Ártículos Más Recientes

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Cerca de Subiaco, en el Lacio, santa Quelidona o Celidona, virgen, que, como dice la tradición, durante cincuenta y dos años condujo vida solitaria y austera, dedicada únicamente a Dios.

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Una antigua y venerada tradición refiere que la Santísima Virgen María, en carne mortal, se apareció en Zaragoza sobre una columna o pilar, signo visible de su presencia, alentando al apóstol Santiago en su evangelización por tierras españolas. El santuario levantado en ese lugar es uno de los más visitados en el mundo católico. Bajo su patrocinio de inició la evangelización de América el 12 de Octubre del 1492.

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En Anazarbe, de Cilicia, santa Domnina, mártir, que bajo el emperador Diocleciano y el prefecto Licias, después de haber sufrido muchos tormentos, entregó en la cárcel su espíritu a Dios (c. 304).

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En Roma, san Félix IV, papa, que convirtió dos templos paganos del Foro romano en la basílica dedicada a los santos [Cosme] y [Damián], y trabajó mucho en favor de la fe católica.

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Cerca de la fortaleza de Schemaris, en las montañas del Cáucaso, muerte de san Anastasio, presbítero, apocrisario de la Iglesia Romana y compañero en la confesión de la fe católica y en el destierro de san Máximo el Confesor, que entregó su espíritu a Dios mientras pronunciaba en la celebración de la santa Sinaxis: «Lo santo para los santos».

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En la ciudad de Colonia, en la Lotaringia, de Germania, san Bruno, obispo, que siendo hermano del emperador Otón I, recibió conjuntamente el gobierno de Lotaringia y la función episcopal, y llevó a cabo su misión sacerdotal con gran fidelidad, mostrando a la vez su gran magnanimidad como príncipe.

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En Valencia, de España, santo Tomás de Villanueva, obispo, que, siendo religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, aceptó por obediencia el episcopado, sobresaliendo, entre otras virtudes pastorales, por un encendido amor hacia los pobres hasta entregarles todos los bienes, incluida la propia cama.

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En Populonia, de la Toscana, san Cerbonio, obispo, que, tal como cuenta el papa [san Gregorio I Magno], al invadir los lombardos aquella región se refugió a la isla de Elba, dando pruebas de virtud (c. 575).

11:27 p.m.

Por: . | Fuente: ACI Prensa

Religioso Lasallista y Mártir

Martirologio Romano:En la localidad de Turón, en la región española de Asturias, santos mártires Inocencio de la Inmaculada (Manuel) Canoura Arnau, presbítero de la Congregación de la Pasión, y ocho compañeros, de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que, durante la revolución, en odio a la fe fueron asesinados sin juicio previo, alcanzando así la victoria ( 1934)

Integran el grupo: santos Cirilo Bertrán (José) Sanz Tejidor, Marciano José (Filomeno) López López, Victoriano Pío (Claudio) Bernabé Cano, Julián Alfredo (Vilfrido) Fernández Zapico, Benjamín Julián (Vicente) Alonso Andrés, Augusto Andrés (Román) Martín Fernández, Benito de Jesús (Héctor) Valdivielso Sáez y Aniceto Adolfo (Manuel) Seco Gutiérrez.

Héctor Valdivielso Sáez es uno de los ocho católicos que alcanzó la corona del martirio durante la llamada Revolución de Asturias, poco antes de la Guerra Civil Española. Nació en el barrio porteño de Boedo, el 31 de octubre de 1910. El 26 de mayo de 1913 fue bautizado en la antigua iglesia de San Nicolás de Bari, y en 1914 viajó junto a su familia a España, donde se estableció en Briviesca.

A los 24 años de edad, convertido ya en hermano de La Salle fue detenido, junto con sus compañeros, por los marxistas el 5 de octubre de 1934, en la escuela Nuestra Señora de Covadonga, del pequeño pueblo de Turón, a 20 kilómetros de Oviedo, donde enseñaban a hijos de mineros.

Después de permanecer varios días en la "Casa del Pueblo", los siete hermanos lasallanos y el padre pasionista que evangelizaba con ellos, fueron llevados en la madrugada del 9 de octubre hasta el cementerio de Turón, ante cuyas tapias los fusilaron los milicianos, sin acusación ni juicio previo.

En la ceremonia de beatificación, el 29 de abril de 1990, Juan Pablo II dijo que habían sido martirizados por "odium fidei", es decir, por odio a la fe, y que aceptaron cristianamente el sacrificio antes de renunciar a Cristo Jesús.

El historiador Vicente Cárcel Ortí, considerado el más autorizado experto en el estudio de la persecución religiosa sufrida por España entre 1931 y 1939, dice en su obra "Mártires españoles del siglo XX" que los mártires de Turón "no fueron víctimas de una acción bélica, ni de una represión política, sino que murieron a causa de la persecución religiosa desatada dentro de un plan comunista de conquistar a España, como señaló Gregorio Marañón al referirse a la llamada revolución de Asturias de 1934. Luego, a partir de 1936, el plan se aplicó de manera sistemática".

Para la canonización hizo falta comprobar un milagro atribuido a su intercesión, que se produjo el mismo día de la beatificación, el 29 de abril de 1990.

Rafaela Bravo Jirón, una joven nicaragüense de 24 años de edad, se debatía entre la vida y la muerte en el hospital Berta Calderón, de Managua, a consecuencia de un cáncer de útero. Los médicos apenas le daban unas semanas de vida. El esposo de la joven, ex alumno de La Salle, siguiendo el consejo del director del colegio donde había estudiado, rezó dos novenas pidiendo a los mártires que intercedan.

En la noche del 29 de abril, Rafaela sintió unos dolores fortísimos pero al día siguiente estaba totalmente curada. Las comisiones médicas que estudiaron durante años el caso consideran que se trata de una curación para la cual la ciencia no tiene explicaciones.

Rafaela Bravo no tuvo más síntomas ni molestias de ningún tipo desde entonces.

La ceremonia de canonización del beato argentino se realizó en el Vaticano el 21 de noviembre de 1999.

Para ver información del grupo de santos mártires del cual forma parte San Héctor Valdivielso, haz click AQUI

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11:27 p.m.

Por: . | Fuente: Enciclopedia Católica || ACI Prensa

Anglicano Convertido

Martirologio Romano:En Birmigham, Inglaterra, Beato John Henry Newman, presbítero anglicano al que sus estudios de la historia de la fe lo llevaron a reconocer que las raíces del cristianismo están en la Iglesia Católica a la que, luego de su conversión, sirvió como sacerdote y posteriormente como Cardenal. ( 1890)

Fecha de beatificación: 19 de septiembre de 2010 por S.S. Benedicto XVI, fijando su festividad para el 9 de octubre, fecha de su conversión.

Nacido en la Ciudad de Londres, el 21 de febrero de 1801, el mayor de seis hermanos, tres hombres y tres mujeres; murió en Edgbaston, Birmingham, el 11 de agosto de 1890. Han habido ciertas discusiones sobre su ascendencia con respecto a su lado paterno. Su padre fue John Newman, un banquero, su madre Jemima Fourdrinier, de una familia Hugonote establecida en Londres como cinceladores y fabricantes de papel. Se sabe que el apellido se escribió alguna vez "Newmann"; está claro que muchos judíos, ingleses o extranjeros, lo han llevado; y la insinuación era que el cardenal era de ascendencia judía.

Pero no se han encontrado ninguna evidencia documentaria para confirmar tal idea. Su alcurnia francesa es indudable. Recibió de su madre su entrenamiento religioso, un Calvinismo modificado; y probablemente ayudó a la "concisión lúcida" de su verbo cuando trataba de temas abstrusos. Su hermano Francis William, también escritor, pero carente de elegancia literaria, se separó de la Iglesia Inglesa para adherirse al Deísmo; Charles Robert, el segundo hermano, era bastante errático y profesaba el ateísmo. Una de las hermanas, Mary, murió joven; Jemima tiene un lugar en la biografía del cardenal durante la crisis de su carrera anglicana; y estamos en deuda con una hija de Harriet, Anne Mozley, por las "Cartas y Correspondencia" de 1845, que contienen una secuela de la propia mano del Cardenal Newman de la "Apología" Clásica desde el día en que fue completada, la "Apología" será siempre la principal autoridad de los primeros pensamientos de Newman, y de su juicio acerca del gran resurgimiento religioso, conocido como el Movimiento de Oxford, del cual fue el guía, el filósofo y el martir. Su inmensa correspondencia, de la cual la mayor parte permanece sin publicarse, no puede cambiar esencialmente nuestra estima hacia quien, aunque sutil al grado de bordear el refinamiento, fue también impulsivo y abierto con sus amigos, así como enérgico en sus posiciones con el público.

A la edad de siete años, Newman fue enviado a una escuela privada conducida por el doctor Nicolás, en Ealing, en la misma que el padre de Thomas Henry Huxley enseñó matemáticas. Newman se distinguió por su diligencia y buena conducta, como también evidenció cierta timidez y marginación, pues no tomaban parte en los juegos escolares. Él mismo dijo haber sido «muy supersticioso» en estos primeros años. Tomó gran deleite por la lectura de la Biblia, y también por las novelas de Walter Scott, que entonces estaban en curso de publicación. Más tarde leyó algunas obras de escépticos como Paine, Hume, Voltaire y probablemente fue influenciado por sus ideas. A la edad de quince años, durante su último año en la escuela, se «convirtió», un incidente del cual escribió en su Apología que «es más cierto que tener las manos o los pies»". Este incidente que marcó su vida ocurrió durante el otoño de 1816, cuando «cayó bajo la influencia de un determinado credo, y recibió en su intelecto "impresiones de dogma que, a través de la misericordia de Dios, nunca han sido borrados u oscurecidos» (Apología, parte 3). Salvado de la experiencia de una escuela pública, que podía ser muy dura en esa época, disfrutó de la vida escolar. Aparte de sus estudios académicos (en los cuales sobresalió), actuó obras de teatro en latín, tocaba el violín, ganó premios de oratoria y editó publicaciones periódicas, en la cuales escribió artículos en el estilo de Addison.

Su infancia feliz llegó a un abrupto final en marzo de 1816, cuando se dio un colapso financiero sobrevenido por las guerras napoleónicas y el Banco de su padre se vio obligado a cerrar. Su padre intentó sin éxito la gestión de una fábrica de cerveza en Alton, Hampshire, y Newman se quedó en la escuela durante las vacaciones de verano a causa de la crisis familiar. El período comprendido entre principios de agosto, al 21 de diciembre de 1816, Newman siempre lo consideró como el punto de inflexión de su vida. Sólo en la escuela y conmocionado por el desastre familiar, cayó enfermo en agosto. Más tarde llegó a ver esta época como una de las tres grandes enfermedades providenciales de su vida, ya que fue en el otoño de 1816 que tuvo una conversión religiosa bajo la influencia de uno de sus maestros, el Rev. Walter Mayers, quien recientemente se había convertido del calvinismo al evangelismo. Hasta este momento, Newman ha tenido una crianza convencional en un hogar fiel a la Iglesia de Inglaterra, donde se hizo hincapié en la Biblia en lugar de dogmas o sacramentos, y en donde alguna especie de "entusiasmo" evangélico habría sido mal visto.

Su fe se identificó entonces como evangélica y calvinista y llegó a sostener que el Papa era el Anticristo. Fue matriculado el 4 de diciembre de 1816 en el Trinity College, en Oxford, para entrar como residente en junio del año siguiente, y en 1818 obtuvo una beca de £60, por los nueve años siguientes. Pero esta suma habría sido imposible para que permaneciera en la universidad, y en 1819 el banco de su padre suspendió el pago. En ese año se matriculó en el Lincoln´s Inn. La ansiedad por obtener buenos resultados en los examenes finales produjo el resultado opuesto; fracasó y se graduó con apenas honores de tercera clase en 1821. Deseando a permanecer en Oxford, dio clases privadas y aplicó para una beca en Oriel, «el reconocido centro del intelectualismo en Oxford». Para su alivio y alegría fue elegido el 12 de abril de 1822. Edward Bouverie Pusey fue también elegido miembro de la misma sociedad en 1823.

En 1821 había renunciado a la intención de estudiar para abogado, y decidió tomar órdenes, fue ordenado el 13 de junio de 1824; y por sugerencia de Pusey se convirtió en párroco de San Clemente, en Oxford, donde permaneció dos años. Y aquí los puntos de vista en los que había sido educado lo decepcionaron; el Calvinismo no era una llave al fenómeno del ser humano como aparecen en el mundo. Escribió artículos sobre Cicerón, etc., y su primer "Ensayo sobre Milagros" ("Essay on Miracles"), en la que toma una posición estrictamente protestante, buscando perjudicar a aquellos alejados de la Escritura. Bajo la influencia de Richard Whateley, luego Arzobispo Anglicano de Dublín, quien en 1825 lo hizo su vicedirector del St. Mary´s Hall. Whateley lo estimuló a través de discusiones, le enseñó la noción del cristianismo como organismo social y soberano diferente al estado, pero lo condujo en dirección hacia ideas "liberales" y lógica nominalista. Newman contribuyó en tal tema en el libro de Whateley, alguna vez famoso.

De Hawkins, cuyo voto decisivo lo hizo rector de Oriel, Newman obtuvo las doctrinas católicas de la tradición y regeneración bautismal, así como cierta precisión de términos que, mucho después, dieron origen al malentendido de Kingsley de los métodos de Newman al escribir. De otro clérigo de Oxford aprendió a creer en la sucesión apostólica. Y la "Analogía" de Butler, que leyó en 1823, marcó un hito en sus opiniones religiosas. Probablemente no sea mucho decir que su libro profundo se convirtió en la guía de la vida de Newman, y dio origen no solo al "Ensayo en Desarrollo" ("Essay on Development") sino también al "Gramática de Asentimiento" ("Grammar of Assent"). En particular ofreció un conjunto de ética y conciencia de rechazo que confirmaron sus primeras creencias en un dador de leyes y un juez íntimamente presentes en el alma. En otra línea sugería el sistema sacramental, o la "Economía", de que los Alejandrianos Clemente y San Atanasio son exponentes. En resumen, en este período formativo las fuentes de donde Newman derivó sus principios así como sus doctrinas eran anglicanas y griegas, no romanas o germanas. Su calvinismo se derrumbó, al tiempo que se retiró de la Sociedad Bíblica. Estaba creciendo ardientemente anti-erastiano; y Whateley vio los elementos de un nuevo partido en la Iglesia reuniendo al que Oriel había escogido como su promesa intelectual, pero quien Oxford conociera como crítico y antagonista de la "Marcha de Mente" ("March of Mind").

Su universidad en 1828 lo hizo Vicario de St. Mary´s (que era también la iglesia de la universidad), y en su púlpito brindó los "Sermones Parroquiales" ("Parochial Sermons"), sin elocuencia o postura, ya que no tenía ofrendas populares, pero con una maravillosa seriedad y una sabiduría de la naturaleza humana rara vez igualada. Cuando fueron publicados, se dijo que ellos "superan todos los demás sermones fuera del mercado así como las historias de Scott superan cualquier otra historia." No eran discutibles; y la teología católica tendría muy poco que objetarles. Su estilo escarmentado, fertilidad de ilustración, y su corta pero aguda energía, no han perdido nada con el paso de los años. En tono son severos y frecuentemente melancólicos, como la manifestación de un espíritu solitario. Si bien afable e incluso compasivo, el carácter peculiar de Newman incluía una profunda reserva. No tenía su composición -como él mismo afirma- un gramo de alegría. Siempre fue el intelectual de Oxford, no demócrata, receloso de los movimientos populares, pero hábilmente interesado en estudios políticos como sosteniendo las fortunas de la Iglesia. Esta disposición fue intensificada por su amistad con Keble, cuyo "Año Cristiano" ("Christian Year") fue publicado en 1827, y con R. Hurrel Froude, hombre de pensamiento impetuoso y de práctica de auto-negación. En 1832 discutió con Dr. Hawkins, quien no toleraría la idea pastoral que Newman tanto apreciaba de su trabajo universitario. Renuncio a su tutoría, emprendió un largo viaje alrededor del Mediterráneo con Froude, y regresó a Oxford, donde el 14 de julio de 1833, Keble predicó el sermón del tribunal sobre "Apostasía Nacional." Aquél día, el aniversario de la Revolución Francesa, dio origen al Movimiento de Oxford.

El viaje de Newman a las costas del Norte de África, Italia, Grecia Occidental, y Sicilia (Diciembre de 1832 - Julio de 1833) fue un episodio romántico, del que sus diarios han preservado los incidentes y el color. En Roma vio a Wiseman en la Universidad Inglesa; la ciudad, como madre de la religión de su tierra nativa, lo embrujó de tal manera que nunca se olvidó de ella. Se sintió llamado para alguna grande misión; y cuando la fiebre lo atrapó en Leonforte en Sicilia(donde estaba errando solo) gritó, "No debo morir, no he pecado en contra de la luz".

En el Cabo Ortegal, el 11 de diciembre de 1832 había compuesto el primero de una serie de poemas, denso, apasionado, y original que profetizaba que la Iglesia reinaría como en el principio. Encalmado en las Estrecheces de Bonifacio, buscó guía a través de tiernos versos, "Guía, Luz Bondadosa", merecidamente atesorada por todo aquél de raíces Anglo-parlantes. Han sido llamados la canción marchante del huésped tractariano. Pero durante las primeras etapas de aquella travesía no estuvo claro, incluso para el líder mismo en qué dirección se movían --lejos de la revolución ciertamente. La reforma estaba en el aire, diez obispados irlandeses habían sido suprimidos; la separación del estado podía no estar lejos. Había necesidad de resistencia a los enemigos externos, y de una segunda, pero católica, reforma interna. La Iglesia primitiva debía de alguna manera ser restaurada en Inglaterra. Newman empezó las "Tratados para los Tiempos" ("Tracts for the Times").

"Fue poco después de 1830", dice Pattison severamente, "que los tratados desolaron la vida de Oxford". La posición de Newman era designada la Via Media. Newman sostenía que la iglesia inglesa era católica en origen y doctrina, anatematizaba como herejías las peculiares ideas de Calvino o Lutero, pero no se podía más que protestar en contra de las "Corrupciones Romanas", que eran excrecencias de la verdad primitiva. De aquí que Inglaterra defendiera a los Padres, cuya enseñanza estaban en el Libro de Oración; Newman apelaba a la antigüedad, y su norma era la indivisibilidad de la Iglesia. "Charles -decía Newman- es el rey, Laud el prelado, Oxford la ciudad sagrada, de este principio". El estudio patrístico se convirtió en orden del día.

El propio Newman resume así los tres principios básicos de sus ideas religiosas hacia 1833:

"El primero era el principio del dogma. Mi batalla era contra el liberalismo; y por liberalismo entiendo el principio antidogmático y sus consecuencias... Desde los quince años, el dogma ha sido el principio fundamental de mi religión. No conozco otra; no puedo hacerme a la idea de otra especie de religión; la religión como mero sentimiento es para mí un sueño y una burla. Sería como haber amor filial sin la realidad de un padre, o devoción sin la realidad de un ser supremo...

En segundo lugar, yo tenía confianza en la verdad de cierta enseñanza religiosa definida, basada sobre los cimientos del dogma, a saber: que hay una Iglesia visible, con sacramentos y ritos que son los canales de la gracia invisible...

En cuanto al tercer punto,... -mi opinión [negativa] sobre la Iglesia de Roma-..." (Apologia pro vita sua, 42-45).

Newman mantuvo durante toda su vida una firme adhesión a sus dos primeros principios (el dogma y el sistema sacramental). Por el contrario, su tercer principio (la oposición a la Iglesia de Roma) se fue diluyendo gradualmente, hasta que renunció a él completamente en 1845. Al ir recuperando el ciclo completo de las verdades cristianas, Newman dio la impresión de estar difundiendo la doctrina de la Iglesia de Roma. Por eso fue acusado de "papismo", la acusación más nociva que podía formularse en la Inglaterra de esa época. Teniendo esto en cuenta, Newman dedicó tres tracts a la cuestión de la Iglesia romana. En ellos sostuvo que la Iglesia anglicana estaba situada en la Via media entre los reformadores protestantes y los seguidores de Roma, que la única Iglesia visible se había dividido en tres ramas, la griega, la romana y la anglicana, y que la verdad revelada debía hallarse íntegra antes de la división, en la doctrina de la antigüedad. El propio Newman señalaba la grave dificultad de su teoría: Hasta entonces la Via media sólo había existido en el papel, pero nunca había sido puesta en práctica.

Hurrell Froude murió el 28 de febrero de 1836. Newman y Keble publicaron en 1838 los "Retazos de Richard Hurrell Froude", extractos de sus diarios personales y sus cartas. Newman creía que los papeles de Froude mostraban que las opiniones católicas estaban inseparablemente vinculadas con las nociones más elevadas de santificación interior, de una vida y un corazón renovados. El protestantismo inglés se escandalizó y endureció su oposición a los "tractarianos".

En 1839 Newman presintió por primera vez que después de todo la Iglesia de Roma podía tener razón en su controversia con la Iglesia anglicana. Al estudiar las historias de los monofisitas y los donatistas entrevió que la Iglesia de Roma era igual a la Iglesia de los Padres. Sin embargo ese pensamiento se desvaneció y sus antiguas convicciones permanecieron como antes.

En 1840 Newman publicó "La Iglesia de los Padres", compilación de artículos anteriores, en los que intentaba presentar la atmósfera, sentimientos y costumbres de la Iglesia primitiva. De 1838 a 1841 dirigió la revista mensual British Critic y la convirtió en un órgano eficaz del movimiento tractariano.

Entretanto muchos tractarianos comenzaron a inclinarse hacia Roma. Para mantenerlos dentro de la Iglesia anglicana, mostrándoles que era genuinamente católica, Newman escribió el Tract 90. Éste, el último y más famoso de los Tracts for the Times, fue publicado el 27 de febrero de 1841. Su objetivo era demostrar que los "Treinta y nueve artículos" anglicanos podían ser interpretados de modo que fuesen compatibles con la doctrina católica. La reacción protestante fue muy fuerte. En Oxford la junta de directores de colegios condenó a Newman por desleal. Newman fue objeto de mucha maledicencia por parte de los liberales de Oxford y de la tendencia evangélica en general.

Durante el verano de 1841, cuando Newman se encontraba en Littlemore traduciendo los tratados de San Atanasio contra Arrio, la historia de los arrianos se le apareció bajo una nueva luz: Los arrianos eran como los protestantes, los semiarrianos seguían la Via media como los anglicanos y de nuevo Roma era ahora lo que fue entonces. Poco después vino sobre Newman un segundo golpe. Uno tras otro los obispos anglicanos comenzaron a acusarlo y a rechazar el Tract 90; y continuaron haciéndolo durante los siguientes tres años. En octubre de 1841 un tercer golpe sacudió la fe de Newman en la Iglesia anglicana: la creación de un obispado anglicano en Jerusalén, con jurisdicción sobre las congregaciones luteranas y calvinistas. En noviembre de ese año Newman redactó una protesta solemne contra dicha medida y la envió al arzobispo de Canterbury y a su propio obispo.

Newman estaba en su lecho de muerte en lo que respecta a la iglesia anglicana. En 1842 se retiró a Littlemore, y vivió bajo condiciones monásticas con un pequeño grupo de seguidores. Su vida fue de gran austeridad física, a la vez que de ansiedad. A sus discípulos les asignó la tarea de escribir sobre la vida de los santos ingleses, mientras que él escribía “Ensayos sobre el desarrollo de la doctrina cristiana”, y poco a poco fue reconciliándose con el credo y la liturgia de la Iglesia católica romana, gracias a sus estudios sobre la relación de la Iglesia de Inglaterra y la de Roma. En febrero de 1843 publicó un anuncio anónimo en el Diario Conservador de Oxford, una retractación formal de todas las afirmaciones que pronunciara contra Roma. En septiembre predicó su último sermón como anglicano, retirándose de Santa María, en Littlemore.

El 9 de octubre de 1845, durante un período de agitada acción en Oxford, Newman fue recibido en la Iglesia por el padre Domenico Barberi, Pasionista Italiano. El evento, aunque largo en prospecto, irritó y angustió a sus conciudadanos quienes no lo perdonaron sino hasta muchos años después. Se sintió su importancia, se desconocen las causas. De ahí una enajenación que sólo el exquisito candor de la propia delineación de Newman en la "Apología" podría satisfacer completamente.

Su conversión divide una vida de casi noventa años en partes iguales, la primera más dramática y su perspectiva determinada, la segunda hasta aquí la hemos contado imperfectamente, pero pasó un cuarto de siglo "sub luce maligna", bajo sospecha de un lado y otro, sus planes frustrados, sus motivaciones tergiversadas. Llamado por Wiseman a Oscott, cerca de Brimingham, en 1846, viajó en octubre a Roma, y fue ordenado sacerdote por el Cardenal Fransoni. El papa aprobó su esquema para establecer en Inglaterra el Oratorio de San Felipe Neri; en 1847 regresó, y, además de establecer la casa en Londres, tomó un trabajo de misionero en Brimingham. De ahí se mudó a Edgbaston, donde aún permanece la comunidad. En 1859 se añadió una gran escuela. La espaciosa iglesia renacentista, consagrada en 1909, es en conmemoración de los cuarenta años que Newman vivió allí. Luego de sus "Sermones para Diferentes Congregaciones" ("Sermons to Mixed Congregations"), que exceden en vigor e ironía sobre sus propias publicaciones. Siempre se sintió "paucorum hominum, sum", su afabilidad no era para la multitud. Como católico se inició con bastante entusiasmo. Sus "Discursos sobre Dificultades Anglicanas"("Lectures on Anglican Difficulties") fueron oídos en Londres por grandes audiencias; "Pérdida y Ganancia" ("Loss and Gain"), aunque no es una gran historia, tiene muchos comentarios alegres y toques personales; "Callista" recuerda su viaje por el Mediterráneo; el sermón en el sínodo de Oscott titulado "La Segunda Primavera" ("The Second Spring") tiene una extraña y delicada belleza. Se dice que Macaulay lo sabía por el corazón. "Cuando Newman decidió unirse a la Iglesia de Roma" observa R.H.Hutton, "su genialidad floreció con una fuerza y libertad como nunca desplegó en la comunión anglicana." Además, "En ironía, en humor, en elocuencia, en fuerza imaginativa, los escritos posteriores, y como podemos llamarla, porción emancipada de su carrera, excediendo de lejos los escritos de su aprendizaje teológico". Pero la literatura Católica también ganó una voz persuasiva y una clásica dignidad de la que hasta hoy no hay otro ejemplo.

Su propia secesión, precedida por la de Ward (Conflictos internos de la peor clase en Oxford), y seguida por muchos otros, habían alarmado a los ingleses. En octubre de 1850 la instauración de una jerarquía territorial católica en Inglaterra hizo estallar una furiosa agitación protestante contra esa supuesta "agresión papal", por la que el país se dividió en sedes católicas, y un cardenal romano anunció de la Puerta Flaminian su compromiso para gobernar Westminster. La nación se volvió loca por la emoción.

Newman impulsó un plan para que se dieran conferencias a cargo de laicos en las ciudades grandes, en defensa de esa medida eclesiástica. El propio Newman colaboró en Birmingham, escribiendo una de sus mejores obras, las "Conferencias sobre la situación actual de los católicos en Inglaterra". Como consecuencia de esas conferencias, Newman fue demandado por difamación por el ex dominico Giacinto Achilli, quien había cometido delitos de seducción de mujeres y cautivaba a sus auditorios ingleses con relatos de las corrupciones de Roma y las crueldades de la Inquisición. Los jueces y el jurado se dejaron llevar por sus prejuicios protestantes, por lo cual Newman fue declarado culpable de difamación y multado con cien libras. A los ojos del pueblo inglés su prestigio quedó bastante rebajado. Luego de la apelación el veredicto fue anulado; y "The Times" admitió que había habido un error judicial cuando Newman fue declarado culpable. Los católicos de todo el mundo lo apoyaron. Sus agradecimientos se encuentran en la dedicación de sus "Lectures" de Dublin. Pero siempre recordaba que debía ese juicio a la precipitación y descuido de Wiseman.

Aún le esperaban muchas más dificultades. Los años entre 1851 y 1870 le trajeron desastres a una serie de nobles proyectos con los que buscaba servir a la religión y a la cultura. Los obispos irlandeses pidieron a Newman que fundara una universidad católica en Dublín. Era una gran oportunidad para servir a la educación superior del laicado, objetivo de gran importancia para Newman. En 1852 Newman pronunció diez discursos en Dublín sobre la naturaleza y objetivo de la educación universitaria, los cuales fueron publicados como primera parte de su obra "Idea de una universidad". Newman sostenía que apartar la teología de las universidades era menoscabar la plenitud e invalidar el crédito de todo aquello que se enseñaba en ellas. Sin embargo la nueva universidad debía tener autonomía. Su objetivo (la educación liberal) no quedaba modificado por ser católica.

Newman inauguró la universidad el 3 de noviembre de 1854, con un equipo de profesores de primera categoría y un puñado de estudiantes. La desconfianza que el arzobispo de Dublín (Cullen) sentía hacia Newman obstaculizó mucho la labor de este último, quien finalmente renunció al rectorado en noviembre de 1858.

Como escritor de inglés en prosa Newman aparece como la perfecta personificación de Oxford, derivando de Cicerón el arte lúcido y calmado de la exposición, de las tragedias griegas un pensativo refinamiento, de los Padres una preferencia por la enseñanza personal sobre la científica, de Shakespeare, Hooker y aquella vieja escuela el uso del idioma. No quiso aprender el alemán; no conocía a Goethe, ni a Hegel; tomó algunos principios de Coleridge, probablemente indirectamente, y, nunca fue más allá de Aristóteles en sus vistazos generales a la educación. De la estrechez puritana de sus primeros veinte años fue entregado cuando descubrió la Iglesia como algo esencial para el cristianismo. Luego agrandó esa concepción hasta que se convirtió a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Sin embargo no hizo ningún intento por ampliar las bases educativas de Oxford, en 1830, en que mantuvo su posición, a pesar de su continua lectura y estudio. La teología escolástica, excepto en su lado Alejandrino, la mantuvo sin tocarla; no hay nada en ellas en sus "Lectures" o en su "Grammar of Assent". Escribió enérgicamente en contra de la iluminación poco profunda de Brougham; no imprimió ninguna palabra de Darwin, o Huxley, o incluso Colenso.

Lamentó la caída de Döllinger, pero no podía consentir la idea alemana por la cual, como de hecho fue aplicada, el juicio privado de los historiadores rechazaban los dogmas de la Iglesia. Conciencia para él era la revelación interna de Dios, el catolicismo es la revelación externa y objetiva. Esta fuerza de dos dimensiones se la oponía al agnóstico, al racionalista, al simple mundano. Pero parece haber pensado que los hombres son demasiado prematuros para emprender una reconciliación positiva entre fe y ciencia, o quien intentó a través de una vasta síntesis sanar los conflictos modernos con Roma. Le dejó tal obligación a las siguientes generaciones; y, aunque por el principio del desarrollo y la filosofía del asentimiento concreto proporcionando espacio para ello, no contribuyó hacia su cumplimiento en detalle. Probablemente sea recordado como el Obispo Católico Butler, quien extendió la "Analogía"dibujada desde la experiencia de la Iglesia histórica, probando estar de acuerdo con la naturaleza de las cosas, no obstante trascendiendo grandemente con el esquema visible a través de su mensaje, instituciones y propósito, que son igualmente sobrenaturales.

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Por: . | Fuente: EWTM.com

Patriarca del Antiguo Testamento

Martirologio Romano: Conmemoración de san Abraham, patriarca y padre de todos los creyentes, que, llamado por Dios, salió de su patria, la ciudad de Ur de Caldea, y peregrinó por la tierra que Dios había prometido a él y a sus descendientes. Manifestó toda su fe en Dios, esperando contra toda esperanza al no negarse a ofrecer en sacrificio al hijo unigénito, Isaac, que el Señor le había dado, ya anciano, de su esposa Sara.

Etimología: Abraham = Aquel que es padre de muchos pueblos

La historia de Abraham se encuentra en el primer libro de la Biblia, el Libro del Génesis.

Con Abraham fundó Dios en el mundo la verdadera religión.

Vivía en la ciudad de Ur, cerca de los ríos Tigris y Eufrates, cuando Dios le pidió el sacrificio de alejarse de su tierra, que era muy fértil, y de su hermosa ciudad e irse a un país desconocido y desértico, lejos de familiares y amigos. Abraham aceptó este sacrificio, y Dios en pago le prometió que sus descendientes poseerían por siempre aquel país.

Abraham deseaba tener un hijo que prolongara su familia, y Dios permitió que su esposa fuera estéril y que a la edad de 90 años Abraham todavía no lograra tener el hijo que tanto deseaba. Sin embargo Nuestro Señor le prometió que su descendencia sería tan numerosa como las arenas del mar y Abraham creyó a esta promesa de Dios, y esta fe le fue apreciada y recompensada.

Dios se le aparece en forma de viajero peregrino (acompañado de dos ángeles disfrazados también) y Abraham los atiende maravillosamente bien. Dios le promete que dentro de un año tendrá un hijo. Sara la esposa, que está oyendo detrás de una cortina, se ríe de esta promesa, porque le parece imposible ya que ellos dos son muy viejos. Dios manda que al niño le pongan por nombre "Isaac", que significa "el hijo de la sonrisa". Y cuando el jovencito tiene 12 años, Dios pide a Abraham que vaya a un monte y le ofrezca el hijo en sacrificio. Abraham acepta esto que le cuesta muchísimo y cuando ya va a matar a Isaac, un ángel le detiene la mano y oye una voz del cielo que le dice: "He visto cuán grande es tu generosidad. Ahora te prometo que tu descendencia nunca se acabará en el mundo". Y luego ve un venado enredado entre unas matas de espinas y lo ofrece en sacrificio a Dios.

Los enemigos atacaron a la ciudad donde vivía Lot, el sobrino de Abraham, llevándose a todos prisioneros. Entonces el patriarca reunió a sus obreros (318) y atacó por sorpresa a los enemigos y libertó a todos los cautivos. En acción de gracias llevó a Melquisedec, sacerdote de Jerusalén, la décima parte de todo lo que había conseguido. Desde entonces quedó la costumbre de dar para Dios y para los pobres el diezmo, o sea la décima parte de lo que cada uno gana.

Nuestro Señor le comunicó a su amigo Abraham que iba a destruir a Sodoma por que en esa ciudad se cometían pecados de homosexualidad. Abraham le rogó a Dios que no la destruyera si había allí siquiera diez personas buenas. Pero como no las había, cayó una lluvia de fuego y los mató a todos. Solo se salvó Lot, por ser el sobrino de Abraham. Pero la mujer de Lot desobedeció la orden de los ángeles y al salir de la ciudad se puso a mirar hacia atrás y quedó convertida en estatua de sal.

Abraham fue padre de Isaac, del cual nacieron Esaú y Jacob. Los hijos de Jacob se llaman los doce Patriarcas, de los cuales se formó el pueblo de Israel. Dios le cambió el nombre de Abrán, que significa "padre", por el nombre de "Abraham", que significa: padre de muchos pueblos.

La S. Biblia alaba a Abraham porque creyó contra toda esperanza y porque nunca dudó de que Dios sí cumple lo que promete, aunque parezca imposible.

Santo Patriarca Abraham, pídele a Dios que nos conceda una fe tan grande como la tuya, y el perseverar fieles a nuestra religión hasta la muerte.

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Conmemoración de san Abrahán, patriarca y padre de todos los creyentes, que, llamado por Dios, salió de su patria, la ciudad de Ur de Caldea, y peregrinó por la tierra que Dios había prometido a él y a sus descendientes. Manifestó toda su fe en Dios, esperando contra toda esperanza al no negarse a ofrecer en sacrificio al hijo unigénito, Isaac, que el Señor le había dado, ya anciano, de su esposa Sara.

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San Dionisio, obispo, y compañeros, mártires, de los cuales la tradición quiere que el primero, enviado por el Romano Pontífice a la Galia, fuese el primer obispo de París, y que junto con el presbítero Rústico y el diácono Eleuterio, padeciesen en las afueras de la ciudad (s. III).

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San Juan Leonardi, presbítero, que dejó la ciudad de Luca, en la Toscana, donde ejercía como farmacéutico, para llegar a ser sacerdote, y con el fin de enseñar a los niños la doctrina cristiana, restaurar la vida apostólica del clero y propagar la fe cristiana, instituyó la Orden de Clérigos Regulares, más tarde llamados de la Madre de Dios, debiendo sufrir por ello muchas contradicciones. También inició el Colegio de Propaganda Fide, en el que, agotado por los trabajos, descansó piadosamente.

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Por: P. Felipe Santos |

Obispo

Etimológicamente significa “feliz”. Viene de la lengua latina.

En el Diario de Dostoivski encontramos la bella palabra hebrea “Hosanna”. Expresa una alabanza a Dios, un agradecimiento. Todo creyente, empezando por los santos son personas agradecidas.

Félix fue obispo en el siglo IV. Esta preciosa ciudad ha contado a lo largo de su historia con varios obispos santos: Abundio, Ermágora y Amancio.

Pero entre todos ellos, Félix sobresalió porque llegó a muy anciano y porque fue el primer obispo de este sitio encantador.

Cada año se le recuerda el 18 de octubre. El Martirologio romano coloca su fiesta tal día como hoy.

Le tocó vivir en la mitad del siglo IV. La fecha de su muerte acaeció en el año 390.

Cuando fue elegido obispo de cómo, los paganos acampaban a sus anchas. Eran mayoría absoluta.

Desde que él entró a hacerse cargo de esta pequeña diócesis, todo fue cambiando lentamente pero con firmeza.

La comunidad cristiana constituyó para muchos paganos una forma excelente de vivir la fe en el Dios que proclamaban y al que oraban varias al día.

Las ceremonias religiosas, sus cantos, su participación en la Eucaristía dejaba atónitos a los paganos.

Su nombramiento como obispo provenía del gran san Ambrosio de Milán.

Dice este santo milanés que Félix trabajaba tanto que ni siquiera tuvo tiempo para escribirle una carta. Toda su vida fue una pura alabanza a Dios.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com

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