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SAN MIGUEL, SAN GABRIEL Y SAN RAFAEL

ARCÁNGELES




Fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. En el día de la dedicación de la basílica bajo el título de San Miguel, en la vía Salaria, a seis miliarios de Roma, se celebran juntamente los tres arcángeles, de quienes la Sagrada Escritura revela misiones singulares y que, sirviendo a Dios día y noche, y contemplando su rostro, a él glorifican sin cesar.

Son los nombres con que se presentan en la Sagrada Escritura estos tres príncipes de la corte celestial.

Miguel aparece en defensa de los intereses divinos ante la rebelión de los ángeles malos; Gabriel, enviado por el Señor a diferentes misiones, anunció a la Virgen Maria el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios y su maternidad divina; Rafael acompañó al joven Tobías cuando cumplia un difícil encargo y se ocupó de solucionar difíciles asuntos de su esposa.

Actualmente, se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan este tema; se venden "angelitos" de oro, plata o cuarzo; las personas se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus nombres.

Hay que tener cuidado, pues se puede caer en dar a los ángeles atribuciones que no les corresponden y elevarlos a un lugar de semidioses, convertirlos en "amuletos" que hacen caer en la idolatría, o crear confusiones entre lo que son las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los ángeles.

Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses. 

A pesar de que están de moda, por otro lado, es muy fácil que nos olvidemos de su existencia, por el ajetreo de la vida y principalmente, porque no los vemos. 

Este olvido puede hacernos desaprovechar muchas gracias que Dios ha destinado para nosotros a través de los ángeles. 

Por esta razón, la Iglesia ha fijado dos festividades para que, al menos dos días del año, nos acordemos de los ángeles y los arcángeles, nos alegremos y agradezcamos a Dios el que nos haya asignado un ángel custodio y aprovechemos estos días para pedir su ayuda. 

Misión de los ángeles

Los ángeles son seres espirituales creados por Dios por una libre decisión de su Voluntad divina. Son seres inmortales, dotados de inteligencia y voluntad. 

Debido a su naturaleza espiritual, los ángeles no pueden ser vistos ni captados por los sentidos. 

En algunas ocasiones muy especiales, con la intervención de Dios, se han visto y oído materialmente. La reacción de las personas al verlos u oírlos ha sido de asombro y de respeto. Por ejemplo, los profetas Daniel y Zacarías.

En el siglo IV, el arte religioso representó a los ángeles con forma de figura humana. En el siglo V, se le añadieron las alas, como símbolo de su prontitud en realizar la Voluntad divina y en trasladarse de un lugar a otro sin la menor dificultad. 

En la Biblia encontramos algunos motivos para que los ángeles sean representados como seres brillantes, de aspecto humano y alados. Por ejemplo, el profeta Daniel escribe que un "ser que parecía varón" -se refería al arcángel Gabriel- volando rápidamente, vino a él (Daniel 8, 15-16; 9,21). Y, en el libro del Apocalipsis, son frecuente las apariciones de ángeles que claman, tocan las trompetas, llevan mensajes o son portadores de copas e incensarios; otros que suben, bajan o vuelan; otros que están de pie en cada uno de los cuatro puntos cardinales de la tierra o junto al trono del Cordero, Cristo.

La misión de los ángeles es amar, servir y dar gloria a Dios, ser mensajeros y cuidar y ayudar a los hombres. Ellos están constantemente en la presencia de Dios, atentos a sus órdenes, orando, adorando, vigilando, cantando y alabando a Dios y pregonando sus perfecciones. Se puede decir que son mediadores, custodios, guardianes, protectores y ministros de la justicia divina.

La presencia y la acción de los ángeles aparece a lo largo del Antiguo Testamento, en muchos de sus libros sagrados. Aparece frecuentemente, también, en la vida y enseñanzas de Nuestro Señor, Jesucristo, en la Carta de san Pablo, en los Hechos de los Apóstoles y, principalmente, en el Apocalipsis.

Con la lectura de estos textos, podemos descubrir algo más acerca de los ángeles:


nos protegen, nos defienden físicamente y nos fortalecen al combatir las fuerzas del mal.

luchan con todo su poder por y con nosotros.

Como ejemplo, está la milagrosa liberación de San Pedro que pudo huir de la prisión ayudado por un ángel (Hechos 12, 7 y siguientes). También, aparece un ángel deteniendo el brazo de Abraham, para que no sacrificara a su hijo, Isaac.

Los ángeles nos comunican mensajes importantes del Señor en determinadas circunstancias de la vida. En momentos de dificultad, se les puede pedir luz para tomar una decisión, para solucionar un problema, actuar acertadamente y para descubrir la verdad.

Por ejemplo, tenemos las apariciones a la Virgen María, a San José y a Zacarías. Todos ellos recibieron mensajes de los ángeles.

Los ángeles cumplen, también, las sentencias de castigo del Señor, como el castigo a Herodes Agripa (Hechos de los Apóstoles) y la muerte de los primogénitos egipcios (Exódo 12, 29).

Los ángeles presentan nuestras oraciones al Señor y nos conducen a Él. Nos acompañan a lo largo de nuestra vida y nos conducirán, con toda bondad, después de nuestra muerte, hasta el trono de Dios para nuestro encuentro definitivo con Él. Este será el último servicio que nos presten pero el más importante. El arcángel Rafael dice a Tobías: "Cuando ustedes oraban, yo presentaba sus oraciones al Señor", (Tob 12, 12 - 16).

Ellos nos animan a ser buenos pues ven continuamente el rostro de Dios y también ven el nuestro. Debemos tener presentes las inspiraciones de los ángeles para saber obrar correctamente en todas las circunstancias de la vida. "Los ángeles se regocijan cuando un pecador se arrepiente", (Lucas 15, 10).

Jerarquía de los ángeles

Se suelen enumerar nueve coros u órdenes angélicos. Esta jerarquía se basa en los distintos nombres que se encuentran en la Biblia para referirse a ellos. Dentro de esta jerarquía, los superiores hacen participar a los inferiores de sus conocimientos. 
Cada tres coros de ángeles constituyen una jerarquía y todos ellos forman la corte celestial. 



Jerarquía Suprema:
serafines
querubines
tronos 

Jerarquía Media: 
dominaciones
virtudes
potestades

Jerarquía Inferior:
principados
arcángeles
ángeles

Serafines: Son los "alabadores" de Dios. Serafín significa "amor ardiente". Los serafines alaban constantemente al Señor y proclaman su santidad. 
(Isaías 6, 17)

Querubines: Son los "guardianes" de las cosas de Dios. Aparecen como encargados de guardar el arca de la alianza y el camino que lleva al árbol de la vida. Entre dos querubines comunica Yahvé sus revelaciones. "Se sienta sobre querubines". 
(Génesis, Éxodo, en la visión de Ezequiel, 1, 4 y Carta a los Hebreos, 9,5).

Potestades, Virtudes, Tronos, Principados y Dominaciones: 

En la Biblia encontramos estos diversos nombres cuando se habla del mundo angélico. Hay quien interpreta los nombres de los ángeles como correspondientes a su grado de perfección. Para San Gregorio, los nombres de los ángeles se refieren a su ministerio: 


los principados son los encargados de la repartición de los bienes espirituales

las virtudes son los encargados de hacer los milagros

las potestades son los que luchan contra las fuerzas adversas

las dominaciones son los que participarán en el gobierno de las sociedades

los tronos son los que están atentos a las razones del obrar divino.


Existe, también, una jerarquía basada en los distintos nombres que se encuentran en la Biblia para referirse a ellos. A los arcángeles les podríamos llamar los "asistentes de Dios". Son ángeles que están al servicio directo del Señor para cumplir misiones especiales.



Arcángel San Miguel: es el que arrojó del Cielo a Lucifer y a los ángeles que le seguían y quien mantiene la batalla contra Satanás y demás demonios para destruir su poder y ayudar a la Iglesia militante a obtener la victoria final. El nombre de Miguel significa "quien como Dios". Su conducta y fidelidad nos debe invitar a reconocer siempre el señoría e Jesús y buscar en todo momento la gloria de Dios.


Arcángel San Gabriel: en hebreo significa "Dios es fuerte", "Fortaleza de Dios". Aparece siempre como el mensajero de Yahvé para cumplir misiones especiales y como portador de buenas noticias. Anunció a Zacarías el nacimiento de Juan, el Bautista y a la Virgen María, la Encarnación del Hijo de Dios.


Arcángel San Rafael: su nombre quiere decir "medicina de Dios". Tiene un papel muy importante en la vida del profeta Tobías, al mostrarle el camino a seguir y lo que tenía que hacer. Tobías obedeció en todo al arcángel San Rafael, sin saber que era un mensajero de Dios. Él se encargó de presentar sus oraciones y obras buenas a Dios, dejándole como mensaje bendecir y alabar al Señor, hacer siempre el bien y no dejar de orar. Se le considera patrono de los viajeros por haber guiado a Tobías en sus viajes. Es patrono, también, de los médicos (de cuerpo y alma) por las curaciones que realizó en Tobit y Sara, el padre y la esposa de Tobías.

Los ángeles custodios

Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Afirma sobre este tema San Jerónimo: "Grande es la dignidad de las almas, cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia".

En el Antiguo Testamento se puede observar como Dios se sirve de sus mensajeros para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando a Elías lo alimentó un ángel, (1 Reyes, 19, 5).

En el Nuevo Testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que aparecen estos seres: el mensaje a San José para que huyera a Egipto y los ángeles que sirvieron a Jesús, después de las Tentaciones en el desierto, entre otros ejemplos.

Se puede decir que los ángeles custodios son compañeros de viaje, que siempre estarán al lado de cada uno de nosotros, en las buenas y en las malas, sin separarse ni un solo momento. Está a nuestro lado mientras trabajamos, descansamos, cuando nos divertimos y cuando rezamos, cuando le pedimos ayuda y cuando le olvidamos. Y, lo más importante, es que no se aparta de nosotros ni siquiera cuando perdemos la gracia de Dios por el pecado. Nos presta auxilio para enfrentar de mejor ánimo las dificultades y tentaciones de la vida diaria.

Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como si fuera algo infantil. Pero, si pensamos que al crecer la persona se enfrentará a una vida con mayores tentaciones y dificultades, el ángel custodio será de gran ayuda.

Para que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un fiel y poderoso aliado nuestro. 

Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está muy cerca de Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos. 

Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos ni deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios sabe lo que hay dentro de nuestro corazón. Ellos, en cambio, sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.

También podemos pedirle favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas para que las protejan de determinados peligros o las guíen en situaciones difíciles.

¿Qué nos enseñan los ángeles?

Nos enseñan a:


glorificar al Señor, proclamar su santidad y rendirle sus homenajes de adoración, de amor y de ininterrumpida alabanza.


cumplir con exactitud y prontamente todas las órdenes que recibimos del señor y a cumplir su Voluntad sin discutir sus mandatos ni aplazando el cumplimiento de éstas.


servir al prójimo, pues ellos están preocupados por nosotros y quieren ayudarnos en las diversas circunstancias que se nos presentan en la vida. Esto nos anima a compartir con nuestros hermanos penas y alegrías. 


¿Quiénes son los ángeles caídos?

Dios creó a los ángeles como espíritus puros, todos se encontraban en estado de gracia. Pero algunos, encabezados por Luzbel, el más bello de los ángeles, por su malicia y soberbia se negaron a adorar a Jesucristo, Dios hecho hombre, por sentirse seres superiores. Así, rechazaron eternamente a Dios con un acto inteligente y libre de su parte.

A Luzbel -también denominado Lucifer, Diablo o Satán- junto con los ángeles rebeldes que le siguieron -convertidos en demonios- fueron arrojados del Cielo al infierno. Quedaron confinados a un estado eterno de tormento en donde nunca más podrán ver a Dios. 

No cambiaron su naturaleza, siguen siendo seres espirituales y reales. 

Lucifer es el enemigo de Dios. Jesús le llama “el engañador”, “el padre de la mentira”. Su constante actividad en el mundo busca apartar a los hombres de Dios mediante engaños e invitaciones al mal. Quiere evitar que lo conozcan, que lo amen y que alcancen la felicidad eterna. Es un enemigo con el que se tiene que luchar para poder llegar al Cielo.

Los demonios se encuentran organizados en jerarquías, tal y como fueron creados en un principio, subordinados los inferiores a los superiores. 

Satanás y sus demonios comenzaron sus maléficas acciones con Adán y Eva y no se dan por vencidos en su labor. Aprovechan la inclinación del hombre hacia el mal por su naturaleza que quedó dañada después del pecado original. Son muy astutos, disfrazan el mal de bien. Su acción ordinaria en el hombre es la tentación. Por ello rezamos en el Padrenuestro: “...no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.”

¿Por qué creer en los ángeles?

Toda la Sagrada Escritura está llena de versículos y capítulos completos que hablan de los ángeles. Si creemos en la Sagrada Escritura, no podemos negar la existencia y la acción de los ángeles.

Además del testimonio de la Revelación, tenemos el de los Santos Padres de la Iglesia quienes nos dejaron bellas y sugestivas descripciones de los ángeles que fueron retomadas por Santo Tomás no sólo en el aspecto teológico sino en un dinamismo cristiano. La Iglesia ha definido dogma de fe la existencia de los ángeles. 

El culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona con fecha de 1494.

El Concilio IV de Letrán, en 1215, se señaló que Dios es creador de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles, de las criaturas espirituales y las corporales. Se señaló que a unas y a otras, las creó de la nada.

En 1870, debido al materialismo y racionalismo que imperante en esa época, el Concilio Vaticano I afirmó de nuevo la existencia de los ángeles.

Pablo VI volvió a poner de manifiesto la existencia de los ángeles en 1968, al formular el Credo.

En la reforma litúrgica de la Iglesia de 1969, quedó establecido el día 29 de septiembre para dar culto a los arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel y el día 2 de Octubre, para rendir culto a los ángeles custodios.

Oración a San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. 
Ayúdanos a luchar contra el mal.
Que Dios oiga tu voz y tú, como jefe del ejército del Cielo,
combate y vence a Satanás
y a todos los espíritus malos que andan por el mundo
deseando la ruina de las almas.
Amén.

Oración al Ángel de la Guarda

Ángel del Señor, que eres mi custodio,
Puesto que la Providencia soberana me encomendó a ti,
Ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname
en este día. 
Amén.

Ángel de la Guarda, dulce compañía
No me desampares, ni de noche ni de día,

hasta que me encuentre en los brazos de Jesús y de María.

11:20 p.m.

Por: . | Fuente: Santiebeati.it

Obispo

Martirologio Romano: En la ciudad de Karadzar, cerca de Karaganda, en Kazajstán, beato Nicetas Budka, primer obispo en Canadá al frente de fieles católicos de rito bizantino, que en tiempos de régimen hostil a Dios, fue deportado a un campo de concentración, donde perseveró en la fe arrostrando, por amor a Cristo, la muerte con fortaleza de ánimo ante todas las adversidades (1949).

Fecha de beatificación: Mykyta Budka fue beatificado por Juan Pablo II el 27 de junio de 2001, junto con otras 24 víctimas del régimen soviético de nacionalidad ucraniana.

Mykyta Budka nació el 7 de junio de 1877 en la ciudad ucraniana de Drobomirka, en la región de Zbaraz. En 1905, después de haber cumplido sus estudios teológicos en Viena e Innsbruck, recibe la ordenación presbiteral en ceremonia presidida por el metropolita Andrej Sheptytsky. Siete años después, el 14 de octubre de 1912 fue consagrado obispo a Lviv (Leopoli) y recibe de la Santa Sede el nombramiento a primeros Exarca Apostólico de los católicos ucranianos -es decir de aquellos que siguen el rito bizantino- en Canadá. En 1928 regresó a su patria, nombrado obispo auxiliar en Lviv para los Ucraniano.

Las autoridades del régimen comunista hicieron arrestar a Mykyta Budka el 11 de abril de 1945 y le fue infligida una condena a ocho años de dura reclusión. Fue deportado entonces al gulag de Karadzar, cerca de Karagandà en Kazakistan, dónde soportó por amor de Cristo toda adversidad, perseverando en la fe con ánimo fuerte hasta a la muerte, la que ocurrido el 28 de septiembre de1949.

El grupo beatificado está integrado por:

Mykolay Charneckyj, Obispo, 2 abril
Josafat Kocylovskyj, Obispo, 17 noviembre
Symeon Lukac, Obispo, 22 agosto
Basilio Velyckovskyj, Obispo, 30 Junio
Ivan Slezyuk, Obispo, 2 diciembre
Mykyta Budka, Obispo, 28 septiembre
Gregorio (Hryhorij) Lakota, Obispo, 5 noviembre
Gregorio (Hryhorij) Khomysyn, Obispo, 28 diciembre
Leonid Fedorov, Sacerdote, 7 marzo
Mykola Konrad, Sacerdote, 26 junio
Andrij Iscak, Sacerdote, 26 junio
Román Lysko, Sacerdote, 14 octubre
Mykola Cehelskyj, Sacerdote, 25 mayo
Petro Verhun, Sacerdote, 7 febrero
Alejandro (Oleksa) Zaryckyj, Sacerdote, 30 octubre
Klymentij Septyckyj, Sacerdote, 1 mayo
Severijan Baranyk, Sacerdote, 28 junio
Jakym Senkivskyj, Sacerdote, 28 junio
Zynovij (Zenón) Kovalyk, Sacerdote, 30 junio
Vidal Vladimir (Vitalij Volodymyr) Bajrak, Sacerdote, 16 Mayo
Ivan Ziatyk, Sacerdote, 17 mayo
Tarsicia (Olga) Mackiv, Monja, 18 Julio
Olympia (Olha) Bidà, Suora, 28 enero
Laurentia (Leukadia) Harasymiv, Monja, 26 agosto
Volodymyr Pryjma, Laico, 26 Junio
(las fechas indicadas corresponden a las de su martirio)

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11:20 p.m.

Mártir

Martirologio Romano: San Wenceslao, mártir, duque de Bohemia, que, educado por su abuela santa Ludmila en sabiduría divina y humana, fue severo consigo, pacífico en la administración del reino y misericordioso para con los pobres, redimiendo para ser bautizados a esclavos paganos que estaban en Praga para ser vendidos. Después de sufrir muchas dificultades en gobernar a sus súbditos y formarles en la fe, traicionado por su hermano Boleslao fue asesinado por sicarios en la iglesia de Stara Boleslav, en Bohemia (929/935).

Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.

Breve Biografía


Hijo del rey de Bohemia, Ratislav, el joven príncipe nació en el 907 cerca de Praga. Su abuela, Santa Ludimila, se encargó de la educación de su nieto, inculcándole siempre el amor y servicio al Padre Celestial. Cuando era todavía muy joven, el santo perdió a su padre en una de las batallas contra los magiares; su madre asumió el poder e instauró -bajo la influencia de la nobleza pagana- una política anticristiana y secularista, que convirtió al pueblo en un caos total. Ante esta terrible situación, su abuela trató de persuadir al príncipe para que asumiese el trono para salvarguardia del cristianismo, lo que provocó que los nobles la asesinaran al considerarla una latente amenaza para sus intereses.


Sin embargo, por desconocidas circunstancias, la reina fue expulsada del trono, y Wenceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo, y como primera medida, anunció que apoyaría decididamente a la Ley de la Iglesia de Dios. Instauró el orden social al imponer severos castigos a los culpables de asesinato o de ejercer esclavitud y además gobernó siempre con justicia y misericordia.

Por oscuros intereses políticos, Boleslao -que ambicionaba el trono de su hermano-, invitó a Wenceslao a su reino para que participara de los festejos del santo patrono y al terminar las festividades, Boleslao asesinó de una puñalada al santo rey. El pueblo lo proclamó como mártir de la fe, y pronto la Iglesia de San Vito -donde se encuentran sus restos- se convirtió en centro de peregrinaciones. Ha sido proclamado como patrón del pueblo de Bohemia y hoy su devoción es tan grande que se le profesa también como Patrono de Checoslovaquia.

¡Felicidades a los Venceslaos!

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Archciócesis de Madrid

El joven príncipe, que nació en Bohemia hacia el año 907, personifica el ideaI del héroe nacional, valientemente comprometido en la promoción cultural y religiosa del pueblo eslavo.

Cuando se derrumbó el reino moravio, en el 895 los príncipes bohemios, entrando en el juego diplomático de las potencies de ese entonces, se aliaron con el fuerte reino franco, y adoptando los principios de las antiguas civilizaciones comenzaron el proceso de europeización de los Estados de Europa central.


Lider de esta política de visión hacia el futuro fue el joven duque de Bohemia, Wenceslao. El había sido educado cristianamente por la abuela Ludmila, venerada como santa. Tan pronto tuvo la edad requerida, sucedió al padre después de la breve regencia de la madre Draomira. Mujer intrigante, Draomira prefería al segundo hijo, Boleslao, y fomentó con todos los medios a su alcance la rivalidad entre los dos, hasta el punto de llevar al segundo a mancharse con el grave delito del fratricidio.

En la mañana del 28 de septiembre del 935, mientras Wenceslao salía de case para ir a Misa, Boleslao, que lo esperaba en un lugar solitario con un grupo de cómplices, le saltó encima para herirlo por la espalda. El joven rey, que todavía no tenía treinta años, detuvo el golpe y echó mano a su espada, pero cuando se dio cuenta que el asesino era su hermano bajó el arma, murmurando: “Podría matarte, pero la mano de un siervo de Dios no debe mancharse con el fratricidio”. Fue asesinado por los sicarios de Boleslao.

Este ejemplarísimo príncipe cristiano anteponía sus deberes religiosos a los de soberano, hasta el punto de llegar tarde a una importante asamblea de Worms, convocada por el emperador Otón, porque estaba en Misa. No era raro ver al joven rey mezclado con los otros fieles, con los pies descalzos, durante las procesiones penitenciales. Impuso a su cuerpo la dura disciplina del cilicio y las diarias mortificaciones.


Fue considerado como un rey renunciatario por haber buscado la alianza con los poderosos francos limítrofes, pero el mismo hermano Boleslao, que le sucedió, después de haberlo mandado asesinar, comprendió esa política realistica y la siguió. Boleslao comprendió el error de valoración respecto de su hermano, hacia quien la devoción popular creció de día en día, por los prodigios que se obraban sobre la tumba del mártir, venerado inmediatamente como santo, el primero de los pueblos eslavos.

Oración
Dios nuestro,
que impulsaste al santo mártir Wenceslao
a anteponer el reino de los cielos a un reino terrenal,
concédenos, por su intercesión
que tengamos valor para dejar lo que nos impida unirnos a ti de todo corazón.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén

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11:20 p.m.

Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01

Abadesa

Martirologio Romano: En Maguncia, de la Renania, en Austrasia (hoy Alemania), santa Leoba, virgen, la cual, pariente de san Bonifacio, fue llamada por él desde Inglaterra a Germania y presidió el monasterio, a orillas de Tauber, donde con la palabra y el testimonio condujo a las siervas de Dios por el camino de la perfección (c. 782).
La participación activa de las monjas y hermanas religiosas en las misiones extranjeras se ha extendido y desarrollado tanto en nuestros tiempos, que hemos llegado a considerarlas como una moderna innovación. Por cierto que no hay tal y, aparte de ciertas diferencias de métodos, debidas al desarrollo de las "congregaciones activas sin clausura", nos encontramos con que el mismo sistema de misiones se practicaba ya en las edades sombrías, cuando se iniciaba la evangelización de los bárbaros en Europa. Como ejemplo, basta citar la solicitud de misioneras que hizo San Bonifacio y a la que respondieron Santa Lioba, Santa Tecla, Santa Walburga y otras muchas, desde su tranquila abadía de Wimborne, para trasladarse a las tierras salvajes de los herejes germanos. Lioba pertenecía a una buena familia del Wessex y su madre, Ebba, estaba emparentada con San Bonifacio. Desde niña, Lioba quedó internada en el monasterio de Wimborne, en el Dorsetshire, al cuidado de la abadesa, Santa Tetta. A la muchacha se la había bautizado con el nombre de Thruthgeba, que fue transformado por las gentes que la trataban en Liobgetha (Leofgyth) y abreviado luego a Lioba, que significa "la bien amada", un nombre que cuadraba a maravilla a un ser tan precioso a los ojos de Dios y de los hombres y que su dueña no dejó de usar nunca. Cuando llegó a la mayoría de edad, Lioba decidió permanecer en el monasterio, hizo su profesión y progresó rápidamente en virtud y saber. Su inocencia y su buen sentido servían de ejemplo aun a las monjas de mayor edad y experiencia. Su deleite lo encontraba en la lectura y las devociones.

En el año de 722, San Bonifacio fue consagrado obispo por el Papa San Gregorio II y al momento se le envió a predicar el Evangelio en Sajonia, Turingia y el Hesse. Bonifacio era natural de Crediton, localidad cercana a Wimborne y, cuando las noticias de sus trabajos y sus éxitos entre los germanos llegaron a oídos de las monjas de aquel monasterio, su joven pariente, Lioba, se atrevió a escribirle en estos términos:

"Al muy reverendo Bonifacio, portador de la más alta dignidad y bienamado de Cristo, yo, Liobgetha, a quién él está vinculado por la sangre, la menor de las siervas de Cristo, manda saludos por la salvación eterna.

"Ruego a vuestra bondad que recordéis la amistad que os unía a mi padre, Dynne, cuando morabais los dos en la comarca del oeste. Mi padre murió hace ocho años, y os suplico que no retengáis vuestras oraciones por la salvación de su alma. También recomiendo a vuestra memoria a mi madre, Ebba, que aún vive, pero entre los sufrimientos; ella está emparentada con vos, como bien lo sabéis. Yo soy la hija única de mis padres y, aunque no lo merezco, me gustaría miraros como a mi hermano, puesto que ya confío en vos más que en cualquier otro de mis parientes. Os envío este pequeño regalo [¿Tal vez la misma carta?], no porque sea digno de vuestra consideración, sino sencillamente para que tengáis algo que os recuerde a la pobre de mí y así no me olvidéis aunque estéis tan lejos que mi presente acorte el lazo de verdadero amor entre nosotros para siempre. Os pido, amado hermano, que me ayudéis con vuestras plegarias contra los ataques del enemigo oculto. Os pediré también que, si vuestra bondad os lo dicta, atendáis mi inculta carta y no rehuséis a enviarme a cambio unas cuantas amables palabras vuestras, que ya desde ahora espero ansiosamente como una muestra de vuestra buena voluntad. He tratado de componer las líneas que siguen, de acuerdo con las reglas del verso, como un ejercicio para mi mínima destreza en la poesía, en lo cual también tengo necesidad de vuestra guía. He aprendido estas artes de mi maestra Edburga, que siempre tiene presente la santa ley divina. ¡Adiós! ¡Qué viváis muchos años muy feliz y que roguéis siempre por mi!

Arbiter omnipotens, solus qui cuncta creavit
in regno Patris semper qui lumine fulget
qua iugiter flagrana, sic regnat gloria Christi,
illaesum servet semper te iure perenni.
(El Supremo Hacedor omnipotente quiera,
desde el esplendor de su reino eterno
do mora Cristo, gloria del divino Verbo,
conservaros en salud imperecedera.)
No dejó Bonifacio de sentirse conmovido por una misiva tan tierna y mantuvo una larga correspondencia con las monjas de Wimborne, hasta el año de 748, cuando escribió a la abadesa Santa Tetta para rogarle que le enviase a Lioba, junto con otras compañeras, para establecer algunos monasterios y centros de religión para mujeres en la naciente Iglesia de Alemania. En seguida respondió la abadesa a la solicitud y envió a las tierras de herejes unas treinta monjas, entre las que figuraban Santa Lioba, Santa Tecla y Santa Walburga. Todas se reunieron con San Bonifacio en Mainz y éste puso a Lioba al frente de la comunidad y la instaló en un monasterio que fue llamado Bischofsheim, es decir, "Casa del Obispo", por lo que puede suponerse que Bonifacio cedió su residencia a las monjas. Bajo la dirección de Lioba, el convento se pobló rápidamente y de él salieron las monjas para ocupar otras casas que la propia Lioba fundó en Alemania.

Un monje de Fulda, llamado Rodolfo, quien escribió un relato sobre la vida de la santa antes de que hubiesen transcurrido sesenta años desde su muerte, según los testimonios de cuatro de las monjas de su convento, afirma que todas las casas de religiosas en aquella parte de Alemania, solicitaban una monja de Bischofsheim para que las guiase. La propia Lioba, entregada totalmente a su trabajo, parecía haberse olvidado de Wessex y de sus gentes. Su belleza era notable: tenía el rostro "como el de un ángel", siempre plácido y sonriente, aunque rara vez se la oía reír. Nadie la vio jamás de mal humor, ni la oyó decir una palabra dura; su paciencia y su inteligencia eran tan amplias como su bondad. Se dice que la copa en que bebía era la más pequeña de todas y ese dato nos da la pauta para afirmar que se entregaba a ayunos y austeridades, en una comunidad sujeta a las reglas de San Benito, donde no se comía más que dos veces diarias. Todas las monjas practicaban los trabajos manuales, ya fuera en la cocina, el comedor, el huerto o los quehaceres domésticos y, al mismo tiempo, recibían lo que ahora se llamaría una "educación superior"; todas aprendían latín, y el salón destinado a la escritura estaba siempre ocupado. Lioba no toleraba las penitencias excesivas, como privarse del sueño, e insistía en que todas descansasen al medio día, como lo mandaba la regla. Ella misma se recostaba durante aquel período, mientras alguna de las novicias le leía un pasaje de la Biblia y, si acaso parecía que la madre abadesa se había dormido y la lectora descuidaba un tanto su tarea, no pasaba un instante sin que Lioba abriese los ojos y la boca para corregirla. Tras el descanso, Lioba dedicaba dos horas para charlas con cualquiera de las hermanas que quisiese hablar con ella. Todas estas actividades estaban al margen del deber principal de la oración pública, la adoración a Dios y la asistencia a los sacerdotes que trabajaban en la misión junto con ellas. Existe todavía una carta de San Bonifacio dirigida a "las muy reverendas y muy amadas hermanas Lioba, Tecla, Cienhilda y las que moran con ellas", para pedirles que continúen la práctica de orar constantemente. La fama de Santa Lioba se había extendido por todas partes; los vecinos acudían a ella cuando les amenazaba el peligro de incendio, la tempestad o la enfermedad, y los hombres responsables en los asuntos de la Iglesia y del Estado le pedían consejo.

En el año de 754, antes de que San Bonifacio emprendiese su viaje misionero a Frieslandia, recibió una conmovedora despedida por parte de Lioba, a quien recomendó encarecidamente a San Lull, el monje de Malmesbury que fue su sucesor en la sede episcopal, lo mismo que a todos sus monjes de Fulda, mandándoles que cuidaran de ella con todo respeto y honor. En aquella ocasión, San Bonifacio manifestó su deseo de que, cuando Lioba muriese, fuera enterrada en su tumba, de manera que sus cuerpos aguardasen juntos la resurrección y se levantasen juntos para ir al encuentro del Señor y estar así eternamente unidos en el reino de Su amor. Después del martirio de San Bonifacio, Lioba visitaba con mucha frecuencia su tumba en la abadía de Fulda y, por dispensa especial, se le permitió algunas veces entrar en la abadía para asistir a ceremonias y conferencias en honor de su santo pariente. Cuando Lioba era ya muy anciana, después de haber gobernado a Bischofsheim durante veintiocho años, hizo visitas de inspección a todos los conventos que estaban a su cuidado renunció a su cargo de abadesa y fue a residir al monasterio de Schónersheim a seis kilómetros de Mainz. Su amiga, la Beata Hildegarda, esposa de Cario-magno, la invitó con tanta insistencia a la corte de Aachen, que no pudo negarse a ir, pero su estadía fue breve, porque insistió, a su vez, en regresar a su soledad. Al despedirse de la reina con muchos abrazos y besos, le dijo: "¡Adiós parte preciosa de mi alma! Cristo, nuestro Creador y Redentor, quiera otorgarnos la gracia de volver a vernos, sin peligro de confundir los rostros, en el claro día del juicio final, porque en esta vida no volveremos a mirarnos". Así fue, porque Santa Lioba murió pocos días después de haber regresado de la corte y fue sepultada en la iglesia de la abadía de Fulda, no en la misma tumba de San Bonifacio, porque los monjes temían perturbar sus reliquias, pero junto a ella, en el lado norte del altar mayor. A Santa Lioba se la menciona en el Martirologio Romano y su fiesta se celebra en varias partes de Alemania.

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SAN WENCESLAO

MÁRTIR






PALABRA DE DIOS DIARIA

San Wenceslao, mártir, duque de Bohemia, que, educado por su abuela santa Ludmila en sabiduría divina y humana, fue severo consigo, pacífico en la administración del reino y misericordioso para con los pobres, redimiendo para ser bautizados a esclavos paganos que estaban en Praga para ser vendidos. Después de sufrir muchas dificultades en gobernar a sus súbditos y formarles en la fe, traicionado por su hermano Boleslao fue asesinado por sicarios en la iglesia de Stara Boleslav, en Bohemia (929/935).


Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.

Hijo del rey de Bohemia, Ratislav, el joven príncipe nació en el 907 cerca de Praga. Su abuela, Santa Ludimila, se encargó de la educación de su nieto, inculcándole siempre el amor y servicio al Padre Celestial. Cuando era todavía muy joven, el santo perdió a su padre en una de las batallas contra los magiares; su madre asumió el poder e instauró -bajo la influencia de la nobleza pagana- una política anticristiana y secularista, que convirtió al pueblo en un caos total. Ante esta terrible situación, su abuela trató de persuadir al príncipe para que asumiese el trono para salvarguardia del cristianismo, lo que provocó que los nobles la asesinaran al considerarla una latente amenaza para sus intereses. 

Sin embargo, por desconocidas circunstancias, la reina fue expulsada del trono, y Wenceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo, y como primera medida, anunció que apoyaría decididamente a la Ley de la Iglesia de Dios. Instauró el orden social al imponer severos castigos a los culpables de asesinato o de ejercer esclavitud y además gobernó siempre con justicia y misericordia. 

Por oscuros intereses políticos, Boleslao -que ambicionaba el trono de su hermano-, invitó a Wenceslao a su reino para que participara de los festejos del santo patrono y al terminar las festividades, Boleslao asesinó de una puñalada al santo rey. El pueblo lo proclamó como mártir de la fe, y pronto la Iglesia de San Vito -donde se encuentran sus restos- se convirtió en centro de peregrinaciones. Ha sido proclamado como patrón del pueblo de Bohemia y hoy su devoción es tan grande que se le profesa también como Patrono de Checoslovaquia.

El joven príncipe, que nació en Bohemia hacia el año 907, personifica el ideaI del héroe nacional, valientemente comprometido en la promoción cultural y religiosa del pueblo eslavo.

Cuando se derrumbó el reino moravio, en el 895 los príncipes bohemios, entrando en el juego diplomático de las potencies de ese entonces, se aliaron con el fuerte reino franco, y adoptando los principios de las antiguas civilizaciones comenzaron el proceso de europeización de los Estados de Europa central.

Lider de esta política de visión hacia el futuro fue el joven duque de Bohemia, Wenceslao. El había sido educado cristianamente por la abuela Ludmila, venerada como santa. Tan pronto tuvo la edad requerida, sucedió al padre después de la breve regencia de la madre Draomira. Mujer intrigante, Draomira prefería al segundo hijo, Boleslao, y fomentó con todos los medios a su alcance la rivalidad entre los dos, hasta el punto de llevar al segundo a mancharse con el grave delito del fratricidio.

En la mañana del 28 de septiembre del 935, mientras Wenceslao salía de case para ir a Misa, Boleslao, que lo esperaba en un lugar solitario con un grupo de cómplices, le saltó encima para herirlo por la espalda. El joven rey, que todavía no tenía treinta años, detuvo el golpe y echó mano a su espada, pero cuando se dio cuenta que el asesino era su hermano bajó el arma, murmurando: “Podría matarte, pero la mano de un siervo de Dios no debe mancharse con el fratricidio”. Fue asesinado por los sicarios de Boleslao.

Este ejemplarísimo príncipe cristiano anteponía sus deberes religiosos a los de soberano, hasta el punto de llegar tarde a una importante asamblea de Worms, convocada por el emperador Otón, porque estaba en Misa. No era raro ver al joven rey mezclado con los otros fieles, con los pies descalzos, durante las procesiones penitenciales. Impuso a su cuerpo la dura disciplina del cilicio y las diarias mortificaciones.

Fue considerado como un rey renunciatario por haber buscado la alianza con los poderosos francos limítrofes, pero el mismo hermano Boleslao, que le sucedió, después de haberlo mandado asesinar, comprendió esa política realistica y la siguió. Boleslao comprendió el error de valoración respecto de su hermano, hacia quien la devoción popular creció de día en día, por los prodigios que se obraban sobre la tumba del mártir, venerado inmediatamente como santo, el primero de los pueblos eslavos.

Oración
Dios nuestro, 
que impulsaste al santo mártir Wenceslao
a anteponer el reino de los cielos a un reino terrenal, 
concédenos, por su intercesión 
que tengamos valor para dejar lo que nos impida unirnos a ti de todo corazón. 
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Amén

11:20 p.m.

Religiosa y Mártir

Martirologio Romano: En Gilet, en la provincia de Valencia, España, beatas mártires Francisca Javier (María Fenollosa Alcayna), religiosa de la Tercera Orden de Capuchinas de la Sagrada Familia, y Herminia Martínez Amigó, madre de familia, que confirmaron con su sangre su fidelidad al Señor durante la misma persecución religiosa. ( 1936)

Fecha de beatificación: 11 de marzo de 2001, integrando el grupo de 233 mártires de España, beatificados por S.S. Juan Pablo II

Breve Biografía


La Beata Francisca Javier de Rafelbuñol (en el siglo, María Fenollosa Alcayna). Nació en Rafelbuñol (Valencia) el año 1901, hija de José Fenollosa y María Rosa Alcayna, campesinos terciarios franciscanos. Eran 10 hijos, familia cristiana, piadosa.

Estudió en la escuela del pueblo;  devota de la Sma. Virgen, perteneció a la Asociación de las Hijas de María, a diario rezaba el Rosario y leía el Evangelio, en medio de sus ocupaciones domésticas. Para hacerse religiosa debió vencer la oposición de su madre, que la consideraba su brazo derecho en el hogar. Ingresó en la Congregación de Hermanas Terciarias Capucuhinas en 1921, profesó en 1924. y en 1928 hizo los votos perpetuos.

Estuvo destinada en las fraternidades de Altura (Castellón), Meliana, Benaguacil y Massamagrell (Valencia); Enseñaba música a las niñas de la casa-familia y al mismo tiempo era maestra de novicias. Afable, simpática, alegre y devota. Se distinguía por su prudencia, ecuanimidad, simplicidad y humildad. Respetuosa de todos y de iniciativa. Cuidadosa en el cumplimiento de sus deberes, dada a la oración silenciosa, devota de la Eucaristía y de la Sma. Virgen. Aprovechaba las vacaciones en familia para hacer algún apostolado entre los jóvenes.

Fue estando en Massamagrell que la sorprendió la guerra civil española. El 20 de julio de 1936 tuvo que dejar el convento y cobijarse en su casa paterna. Localizada, la obligaron a hacer las faenas en la casa del Comité, hasta que, el 27 de septiembre de 1936, fue detenida y asesinada en el cementerio de Gilet (Valencia), junto con la beata Herminia Martínez Amigó. «Que Dios os perdone como yo os perdono», le oyó decir quien se disponía a darle el tiro de gracia.

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Presbítero Dominico

Martirologio Romano: En la ciudad de Pistoia, de la región de la Toscana, en Italia, beato Lorenzo de Ripafratta, presbítero de la Orden de Predicadores, que vivió fielmente durante sesenta años la vida regular con dedicación asidua a la pastoral sacramental de la Penitencia (1456).

Fecha de beatificación: El Papa Pío IX confirmó su culto el 4 de abril de 1851.

Breve Biografía


Los biógrafos del Beato Lorenzo no consignan el lugar preciso de su nacimiento, pero por su nombre se puede suponer que fue en Ripafratta, en la región toscana de Italia, cerca de Pisa (Italia). Se desconocen datos fidedignos de su vida, anteriores a su incorporación a la orden de predicadores en Pisa siendo diácono.

En 1396, se le designó prior, cargo en el cual destacó por el impulso que dio a la reforma de la orden. Fue maestro de novicios y de teología en el convento de Cortona; sobresalió como director espiritual y brillante predicador. Sin temor a ser contagiado, auxilió a enfermos durante la plaga que azotó a las ciudades de Pistoia y Fabriano.

Por su sapiencia, el pueblo lo llamaba el Arca de la Ciencia. Dio ejemplo a sus hermanos de congregación y feligreses con su vida de oración, ayuno, penitencia y devoción. Sufrió una herida en la pierna, la cual dolorosamente le acompañó el resto de su vida. Por el ejemplo de su silencioso y paciente sufrimiento —el cual ofreció a Dios—, se incrementaron la admiración y el cariño de los religiosos y del pueblo. Amado por su comunidad, falleció en Pistoia, donde aún se venera su cuerpo.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

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Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Sacerdote y Fundador

Martirologio Romano: Memoria de san Vicente de Paúl, presbítero, que, lleno de espíritu sacerdotal, vivió entregado en París, en Francia, al servicio de los pobres, viendo el rostro del Señor en cada persona doliente. Fundó la Congregación de la Misión (Paúles), al modo de la primitiva Iglesia, para formar santamente al clero y subvenir a los necesitados, y con la cooperación de santa Luisa de Marillac fundó también la Congregación de Hijas de la Caridad (:1660).

Etimológicamente: Vicente = “vencedor”. Viene de la lengua griega.

Breve Biografía


Podemos titular la vida de este santo como la vida de los encuentros que fueron moldeando su personalidad hasta convertirla de pastor en el campo a fundador de una de las Congregaciones que más gloria y honra han dado y dan a la Iglesia con las “Hijas de la Caridad.”


Nació en Dax, muy cerca de la frontera española, en la región de las Landas. Sus padres eran muy pobres . Trabajó de pequeño en el campo como pastor.

Alguien que vio sus buenas cualidades, lo envió a estudiar a Zaragoza y a Toulouse. Tal fue su aprovechamiento que a los 19 años lo ordenaron de sacerdote. Una edad temprana para este ministerio.

Todo el mundo se le abría ante sus ojos como una forma de transformar la sociedad en la que vivía. Se entregó a los pobres de manera completa. En este ingente trabajo le ayudaba María Luisa de Marillac, también santa.

Con esta mujer, dotada de cualidades y de grandes virtudes, fundó la Sociedad de las Hijas de la Caridad (1632). Juntamente con esta Sociedad fundó otra para que se encargara de misionar a los habitantes del campo. Serían los “Sacerdotes de la Misión”(1625).

Por eso tuvo una gran preocupación por la formación de los apóstoles del Evangelio. Con este fin creó seminarios.


A cualquiera extraño a la obra de Dios en el mundo de las personas que se dejan permear por el Espíritu, esto les puede parecer algo extraño.

Vicente mantenía su calma en todo. Solía decir:"Estamos convencidos de que en todo y por todo somos un deshecho y de lo más apremiante, a causa de la oposición que ofrecemos de nuestra parte a la santidad y perfecciones de Dios".

Con esta actitud no tenía dificultades en ser amigo de los pobres y hasta del mismo rey Luis XIII.

Fue amigo y confidente de san Francisco de Sales del que aprendió – como D. Bosco – la dulzura en el trato con la gente. Murió diciendo estas palabras: ”¡Confianza! ¡Jesús!. Era el año 1660.

¡Felicidades a los Vicentes y a la Hijas de la caridad!

“¡Oh Señor que eres tan adorable y me has mandado amarte, ¿por qué me diste un solo corazón y tan pequeño?” (San Felipe Neri)

Otras celebraciones de hoy: Santos: Antimo, Leoncio, Euprepio, Adolfo, Juan, Florenciano, Hilario, Fidencio, Terencio, mártires; Elceario, conde, Fintán, confesores; Diosdado, abad; Sigeberto, rey; Cayo, obispo.
 

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SAN VICENTE DE PAÚL 

PRESBÍTERO Y FUNDADOR






Fundador de la Congregación de la Misión y las Hijas de la Caridad


PALABRA DE DIOS DIARIA

Memoria de san Vicente Paúl, presbítero, que lleno de espíritu sacerdotal y entregado en París al servicio de los pobres, veía el rostro del Señor en cada persona doliente. Fundó la Congregación de la Misión (Paúles), al modo de la primitiva Iglesia, para formar santamente al clero y subvenir a los necesitados, y con la cooperación de santa Luisa de Marillac, fundó también la Congregación de Hijas de la Caridad (1660). 

Fecha de canonización: Beatificado por el Papa Benedicto XIII el 13 de agosto de 1729, fue canonizado por Clemente XII el 16 de junio de 1737.


HUYENDO

Se pasó la vida rehuyendo su condición de aldeano pobre, y el programa de Dios tendrá que retrasar su desenlace tras muchas noches oscuras de Vicente. Como Santa Teresa, que hizo un matrimonio de conveniencia con Dios, cuya noche de bodas y luna de miel se retrasó 25 años, hasta florecer es una espléndida manifestación mística. ¿Podemos ver ahí un signo de la vocación errada? No. Es una realidad de un cambio de rumbo de la persona, a quien le tuercen sus planes propios a través de purificaciones, acontecimientos, circunstancias, realidad de las cosas y desengaños, Vicente lo que no quería es seguir siendo lo que era su padre, campesino. Se avergonzaba de serlo y también de su padre, vestido pobremente y con un defecto físico que le hacía cojear. Tanto se avergonzaba que, cuando ya estudiaba en el colegio de los franciscanos, conseguido por su padre, y reciba la visita de su padre, no saldrá a recibirlo. Pretende el sacerdocio tratando de escalar puestos. Hasta desea ser obispo. Ni idea de lo que es ser sacerdote: "Si yo hubiera sabido, como lo he sabido después, lo que era el sacerdocio, cuando cometí la temeridad de aceptarlo, habría preferido dedicarme a trabajar la tierra antes de ingresar en un estado tan temible," escribirá mas tarde..Había nacido el 2 de abril de 1581, en Ranquine, en el Suroeste de Francia. Su padre es un campesino, Juan de Paúl, que desde muy joven se vio obligado a trabajar. Vicente también, se encargaba de las ovejas, las vacas, los cerdos, descalzo y con comida pobre

Chiquillo despierto, fue enviado por su padre al colegio de los franciscanos de Dax, ciudad próspera, de amplias calles y bellas mansiones. Vicente estudia a gusto, pero siempre con el fin de abandonar la vida rural. Después de cuatro años de estudios en Dax, se va a Toulose, cuando acababa de morir su padre. Tiene 17 años, ha recibido ya la tonsura y las órdenes menores. Aunque su padre le deja parte de la herencia para pagar sus estudios, él la rechaza; pues quiere valerse por si mismo. 

QUIERE ASCENDER

Enseña humanidades en el colegio de Buzet y simultaneando con sus estudios de Teología. Recibe el subdiaconado y el diaconado, y el 23 de Septiembre de 1600, es ordenado sacerdote. El obispo de Dax le ofrece una parroquia, pero prefiere seguir sus estudios; apunta más alto: quiere ser obispo. En 1604 obtiene el doctorado en Teología. Se dirige a Burdeos y a Marsella, donde una anciana de Toulose le ha dejado una herencia de 400 escudos, que están en manos de un deudor, a quien persigue hasta Marsella, donde consigue recuperar 300 escudos, y regresar a Toulose. Embarca para Narbona, es atacado por los turcos y cae prisionero. Vendido como esclavo en Túnez, a un pescador, un médico, su sobrino y, a un cristiano renegado, a quien convirtió y se escapó a Roma. Luego fue a París, donde encontró a Pierre de Bérulle, en el hospital de la Caridad. Bérulle era cura y fundador de un grupo de sacerdotes espirituales. El clero había salido en un estado lamentable de las guerras; los decretos del Concilio de Trento sobre la formación de los sacerdotes no se cumplían. Muchos obispos vivían como grandes señores, alejados de sus diócesis.

SE ESTA ABRIENDO PASO UN NUEVO MOVIMIENTO. 

En Italia, Felipe Neri ha fundado la congregación del Oratorio, que, como los Oblatos fundados en Milán por Carlos Borromeo, desean vivir un sacerdocio fervoroso. Bérulle trata de convencer a Francisco de Sales para que funde el Oratorio en Francia, pero no lo consigue, aunque, a instancias del Arzobispo de París, Henri de Gondi, fundará en 1611 el Oratorio de París, una "congregación de sacerdotes que practicarán la pobreza, con voto de no pretender beneficio o dignidad, contra la ambición, y el de dedicarse al sacerdocio, contra la inútil inactividad.

VICENTE NOMBRADO PÁRROCO DE CLICHY

Bérulle deseaba que Vicente ingresara en el Oratorio, pero no acepta. Sí en cambio reemplaza a un sacerdote que ingresa en el Oratorio; y acepta su parroquia de "Clichy la Garenne". de 600 habitantes, habitada sobre todo por hortelanos y llega a encontrarse a gusto Allí enseña el catecismo, repara el mobiliario de la Iglesia, cuando después de doce años que es sacerdote, es la primera vez que ejerce un ministerio sacerdotal.

Bérulle consigue que lo nombren preceptor de la familia de Phillipe de Gondi, sobrino del Arzobispo de París. Vicente llega a ese destino en Septiembre de 1613 y escribe a un amigo: "Me alejé con pena de mi pequeña iglesia de Clichy". Da cursos y lecciones a los niños y lleva una vida palaciega en Montmirail, en Joigny, en París, en Folleville... Ya podía darse por contento. Pero no era feliz. No había llegado la hora de Dios. Espera. Compás de espera. Soledad, noche, tristeza, desamparo. Durante los viajes de Gondi, vuelve a entrar en contacto con los campesinos y con las pobres gentes que viven en los dominios de la noble familia. Y se da cuenta de que el Evangelio exige la caridad radical. 

DIOS DA EL VUELCO A SU ALMA: 

Visita a un moribundo en Gannes, cerca del palacio de los Gondi; aquel hombre, que tenía fama de ser un hombre de bien, reveló a Vicente unos pecados que jamás se había atrevido a confesar a su párroco. El moribundo experimentaba una extrema soledad moral, padecía la noche, el frío y la imposibilidad de hablar con Dios; estaba cerca de la muerte sin haber encontrado una mirada sacerdotal bastante dulce y bastante humana para poder salir de sí mismo y atreverse a creer en la ternura de Dios. He ahí la vocación de Vicente: la ternura. Su corazón ha sido tocado. Dios ha llegado ya. El matrimonio de Teresa de Jesús ha entrado en su meta florida. Vicente, tocado ya por Dios, que no le había abandonado en su dura trayectoria de desierto, le cambia el corazón y el que no quería ir a los campos de su aldea, quiere ahora ir a los campos mas lejanos a expresar a todos los que se sienten perdidos que existe un Dios de ternura que no les ha olvidado. Quiere ser testimonio de ese amor divino. Estar presente con la ternura de Dios. Queda impresionado y el 25 de enero predicó en Folleville, cerca de Amiens, y propuso a todos los fieles de Folleville la idea de hacer venir a algunos sacerdotes con quienes puedan hacer una confesión general de toda su vida. Este sermón fue el origen de la "Congregación de la Misión", instituida para predicar misiones populares y trabajar en la formación del clero de Francia y en otros países. A los sacerdotes y hermanos de la Congregación de la Misión se les conoce en Francia como "Lazaristas" por San Lázaro, su casa madre. 

Después el año 1617, en Chatillón-les-Domes, San Vicente palpa la miseria material de los campesinos: "Mientras me revestía para celebrar la Misa, vinieron a decirme... que en una casa apartada, estaban todos enfermos, y no había una sola persona que les pudiera atender. Esto me ocasionó una tremenda impresión."A la llamada de Vicente acuden todos los feligreses en ayuda de esa familia. Pero, para Vicente, este movimiento espontáneo no es bastante, porque corre el peligro de no tener continuidad: "Una enorme caridad, sí; pero mal organizada". 

FUNDACIÓN DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD

Vicente estudia la situación y el 23 de agosto, lee ante unas cuantas mujeres cuyo corazón ha quedado tocado, igual que el suyo por aquella miseria, un texto que es todo un programa de ayuda a los enfermos, que servirá de modelo a todos los posteriores textos fundacionales de las Hermandades de Caridad. Las Cofradías se multiplicaron; hoy en algunos países se les llama "equipos de San Vicente". Más tarde serán fundadas las Hijas de la Caridad con la co-fundadora Luisa de Marillac


Vicente no quiere permanecer por más tiempo con los Gondi y se lo dice a Bérulle en mayo de 1617. Se traslada a una pequeña parroquia entre Lyon y Ginebra, en al región de Bresse: Chatillon-des-Dombes, como párroco. El que se pasó la vida huyendo de su origen y su destino, se dedica gozoso a lo que venía escapando desde su juventud. Ya encontró su camino: La vocación de la ternura. Vicente, tras un año decisivo, ha encontrado su camino, el camino de la compasión y la ternura con los más abandonados y utiliza su puesto como base de operaciones, para establecer sus pequeñas asociaciones de caridad. 

11:20 p.m.

Juez de Israel

Martirologio Romano:Conmemoración de san Gedeón, de la tribu de Manasés, juez en Israel (Jc, 6, 37), que recibió del Señor el signo del rocío, que descendía a un vellón de lana, como fortaleza de Dios, librando al pueblo de Israel de sus enemigos, después de destruir el altar de Baal.

Etimología: Gedeón = valentón. Viene de la lengua hebrea.

Los episodios de sagrado libro de los Jueces, "cuando no había rey en Israel y cada cual obraba conforme a su albedrío", parecen todos calcados sobre este sencillo esquema: Pecaba Israel y le castigaba Dios; Israel se arrepentía y Dios le perdonaba, levantando el castigo. El pecado era la idolatría, y el castigo, la opresión de Israel por las gentes de Canaán y sus alrededores. Movido, al fin, el Señor por la penitencia de su pueblo elegido, "le proporcionaba libertadores -llamados jueces- que le sacasen de las manos de sus opresores y le librasen de tan dura servidumbre".
Uno de tales jueces o libertadores, a continuación de Barac y Débora la profetisa, allá por los años de 1240 antes de la era cristiana -sin que la fecha pueda tenerse por rigurosamente exacta-, fue Gedeón, hijo de Joás, de la familia (clan, dicen los modernos) o tronco de Abiezer, de la tribu de Manasés. Acomodada primero esta familia en la región de Galaad (hoy el reino hachemita de Jordania) al otro lado del Jordán, emigró después, y pasando el río, vino a residir en Efra u Ofra (hoy Et-Taiyibe), a unos doce kilómetros de Beisán, muy cerca de Naím y Endor, al lado del monte llamado Pequeño Hermón.

En Efra, donde su solar paterno era uno de los principales, si no el principal, nació Gedeón, que significa "cortador". Llamósele también Yerubbaal, Yerubbescheth y Yerubboscheth, como destructor del ídolo ignominioso de Baal y cortador de su bosque. San Agustín y Procopio de Gaza insinúan que fue jiliarjos = capitán o jefe de mil soldados, fundándose en la palabra hebrea "elef" que, sin embargo, en este caso no significa millar sino familia, o estirpe.

Vimos al principio la situación tan lamentable social, política y religiosa del pueblo hebreo en tiempo de Gedeón. No era mejor la exterior, muy semejante a la que hoy atraviesa el nuevo Estado de Israel cercado por todas partes de naciones árabes que le odian a muerte y, si posible les fuera, le borrarían del mapa. "Pecaron nuevamente —dice el sagrado texto— los hijos de Israel delante del Señor, el cual los entregó en manos de los madianitas por siete años; quienes de tal manera los oprimieron, que los israelitas se vieron obligados a poner su morada en las grutas naturales de los montes, en cuevas artificiales y hasta en ruinas de antiguos castillos."

El hecho central y culminante de la historia de Gedeón es precisamente la victoria conseguida contra estos madianitas por un medio del todo inadecuado para tan resonante y decisivo triunfo militar. Sabido es cómo en la Edad Media había entre nuestras villas y ciudades comunidad de pastos, que permitían apacentar los rebaños mucho más lejos del propio territorio o jurisdicción municipal; cosa parecida ocurre hoy entre las tribus beduinas, a ratos nómadas, del Oriente; el terreno de cada clan es inviolable y se guardarán muy bien de penetrar los demás en él en plan de dominio; otra cosa es, sin embargo, tratándose del pastoreo, pues se mezclan unas tribus con otras, aunque a veces se sirvan de este derecho para invadir en son de guerra el ajeno territorio.

Las tribus nómadas contemporáneas y vecinas de Gedeón, so pretexto de apacentar los rebaños, pasaron el río Jordán y en plan de conquista acamparon en la planicie de Jezrael (hoy Zerajin) en la extremidad oriental de la extensa y rica llanura de Esdrelón. Planeóse el ataque colocándose Madián al norte, Amalec al sur y los "Beni Qedem" = Hijos del Oriente, agrupación de diversas tribus nómadas, al este. Del número e importancia de esta invasión nos persuaden estos datos bíblicos: "Cuando venía la sementera, se presentaban los madianitas, los amalecitas y otros pueblos orientales... y no dejaban a los israelitas nada de lo necesario para la vida, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos, desolándolo todo por donde pasaban... Es de advertir que las tiendas de campaña henchían el valle de Jezrael como espesa plaga de langostas y sus camellos eran innumerables como las arenas de las orillas del mar". Dos reyes, Zebee y Salmana, y dos príncipes, Orez y Zeb, capitaneaban aquel ejército que, a juzgar por las cifras bíblicas, se componía de 135.000 hombres. Era ya el séptimo año de invasión.

Obediente Gedeón a la voz de Dios convocó a toda la cognación de Abiezer y a las tribus de Israel que tenía más cerca. Resonó en los montes el clarín de guerra y los emisarios esparcidos por todas partes intimaron órdenes de concentración. Reuniéronse 32.000 hombres de Manasés, Aser, Zabulón y Neftalí. Hubo Gedeón, indudablemente, de justificar su jefatura recordando primero la reprensión general hecha en nombre de Dios por aquel "varón profeta", que aparece sin saber dónde, ni cuándo; refiriendo después la visita del "ángel del Señor" que le ordenó ponerse al frente del ejército y probó su misión quemando con su báculo (presentóse como caminante) la oblación preparada; participando, finalmente, la íntima y continua comunicación con la que Dios le favorecía, mandándole destruir el altar de Baal, accediendo a la prueba del rocío y el vellocino, y revelándole la victoria por el diálogo de los centinelas madianitas escuchado por Gedeón y su criado Fara.

Nuevamente habló Dios a Gedeón para decirle que no quería que Israel le disputase la gloria del triunfo a causa del número, y así, hecha la primera prueba, abandonaron las filas 12.000 soldados, practicada la segunda, consistente en el modo de beber (en pie o arrodillados) en la fuente de Harad (hoy Ain-Djalud, en la montaña de Gelboé), quedaron sólo 300, quienes en tres grupos y armados de bocinas en la diestra y de ollas con teas encendidas dentro en la izquierda, irrumpieron de noche por tres sitios diferentes en el campamento y rompiendo las vasijas, sonando las trompetas y gritando: "Espada del Señor y de Gedeón", sembraron la confusión entre los orientales, haciendo que se matasen unos a otros y huyendo los demás. Cortando a éstos los de Efraím el paso del Jordán, completaron la gesta.

Disfrutó Israel de paz cuarenta años y sirvió a Dios toda la vida de Gedeón, quien murió y fue puesto en el sepulcro de su padre Joás en Efra, a donde se había retirado. Con el oro cogido al enemigo había fabricado un efod, o monumento conmemorativo, causa ocasional de prevaricación de Israel, después de su muerte, por lo que va Gedeón envuelto en la acusación bíblica como causa remota, aunque involuntaria. Respecto a la poligamia (tuvo 70 hijos de varias mujeres), ni es caso único en los santos del Antiguo Testamento, ni la ley evangélica estaba en vigor.

Completamos esta biografía, proclamando la santidad de Gedeón. "Loados sean también los Jueces, cada uno por su nombre -exclama el Eclesiástico-, cuyo corazón no fue pervertido, porque no se apartaron del Señor; a fin de que sea bendita su memoria y reverdezcan sus huesos allí donde reposan y dure para siempre su nombre y pase a sus hijos con la gloria de aquellos santos varones".

"¿Y qué más diré todavía? -añade San Pablo a los Hebreos-: El tiempo me faltará, si me pongo a contar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel y de los Profetas; los cuales por la fe conquistaron reinos, ejercitaron la justicia y alcanzaron las promesas."

La Iglesia, en una epístola del Común de muchos Mártires, llama Santos a los citados por el Apóstol en dicho texto y ha colocado a Gedeón en el martirologio Romano al día 1 de septiembre, figurando su nombre en casi todos los demás martirológios, dándosele en algunos el título de profeta.

Califícanle varios Santos Padres de varón justo, amado de Dios, santo, santísimo y le presentan como figura o tipo de Jesucristo.

Finalmente, aunque la frase que usa la Sagrada Escritura para referirnos su muerte -"murió en buena vejez"- signifique de suyo una edad avanzada, fundándose los exégetas en que también se aplica a otros varones conspicuos (Abrahán, David), la entienden asimismo de la salud, de la tranquilidad, de la fama, de la autoridad, de los méritos y virtudes, de la buena conciencia, de la amistad con Dios, en una palabra, de la santidad.

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11:20 p.m.

Por: . | Fuente: Redentoristas.org

Sacerdote

Martirologio Romano: En Gars, cerca de Munich, en Baviera, de Alemania, beato Gaspar Stanggassinger, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor, dedicado a la educación de los jóvenes, siendo para ellos modelo de caridad alegre y asidua oración (1899).

Nace en una familia humilde y trabajadora en el año 1871 en Berchtesgaden (Alemania). Es el segundo hijo de 15 hermanos. Desde pequeño siente deseos de ser sacerdote, y con 9 años, siendo monaguillo, escucha la llamada de Dios a entregarse a su servicio.

Con 10 años inicia estudios en Freising, pero no destaca por su talento. Tres años después ingresa en el seminario, mejorando en los estudios por su alegría y tesón. El profesor Plenther le admite hacer Voto de Castidad con sólo 16 años. Escribe su “diario espiritual” (todo es gracia), y siente gran devoción al Espíritu Santo, quien todo lo hace, su fundamento espiritual. En 1889, sufre la fiebre tifoidea y tras realizar una confesión general y recibir los sacramentos, se recupera rápidamente. Es su gran conversión. Fruto de los ejercicios espirituales, y de sus vacaciones en su pueblo se va forjando su carisma, centrado en Cristo, dedicación a los más pequeños, y acompañar a los jóvenes en el conocimiento de Jesús. Acabado el Bachiller, ingresa en el Seminario Mayor, destacando su interés por la Filosofía (Sto. Tomás), y por las Ciencias Naturales debido a su profesor Max Westmeier. Obtiene “cum laudem” en dogmática, y Sagrada Escritura, y siente pasión por la historia de la Iglesia.

Vocación redentorista

El acercamiento a los redentoristas es progresivo, desde que en 1887, realiza una confesión general en Dürnberg, desde entonces se confiesa con redentoristas. Será en 1892, tras una excursión con el seminario, y haber rezado el rosario, cuando orando ante la Virgen de Altötting, escucha: “vete a Gars, junto al rio Inn, con los redentoristas”. Tiempo después escribe: “me he dado cuenta que con los redentoristas puedo vivir una vida con Dios, en Dios y para Dios”. Dejó el seminario y fue a casa de sus padres, quienes se opusieron a la decisión, sobre todo por que los redentoristas en Alemania habían sido prohibidos por la ley Kulturkampf de Bismark, por considerarlos nocivos para el Estado. El 6 de octubre de 1892 comienza su noviciado en Gars, tomando el hábito el 29 de noviembre. En ese tiempo escribe a sus padres para tranquilizarlos. Tiene por maestro a J. Frankenberger, quien cree en extrañas revelaciones, sobre este asunto escribe Gaspar: “Los elevados misterios no son para mí. Lo esencial se encuentra en el Evangelio, para mi son incomprensibles... me limito a las verdades elementales, a la vida eterna, encarnación, redención y al Santísimo Sacramento”.

Tiene dificultades para entender a un novicio, a quien no aguanta, y siente deseos de abandonar el noviciado. Esta etapa viene marcada en su espiritualidad por su apertura total a Dios y fidelidad sólo por su amor. El camino que sigue viene marcado por mortificaciones, oración, visitas regulares al Santísimo, 4 exámenes de conciencia diarios, retiros y ejercicios de piedad. Con ello busca un mayor compromiso, ser modesto y confiar en Dios: “mi única vocación es hacer la voluntad de Dios”. El 16 de octubre de 1893 hace la profesión religiosa en Dürrnberg.

Teologado y ordenación

Continúa sus estudios teologales en Dürrnberg, bajo la dirección del P. Rieger, de quien queda impresionado por su ciencia, y anota una de sus frases: “Quien estudia la Teología sin rezar, fácilmente puede convertirse en un loco peligroso”. Los serios propósitos del noviciado los sigue manteniendo, con la meditación, oración sencilla y contemplación, cuidando así su vida interior: “nuestra vida interior es nuestra verdadera vida”.

En esta época se propone cuidar su atención a los demás, ser más respetuoso, comprenderlos mejor, ser más amable y no sermonear ni juzgar. Todo un estilo de vida, de honestidad y sencillez que le acompañará toda su vida. El 28 de diciembre de 1893 recibe el subdiaconado en Ratisbona; el 21 de septiembre del año siguiente, el diaconado. Finalmente es ordenado sacerdote en la misma ciudad el 16 de junio de 1895, cuando tan sólo tenía 24 años, y canta misa en su pueblo natal el día 24 del mismo mes. Tras los ejercicios para prepararse para la ordenación, escribió: “...en la predicación debo evitar la palabrería vacía y aburrida. Predicaré únicamente la palabra de Dios y no la mía”.

Trabajo pastoral

Tras ser ordenado es destinado al Seminario Menor de futuros Misioneros Redentoristas de Dürrnberg, como profesor y encargado de estudios. Sus cualidades personales, le hace ganarse rápidamente la confianza de los chicos. Su cordialidad, disponibilidad, afecto, humildad, comprensión y bondad, no le impiden ser firme y prudente en su trato y decisiones.

Tras estudios sobre la enseñanza, se decanta por un nuevo estilo estimulante, que no obligue a nadie, tolerante, paciente y entregado, en que se obedece sólo por amor, porque se quiere y no porque se debe, un estilo alegre y sereno. Nunca castiga ni reprende. Si algo está mal, los llama aparte, y si se equivoca les pide perdón en público, incluso de rodillas. Apuesta por una formación integral de los jóvenes, donde haya juego, deporte y otras manifestaciones, orientando hacia la madurez personal y el equilibrio interior, fundamentándolos siempre en Cristo. También propone unos días de vacaciones para los alumnos con sus familias. Se vuelca en la dedicación hacia los alumnos, especialmente con los enfermos.

Además de este trabajo, se encarga de la contabilidad del seminario, de elaborar los nuevos estatutos de la casa, y de los programas de estudio. En la comunidad, hace de reconciliador entre los hermanos, buscando el entendimiento entre jóvenes impacientes y superiores exigentes.

A sus 26 años, es el encargado de los postulantes, quienes le tienen gran cariño por su amistad, sencillez y cercanía, llegando a decir de Gaspar: “le gustaba pasar el rato y entretenerse sentado con nosotros”. Aunque le hubiese gustado haber ido de misiones, Gaspar se siente plenamente misionero en su trabajo pastoral en el seminario, y también en su confesionario, y sus predicaciones sencillas, destacando las referentes a María. Stanggassinger dice de sí mismo: “soy una caña hueca a través de la cual habla Dios”. En 1897, el intenso trabajo le desborda y entra en un estado de tensión y agotamiento, aún así, seguirá trabajando con toda su fuerza.

Últimos días

Los últimos días de su vida, transcurren rápidamente en Gars, al ser trasladado el Seminario Mayor hasta esa ciudad. Llega el 11 de septiembre de 1899, y el día 13 dirige unos ejercicios espirituales para los alumnos, en los que presiente su final.
El día 22 se siente cansado y sin fuerzas, con fuertes dolores de vientre: “...ahora veo la diferencia entre predicar sobre la paciencia y sufrir con paciencia el dolor”.

El 24 de septiembre, tras celebrar la eucaristía en la enfermería, pide la unción, que la recibe al día siguiente. Diagnosticada una apendicitis que se vuelve peritonitis, se rodea en sus últimos momentos de los jóvenes a los que les predica de la siguiente manera: “Honrad y amad a la buena Madre, visitar a Jesús Sacramentado”. Tras recibir la comunión y hacer una oración de San Alfonso, muere en la madrugada del día 26 de septiembre de 1899 en la ciudad de Gars. Tan sólo tenía 28 años.

Tras su muerte, el seminario queda en un gran desconcierto, hay que asignar un nuevo director, ya que dos días antes Gaspar había sido nombrado director. Sus alumnos lo reconocen rápidamente como modelo de santidad, y comienzan a pedir su intercesión.

Modelo de santidad

En 1935, el mismo día que da comienzo el proceso de canonización, se produce el primer gran milagro, al ser curada de un tumor de estómago sor María Teófilo. Sus reliquias se veneran en una capilla de la Iglesia Redentorista de Gars. En 1986 el Papa Juan Pablo II lo declara Heroico en la práctica de las virtudes cristianas. Y finalmente el 24 de abril de 1988 lo declara Beato de la Iglesia Universal en Roma.

Su vida, testimonio vivo, ejemplo y modelo de los Redentoristas en una vida sencilla y totalmente entregada a hacer la voluntad de Dios con amor y negación de sí mismo. Hacer de su vida en humildad sencilla y alegre una oblación, prolongación de la Redención de Cristo.

El Beato Gaspar Stanggassinger, no destaca por los hechos extraordinarios. Destaca por su forma de vivir en la vida ordinaria, por su encuentro con Cristo en todo, por seguirlo con decisión y coherencia. Es un modelo de sencillez, que se toma en serio la realidad terrena, que ama la naturalez, y disfruta de ella y de la familia y amigos, sin abandonar en ningún momento su vida espiritual y religiosa, sin exageraciones, de una forma sencilla y humilde.

En la Provincia Redentorista de España es el Patrón de los formadores y formandos (postulantes, novicios y estudiantes teólogos) y de las vocaciones a la vida misionera redentorista.

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11:20 p.m.

Por: . | Fuente: Franciscanos.net

Virgen Terciaria Franciscana

Martirologio Romano: En Salerno, de la Campania, en Italia, beata Lucía de Caltagirone, virgen de la Tercera Orden Regular de San Francisco (1400).

Lucía nació en Caltagirone, Sicilia, hacia el año 1360. Sus padres la educaron en la piedad y ella supo maravillosamente corresponder a sus esperanzas. Ellos eran devotos de San Nicolás de Bari y experimentaron varias veces su protección. Un día en que Lucía se subió a una higuera para recoger frutas fue sorprendida por un furioso temporal con granizo y rayos. Un rayo cayó sobre el árbol donde estaba Lucía, la cual se precipitó a tierra medio muerta. En su mente vio perfilarse la figura de un santo anciano, San Nicolás de Bari, quien la tomaba de una mano y la entregaba de nuevo a la familia.

Hacia los 13 años abandonó su pueblo natal en Sicilia para seguir a una piadosa terciaria
franciscana de Salerno. Al poco tiempo se le murió esta guía espiritual y Lucía entró en un convento salernitano de Hermanas que seguían la regla franciscana. Allí se distinguió por la fiel práctica de sus deberes y en especial por el amor a la penitencia, a la cual se había comprometido para expiar los pecados de la humanidad, y sobre todo por una más íntima participación en los dolores de Cristo. Por algún tiempo ejerció el oficio de maestra de novicias. La fama de su virtud se difundió. Muchos recurrían a ella para pedirle oraciones y consejo. Dedicaba mucho tiempo a la oración, a la meditación y a la contemplación de las cosas del cielo. A menudo flagelaba su cuerpo virginal; la desnuda tierra le servía de lecho; un poco de pan y agua eran su sustento diario.

Los nobles acudían a ella, y ella consolaba a los afligidos, llamaba a penitencia a los pecadores, edificaba a los piadosos. Dios confirmó con prodigios su santidad. Había llegado a los cuarenta años y ya estaba lista para el cielo. Su vida austera, los prolongados y dolorosos sufrimientos minaron su salud. A la invitación del esposo celestial, su alma gozosa voló al Paraíso para unirse al coro de las Vírgenes a las cuales ha sido dado seguir al Cordero divino.

Lucía, terciaria regular, murió en Salerno el año 1400. Después de su muerte obró diversos prodigios. El culto y la veneración hacia ella siempre fue extendiéndose en el pueblo salernitano y en las regiones vecinas hasta que el Sumo Pontífice León X el 4 de junio de 1514 concedió en su honor el oficio y la misa.

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