de diciembre de 1854, ordenó como sacerdote a San Daniel Comboni.

Murió el 3 de Diciembre de 1860 en Trento.

Beatificado por Juan Pablo II el 29 de Abril de 1995.

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11:20 p.m.

Por: P. Felipe Santos |

Obispo

Martirologio Romano: En Winchester, en Inglaterra, sepultura de san Birino, el cual, enviado a Gran Bretaña por el papa Honorio, tuvo su primera sede en Dorchester y difundió con empeño el anuncio de la salvación entre los sajones occidentales (650).

Etimología: Birino = “rojizo”. Viene de la lengua alemana.

Este joven inglés pasó a la gloria del Padre en el año 650. Cuenta el gran sabio de las islas, Beda el Venerable, que Birino fue el autor, con la ayuda de Dios, de la conversión de los Sajones al cristianismo.

Fu enviado por el mismo Papa Honorio I (625-38). Después de haber sido consagrado obispo por Asterio, se fue a Inglaterra.

Pero él quería ir a lugares en los que no hubiera entrado todavía nadie a predicar.

Comenzó por los Anglosajones de Occidente que eran totalmente paganos. Tan bien le fue con ellos que prefirió permanecer allí sin salir para otros sitios.

En el año 635 – llevaba tan sólo uno – el misionero intrépido por amor a Dios, pudo convertir al rey de la región. Asistió al bautismo el rey de Northumbria.

Beda, que ya lo conocía, dijo de él estas palabras sintéticas:"Santísimo y valiente".

Los dos reyes entregaron la ciudad de Dorchester a Birino para que pusiera allí la sede episcopal.

El apóstol aceptó con gusto. Y toda su vida allá la empleó en evangelizar y en construir iglesias.

Cuando murió, todos pidieron que fuera enterrado en su ciudad querida.

Después de muchos años, durante el episcopado de Edda (876-903), su cuerpo se trasladó a la iglesia de la ciudad de Venta (Winchester), que había sido consagrada en el 648. En 1035, los colocaron en un relicario, y más tarde volvieron de nuevo a su iglesia en donde están en la actualidad.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com

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5:08 p.m.
SAN FRANCISCO JAVIER 

SACERDOTE RELIGIOSO Y MISIONERO




PATRONO MUNDIAL DE LAS MISIONES


Tierras del lejano Oriente conocieron la figura de Cristo y millares de sus gentes le siguieron gracias al sobrehumano esfuerzo apostólico de Javier, apoyado por la corona portuguesa y animado con el aliento del papado.


Las dificultades de las comunicaciones fueron la causa de que la noticia de su muerte llegara a Roma con tres años de retraso. Cuando acariciaba el sueño de entrar en China, en la isla de Sancián, dentro de una cabaña de ramas y arcilla, enfermo de pulmonía, moría Javier con sólo cuarenta y seis años.

Fue canonizado el 12 de marzo de 1622 junto con San Ignacio de Loyola, San Felipe Neri, Santa Teresa de Jesús y el santo de Madrid, San Isidro Labrador. ¡Buen grupo formado por cuarteto español y solista italiano!

Es patrono de las misiones en Oriente y comparte el patronato universal de las misiones católicas con Teresa de Lisieux.

No se sabe con qué pretensión pusieron algunos tanto énfasis en tacharlo de aventurero, poco constante e impetuoso temerario. Puede que juzgue así el tibio, el envidioso o el indiferente, pero no pasarían más allá de unas afirmaciones sin fundamento. Quizá sólo sea el afán de originalidad en el ejercicio de la crítica "ilustrada", o la búsqueda del nombre propio, o la concepción del apostolado concebido por algunos de modo tan particular que se torna exclusivo y excluyente del que hacen los demás, como si el soplo del Espíritu tuviera que estar controlado por su esquema personal. De todos modos, siempre han existido los "prudentes" y hasta los ha habido "muy prudentes" quienes, lógicamente, han corrido el riesgo de que otros llamaran a su prudencia pereza, y a su mucha prudencia cobardía; porque, puestos a pensar, siempre ha habido para todos los gustos ¿verdad? Después de todo, las cosas no son como a uno les gustaría verlas, sino como son; y a fuer de sinceros, Javier es santo ante Dios y ante los hombres, mientras que sus detractores, sólo dijeron cosas.

Javier pertenecía a una familia navarra de clase. Su padre, don Juan de Jassu, es doctor por Bolonia en ambos derechos y experto en negociaciones políticas entre reyes y reinos. Su madre es María de Azpilcueta, de la casa solar del valle del Baztán, heredera de la posesión de Javier. El hijo nació el día 7 de abril de 1506 en el castillo de su familia, cuando aún no se habían ido al traste las instituciones políticas, ni se había arruinado el castillo familiar.

París le conoció como alumno y le poseyó como maestro en el período de once años (1525-1536). Reside en el colegio de Santa Bárbara, patrocinado por el rey de Portugal. Se gradúa en Letras, es licenciado en Filosofía y hace los estudios teológicos hasta el año 1536 con la salsa de luchas intelectuales avivadas por el protestantismo naciente que encontró una de sus principales barreras en la universidad de París.

El contacto con estudiantes como el saboyano Cornelio Fabro y el valenciano Juan de la Peña produce un cambio de esquema en su mente, abriendo el campo de sus aspiraciones eclesiásticas terrenas a otro nivel superior en el que entra ya la aspiración a la santidad. Si se añade como colofón el trato con Iñigo de Loyola se entiende mejor la transformación, a pesar de que la distancia en cuestiones políticas entre Ignacio y Javier fueran diametralmente opuestas.

Hace los primeros votos en Montmartre el 15 de agosto de 1534. Luego está en Roma con el fundador, haciendo unos meses de secretario. Recibe la ordenación sacerdotal en Venecia, el año 1537 y destaca por su afán de santidad y disponibilidad para el apostolado.

Un día interviene el embajador lusitano, Pedro Mascareñas, y hay revuelo. Venía orientado desde París donde le dijeron que aquél incipiente grupo de seguidores de Ignacio tiene la garra y carisma suficiente para colmar las aspiraciones del rey de Portugal, don Juan III, quien tiene en ese momento proyectos de atender, consolidar y extender sus posesiones de Ultramar, tanto en las Indias como en Brasil.

Como el papa Paulo III acepta el plan y lo apoya, no hay mucho más que hablar. Javier pasa un año en Portugal para familiarizarse con la lengua y las costumbres, sin que pase desapercibida su presencia y trabajo en la Corte, logrando por méritos propios la confianza del rey y sus ministros.

Al embarcar para Goa lleva amplísimas facultades que le facilitarán la realización de su labor sin trabas; es legado papal y nuncio por breves pontificios expedidos en la Curia y lleva, además, el encargo oficioso del rey para poner orden y concierto en los asentamientos ya instalados.

Parte en 1542; después del gran éxito en Goa durante cinco meses, extendió su labor al sur de la India y a Ceilán (hoy Sri Lanka), donde convirtió a decenas de miles de personas; también en Malabar, Travancor, y Meliapur. En 1545 Malaca verá su figura enseñando el catecismo predicando por todos sitios; buen púlpito serán las plazas y las calles. Misionero sin límites geográficos irá a las islas Amboino, Cerán, Ternate, Tidoro y las islas del Moro. No lo tendrá fácil -a pesar de sus papeles y credenciales- con las dificultades y obstáculos que le ponen los mercaderes en Ceilán. No siempre y todo es llegar a gentes nuevas; a veces regresa y visita las comunidades primeras, compone catecismos, reagrupa a los cristianos, hace lo que puede para organizarlos y dejarlos preparados para que los pueda atender el clero que viene detrás. Es el primer misionero del Japón, cuando pisa Kagoshima en agosto del 1549, acompañado de otro jesuita y un hermano lego; después de aprender japonés durante un año, la táctica es la misma, predicación sencilla del evangelio con paciencia y caridad. En 1551, cuando abandonó Japón, había fundado una pujante comunidad cristiana. A veces hubo bautismos en masa, porque su impaciencia divina provoca una conmoción espiritual. Le llegó el nombramiento de Provincial cuando estaba en estas lides evangelizadoras.

Embarcado para Sancian (Shuangzhong), le animaba la esperanza de llegar a la China; joven le pilló el cariño de Dios, que fue siempre su patrón, cuando le llamó. Año 1552. Su cuerpo incorrupto se conserva en Goa, en la iglesia del Buen Jesús.

Los misioneros van en las manos de Dios como Francisco Javier, llamado el Apóstol de la Indias; con la confianza puesta en el soplo del Espíritu; si las velas están desplegadas y el soplo es fuerte, se llega pronto y a muchos.

11:20 p.m.

Por: . | Fuente: Franciscanos.net

Abadesa

Martirologio Romano: En L’Aquila, en el Abruzo, beata Antonia de Florencia, viuda, después fundadora y primera abadesa del monasterio de Corpus Christi, siguiendo la primera Regla de santa Clara ( 1472).

Fecha de beatificación: Culto confirmado el 17 de septiembre de 1847 por el Papa Pío IX.

En los años bisisestos se celebra el día 29 en lugar del 28.

Breve Biografía

Antonia nació en Florencia en 1401. Poco se sabe de su infancia. A los 15 años se casó, tuvo un hijo, y estando éste todavía muy pequeño, ella enviudó. Para atender a las necesidades del hijo, aceptó un nuevo matrimonio, con igual fortuna, pues el marido murió pronto. Entonces ella decidió que ni el mundo era para ella, ni ella para el mundo. Y una vez que el hijo pudo valerse por sí mismo, ella entró entre las Hermanas Terciarias Regulares de San Francisco fundadas por la Beata Angelina de Marsciano, que tenían entonces su convento en San Onofre, en Florencia. Desde entonces el convento fue su pobre y durísima familia. Su única ambición era santificarse. Con su forma de vida edificó a sus compañeras y también mereció la estima de sus superiores. Fue enviada a Foligno, al convento de Santa Ana, y luego a Aquila, al convento de Santa Isabel. Aquí tuvo como director espiritual a san Juan de Capistrano, quien, junto con San Bernardino de Siena, promovía la llamada “observancia”.

Antonia sentía la urgencia de una regla más austera, de una pobreza más rígida, de una abnegación más perfecta. Con la aprobación de Nicolás V, y la bendición de San Juan de Capistrano, Vicario general, en 1447 se retiró con doce compañeras al monasterio del Corpus Domini para observar en todo su rigor la primera regla de Santa Clara. San Juan de Capistrano le encomendó la dirección del monasterio para que fuera modelo del nuevo espíritu “observante” también en la Segunda Orden, rama femenina franciscana.

Por muchos años fue superiora modelo, reformadora de las costumbres, ejemplo de virtudes y de obediencia. Sufrió desventuras y calumnias pero no la postraron. Venció sus propias tribulaciones curando las ajenas. Al acercarse la muerte, llamó a sí a sus cohermanas para recomendarles la exacta observancia de la regla y la caridad fraterna. Tenía 71 años cuando murió, el 28 de febrero de 1472. La ciudad de Aquila la veneró como santa desde su muerte.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!


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11:20 p.m.

Obispo

Martirologio Romano: En Worchester, en Inglaterra, san Osvaldo, obispo, que fue primero canónigo y después monje, presidió las sedes de Worchester y de York, introdujo en muchos monasterios la Regla de san Benito, siendo un maestro benigno, alegre y docto (992).

En los años bisiestos se celebra el día 29 en lugar del 28.

Breve Biografía

Hijo de padres daneses, se hizo monje benedictino en el monasterio de Fleury, en Francia, y posteriormente recibió la ordenación sacerdotal en Inglaterra en el año 959. Por recomendación de san Dunstan, con quien san Osvaldo compartía los ideales monásticos, fue nombrado obispo de Worcester en el año 961, donde convirtió el cabildo de la iglesia catedral en una comunidad monástica, fundó también otros dos monasterios en Westbury-on-Trym, cerca de Bristol, y el más influyente de Ramsey, para el cual obtuvo que el monastero de Fleury le “prestara” a san Abón, como maestro.

Cuando fue nombrado arzobispo de York, se le permitió mantener también la diócesis de Worcester. En la reacción anti monástica que siguió a la muerte de san Eduardo mártir, las comunidades monásticas se dispersaron temporalmente. Tenía como características personales la amabilidad, la cortesía y la alegría, que lo hicieron ser muy amado por el pueblo.

Murió en Worcester el 28 de febrero del 992 después de lavar los pies a doce pobres y de sentarse con ellos a la mesa. Su cuerpo fue trasladado a un sepulcro nuevo por san Wulfstano, también obispo de Worcester desde 1062 hasta 1095.

responsable de la traducción: Xavier Villalta

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11:20 p.m.

Por: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid

Monje

No está incluido en el actual Martirologio Romano.
En los años bisiestos se celebra el día 29 en lugar del 28.

Breve Biografía

Los años bisiestos tienen el inconveniente de celebrar un tanto aislada en clara desventaja con respecto a los demás santos la fiesta de los que el santoral coloca en este día. Menos mal que desde la altura de la santidad esa situación peculiar, debida a las imperfecciones humanas que no encuentran otra forma para medir el tiempo, a mí se me antoja que puede ser una más de las oportunidades que en el Cielo deben tener los bienaventurados para bromear entre ellos aquello de la gloria accidental y para ejercer su función de intercesores al compadecerse mejor de las flaquezas tan comprobables de los hombres.

Es el caso de Dositeo. Cuenta una antiquísima biografía suya que pasó los años de su juventud alineado en las filas del ejército, peleón como el primero y entusiasta de las victorias como el que más. Era cristiano. Entre guerra y guerra tuvo la oportunidad de visitar los Santos Lugares; peregrino piadoso, fue rememorando los acontecimientos de la Salvación que allí se realizaron; su amor a Jesucristo fue creciendo entre las piedras que ahora podía tocar y besar; en Getsemaní se quedó profundamente impresionado ante la visión de un cuadro que representaba los tormentos del Infierno. Aquello fue la ocasión para que diera un vuelco su vida. Decidió abandonar sus bien estudiados planes de futuro y los cambió por hacerse monje en Gaza (Palestina); desde entonces, intentó poner en juego todas sus energías con el fin de lograr la más perfecta imitación de Jesucristo, bajo la dirección del abad san Doroteo.

Desprendimiento es la palabra-clave desde entonces.

Comprendió con claridad que cualquier persona, cosa y situación de la tierra podría servirle de enredo y estorbo para el anhelo del Cielo. Y con el paso del tiempo cuentan sus biógrafos, logró un desapego completo y perfecto de todas las cosas, manifestado incluso en el desprendimiento de los libros para los rezos y de las herramientas con las que trabajaba su huerto.

Debían tener razón, porque ¡tantas veces se oculta el apegamiento detrás de la razonable excusa de poseer las cosas consideradas imprescindibles para el ejercicio de la profesión, o de las que son un medio para vivir! De esta manera, se presenta al asceta san Dositeo como un inmenso mazo de amor a Dios, un hombre cuya voluntad está plena deseos, de ansias, de anhelos de vivir en exclusiva para el Señor, con la decisión de entrar en su eterna posesión sin la rémora o lastre que pueda suponer el más ínfimo cariño a las cosas terrenas.

Pensándolo bien, no es extraño que con esa desnudez heroica de afectos a lo que la mayoría de los mortales aprecian, Dositeo haya dado una prueba más al acertar a morirse en el día del año que sólo cada cuatro llega. Así, ni siquiera está apegado a su recuerdo.

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5:03 p.m.
SANTA BIBIANA O VIVIANA DE ROMA

MÁRTIR





Ya se menciona en el Liber Pontificalis el culto a la mártir Bibiana cuando se afirma en él que el papa Simplicio (468 - 473) le dedicó una basílica. Restaurada en el siglo XVII por el infatigable papa Urbano VIII quien con su pasión renacentista, además de salvar un monumento antiguo, quiso dejar un testimonio litúrgico del hallazgo incluyendo en el calendario de la Iglesia universal la fiesta de Santa Bibiana en el día 2 de Diciembre. La basílica tiene tres naves divididas por ocho columnas antiguas y contiene una escultura graciosa de la Santa hecha por Bernini. Está situada cerca de la vía férrea, da nombre al túnel por donde se cruza —Arcos de Santa Bibiana— y próxima a la Stazione Termini.


¿Quién fue santa Bibiana? Bernini, todo arte, la representa con los instrumentos del martirio que le dieron la Vida: columna donde fue flagelada, los azotes, la corona del martirio y la sonrisa en su cara. Pero todo ello, con ser verdadero, es cosa común y aplicable a la mayor parte de los mártires cristianos en la Roma pagana, por lo que es decir mucho y, al mismo tiempo, nada acerca de un personaje concreto.

El relato de las actas no es fiable. El siglo VI en donde comienzan a proliferar las actas de los mártires y los escritos aún más tardíos del martirio no son dignos de crédito histórico por las añadiduras apócrifas y contradicciones que contienen. Incluso los datos que se mencionan, como hacer responsable de su martirio al emperador Juliano el Apóstata, adolecen de un pronunciado desinterés cronológico. La leyenda de nuestra santa que relata pormenorizadamente su martirio es una novela ejemplar que aplica un esquema general romano.

Pero es cierto que Santa Bibiana existió y que fue mártir. Posiblemente también existieron su madre Dafrosa y su hermana Demetria cuyos sarcófagos intactos se descubrieron debajo de los dos vasos de vidrio con inscripciones que conservaban las reliquias de la Santa. La historia se remonta como más remoto documento al papa Simplicio que se sitúa en el siglo V. La veneración de esta mártir es anterior al ese dato. Y por ello no está lejos de la verdad histórica la afirmación de que vivió santa Bibiana a finales del siglo III, antes incluso de lo que cantan las actas.

Es, pues, Bibiana una santa de la que poco sabemos por los documentos que pueden aducirse con valoración histórica cierta. Conocemos su existencia y la entrega colmada, definitiva, que de su vida hizo a Dios, dándole un sí apoteósico con el martirio. Todo lo demás ¿qué importa? Al fin y al cabo, las piedras talladas, papiros, pellejos, papeles y datos informáticos en donde pueda constar la historia más completa de cualquier santo no son más que raspar en la corteza sin alcanzar jamás ese núcleo personal de la relación entre el santo —la santa en nuestro caso— y Dios. Lo que consta en los archivos nos puede llevar al reconocimiento de sus virtudes, pero la reciprocidad de amores entre redimido y Redentor es un misterio siempre escondido para la historia y patente sólo cabe Dios.

Hermanos Franciscanos

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