Ártículos Más Recientes

9:44 p.m.

[unable to retrieve full-text content]

En Tarragona, de la corona de Aragón, en España, beato Pedro Armengol (Pere Ermengol), que, siendo jefe de bandoleros, se convirtió a Dios y entró en la Orden de la Virgen María de la [Merced], dedicando su vida a rescatar cautivos en África.

9:44 p.m.

[unable to retrieve full-text content]

En Luca, de la Toscana, santa Zita, virgen, la cual, nacida de hogar humilde, a los doce años entró a servir a la familia de los Fatinelli, perseverando hasta la muerte con admirable paciencia en este servicio doméstico.

9:44 p.m.

[unable to retrieve full-text content]

La "Mare de Déu de Montserrat" es la virgen negra patrona de Cataluña, por cuyo santuario han pasado muchísimos santos, entre ellos San Ignacio de Loyola, San Pedro Nolasco, San Antonio María Claret...

6:54 p.m.

[unable to retrieve full-text content]

En Roma, conmemoración de san Cleto (Anacleto), papa, que fue el segundo que rigió la Iglesia Romana después de [san Pedro].

6:01 p.m.

[unable to retrieve full-text content]

Fiesta de san Marcos, evangelista, que en primer lugar siguió a san Pablo, en Jerusalén, en el trabajo apostólico, y más adelante siguió los pasos de san Pedro, que lo llama su hijo. Se dice que su evangelio recogió la catequesis de Pedro a los romanos y que fue el que instituyó la Iglesia de Alejandría (s. I).

6:01 p.m.

[unable to retrieve full-text content]

Conmemoración de san Aniano, obispo de Alejandría, en Egipto, que, como narra Eusebio, desde el octavo año de Nerón fue el primer sucesor de san Marcos en el episcopado de esa ciudad, que gobernó durante veintidós años, y que fue un hombre de Dios y admirable en su comportamiento.

11:13 p.m.

Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net

Discípula de Jesús
Tía de Nuestro Señor Jesucristo
Madre de Judas Tadeo, Santiago el Menor, Simón y José

Martirologio Romano: En Jerusalén, conmemoración de las santas mujeres María de Cleofás y Salomé, que, junto con María Magdalena, muy de mañana del día de Pascua se dirigieron al sepulcro del Señor para ungir su cuerpo y recibieron el primer anuncio de la Resurrección ( s. I).

Etimológicamente: María = Aquella señora bella que nos guía, es de origen hebreo.

Breve Biografía

En los grandiosos acontecimientos de la Redención, durante el dramático epílogo sobre el Calvario, un coro silencioso y triste de “piadosas mujeres” espera un poco lejos que todo se haya terminado: “Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, la hermana de su madre, María de Cleofás y María de Magdala” dice el evangelista san Juan. Era el grupo de las que “lo seguían desde cuando estaba en Galilea para servirlo, y muchas otras que habían venido de Jerusalén junto con él”.

Entre las espectadoras se encuentra, pues, la santa que hoy se venera, cuya continua y vigilante presencia cerca del Salvador le ha merecido un puesto particular en la devoción de los cristianos, más que su parentela con la Santísima Virgen y san José.

A María de Cleofás –así llamada por el marido Clopa o Cleofás— comunmente se le considera la madre de los “hermanos del Señor” Santiago el Menor, apóstol y obispo de Jerusalén, y José. El historiador palestino Hegesipo dice que Cleofás era hermano de san José y padre de Judas Tadeo y de Simón. Este último fue elegido para suceder a Santiago el Menor en la sede episcopal de Jerusalén.

La identificación de Alfeo con Cleofás llevó a algunos exegetas a considerar a María de Cleofás cuñada de la Virgen María, y madre de tres apóstoles. Cleofás (Alfeo) es, además, uno de los discípulos que el día de la resurrección de Jesús, mientras iban hacia Emaús, fueron alcanzados por Jesús a quien reconocieron en la “fracción del pan”. Mientras el esposo se alejaba de Jerusalén, con el corazón lleno de melancolía y desilusión, la esposa María de Cleofás, siguiendo el impulso de su corazón, iba de prisa a la tumba del Redentor para rendirle el extremo homenaje de la unción ritual con varios ungüentos. En efecto, el viernes por la tarde se había quedado atrás con María Magdalena para ver “en dónde lo dejaban”. Dice el evangelista Marcos: “María la Magdalena y María, la madre de Santiago el menor y de José miraban dónde lo ponían”.

Pasado el sábado, muy de mañana, mientras el marido regresaba a casa, María de Cleofás y las otras compañeras “compraron perfumes y fueron a hacerle las unciones”; pero el ángel les anunció: “No está aquí, ha resucitado”. A las piadosas mujeres, que fueron al sepulcro con sus ungüentos y con su dolor, les correspondió el privilegio de conocer las primeras la noticia de la resurrección: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?”. “Si Cristo no resucitó -dirá San Pablo- nuestra fe no vale nada y nosotros seríamos unos mentirosos… Pero Cristo resucitó y es la primicia de los otros que ahora duermen y resucitarán”. Esta alegre noticia se la llevaron a los “Doce y a todos los otros” unas pocas mujeres, entre ellas María de Cleofás.

Sugerimos leer el Artículo Los hermanos de Jesús.

Let's block ads! (Why?)

11:13 p.m. ,

Por: P. Felipe Santos |

Santa del Nuevo Testamento

Martirologio Romano: En Jerusalén, conmemoración de las santas mujeres María de Cleofás y Salomé, que junto con María Magdalena, al amanecer del día de Pascua, se dirigieron al sepulcro del Señor para ungir su cuerpo y allí recibieron el primer anuncio de la Resurrección. ( s.I)

Etimológicamente: Salomé = Paz, viene de la lengua hebrea

Breve Biografía

Un cristiano que pone su confianza en el hombre, no llega a ningún puerto con seguridad y mucho menos al corazón de Dios, el primero al que debemos amar y el primero en el que hay que confiar.

Salomé fue una cristiana de las primeras que se sintió fascinada por la revolución que trajo Cristo al mundo. Pertenece al siglo I.

Era la esposa del Zebedeo, uno de los marineros más conocidos de Betsaida, Israel.

Era también la madre de dos de los primeros discípulos que el Señor eligió para el ministerio, Santiago y Juan.

Esta mujer no se contentaba con admirar a Jesús simplemente. Se mojó en todo el sentido pleno de la palabra.

Lo seguía por todas partes y, además, prestaba un servicio estimable a todos los seguidores de Cristo el Señor.

Ella, como toda madre, quería que sus dos hijos estuvieran uno a la derecha y otro a la izquierda de Jesús.

No había comprendido todavía nada del reino que Jesús vino a predicar e implantar en la tierra.

Ella soñaba con un Mesías poderosos, aguerrido y triunfador. Después se daría cuenta de todo lo contrario.

En el día de la Pasión, ella estaba al pie mismo de la Cruz.

Igualmente, lo poco que tuviera de dinero, lo empleó para comprar aromas para embalsamar el cuerpo de Jesús.

Fue también la mujer que se quedó impactada cuando el domingo de Resurrección, al ir a la tumba, la encontró vacía.

En el alba de la preciosa mañana en que Cristo resucitó, tuvo la suerte de ver mucho antes que otros que lo que había dicho el Señor se había cumplido tal y como lo dijo.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

Let's block ads! (Why?)

11:13 p.m.

Por: . | Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01

Obispo

Martirologio Romano: En York, en Northumbria, san Wilfrido, obispo, que, después de trabajar con todo esmero, fue obligado a abandonar su sede y murió entre los monjes de Ripon, de quienes fue abad durante un tiempo ( 709).

Etimológicamente: Wilfirdo = Aquel que sale victorioso, es de origen germánico.

Breve Biografía

San Wilfrido, obispo de York, se distinguió por su celo en defender en Inglaterra los usos romanos. Ofreció asilo al piadoso Dagoberto II, hijo de San Sigeberto, rey de Austrasia, destronado por el mayordomo de palacio Grimoaldo. Encargóse de la educación del joven príncipe; y éste, vuelto a su reino, recibió con grandes honores al santo obispo, obligado a su vez a abandonar su patria como consecuencia de las vejaciones del rey Egfrido. De allí, San Wilfrido fue a Roma a reclamar la protección del Papa, y volvió a Inglaterra, donde Egfrido lo hizo encarcelar. Recuperada la libertad, pero no pudiendo obtener la ejecución del juicio del Papa, se fue a Sussex a predicar el Evangelio. Fue puesto entonces en posesión de la diócesis de Hexham, retomó el gobierno de los monasterios que había fundado y murió visitándolos, en el año 709, a la edad de 75 años.
 

Let's block ads! (Why?)

7:30 p.m.

[unable to retrieve full-text content]

San Fidel de Sigmaringen, presbítero y mártir, el cual, siendo abogado, decidió entrar en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, llevando una vida observante de vigilias y oraciones. Asiduo en la predicación de la Palabra de Dios, fue enviado a la región de Recia para consolidar la verdadera doctrina, y en Sevis, de Suiza, fue martirizado por los herejes calvinistas a causa de la fe católica.

7:30 p.m.

[unable to retrieve full-text content]

En Lyon, en la Galia, san Alejandro, mártir, que tres días después de la pasión de [san Epipodio] fue sacado de la cárcel, azotado y clavado en una cruz hasta expirar.

7:30 p.m.

[unable to retrieve full-text content]

En Nicomedia, en Bitinia, san Antimo, obispo, y compañeros, mártires en la persecución bajo el emperador Diocleciano. Antimio, por confesar a Cristo, recibió la gloria del martirio al ser decapitado, y de la multitud de sus compañeros, unos fueron degollados, otros quemados vivos, otros abandonado en alta mar sobre naves, según dispuso el juez.

11:14 p.m.

Fundadora de la Congregación
de Carmelitas de Santa Teresa

Martirologio Romano: En Campo Bisenzio, de la Toscana, en Italia, beata Teresa María de la Cruz Menetti, virgen, fundadora de la Congregación de Carmelitas de Santa Teresa ( 1910).

Etimológicamente: Teresa = Aquella que es experta en la caza, es de origen griego.

Breve Biografía

Teresa Adelaida Cesina Manetti nació de humilde familia en San Martino a Campo Bisenzio (Florencia-Italia), el 2 de Marzo de 1846.

Familiarmente le llamaban todos "Bettina". Quedó huérfana de padre muy pronto y conoció lo dura que era la vida. A pesar de ello, ayudaba a los pobres privándose hasta de lo más necesario.

En 1872, junto con otras compañeras, se retiró a una casita de campo y allí "oraban, trabajaban y reunían a algunas lóvenes para educarlas con buenas lecturas y enseñarles la doc frina cristiana".

El 16 de Julio de 1876 fueron admitidas a la tercera Orden del Carmen Teresiano y cambió su nombre por el de Teresa María de la Cruz.

El 1877 recibió las primeras huérfanas, cuyo número fue creciendo día a día. Aquellas niñas abandonadas "eran su mejor tesoro".

El 12 de julio de 1888 las 27 primeras religiosas vistieron el hábito de la Orden de Carmen Descalzo, a la que se habían agregado el 12 de junio de 1885.

El 27 de febrero de 1904 el papa Pío X aprobaba el Instituto con el nombre de "Terciarias carmelitas de Santa Teresa".

Madre Teresa Maria vio con gran alegría extenderse el Instituto hasta Siria y el Monte Carmelo de Palestina.

Gozó siempre de muy poca salud y también su espíritu fue duramente probado, por ello le cuadraba muy bien su sobrenombre "de la cruz". Recorrió valientemente su "calvario", y con frecuencia, decía: "Tritúrame, Señor, exprímeme hasta al última gota".

Su caridad no tenía Iímites.Se entregaba a todos y en todo, olvidándose siempre de sí misma.EI obispo Andrés Casullo. que la conocía bien a fondo,atirmaba de ella: "Se desvivía por hacer el bien".

Después de pasar por noches oscurísimas de su alma, preparada por la gracia, le llegó la muerte en su mismo pueblo natal el 3 de abril de 1910, mientras repetía una vez mas. "Oh Jesús mío, sí quiero padecer más..." Y murmuraba extática: "¡Está abierto!... ya voy".

Sus escritos, sencillos y profundos a la vez, fueron aprobados el 27 de noviembre 1937.

El papa Juan Pablo II la beatificaba el 19 de octubre de 1986.


 

Let's block ads! (Why?)

11:14 p.m.

Obispo y Mártir

Martirologio Romano: San Adalberto (Vojtech), obispo de Praga y mártir, que aguantó dificultades en bien de aquella iglesia y por Cristo llevó a cabo muchos viajes, trabajando para extirpar costumbres paganas, pero al ver el poco resultado obtenido, se dirigió a Roma donde se hizo monje, pero finalmente, vuelto a Polonia e intentando atraer a la fe a los prusianos, en la aldea de Tenkitten, junto al golfo de Gdansk, fue asesinado por unos paganos (997).

Etimológicamente: Adalberto=Aquel que brilla por la nobleza de su espíritu, es de origen germánico.


(959-997)

Aún era niño, cuando una enfermedad, que lo puso a las puertas de la muerte, le hizo ver la seriedad de la vida. El problema de su salvación se le presentaba con una insistencia alarmante, y ante él parecíanle verdaderas naderías la belleza angélica de su cuerpo, de todo el mundo alabada; la nobleza de su familia, una de las más poderosas de Bohemia, y la gloria de su saber, que acumulara al lado del obispo de Magdeburgo, Adalberto. Este obispo le dio su nombre; antes se llamaba Woytiez. Tendría algo más de veinte años cuando asistió a la muerte de Diethmaro arzobispo de Praga. Diethmaro había sido uno de aquellos pastores mundanos que tanto abundaron en aquella época. Al llegar su última hora, el aguijón de la conciencia le atormentaba sin piedad. "¡Mísero de mí-exclamaba- cómo he perdido mis días, cómo me ha engañado el mundo prometiéndome larga vida, riquezas y placeres!" Así hablaba en medio de los estertores de la agonía, con la voz ronca y entrecortada, con los ojos extraviados y convulsos los rasgos de su rostro. Cuando murió, parecía sumido en el abismo de la desesperación.

El joven Adalberto salió de la estancia transformado. La sacudida que aquel espectáculo causó en su sensibilidad eslava fue tal, que desde entonces las palabras del moribundo parecían resonar constantemente en sus oídos. La vida se le presentó con los más negros colores, y en sus ojos claros empezó a dibujarse una trágica inquietud. Inmediatamente dejó su túnica de seda, se vistió de un saco grosero, se echó ceniza en la cabeza y empezó a caminar de iglesia en iglesia, postrándose ante las reliquias de los santos, y de hospital en hospital, visitando a los enfermos. En esta forma lo encontraron cuando lo sentaron en la silla episcopal de Praga. Sólo esto le faltaba para hacer de su vida un tormento insoportable. La idea del juicio de Dios le atenazaba el alma. "Es fácil-decía-llevar una mitra de seda y un báculo de oro; lo grave es tener que dar cuenta de un obispado al terrible Juez de vivos y muertos."

Vivía triste y como dominado por una impresión de terror. Diríase que pendía sobre su cabeza el filo de una espada. Y efectivamente, algo más aterrador que una espada de fuego le abrumaba sin cesar: era la duda pavorosa de si llegaría a salvarse. El enigma sombrío le estremecía, le atormentaba y consumía sus carnes. Cuentan que jamás se le vio reír. A los que le preguntaban por qué teniendo un obispado tan rico, que le hacía uno de los más poderosos príncipes del Imperio, no reservaba algunas rentas para los lícitos placeres, contestaba él con una lógica inquietante: "¿No os parece una locura hacer piruetas al borde de un abismo?" No deja de causarnos extrañeza, después de haber sido predicada la suavidad del Evangelio, esta atmósfera de terror en que vive uno de sus más puntuales seguidores; pero Dios tiene muchas vías para llevar al Cielo a sus escogidos, y en el siglo X, tan disoluto y gangrenado por el crimen, convenía la aparición de esta figura ejemplar. Entonces alcanzó toda su realidad aquella palabra de Cristo: "El mundo se alegrará y vosotros os contristaréis."

Pero el mundo, que perdona fácilmente su virtud a algunos santos, porque la juzga más suave, más humana, más condescendiente, guarda un odio irreconciliable para aquellos que directamente, con sus palabras o con su conducta, se oponen a sus alegrías insensatas. Y Adalberto era, en su vida y en sus palabras, lo que era en su rostro. Sus súbditos yacían en la barbarie, sin más que el nombre de cristianos, y él tenía un temple incapaz de ceder. Predicaba, reprendía, excomulgaba, y la gente no veía más que la dureza de su palabra; no veía que todas las rentas de sus tierras se las llevaban los mendigos y los enfermos. Su rigidez de acero se estrelló contra el salvajismo del pueblo. Tres veces dejó su episcopado por juzgar inútil su labor, y otras tantas lo volvió a tomar por consejo de los Sumos Pontífices. En uno de estos intervalos vistió la cogulla benedictina en el monasterio de San Bonifacio, de Roma. Disfrazado con la máscara de la humildad y de la sencillez, nadie adivinó en el nuevo monje la luz de Bohemia. Vivió desconocido durante cinco años, como el último de los monjes, sirviendo, cuando le tocaba, a la mesa conventual, y sufriendo las sanciones regulares y las advertencias de los hermanos, porque, como no estaba acostumbrado a aquellos menesteres, rompía con frecuencia las copas y los platos.

Cuando, por última vez, se dirigía a su diócesis, los de Praga le enviaron una embajada diciéndole irónicamente: "Nosotros somos pecadores, gente de iniquidad, pueblo de dura cerviz; tú, un santo, un amigo de Dios, un verdadero israelita que no podrá sufrir la compañía de los malvados." Adalberto comprendió, se dio cuenta de que serían inútiles todos sus esfuerzos, y se encaminó a predicar el Evangelio en Prusia. A la severidad de su palabra añadió Dios el atractivo de la gracia. Ya antes, su predicación había convertido a muchos paganos en Polonia, y el rey de Hungría, San Esteban, había recibido de su boca la enseñanza de la fe. En Prusia, su apostolado tuvo una fecundidad asombrosa. Todos los habitantes de Dantzig recibieron el bautismo de sus manos. Para atraerlos más fácilmente se vistió como las gentes de aquella tierra, adoptó su manera de vivir y aprendió su lengua. "Haciéndonos semejantes a ellos-decía-, cohabitando en sus mismas casas, asistiendo a sus banquetes, ganando el sustento con nuestras manos y dejando crecer, como ellos, nuestra barba y nuestra cabellera, los ganaremos mejor para Cristo."

Los infieles se alarmaron y le persiguieron de pueblo en pueblo. Sitiado en una casa por una tribu de salvajes, les decía desde la puerta: "Yo soy el monje Adalberto, vuestro apóstol. Por vosotros he venido aquí, para que dejéis esos ídolos mudos y conozcáis a vuestro Creador, y creyendo en Él tengáis la verdadera vida." Nadie se atrevió a tocarle entonces; pero algo más tarde un sacerdote de los ídolos le atravesó con una lanza mientras rezaba el breviario. Adalberto pudo sostenerse un instante de rodillas para orar por sus asesinos. Al caer exánime, una sonrisa de felicidad se posaba por primera vez en sus labios. Su alma, inundada de gloria, volaba hacia Dios, descifrado ya el capital enigma que tantas veces le ensombreciera. Habíase cumplido la promesa del Salvador: "Vuestra tristeza se convertirá en gozo, y vuestro gozo nadie os lo podrá arrebatar."

Let's block ads! (Why?)

Hermanos Franciscanos

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.