Por: . | Fuente: Santiebeati.it
Fecha de beatificación: 22 de mayo de 2010 durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI
Como muchos niños campesinos del sur de Italia de aquella época, no asistió a ninguna escuela y siempre creció a la sombra de la casa colonial edificada en los campo de aquella zona del país. Ya adolescente manifestó el deseo de consagrar su vida a Dios; cuando tuvo 18 años, llegó al convento de San Egidio el padre Ludovico Acernese quien, ante el despertar en la vida cristiana de aquella zona, instituyó en Montefusco la Tercera Orden Franciscana.
Teresa se sintió fuertemente atraída por el ideal franciscano y corrió enseguida a registrarse, convirtiéndose en la primera terciaria de Montefusco, eligió al padre Acernese como a su guía y confesor. El 15 de mayo de 1870 a los 21 años, vistió el hábito terciario y al año siguiente hizo la profesión de los votos tomando el nombre de hermana María Luisa.
El padre Ludovico Acernese supo reconocer en ella todas cualidades más profundas de su alma, por lo que la nombró primera concejera y luego, por la perfección de su ideal franciscano, maestra de las novicias.
La familia nunca apoyó su deseo de hacerse monja, principalmente para no privarse de la gran ayuda que era tener a Teresa viviendo en casa, ella llevó un estilo de vida monacal; fue llamada popularmente "monachella1 santa"; estaba siempre presente en la Misa diaria en la iglesia de San Egidio, además vivía intensamente la oración, que junto a ásperas mortificaciones corporales, las ofrecía por la reparación de los escándalos; a pesar de eso siempre y dondequiera tenía una encantadora sonrisa que atraía a todos.
Aunque era analfabeta, contestaba con sabiduría incluso a personas de vasta cultura; fue la artífice de la extensión, en Irpina y en Sannio, del Movimiento Terciario Franciscano, que conducía junto al padre Acernese, quien ante la insistencia de Teresa Manganiello de su ideal religioso y hablando de aquello con otras terciarias, planeó la fundación de una Comunidad por ellas.
Para tener una aprobación especial, la mandó en 1873 a una audiencia con el Papa Pío IX, para que le presente su intención; el beato pontífice la bendijo y la animó a ir adelante; y cuando ya era considerada como la primera superiora de la naciente Congregación de Monjas Terciarias Franciscanas, su salud empezó pero a declinar.
El 14 de febrero de 1874, mientras oraba en la iglesia tuvo la primer hemoptisis2 acompañada de una grave artritis; en aquella época fue una enfermedad maliciosa que atacó a personas de toda edad y condición social. Siguió adelante, entre los altos y bajos de la enfermedad, hasta que en el verano del 1876 el mal la postró; a los muchos sacerdotes y fieles que fueron a visitarla les regaló siempre su maravillosa sonrisa; totalmente entregada a las manos de Dios la Virgen a quienes oraba fervorosamente.
Murió el 4 de noviembre de 1876 con tan sólo 27años y fue enterrada en el cementerio de Montefusco; cinco años después de su muerte, el padre Ludovico Acernese, confiando en su espiritual protección, fundó en Pietradefusi la Congregación de las ´Monjas Franciscanas Immaculatinas´ de las que Teresa es "Piedra angular" y "Madre espiritual." En su patrimonio espiritual cada monja encuentra ricos ejemplos y enseñanzas, por una vida de total consagración al servicio de Dios y la Iglesia.
A 100 años de su muerte, en 1976, las Monjas Franciscanas Immaculatinas, iniciaron la causa por su beatificación, reconociendo en ella, el papel fundamental en la fundación de la Congregación. El proceso se cerró en el archidiócesis de Benevento el 29 de septiembre de 1991 y las actas fueron aprobados por el Santa Sede el 12 de diciembre1992.
Continúan siendo frecuentes las señales de gracias, curaciones y favores de orden moral y espiritual, conseguidos por su intercesión.
1Pequeña ave, de la misma familia de la collalba rubia.
2 La hemoptisis incluye la emisión de flema hemóptica o de sangre fresca procedente del aparato respiratorio.
Reproducido con autorización de Santiebeati.it
responsable de la traducción: Xavier Villalta
Por: Alfredo Pescante / Fray Tomás Gálvez | Fuente: Fratefrancesco.org
Etimología: Elena = Aquella que brilla como una antorcha, de la lengua griega
La suerte viene en nuestra ayuda con un documento de importancia excepcional, conservado en la Biblioteca Antoniana, el Códice 559, que describe las vidas de san Antonio, del beato Antonio Manzoni y de la beata Elena Enselmini. Las compuso entre los años 1433 y 1437 el notario Sicco Polentone, archivero municipal, filósofo, astrólogo, literario y escritor de numerosas obras, una de las personalidades más destacadas de la Padua humanista del siglo XV.
El código, copiado con elegante escritura en 1439 por el conventual fray Giacomo, "era considerado -dice el padre Ruggero Lotto- un "best seller" del siglo XV y, aunque no es obra de alto nivel, no deja de ser un interesante documento de sociología religiosa, del que emana la mansa luz de una simpática joven santa, a la que nos sentimos afectuosamente cercanos, incluso después de tanto rechinar de siglos".
En un latín elegante, Polentone inicia así: "Mi querido hijo Lázaro, hace mucho que me solicitas e incitas a escribir las memorias del beato Antonio Pellegrino y de la beata Elena, monja de la orden franciscana. Siempre me ha parecido justa y loable esta petición tuya. Pues, si bien el culto de ninguno de los dos ha sido aprobado por el sumo pontífice, uno y otra son conocidos, sin embargo, por sus milagros, y venerados como beatos por la opinión del pueblo. Además, son de buena raza paduana: Antonio era originario de los Manzoni. Elena, de los Enselmini, a cuya estirpe pertenece también su madre".
La jovencita Elena se hizo monja para servir al Señor en el monasterio que hospedaba, en dos moradas distintas, a las monjas y a los frailes de la Orden de san Francisco, en una zona llamada "la Celda vieja" (la actual Arcella), monasterio destruido en 1509, para realizar la "explanada".
Añade el historiador: "Ninguna más diligente que ella en la oración litúrgica, ninguna más obediente a la abadesa, ninguna más observante de la regla, ninguna más solícita en realizar las tareas domésticas. Su vida estaba tejida de penitencias y ayunos, colmada de santidad y austeridad. Tan áspera fue su existencia, que, agotada, con frecuencia caía enferma, víctima de la fiebre".
Más allá del intento hagiográfico y enaltecedor, Sicco, autor de indudable probidad, realizó cuidadosas investigaciones sobre ella, disponiendo de excelentes fuentes en el antiguo monasterio de la Arcella, antes de incendiarse el archivo.
De complexión grácil y enfermiza, padeció en los últimos quince meses de vida repetidas fiebres, y permaneció durante tres meses sin comer, ni beber, ni pronunciar palabra.
El historiador se detiene ampliamente en describir las visiones celestiales de las que gozó Elena, como indicio de su unión con el Señor, visiones que ella, de palabra, daba a conocer a las hermanas, y cuyos contenidos sabían también a admonición.
El 4 de octubre de 1231, arrebatada en éxtasis, vio a los santos Francisco y Antonio en actitud de cantar las alabanzas del Señor. En definitiva, "el cielo en la celda", hasta el 4 de noviembre, cuando expiró, a los 24 años. Polentone concluye así: "Desde el día de su tránsito hasta hoy, su cuerpo se conserva tan bien, que no puede verse sin admirarse, y eso por un privilegio divino que testifica la santidad de Elena". Y añade un halo de misterio: "A menudo, especialmente cuando cae algún desastre sobre la ciudad, ha ocurrido que el cuerpo de Elena se agitó con estrépito, casi como si quisiera prever el futuro".
Podemos decir que su cuerpo sufrió en la muerte un proceso natural de momificación y quedó intacto, y las manifestaciones de temblor son exageradas, pero revelan la espontaneidad de una devoción popular hacia esta ilustre clarisa.
Su cuerpo, por una circunstancia fortuita, fue colocado en una urna y conservado en la pequeña iglesia del monasterio, hasta el año 1509, en que fue trasladado a la iglesia de Santa María de los Armenios, luego llamada de la Beata Elena. Y, desde 1810, fue trasladado a la de Santa Sofía, donde permaneció hasta el 23 de mayo de 1958, en que fue devuelto a la iglesia de La Arcella.
El 29 de octubre de 1695, el papa Inocencio XII la inscribió en el Catálogo de los beatos, reconociendo su culto secular, y en 1956 se iniciaron los trámites para su canonización.
La caja de madera de la beata, en la capilla del beato Lucas
Cuando las clarisas de la Arcella se trasladaron en 1509 al monasterio de Santa Elena, y luego al de San Bernardino, se llevaron consigo el cuerpo de la beata. Pero, al ser suprimidos dichos monasterios en el año 1810, ofrecieron su tesoro a la Basílica [de San Antonio]. De modo que, el 20 de mayo, el cuerpo de Elena Enselmini fue llevado a la sacristía del templo antoniano, y allí guardado. Mientras tanto, los presidentes del Arca pidieron al obispo Dondi dell´Orologio que lo dejara en la iglesia, pero el 6 de junio siguiente, "muy airado por la donación de las monjas, y más aún por la sustracción nocturna, había mandado colocar los sellos, ordenando que fuera entregado a la iglesia de Santa Sofía, para ser venerado junto a la beata Beatriz de Este".
La caja que guardó los huesos de Elena hasta el 1810 fue primero colocada en la urna que había sido de san Antonio, debajo del altar del beato Lucas Belludi, y luego, en 1985, en la urna empotrada en la pared.
Presencia de Elena en el arte y en las reliquias
La reliquia de un brazo fue donada a la iglesia de Santa Sofía, mientras que su cuerpo se conserva aún bajo el altar del templo de la Arcella.
Para encontrar un relicario de la beata Elena hay que trasladarse a la sacristía de la Basílica. Firmado por el artista Pinton, es de las primeras décadas del siglo pasado, de tipo arquitectónico, en plata labrada y repujada, cuyo nudo y receptáculo representa la fachada de la iglesia de la Arcella. En lo más alto de la pequeña cúpula preside una estatua de Elena.
Una bella imagen de ella la encontramos en la puerta de bronce norte de la Basílica, llamada "de los beatos Lucas y Elena". Antes era la entrada más utilizada. Fundida en 1904 por el paduano Giuseppe Michieli, la donó el doctor Giovanni Guolo, y una inscripción la recuerda como "virgen paduana".
Entrando en el claustro del Noviciado se puede admirar una bonita pintura de ella, dentro de una monófora, en el lado occidental. Es una reproducción del 1994, de una pintura que realizó el artista de Bérgamo Giuseppe Amadio Riva, en 1923. El actual fue realizado, curiosamente, no en base al bronce original, sino a una copia suya firmada por Giovanni Zabai en 1932. La beata sostiene un lirio y un libro, claro indicio de la pureza de vida llevada por ella, en la secuela de la Palabra del Señor.
En la iglesia de la Arcella hay más recuerdos de Elena. En primer lugar, en la estatua del pequeña hornacina derecha de la fachada, obra de Pedro Bertocco. Luego, en la capilla de los "Santos franciscanos", donde está representada en un lienzo de Pedro Pajetta (1905), y en otras pinturas.
Por: . | Fuente: ACI Prensa
Etimología: Felix = Aquel que es feliz. De la lengua latina.
Algunos escritos de la "Orden de la Santísima Trinidad", afirman que San Félix llevaba el apellido de Valois porque pertenecía a la familia real de Francia, pero en realidad el nombre proviene de la provincia de Valois donde habitó originalmente.
Según se dice, vivió como ermitaño en el bosque de Gandelu, en la diócesis de Soissons, en un pueblo llamado Cerfroid. Tenía el propósito de pasar su vida en la oscuridad pero Dios lo dispuso de otro modo.
En efecto, San Juan de Mata, discípulo de San Félix, le propuso que fundase una orden para el rescate de los cautivos. Aunque el santo tenía ya setenta años, se ofreció a hacer y sufrir cuanto Dios quisiera por un fin tan noble. Así, los dos santos partieron juntos a Roma en el invierno de 1197 para solicitar la aprobación de la Santa Sede.
San Félix propaga la orden en Italia y Francia. En París fundó el convento de San Maturino y cuando San Juan volvió a Roma, San Félix a pesar de su avanzada edad, administró la provinica francesa y la casa madre de la orden en Cerfroid. Ahí murió a los ochenta y seis años de edad en 1212.
Según la tradición de los trinitarios, los dos santos fueron canonizados por el Papa Urbano IV en 1262. Alejandro VII confirmó el culto de los dos fundadores en 1666.
El 4 de noviembre recordamos su ingreso al Reino, y el 20 del mismo mes se celebra su fiesta litúrgica.
Por: . | Fuente: www.bisbatlleida.org
Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.
Era un niño angelical, de carácter suave, humildísimo. Y muy caritativo, no pudiendo sufrir que algún pobre se fuera de su casa sin algo. El dinero que le regalaban lo destinaba a la adquisición de imagencitas, convirtiendo su habitación en pequeña capilla; en la que, por las tardes, convocaba, a toque de campanilla, a sus familiares y las bordadoras del taller de una tía para rezar el rosario y algunas devociones; si alguna bordadora se abstenía, la corregía con gran celo. Organizaba procesiones domésticas. Se pasaba las horas muertas en las iglesias, sobre todo en su parroquia del Carmen. Decía y repetía que ansiaba ser religioso.
A los doce años, igualmente bueno y angelical, por consejo del maestro, tuvo que dejar la escuela para ayudar a su madre viuda, primero de aprendiz en un comercio, luego en la estación del ferrocarril; de todos era querido, a pesar de que frecuentemente llegara tarde al trabajo, pues cuando entraba en una iglesia, no encontraba el momento de salir. Sobre todo en las Semanas santas, no podíamos arrancarlo de la iglesia, dirá su cuñada Carmen. El cielo le deparó la suerte de ingresar de sacristán en las Mercedarias de Lorca; tenía encantadas a las monjas, pero viendo su clara vocación, la hermana Pilar le preparó el ingreso en la Orden. Ya era un hombre maduro, tan delicado que no toleraba frivolidades y niñerías. Un hermano suyo le regaló cincuenta pesetas para que fuera a los toros, mas él se compró una imagen, se lo tomó a mal el donante y, cogiendo la imagen, hizo ademán de estrellarla; el bueno de Lorenzo cayó desmayado, y al recobrar el sentido se puso a gritar: ¡Mi virgen, mi virgen! Jamás había ocasionado el menor disgusto a su madre, se le acomodaba en todo y se conformaba con muy poco en su vestir y comer.
El mismo día que recibió la admisión, el 15 de octubre de 1917, dejaba Lorca para viajar a Poyo, Pontevedra. Las amistades le proveyeron de ropas y viático; su madre, aunque resignada desde antiguo a su vocación, a última hora, llorando le pidió que no se fuera, mas él replicó: que Dios lo llamaba y no podía dejar de seguirle. En Poyo vistió el hábito el 31 de agosto de 1919 de manos del padre Enrique Saco y emitió los votos el 23 de septiembre de 1920. Cursó con notas muy dispares tres años de latín y dos de filosofía. Y en 1923 fue destinado a la viceprovincia de Valencia, recién restaurada.
Su recuerdo en Poyo quedó inolvidable. Como bien lo reviviría el padre Gumersindo Placer, que lo vio llegar joven, guapo, vistiendo galanamente una rica capa española y cubierto con sombrero flexible. Se mostró único por la tenacidad ante las dificultades, por su mimo en cuidar y adornar la capilla del postulantado, por su contagioso fervor mariano, por su conversación viva, por su carácter excelente, severo consigo y bondadoso para los demás. Era poeta, un poeta fácil, íntimo, de expresiones cordiales en que vaciaba sus más profundos sentimientos. Tenía a punto su inspiración para las fiestas, las onomásticas. Gustaba de describir las semanas santas murcianas y lorquinas. Gozaba con las lecturas espirituales, las historias de la Orden. Cuando partió para la vicaría de Valencia, hubo duelo y pesar en el estudiantado de Poyo, dejando una estela de cariño que no se borró con los años. Supo vivir días llenos, mientras los demás nos mirábamos en él. Sufría por el estado en que dejó a su madre y, con deseo de consolarla, le escribió una carta con sangre de sus venas expresándole lo feliz que era en la vida religiosa.
En El Puig hizo la profesión solemne, sin saberse la fecha. En Orihuela fue ordenado presbítero el 18 de diciembre de 1926 por el obispo Francisco Javier Irastorza. Residió en el Colegio del Puig, encargado de los internos, muy querido por ellos pues jugaba con ellos y se comportaba sencilla y suavemente, sin perder nunca la calma. Pasó cinco años en el reformatorio de Menores de Godella, teniendo con los muchachos una gran empatía como buen pedagogo, amigo, sencillo, amado, respetado más por su bondad que por su autoridad. Se mantuvo siempre dócil, muy espiritual, mariano, humilde, casto, amable, paciente, bondadoso, sin maldad. Un místico en su compostura y recogimiento. Mas muy normal, pues en el convento era querido por todos, dirá su hermano José.
La República sacó a los Mercedarios del reformatorio de Godella, sin valorar el trabajo de rehabilitación de los delincuentes menores. Y fue enviado a Mallorca, llegando el 2 de mayo de 1931. El 29 de ese mismo julio se hizo examen, control conventual, de derecho, dogma y moral. El 9 de agosto salió para Barcelona. Mas el 21 de febrero de 1934 tornó, proveniente de Barcelona, predicaría los sermones del jueves santo y de la Soledad y cantaría el Exultet, el 8 de julio iba para Lorca. El 6 de marzo de 1935 fue a pasar tres meses con su madre, en Lorca, el padre Lorenzo Moreno. El 20 de mayo de 1936 el obispo de Cartagena Miguel de Santos prorrogaba para seis meses el permiso de residencia en la diócesis. Ayudaba como vicario primero en la parroquia de San Patricio y capellán del hospital y de las Hermanas de la Caridad, distinguiéndose, decía su párroco por su puntualidad, celo y fervor. Pero su anhelo era regresar al claustro. Le gustaba predicar, y los treinta y ocho sermones conservados, nos dicen de su estilo excesivamente florido y fuertemente afectivo, más adecuados a fomentar la moción de los corazones, que a prestar razones a la mente.
Carmelo Navarro nos recogió los recuerdos de aquellos días. Cómo se reunían cuatro amigos en una farmacia y se edificaban con la palabra del padre Lorenzo, sobre todo de su Orden, cuyo convento añoraba entrañablemente, y la Virgen de la Merced, a la que manifestaba un afecto tierno. Repugnaba hablar de política, y no quería decir si había votado, pues no quería que la gente dijese que los frailes interveníamos en política, que Dios sabía muy bien lo que convenía. Navarro agrega que enemigos personales no podía tener, pues era toda bondad y dulzura, sólo se le podía acusar de ser sacerdote.
Estallando el 18 de julio, se ocultó entre la familia sin perder la serenidad y celebrando en privado la Eucaristía. Los rojos lo tenían localizado, pero por el momento no lo molestaban. Se atrevió a visitar a un mandamás, antiguo amigo, que no lo recibió bien, y le espetó: -lo que tienes que hacer es asociarte al partido y ponerte a trabajar aunque sea en las calles. -Trabajar no me importa –dijo el Fraile- pero asociarme jamás lo haré, porque está el comunismo prohibido por la Iglesia.
Se apercibió que era cuestión de días, pero no se escondió aunque se lo propusiera la familia. Con gran resignación y paciencia, como los mártires, dirá su hermana Antonia. Su estado de ánimo era tal que hacía todo por Dios y vivía sólo para Dios, no se le notó jamás debilidad ni miedo de morir, se dejó llevar como un manso cordero sin ofrecer resistencia añadirá su sobrino Hilario. Sí lamentaba los trastornos que ocasionaba a la familia. Rezaba el breviario y, con los suyos, el rosario. El sacerdote Emilio García asegura que al principio de la revolución tenía gran valor, después viendo que no lo martirizaban se achicó, mas llegada la hora, recuperó un valor extraordinario; asegura que no había honor más grande que el de ser mártir. Una señora, rica y buena, por mediación de Jacinto Monteverde le ofreció su casa en el campo como escondite, lo consultó con la familia, y decidió no aceptar para no dar motivo de habladurías estando solo en casa con una señora. Aquella misma noche, del 3 al 4 de noviembre de 1936, se presentaron en la casa materna cuatro hombres, acababa de acostarse cuando oyó aporrear la puerta de la casa y abrirla violentamente. Los milicianos vienen por ti, hijo de mi corazón, dijo la madre. Presionado por los suyos tenía ya el pie en una ventana para huir, pero se contuvo y se entregó. Empezaron los interrogatorios: -Por qué no te has escondido, le dijeron. –Porque no creo haber cometido ningún delito y porque acordaron los del comité no meterse conmigo, replicó él. Al verlo marchar, su madre se desmayó, quiso volver él, pero no le dejaron. Lo llevaron a pie hasta el cuartel de los milicianos, donde le preguntaron por la custodia de San Mateo, dijo no saber nada y lo soltaron.
Regresaba a su casa, al volver una esquina cayeron sobre él, lo detuvieron. El cabecilla Avelino Navarro le ordenó subir a un automóvil, como a manso cordero, lo llevaron Avelino, Jesús Chuecos (alias El Rondín), José Ayala (El Che) y Miguel Cánovas (El Tempranillo). Partieron hacia la carretera de Caravaca. Llegados al llamado Coto minero, le hicieron bajar, y, para hacerle blasfemar, con ferocidad, le cortaron las orejas, lo acuchillaron, le arrancaron trozos de carne, le machacaron el cerebro a culetazos, le hicieron sentar en el brocal del pozo y realizaron varias descargas de fusil y de pistola sobre él, y, aún vivo, lo arrojaron en el pozo de azufre, siguieron disparando y, cuando se fueron seguían oyéndose los lamentos del ejecutado. Su última palabra fue: ¡viva Cristo rey! Era la noche del 3 al 4 de noviembre. Antes de la masacre había bendecido y perdonado a sus carniceros, contará el chofer, que pondera su serenidad. Hilario anduvo investigando, sin conseguir información pero al día siguiente los rumores le llevaron al Coto minero, allí encontró huellas de asesinato, su boina, acribillada por los disparos, con parte de la masa encefálica y el breviario ensangrentado, que no pensó en recoger.
En aquel mismo lugar fueron asesinados otros cinco hermanos de La Salle y el párroco de San Jaime. Luego de la Guerra se hizo todo lo posible para encontrar los restos de los cinco mártires, pero no se consiguió porque el pozo estaba inundado de agua y de gas.
2. TOMÁS CARBONELL MIQUEL, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 20 Diciembre 1888 en Jijona, Alicante (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Lleida (España)
3. FRANCISCO GARGALLO GASCÓN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 24 Febrero 1872 en Castellote, Teruel (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)
4. MANUEL SANCHO AGUILAR, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 16 Enero 1874 en Castellote, Teruel (España)
martirio: 07 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)
5. MARIANO PINA TURÓN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 13 Atril 1867 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 08 Agosto 1936 en Muniesa, Teruel (España)
6. PEDRO ESTEBAN HERNÁNDEZ, religioso mercedario profeso
nacimiento: 27 Julo 1869 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en "Mas de los Sidricos", Híjar, Teruel (España)
7. ANTONIO LAHOZ GAN, religioso mercedario profeso
nacimiento: 22 Octubre 1858 en Híjar, Teruel (España)
martirio: 01 Septiembre 1936 en "Mas de los Sidricos", Híjar, Teruel (España)
8. JOSÉ TRALLERO LOU, religioso mercedario profeso
nacimiento: 28 Diciembre 1903 en Oliete, Teruel (España)
martirio: 05 Agosto 1936 en "Barranco del Agua", Estercurel, Teruel (España)
9. JAIME CODINA CASELLAS, religioso mercedario profeso
nacimiento: 03 Mayo 1901 en Aguilar de Segarra, Barcelona (España)
martirio: 05 Agosto 1936 en "Barranco del Agua", Estercurel, Teruel (España)
10. JOSEP REÑÉ PRENAFETA, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 15 June 1903 en Lleida (España)
martirio: 16 Agosto 1936 en Barcelona (España)
11. ANTONIO GONZÁLEZ PENÍN, religioso mercedario profeso
nacimiento: 01 Marzo 1864 en San Salvador de Rabal, Celanova, Orense (España)
martirio: 10 Agosto 1936 en Barcelona (España)
12. TOMÁS CAMPO MARÍN, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 23 Enero 1879 en Mahamud, Burgos (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)
13. FRANCESC LLAGOSTERA BONET, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 30 Agosto 1883 en Valls, Tarragona (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)
14. SERAPIO SANZ IRANZO, religioso mercedario profeso
nacimiento: 01 Octubre 1879 en Muniesa, Teruel (España)
martirio: 20 Agosto 1936 en Lleida (España)
15. ENRIC MORANTE CHIC, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 23 Septiembre 1896 en Lleida (España)
martirio: 25 Julio 1936 en Lleida (España)
16. JESÚS EDUARD MASSANET FLAQUER, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 16 Enero1899 en Capdepera, Islas Baleares (España)
martirio: 25 Julo 1936 en Lleida (España)
17. AMANCIO MARÍN MÍNGUEZ, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 26 Marzo 1908 en Celada del Camino, Burgos (España)
martirio: 26 Julo 1936 en Binéfar, Huesca (España)
18. LORENZO MORENO NICOLÁS, sacerdote mercedario profeso
nacimiento: 24 Marzo 1899 en Lorca, Murcia (España)
martirio: 03 Noviembre 1936 en Lorca, Murcia (España)
19. FRANCESC MITJÁ i MITJÁ, religioso mercedario profeso
nacimiento: 26 June 1864 en Arbucias, Girona (España)
martirio: Enero 1937 en Ivorra, Lleida (España)
Por: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Martirologio Romano: En Linares (España), Beaato Manuel Lozano Garrido, laico, escritor y periodista, que desde su silla de ruedas, a la que llegó a causa de una parálisis progresiva, se dedicaba a ser cristiano y testimonio de fe († 1971).
Fecha de beatificación: 12 de junio de 2010 durante el pontificado de S.S. Benedicto XVI.
Breve Biografía
Nació en Linares (Jaén) el 9 de agosto de 1920. En el año 1931 inició sus estudios de Bachillerato e ingresó como socio Junior en el recién creado centro de Jóvenes de Acción Católica. Aquellos años fueron para Lolo algo así como una prolongada vigilia, en la que los tres pilares “piedad, estudio y acción” fueron las armas que le prepararon para la gran prueba. En el Centro de Juventud fe Acción Católica fue incluido en un grupo de futuros dirigentes.
Era consciente del riesgo que suponían en los tiempos azarosos de la guerra civil sus actividades, en especial la distribución de la Eucaristía a los enfermos. El 13 de febrero de 1938 fue encarcelado durante tres meses. Ya antes de terminar la guerra aparecen los síntomas de una enfermedad reumática que le iría impidiendo progresivamente los movimientos.
Tras acabar la guerra retoma sus estudios y su actividad apostólica. En 1939 fue nombrado vicesecretario general de su Centro de Juventud de Acción Católica.
Comienza a colaborar en unas emisiones de radio. El avance lento pero progresivo de su enfermedad no le impidió ejercer una intensa actividad intelectual y literaria: dirigió la revista “cruzada, publicó varios libros (El primero “El sillón de ruedas” en 1961) y artículos.
Era consciente de que su misión era dar testimonio de que sus dolores y sufrimientos podían ser soportables. Escribió sobre su amor a la Virgen, sobre la oración y la Eucaristía. Vivió con gozo la convocatoria del Concilio Vaticano II.
El 3 de noviembre de 1971 entregó su alma a Dios.
Por: . | Fuente: Bibliotheca hagiographica latina
Huberto fue el hijo mayor de Bertrán. Como los nobles merovingios de su tiempo, Huberto practicaba asiduamente la caza. Se trasladó a Metz, donde se casó (682) con Floribana, hija de Dagoberto, Conde de Lovaina. Fue una elección matrimonial conveniente por la importancia de las dos familias. Su hijo Floriberto, como Huberto, llegaría a ser obispo de Lieja.
Huberto partió, luego de sentir el llamado del Señor, hacia Mastrique, donde Lamberto era obispo, y a partir de entonces actuó como su director espiritual. Huberto renunció a su rango y derechos de primogenitura en el Ducado de Aquitania en favor de su hermano Eudo, que fue nombrado tutor de Floriberto, el hijo de Huberto y Floribana. Distribuyó a los pobres su riqueza y estudió órdenes sagradas, para ser consagrado presbítero, asistiendo en la administración de la diócesis de Mastrique-Tongeren a San Lamberto. Siguiendo su consejo, partió en romería hasta Roma el año 708, durante su ausencia fue asesinado su obispo y mentor. La hagiografía de Huberto indica que este asesinato fue revelado al Papa con la indicación de designar a Huberto, sucesor de San Lamberto en la diócesis de Mastrique-Tongeren, como así sucedió.
Como obispo, trasladó la sede de Mastrique a Lieja, enterró a su predecesor en una basílica construida para honrar su memoria en el lugar mismo del asesinato y sentó las bases para hacer de Lieja una gran ciudad. Ësta tiene hoy a San Lamberto como su santo patrón y a San Huberto es contado como su primer obispo. El obispo Huberto destacó por su sencillez y austeridad, por intensidad de sus oraciones y ayunos y su famosa elocuencia. Evangelizó el área de la Ardenas.
Huberto muró en Tervuren, Brabante en 727 o 728 y fue enterrado en Lieja. Sus restos fueron luego exhumados el año 825 y trasladados a la abadía benedictina de Andain, situada en la población que actualmente se llama San Huberto. En los siguientes años hasta el Siglo XVI, en que desaparecieron los restos, su sepulcro fue muy visitado y centro de peregrinación.
El nombre y la protección de San Huberto se tomó por algunas Órdenes Militares en el Sglo XV. Felipe IV de España, rey cazador, tenía a San Huberto como protector.
En algunos sitios se lo festeja el 13 de Marzo