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Por: . | Fuente: OpusDei.org.ec

Obispo y Prelado
de la Prelatura Personal de la Santa Cruz
y del Opus Dei

Martirologio Romano: En Roma, Italia, beato Álvaro del Portillo y Diez de Sollano, español, obispo y prelado de la Prelatura Personal de la Santa Cruz y del Opus Dei. ( 1994)
Hijo de Clementina Diez de Sollano (mexicana) y de Ramón del Portillo y Pardo (español), Álvaro del Portillo nació en Madrid el 11 de marzo de 1914. Era el tercero de ocho hermanos.

Después de cursar el bachillerato en el Colegio El Pilar (Madrid), ingresó en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, en la que terminó sus estudios en 1941. Posteriormente trabajó en diversas entidades oficiales con competencia en materia hidrográfica. A la vez, estudió Filosofía y Letras (Sección de Historia) y se doctoró en 1944 con la tesis Descubrimientos y exploraciones en las costas de California.

En 1935 se incorporó al Opus Dei, institución de la Iglesia Católica que había sido fundada siete años antes por san Josemaría Escrivá de Balaguer. Recibió directamente del fundador la formación y el espíritu propios de aquel nuevo camino en la Iglesia. Desarrolló una amplia labor de evangelización entre sus compañeros de estudio y trabajo, y desde 1939 realizó numerosos viajes apostólicos por diferentes ciudades de España.

El 25 de junio de 1944 fue ordenado sacerdote por el obispo de Madrid, Mons. Leopoldo Eijo y Garay, junto con José María Hernández Garnica y José Luis Múzquiz: son los tres primeros sacerdotes del Opus Dei, después del fundador.

En 1946 se trasladó a Roma, pocos meses antes de que fijara allí su residencia san Josemaría, con el que convivió también en los años siguientes. Se trata de un periodo crucial para el Opus Dei, que recibe entonces las primeras aprobaciones jurídicas de la Santa Sede. Para Mons. del Portillo empieza también una época decisiva en la que, entre otras cosas, realizará —con su actividad intelectual junto a san Josemaría y con su trabajo en la Santa Sede— una honda reflexión sobre el papel y la responsabilidad de los fieles laicos en la misión de la Iglesia, a través del trabajo profesional y las relaciones sociales y familiares. “En un hospital —escribirá años más tarde, para ejemplificar esta realidad— la Iglesia no está solo presente por el capellán: también actúa a través de los fieles que, como médicos o enfermeros, procuran prestar un buen servicio profesional y una delicada atención humana a los pacientes; en un barrio, el templo será siempre un punto de referencia indispensable: pero el único modo de llegar a los que no lo frecuentan será a través de otras familias”.

Entre 1947 y 1950 empujó la expansión apostólica del Opus Dei en Roma, Milán, Nápoles, Palermo y otras ciudades italianas. Promovió actividades de formación cristiana y atendió sacerdotalmente a numerosas personas. De la huella que su labor ha dejado en Italia hablan hoy las numerosas calles y plazas que se le han dedicado en distintos núcleos urbanos del país.

El 29 de junio de 1948, el fundador del Opus Dei erigió en Roma el Collegio Romano della Santa Croce, centro internacional de formación del que Álvaro del Portillo fue primer rector y en el que enseñó teología moral (1948-1953). En ese mismo año (1948) obtuvo el doctorado en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Santo Tomás.

Durante sus años en Roma, los diversos Papas que se suceden (desde Pío XII hasta Juan Pablo II) le llamaron a desempeñar numerosos encargos, como miembro o consultor de 13 organismos de la Santa Sede.

Participó activamente en el Concilio Vaticano II. Juan XXIII le nombró consultor de la Sagrada Congregación del Concilio (1959-66). En las etapas previas al Vaticano II, fue presidente de la Comisión para el Laicado. Ya en el curso del Concilio (1962-65) fue secretario de la Comisión sobre la Disciplina del Clero y del Pueblo Cristiano. Terminado este evento eclesial, Pablo VI le nombró consultor de la Comisión postconciliar sobre los Obispos y el Régimen de las Diócesis (1966). Fue también, durante muchos años, consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

La vida de Álvaro del Portillo está estrechamente unida a la del fundador. Permaneció siempre a su lado hasta el mismo momento de su muerte, el 26 de junio de 1975, colaborando con san Josemaría en las tareas de evangelización y de gobierno pastoral. Con él viajó a numerosos países para disponer y orientar los diversos apostolados del Opus Dei. “Al advertir su presencia amable y discreta al lado de la dinámica figura de Mons. Escrivá, me venía al pensamiento la modestia de san José”, escribirá a su muerte un agustino irlandés, el Padre John O´Connor.

El 15 de septiembre de 1975, en el congreso general convocado tras el fallecimiento del fundador, don Álvaro del Portillo fue elegido para sucederle al frente del Opus Dei. El 28 de noviembre de 1982, cuando el beato Juan Pablo II erigió el Opus Dei en prelatura personal, le designó Prelado de la nueva prelatura. Ocho años después, el 7 de diciembre de 1990, le nombró obispo y, el 6 de enero de 1991, le confirió la ordenación episcopal en la basílica de San Pedro.

A lo largo de los años en que estuvo al frente del Opus Dei, Mons. Álvaro del Portillo promovió el comienzo de la actividad de la prelatura en 20 nuevos países. En sus viajes pastorales, que le llevaron a los cinco continentes, habló a miles de personas de amor a la Iglesia y al Papa, y predicó con persuasiva simpatía el mensaje cristiano de san Josemaría acerca de la santidad en la vida ordinaria.

Como Prelado del Opus Dei, Mons. Álvaro del Portillo estimuló la puesta en marcha de numerosas iniciativas sociales y educativas. El Centre Hospitalier Monkole (Kinshasa, Congo), el Center for Industrial Technology and Enterprise (CITE, en Cebú, Filipinas) y la Niger Foundation (Enugu, Nigeria) son ejemplos de instituciones de desarrollo social llevadas a cabo por fieles del Opus Dei, junto a otras personas, bajo el impulso directo de monseñor del Portillo.

Asimismo, la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (desde 1985) y el seminario internacional Sedes Sapientiae (desde 1990), ambos en Roma, así como el Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa (Pamplona, España), han formado para las diócesis a miles de candidatos al sacerdocio enviados por obispos de todo el mundo. Son una muestra de la preocupación de monseñor del Portillo por el papel del sacerdote en el mundo actual, tema al que dedicó buena parte de sus energías, como se puso de manifiesto en los años del Concilio Vaticano II. “El sacerdocio no es una carrera —escribió en 1986— sino una entrega generosa, plena, sin cálculos ni limitaciones, para ser sembradores de paz y de alegría en el mundo, y para abrir las puertas del Cielo a quienes se beneficien de ese servicio y ministerio”.

Mons. Álvaro del Portillo falleció en Roma en la madrugada del 23 de marzo de 1994, pocas horas después de regresar de una peregrinación a Tierra Santa. La víspera, el 22 de marzo, había celebrado su última misa en la iglesia del Cenáculo de Jerusalén.

Álvaro del Portillo es autor de publicaciones sobre materias teológicas, canónicas y pastorales: Fieles y laicos en la Iglesia (1969), Escritos sobre el sacerdocio (1970) y numerosos textos dispersos, gran parte de ellos recogidos póstumamente en el volumen Rendere amabile la Verità. Raccolta di scritti di Mons. Álvaro del Portillo, publicado en 1995 por la Libreria Editrice Vaticana. En 1992 se publicó el volumen Intervista sul Fondatore dell´Opus Dei, fruto de sus conversaciones con el periodista italiano Cesare Cavalleri, sobre la figura de san Josemaría Escrivá, que ha sido traducido a varias lenguas.

Tras su muerte en 1994, miles de personas han testimoniado por escrito su recuerdo de monseñor Álvaro del Portillo: su bondad, el calor de su sonrisa, su humildad, su audacia sobrenatural, la paz interior que su palabra les comunicaba.

El milagro de la beatificación

La Santa Sede reconoció como milagrosa la recuperación del niño José Ignacio Ureta Wilson tras un paro cardíaco de más de media hora, acaecido el 2 de agosto de 2003.

José Ignacio nació el 10 de julio de 2003 en Santiago de Chile con un cuadro clínico grave, en el que destacaban un onfalocele –una hernia a nivel umbilical que contenía el hígado y otras vísceras abdominales– y una “tetralogía de Fallot” (una combinación de cuatro defectos cardíacos que comporta la mezcla de sangre oxigenada con la que no lleva oxígeno).

Dos días después del nacimiento, fue operado del onfalocele. Durante la intervención quirúrgica tuvo un primer paro cardíaco por hipotermia. Entre el 19 y el 25 de julio tuvo tres crisis anoxémicas (falta de oxígeno en la sangre): una el 19, por retracción o atelectasia del pulmón izquierdo; y dos el 25, por un problema idéntico en parte del pulmón derecho. Estos eventos tuvieron consecuencias graves en la región cerebral: una ecografía del 28 de julio muestra lesiones hipóxico-isquémicas (es decir, falta de oxigenación por circulación sanguínea insuficiente) en el cerebro. Al cabo de poco, el cuadro empeoró: en la noche del 29 al 30 de julio, José Ignacio tuvo una crisis epiléptica.

Los médicos decidieron entonces realizar una intervención cardio-quirúrgica paliativa que consistía en aplicarle el llamado “shunt de Blalock-Taussig”. Esta operación tuvo lugar el mismo 30 de julio.

El 2 de agosto, alrededor de la una de la tarde, se presentó una insuficiencia cardíaca aguda, manifestada por un ritmo cardíaco muy lento e hipotensión. A las dos se repitió una crisis similar y se diagnosticó un taponamiento cardíaco masivo: se había producido una acumulación de sangre alrededor del corazón que dificultaba los latidos. A pesar del tratamiento que se le aplicó, la situación continuó deteriorándose gradualmente, y alrededor de las 15:30 se produjo un paro cardíaco que duró entre 30 y 45 minutos.

Enseguida los médicos comenzaron las maniobras de reanimación: masaje cardíaco, punciones evacuadoras de la sangre acumulada en el pericardio y repetidas transfusiones de sangre. Las punciones no dieron ningún resultado, pues el derrame se reproducía continuamente, lo que daba lugar a un empeoramiento de la situación. La hemorragia superó los 140 mililitros, cantidad que se estima superior al volumen total de sangre de José Ignacio.

Después de 30-45 minutos de esfuerzos inútiles, los médicos —como se hace habitualmente— redujeron el ritmo de las maniobras de ventilación manual y de masaje cardíaco, pues pensaban que el bebé estaba muerto. En ese momento, sin ningún tratamiento adicional y de modo totalmente inesperado, el corazón del recién nacido comenzó a latir de nuevo, hasta alcanzar en seguida un ritmo de 130 pulsaciones por minuto.

Después de un paro cardíaco tan prolongado, el cerebro del paciente –ya afectado por graves daños vasculares en los primeros días de vida– habría tenido que experimentar un nuevo daño, mucho más serio que el descubierto por la ecografía del 28 de julio. Sin embargo, esto no ocurrió.

Las condiciones de José Ignacio fueron mejorando en los días siguientes y, el 3 de septiembre de 2003, fue dado de alta. Actualmente, diez años después, hace vida completamente normal.

Los padres de José Ignacio habían rezado por su hijo a través de la intercesión del Venerable Siervo de Dios Álvaro del Portillo ya desde el embarazo, que presentó numerosas dificultades. Por algún tiempo, la madre llevó sobre el vientre una estampa de don Álvaro. Después puso también una estampa sobre la cuna del niño y pidió a sus amigas que encomendaran la salud de José Ignacio a Mons. del Portillo.

El 2 de agosto, durante el prolongado paro cardíaco, los padres pidieron con gran fe la curación de su hijo, recitando la estampa de don Álvaro sin cesar. Al referirse a aquellos momentos, la madre de José Ignacio ha afirmado: “Supongo que mientras lo reanimaban y yo rezaba, eso fue coincidente con el tiempo de la mejoría. Yo diría que hubo un paralelo. (…) Yo nunca dejé de pensar que podía ser un milagro”.

ORACIÓN
Dios Padre misericordioso,
que concediste a tu siervo Álvaro, Obispo,
la gracia de ser Pastor ejemplar en el servicio a la Iglesia
y fidelísimo hijo y sucesor de San Josemaría, Fundador del Opus Dei:
haz que yo sepa también responder con fidelidad a las exigencias de la vocación cristiana,
convirtiendo todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte
y de servir al Reino de Jesucristo;
dígnate glorificar a tu siervo Álvaro,
y concédeme por su intercesión el favor que te pido... (pídase).
Así sea.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

NOTA: El 5 de julio de 2013 el Papa Francisco firmó el decreto en el cual se reconoce un milagro obtenido por su intercesión, tan sólo falta que se conozca la fecha en que se realizará la ceremonia de beatificación.

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Por: . | Fuente: OremosJuntos.com

Monje Ermitaño
Santo Tradicional, no incluido en el actual Martirologio Romano


Martirologio Romano (1956): En Campania, Italia, San Benito, monje, que, encerrado por los Godos en un horno encendido, al día siguiente fue hallado ileso. ( c.550)

La poca información que tenemos acerca de él proviene de San Gregorio el Grande, en sus "Diálogos" ha perpetuado la memoria de un ermitaño o monje solitario, llamado Benito, que residió en una región de la Campania y fue bárbaramente encerrado en un horno por los godos, cuando bajo el mando de Totila, (+ 552), devastaban éstos Italia.

Cuyos soldados intentaron sin éxito antes de que se queme en su celda, luego en un horno de fuego. Por un milagro, fue preservado de la muerte y salió del horno sin daño, al día siguiente.

Vivió en tiempo de San Benito de Nursia, a quien personalmente conoció. Parece que el santo murió naturalmente en 543 o 550 y es probable que quizás se le identifique con un San Benito, cuyas reliquias se veneran en LavelIo, diócesis de Venosa, a quien también se conmemora en este día.

Los Diálogos de San Gregorio el Grande (vol. III c. 18) son aquí nuestra única autoridad.

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Por: . | Fuente: pasion.mforos.com

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En la localidad de Naas, cerca de Dublín, en Irlanda, beato Pedro Higgins, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que por guardar fidelidad a la Iglesia Romana, en tiempo del rey Carlos I fue ahorcado sin juicio.

Fecha de beatificación: 27 de septiembre de 1992 por el Papa Juan Pablo II.

Nació en Dublín (Irlanda) hacia el año 1601, y en 1622 decide su vocación religiosa, entrando en la Orden de Predicadores. Enviado a España, completa allí sus estudios. Se ordena sacerdote en 1627. Regresa a Irlanda en 1630 y es nombrado prior del convento de Naas.

En 1641, durante la rebelión contra los ingleses, se prodigó para hospedar a los sin techo y para frenar la ola de violencias, salvando a muchas personas, incluso protestantes, de los tumultos. Al año siguiente es arrestado y llevado a Dublín, donde se le ofrece la libertad y la vida si se pasa al anglicanismo.

Al negarse fue condenado a muerte en la horca, la sentencia se lleva a efecto en un parque situado en el centro de Dublín llamado St. Stephen´s Grenn el 23 de marzo de 1642. A la hora de morir recordó que él era inocente, que había auxiliado a muchos protestantes y que su muerte se debía solamente a su fe católica. Y en prueba de ello exhibió una carta en la que el gobernador le ofrecía la vida si renunciaba a su fe.

Si usted tiene información relevante para la canonización del Beato Pedro, escriba a:
Irish Bishops‘ Conference
Saint Patrick’s College
Maynooth, County Kildare, IRLANDA

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5:55 p.m.

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En Barcelona, en España, san José Oriol (Sant Josep Oriol), presbítero, quien, con la mortificación corporal, el cultivo de la pobreza y la continua oración, mantuvo una constante unión con Dios, enriquecido de dones celestiales.

5:55 p.m.

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Santo Toribio de Mogrovejo, obispo de Lima, que siendo laico, de origen español y licenciado en leyes, fue elegido para esta sede y se dirigió a América donde, inflamado en celo apostólico, visitó a pie varias veces la extensa diócesis, proveyó a la grey a él encomendada, fustigó en sínodos los abusos y los escándalos en el clero, defendió con valentía la Iglesia, catequizó y convirtió a los pueblos nativos, hasta que finalmente en Saña, del Perú, descansó en el Señor.

10:08 p.m.

Por: . | Fuente: www.ocarm.org || Zenit.org

Mártires Carmelitas

Martirologio Romano: En la provincia de Córdoba, Andalucía, España, Beato Carmelo María (Críspulo Moyano Linares) y 9 compañeros de la Orden Carmelita, asesinados por odio a la fe. ( 1936)

Fecha de beatificación: 27 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Breve Biografía

La persecución contra la Iglesia había comenzado hacía varios años, luego de la proclamación de España en el régimen republicano en 1931. Sin embargo, el odio contra la Iglesia se desencadenó de manera más fuerte a raíz del 18 de julio de 1936, con el comienzo de la guerra civil. Hubo numerosos incendios a conventos, destrucciones de imágenes sagradas, calumnias contra religiosos y persecuciones.

En Córdoba (Andalucía) la persecución fue breve pero muy sanguinaria. Allí se encontraban los carmelitas, que vivían en los conventos de Motoro e Hinojosa del Duque. Su trabajo era netamente pastoral y no tenían nada que ver con asuntos políticos. No obstante, los republicanos los consideraban un obstáculo para los planes futuros.

Los cuatro mártires de Montoro (Córdoba)

Había existido en esta antiquísima ciudad cordobesa un convento de carmelitas descalzos dedicado a S. Juan de la Cruz; fue suprimido por la ley de la exclaustración general de 1836. Con fecha del 24 de marzo de 1934 fundan nuestros padres un Colegio en el centro mismo de la población a la vez que se hacían cargo de las parroquias de S. Bartolomé y la del Carmen, iglesia del extinguido convento descalzo. En julio de 1936 formaban la comunidad el P. José Mateos Carballido, prior; el P. Eliseo Durán Cintas; fray Jaime Carretero, diácono; fray Romeo Perea, corista, y los Hermanos fray Franco Jiménez y fray Ramón Pérez Sousa. Tanto fray Romeo como fray Franco supieron sortear el peligro y huyeron a tiempo.

El joven prior no ocultó la grave situación en la que se encontraban. "Señores, estamos por presentarnos delante del Tribunal de Dios, ¡preparémonos!". Así habló a sus hermanos de comunidad y dejó a cada cual que optara por cuanto considerara más prudente. Los tres clérigos y el Hno. Fray Ramón permanecieron en sus puestos; estos cuatro religiosos permanecieron toda aquella noche del 19 al 20 en oración ante el Santísimo Sacramento. Lo mismo hicieron la noche siguiente. En la madrugada del día 21 la chusma entró en el convento encontrando a los cuatro carmelitas en la capilla de rodillas y con los brazos en cruz .

Fueron conducidos los cuatro hasta la cárcel que estaba situada en El Charco, parte del antiguo convento carmelita. El espectáculo humano era aterrador: allí se concentraban un total de 60 detenidos cuyo único delito era el de ser cristianos. ¡Vamos a matarlos a todos!, fue la consigna. Al abrir las puertas de la cárcel los detenidos formaban un compacto grupo, como buscando la mutua protección; en primera fila estaban nuestros carmelitas una vez más de rodillas y con los brazos en cruz, cuadro patético comparable a los Fusilamientos de Goya. Los primeros en caer fueron los frailes, bañados en su propia sangre.

Masacre en Hinojosa del Duque (Córdoba)

Era la de Hinojosa del Duque (Córdoba) Casa Provincial de la Bética y Seminario Menor donde habitualmente residían más de veinte religiosos, amén de unos cincuenta marianitos. Afortunadamente todos estaban de vacaciones. El 18 de julio supuso un paseo triunfal para la benemérita, pero la represalia no se dejó esperar ocho días más tarde. A las primeras horas del día 27 llegaron nada menos que “cuarenta hombres en camiones blindados, con sus cargas de milicianos y material de guerra” que iban a sembrar de terror y espanto en el pacífico y religioso pueblo hinojoseño. A varios sacerdotes y detenidos los condujeron a Pueblo Nuevo donde se hallaba el alto mando; entre éstos iba el joven granadino P. José González Delgado, Maestro de seminaristas. Fue el protomártir de aquellos carmelitas andaluces.

El P. Luis Mª Llop, bajo el seudónimo de Azael, es quien publica el escalofriante relato del martirio y el diálogo previo al asesinato tal como un testigo presencial se lo escribe. Fue sacado como espectáculo público a la plaza de Pueblo Nuevo para hacerle el llamado Comité Revolucionario un juicio; al negarse a dar vivas al Comunismo y gritar en cambio un "¡Viva Cristo Rey!", fue inmediatamente fusilado."¡Muy bien, querido hermano! ¡Así se vive y así se muere!", escribió el P. Benítez.

El día 14 de agosto fue el señalado para el asalto definitivo al convento de Hinojosa; era portero del convento el Hno. Fray Antonio Martín Povea; al sonar la campanilla abrió la puerta y entró la chusma que, sin fijarse en quien les abría, salió a la caza de fray José Ruiz por allí pasaba a quien hirieron gravemente. Luego volvieron por fray Antonio Martín a quien, maniatado por la espalda, le hicieron recorrer todo el convento en busca del "dinero y de las armas que los frailes tenían escondidos". Ya en el claustro alto, junto a la puerta del coro, hallaron a fray Pedro Velasco y allí mismo los acribillaron.

Consumado el doble crimen, prendieron fuego a la iglesia del Carmen. Fray José Ruiz, malherido, fue llevado a la prisión junto con fray Eliseo Camargo. En la madrugada del 18 de agosto seleccionaron a 18 católicos y los condujeron a «La Cruz de la Media Legua» donde los asesinaron. Fray José fue el último en morir, habiendo de presenciar el patético espectáculo.

Finalmente nos encontramos con la muerte del P. Carmelo Moyano Linares. Había nacido en la ciudad cordobesa de Villaralto el 10 de junio de 1891 y profesó en la Orden del Carmen el 15 de agosto de 1908. Se doctoró en Roma y allí fue ordenado de sacerdote el 6 de junio de 1914. De frágil contextura física, era todo un talento al que se unía la bondad natural y la piedad, dotes que nos recuerdan mucho al beato Tito Brandsma.

El 16 de agosto de 1936 fue hecho prisionero y aquí empezó todo un itinerario de ignominias y sufrimientos, sometiéndole a un inhumano trato. Todo acabó el 23 de septiembre. De madrugada y maniatado, fue conducido junto a una veintena más de prisioneros a un lugar llamado «La Dehesa»; entre el ruido macabro de los disparos a quema ropa allí se mezclaron los vivas entusiastas a Cristo Rey.

S.S. Benedicto XVI firmó el 1 de julio de 2010 el decreto con el cual se reconoce el martirio de este grupo de mártires, lo cual permitirá su próxima beatificación que se realizará, Dios mediante, el 27 de octubre de 2013.
 

Este grupo de mártires está integrado por:


1. JOSÉ MARÍA MATEOS CARBALLIDO, sacerdote profeso, Carmelita
nacimiento: 19 Marzo 1902 en Encinasola, Huelva (España)
martirio: 22 Julio 1936 en Montoro, Córdoba (España)

2. JUAN DURÁN CINTAS (ELISEO MARÍA), sacerdote profeso, Carmelita
nacimiento: 25 Noviembre 1906 en Hornachuelos, Córdoba (España)
martirio: 22 Julio 1936 en Montoro, Córdoba (España)

3. RAMÓN MARÍA PÉREZ SOUSA, religioso profeso, Carmelita
nacimiento: 01 Agosto 1903 en Feás de Guinzo de Limia, Orense (España)
martirio: 22 Julio 1936 en Montoro, Córdoba (España)

4. JAIME MARÍA CARRETERO ROJAS, clérigo profeso, Carmelita
nacimiento: 27 Abril 1911 en Villaviciosa, Córdoba (España)
martirio: 22 Julio 1936 en Montoro, Córdoba (España)

5. JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ DELGADO, sacerdote profeso, Carmelita
nacimiento: 26 Febrero 1908 en Gabia Grande, Granada (España)
martirio: 27 Julio 1936 en Pueblo Nuevo, Córdoba (España)

6. PEDRO VELASCO NARBONA, postulante, Carmelita
nacimiento: 12 Octubre 1892 en Minas de Río Tinto, Huelva (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Hinojosa del Duque, Córdoba (España)

7. ANTONIO MARÍA MARTÍN POVEA, religioso profeso, Carmelita
nacimiento: 27 Noviembre 1887 en El Saucejo, Sevilla (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Hinojosa del Duque, Córdoba (España)

8. ELISEO MARÍA CAMARGO MONTES, religioso profeso, Carmelita
nacimiento: 04 June 1887 en Osuna, Sevilla (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Belalcázar, Córdoba (España)

9. JOSÉ MARÍA RUIZ CARDEÑOSA, religioso profeso, Carmelita
nacimiento: 26 Julio 1902 en Osuna, Sevilla (España)
martirio: 18 Agosto 1936 en Belalcázar, Córdoba (España)

10. CRISPULO MOYANO LINARES (CARMELO MARÍA), sacerdote profeso, Carmelita
nacimiento: 10 Junio 1891 en Villaralto, Córdoba (España)
martirio: 23 Septiembre 1936 en Hinojosa del Duque, Córdoba (España)


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Por: . | Fuente: misa_tridentina.t35.com

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Ancira, en Galacia, san Basilio, presbítero y mártir, que, al ser designado emperador Constancio, resistió enérgicamente a los arrianos, y bajo el emperador Juliano rogó a Dios para que ningún cristiano se apartase de la fe, por lo cual, apresado y entregado al prefecto de la provincia, hubo de padecer mucho hasta consumar su martirio (362).
A mediados del siglo IV, cuando arrianos y semi-arrianos propagaban sus herejías, Basilio era un sacerdote de Ancira, un hombre santo que había sido formado en la verdadera doctrina de la Iglesia católica, por el obispo san Marcelo. Después de que éste fue desterrado por el emperador Constancio, y un semi-arriano, llamado también Basilio, ocupaba la sede, impuesto por el emperador, el sacerdote Basilio no cesó de exhortar a su pueblo para que permaneciera fiel a la fe católica.

En 360, los arrianos radicales obtuvieron el dominio y no solamente depusieron al obispo semi-arriano, sino que ordenaron la degradación de san Basilio, al que prohibieron asistir a las asambleas religiosas. Sin embargo, desobedeciendo sus órdenes y apoyado por sus fieles, el santo ganó para su causa a muchos que habían sido engañados y defendió audazmente la fe, ante el mismo Constancio.

Cuando Juliano el Apóstota llegó al trono, la persecución abierta cesó temporalmente, pues el emperador confiaba en emplear métodos más sutiles para combatir a los cristianos y minar su fe. En algunos casos, sin embargo, se impacientó y permitió, aunque no exigió, el castigo de conocidos dirigentes cristianos. Basilio, quien continuaba sus esfuerzos contra la política imperial en Ancira, fue arrestado y acusado de sedición, de destrucción de aliares, de incitación al pueblo contra los dioses y de hablar irreverentemente contra el emperador y su religión.

Basilio hizo una valiente confesión y, tras de haber sido colgado por las muñecas, con pesas en los pies, se ordenó que desgarrasen sus carnes con garfios y fue arrojado en prisión y finalmente muerto. Este presbítero mártir no debe confundirse con su oponente, el más conocido obispo de Ancira.

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Por: . | Fuente: misa_tridentina.t35.com

Obispo

Martirologio Romano: En Narbona, al sur de la Galia (Francia), en la vía Domitia, fuera de la ciudad, sepultura de san Pablo (Paul-Serge), obispo y mártir (s. III).
Sabemos por San Gregorio de Tours, que San Pablo de Narbona fue enviado de Roma, con otros muchos misioneros, para implantar la fe en la Galia. Dos de los miembros de la expedición, san Saturnino de Toulouse y san Dionisio de París, recibieron la corona del martirio, pero san Pablo de Narbona, san Trófimo de Arles, san Marcial de Limoges y san Gaciano de Tours, después de haber pasado muchos peligros y de fundar iglesias en todos aquellos lugares de la Galia ligados ahora con sus nombres, murieron finalmente en paz. Prudencio dice que el nombre de Pablo dio lustre a la ciudad de Narbona.

No hay que prestar atención a la leyenda que ha identificado a san Pablo de Narbona con aquel Sergio Paulo que fue precónsul en Chipre, cuando el Apóstol san Pablo resistió al mago Elimas (Hech 13,7).

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En Osimo, del Piceno, en Italia, san Bienvenido Scotivoli, obispo, que, elegido por el papa Urbano IV para esta sede, trabajó por la paz entre los ciudadanos y, según el espíritu de los Hermanos Menores, quiso morir sobre tierra desnuda.

6:38 p.m.

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En Ancira, en Galacia, san Basilio, presbítero y mártir, que, al ser designado emperador Constancio, resistió enérgicamente a los arrianos, y bajo el emperador Juliano rogó a Dios para que ningún cristiano se apartase de la fe, por lo cual, apresado y entregado al prefecto de la provincia, hubo de padecer mucho hasta consumar su martirio.

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Conmemoración de san Epafrodito, al que [san Pablo apóstol] llama hermano, cooperador y compañero de los combates (s. I).

10:09 p.m.

Por: . | Fuente: Vatican.va

Fundadora de la Congregación de las “Hermanas Benedictinas de la Providencia”

En Benita Cambiagio Frassinello, la Iglesia nos muestra un ejemplo de Santa que fue esposa, madre, religiosa y fundadora.

Ella se dejó conducir por el Espíritu Santo a través de la experiencia matrimonial, de educadora y de consagrada, hasta llegar a fundar un Instituto que, caso único en la hagiografía cristiana, guió con la colaboración generosa y discreta de su marido.

Benita Cambiagio Frassinello nació en Langasco (Génova), el 2 de octubre de 1791. Hija de José y Francisca Ghiglione, y fue bautizada dos días después. Durante su adolescencia su familia se traslada a Pavía.

Juventud

Recibe de sus padres una profunda educación cristiana que radica en ella los principios de la fe y plasma su carácter volitivo y perseverante.

Hacia los 20 años vive una fuerte experiencia interior que acrecienta en ella el amor a la oración y a la penitencia y, en modo especial, el deseo de abandonarlo todo para consagrarse enteramente a Dios.

No obstante, se casa el día 7 de febrero de 1816 con Juan Bautista Frassinello, un joven ligur que había inmigrado con su familia a Vigevano.

Esposa – hermana ejemplar

El camino de Benita en búsqueda de la voluntad de Dios es bastante arduo y difícil; se ve empujada por un impulso interior hacia la vida de virginidad, cultivado desde su adolescencia. Vive dos años casada, después de los cuales tiene la alegría de realizar, en ese estado, el aspecto profundo y sublime de la virginidad espiritual. De común acuerdo con su marido, que atraído por la santidad de Benita abraza este ideal, vive a su lado como hermana. Juntos se ocupan, con gran dedicación, de la hermana María, gravemente enferma de cáncer intestinal, alojada en su casa.

Benita y Juan experimentan una maternidad y una paternidad espirituales sobrenaturales, en la fidelidad al amor esponsal sublimado.

En 1825, cuando muere María, Juan Bautista entra en la comunidad de los Somascos y Benita en las Ursulinas de Capriolo. Amor esponsal exclusivamente consagrado a Dios

En 1826 por motivos de salud Benita vuelve a Pavía. Curada prodigiosamente por San Jerónimo Emiliani, se ocupa de las chicas con la aprobación del obispo, mons. Luigi Tosi.

Como necesita ayuda, que su padre le rechaza, el Obispo llama de nuevo a Juan Bautista, el cual deja el noviciado y regresa al lado de su mujer, renovando juntos el voto de castidad perfecta delante del Obispo.

Los dos se dedican generosamente a la acogida y educación humano-cristiana de las chicas pobres y abandonadas.

Educadora

La obra de Benita se inserta en la vida social de Pavía en un período en el que la institución de la escuela era acogida como auténtica portadora de bienestar.

Es la primera mujer de la ciudad y de la provincia que ve esta necesidad y el gobierno austriaco le otorga el título de “Promotora de la Pública Instrucción”.

Ayudada desde el primer momento por algunas jóvenes voluntarias, a las cuales da un reglamento aprobado por la Autoridad Eclesiástica, une a la enseñanza escolar la formación catequística y la formación al trabajo. De ambientes se sirve para transformar a las chiras en “modelos de vida cristiana” y asegurar de esta manera la verdadera formación de las familias.

Contemplativa en la acción

Su constante entrega nace y crece del fervor eucarístico y de la contemplación del Crucifijo, porque ella está convencida que sólo Dios es su verdadero apoyo y protección.

En su vida no faltan experiencias místicas que se repiten, particularmente, en las fiestas litúrgicas sin distraerla de sus obligaciones cotidianas.

Por amor a las niñas está dispuesta a los mayores sacrificios: de su persona, de sus bienes y hasta de la fama, mostrando así la incomparable grandeza de la “pedagogía del Evangelio”.

Capacidad de desprendimiento

La singularidad de la obra y el programa educativo de Benita son duramente criticadas por la oposición de personas poderosas, que se ven molestadas en sus viles intereses, y también por la incomprensión de algunas personas del clero.

En julio de 1838 Benita cede su institución al obispo Tosi y, junto con el marido y cinco fieles compañeras, abandona Pavía y se dirige hacia Liguria.

Fundadora

En Ronco Scrivia abre una escuela para las chicas del pueblo y funda la Congregación de las “Hermanas Benedictinas de la Providencia”, para las que escribe las Reglas‑Constituciones. En ellas queda plasmado el desarrollo del carisma de Pavía, ampliando a todas las chicas y jóvenes la educación, la instrucción y la formación cristianas, con su inconfundible espíritu de ilimitado abandono y confianza en la divina Providencia, de amor a Dios, a través de la pobreza y la caridad.

Desarrollo de la obra

El Instituto de las Hnas. Benedictinas de la Providencia se desarrolla rápidamente. En 1847 también llega a Voghera. Esta sede, cuarenta años después de la muerte de Madre Benita, por obra del obispo diocesano se convierte en Instituto independiente. En tales circunstancias las hermanas toman el nombre de “Benedictinas de la Divina Providencia” en memoria de Benita, su fundadora.

En 1851 Benita vuelve a Pavía, en una zona distinta a la primera fundación, y en 1857 abre una escuela en un pueblo de Valpolcevera, San Quirico.

Entra en el paraíso

El 21 de marzo de 1858 Benita muere santamente en Ronco Scrivia, en el día y hora predichos por ella. Entorno a su féretro se reúne una gran multitud de gente como última manifestación de estima y de dolor hacia la que considera como una “Santa”.

Benita se puede proponer como modelo de vida:

– a las personas consagradas: conformarse a Cristo en el abandono a la amorosa divina Providencia;

– a los esposos: total comunión para una profunda maternidad y paternidad;

– a los jóvenes: Cristo fuente de alegría e ideal de vida;

– a los educadores: prevenir, comprender, abrir horizontes;

– a las familias que atraviesan momentos dificiles: aceptar las incomodidades, cuando se está obligado a abandonar la propia tierra y a acoger en su casa a los familiares probados por la enfermedad y ayudarles a morir serenamente.

Reproducido con autorización de Vatican.va

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10:09 p.m.

Por: . | Fuente: Vatican.va

Nació en Tepatitlán, Jalisco, el 11 de agosto de 1888.

Hijo de campesinos, desde su niñez hasta su juventud cuidó de su madre, viuda, en la modesta aldea de Paredones; sin embargo, nunca abandonó el deseo de superarse en ciencia y en virtud. Desde su juventud fue promotor incansable de la doctrina social de la Iglesia.

Junto con su entrañable amigo Anacleto González, en las filas de la Asociación católica de la juventud mexicana, de Guadalajara, encontró escuela y cátedra para su formación religiosa y moral, y para sus ansias apostólicas.

Sorteando mil dificultades, ingresó a la Escuela libre de Derecho, perseverando en sus estudios hasta concluir la carrera de derecho. Hombre intrépido, de convicciones, nada le arredraba en sus propósitos cuando estos eran justos, lícitos y debidos. Por defender los derechos de los necesitados, cincuenta y nueve veces fue encarcelado, y muchas veces golpeado.

En 1922 contrajo matrimonio con María Guadalupe Sánchez Barragán. De su matrimonio le nacieron tres hijas.

En 1927, durante la persecución religiosa contra la Iglesia, Miguel se unió a la Liga defensora de la libertad religiosa, empleando todos los medios pacíficos permitidos para resistir los ataques del Estado a la libertad de credo.

Para defender la libertad y la justicia, aceptó el nombramiento de gobernador de Jalisco, conferido por los católicos de la resistencia. Perseguido por las fuerzas federales, fue acribillado por el ejército federal, cerca de Atotonilco el Alto, Jalisco, el 21 de marzo del año 1928.

Para ver más sobre sus compañeros mártires haz "click" AQUI

Reproducido por autorización de Vatican.va

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10:09 p.m.

Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Obispo de Thmuis

Martirologio Romano: En Egipto, san Serapión, anacoreta ( c.370).

Etimológicamente: Serapión = “perteneciente a la divinidad de Serapis”. Viene de la lengua griega.

Breve Biografía

A este monje egipcio se le conoce también como Serapión de Thmuis.

La fecha de su muerte se sitúa más o menos entre los años 365 y 370.

Las características que mejor lo definen son, sin duda, su penetrante inteligencia y su elocuencia. Gracias a ellas tuvo en la Iglesia un papel relevante.

Estudió en la célebre escuela catequética de Alejandría. Después se dedicó a la vida eremítica. En este campo tuvo un maestro excepcional, san Antonio. A nivel intelectual, encontró en san Atanasio un amigo sincero. Lo recuerda con cariño en su libro “Vida de san Antonio. Al separase, le dejó su túnica.

Lo nombraron obispo de Thmuis en el delta del Nilo. Se le reconoció en seguida por su carácter de dirigente en los asuntos eclesiásticos y por su clara y transparente oposición al arrianismo.

El propio san Jerónimo lo eligió como confesor. Por su vida pastoral como cabeza de la diócesis rondaba la idea de escribir un libro magnífico contra los maniqueos. Defiende en contra de ellos la doctrina de que nuestros cuerpos son instrumentos para el bien o para el mal. Todo depende de la disposición del corazón.

Los maniqueos sostienen que el alma es obra de Dios, pero nuestros cuerpos lo son del diablo.

También escribió varias cartas y un libro basado en los títulos de los Salmos, pero no queda ninguno.

En el año 1899 se descubrió el libro más conocido sobre los santos, llamado Eucologio. Es una colección litúrgica de oraciones que él mismo empleó cuando era obispo.

Es interesante para conocer la adoración y la fe de los primeros cristianos egipcios.

Frecuentemente repetía esta expresión llena de contenido:"La mente se purifica por el conocimiento, las pasiones espirituales del alma con la caridad y los apetitos desordenados con la abstinencia y la penitencia.."

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com


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6:26 p.m.

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En la región montañosa vulgarmente llamada Ranft, junto a Sachseln, en Suiza, san Nicolás de Flüe, el cual, por inspiración divina, deseoso de otro género de vida dejó a su esposa y a sus diez hijos, retirándose al monte para abrazar la vida de anacoreta, donde llegó a ser célebre por su dura penitencia y desprecio del mundo. De su celda sólo salió una vez, y fue para apaciguar con una breve exhortación a quienes estaban a punto de enfrentarse en una guerra civil.

6:26 p.m.

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En la provincia china de Sichuan, conmemoración de san Agustín Zhao Rong, presbítero y mártir, que, al recrudecerse la persecución, fue encarcelado por el nombre de Cristo, y en un día desconocido de primavera afrontó la muerte.

6:26 p.m.

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En Irlanda, san Endeo, abad, que en la isla de Aran fundó un cenobio tan célebre, que por su fama la isla fue llamada de los Santos (c. 542).

10:12 p.m.

El Domingo de Ramos abre solemnemente la Semana Santa, con el recuerdo de las Palmas y de la pasión, de la entrada de Jesús en Jerusalén y la liturgia de la palabra que evoca la Pasión del Señor en el Evangelio de San Marcos.

En este día, se entrecruzan las dos tradiciones litúrgicas que han dado origen a esta celebración: la alegre, multitudinaria, festiva liturgia de la iglesia madre de la ciudad santa, que se convierte en mimesis, imitación de los que Jesús hizo en Jerusalén, y la austera memoria - anamnesis - de la pasión que marcaba la liturgia de Roma. Liturgia de Jerusalén y de Roma, juntas en nuestra celebración. Con una evocación que no puede dejar de ser actualizada.

Vamos con el pensamiento a Jerusalén, subimos al Monte de los olivos para recalar en la capilla de Betfagé, que nos recuerda el gesto de Jesús, gesto profético, que entra como Rey pacífico, Mesías aclamado primero y condenado después, para cumplir en todo las profecías. .

Por un momento la gente revivió la esperanza de tener ya consigo, de forma abierta y sin subterfugios aquel que venía en el nombre del Señor. Al menos así lo entendieron los más sencillos, los discípulos y gente que acompañó a Jesús, como un Rey.

San Lucas no habla de olivos ni palmas, sino de gente que iba alfombrando el camino con sus vestidos, como se recibe a un Rey, gente que gritaba: "Bendito el que viene como Rey en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en lo alto".

Palabras con una extraña evocación de las mismas que anunciaron el nacimiento del Señor en Belén a los más humildes. Jerusalén, desde el siglo IV, en el esplendor de su vida litúrgica celebraba este momento con una procesión multitudinaria. Y la cosa gustó tanto a los peregrinos que occidente dejó plasmada en esta procesión de ramos una de las más bellas celebraciones de la Semana Santa.

Con la liturgia de Roma, por otro lado, entramos en la Pasión y anticipamos la proclamación del misterio, con un gran contraste entre el camino triunfante del Cristo del Domingo de Ramos y el Viacrucis de los días santos.

Sin embargo, son las últimas palabras de Jesús en el madero la nueva semilla que debe empujar el remo evangelizador de la Iglesia en el mundo.

"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". Este es el evangelio, esta la nueva noticia, el contenido de la nueva evangelización. Desde una paradoja este mundo que parece tan autónomo, necesita que se le anuncie el misterio de la debilidad de nuestro Dios en la que se demuestra el culmen de su amor. Como lo anunciaron los primeros cristianos con estas narraciones largas y detallistas de la pasión de Jesús.

Era el anuncio del amor de un Dios que baja con nosotros hasta el abismo de lo que no tiene sentido, del pecado y de la muerte, del absurdo grito de Jesús en su abandono y en su confianza extrema. Era un anuncio al mundo pagano tanto más realista cuanto con él se podía medir la fuerza de la Resurrección.

La liturgia de las palmas anticipa en este domingo, llamado pascua florida, el triunfo de la resurrección; mientras que la lectura de la Pasión nos invita a entrar conscientemente en la Semana Santa de la Pasión gloriosa y amorosa de Cristo el Señor.
 

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10:12 p.m.

Por: . | Fuente: ACI Prensa

Mártir del secreto de confesión

Martirologio Romano: En Praga, en Bohemia, san Juan Nepomuceno, presbítero y mártir, que por defender la Iglesia sufrió muchas injurias por parte del rey Venceslao IV y, expuesto a tormentos y torturas, aún respirando fue arrojado al río Moldava († 1393).

Etimológicamente: Juan = Dios es misericordia, es de origen hebreo.

Breve Biografía

Nació en Bohemia (Checoslovaquia) hacia el año 1250, en un pueblo llamado Nopomuc, de ahí el sobrenombre Nepomuceno. El apellido de su familia era Wolfin.

Fue párroco de Praga y obtuvo el doctorado en la Universidad de Padua. Después ocupó el alto puesto de Vicario General del Arzobispado.

El rey de Praga, Wenceslao, se dejaba llevar por dos terribles pasiones, la cólera y los celos y dicen las antiguas crónicas que siendo Juan Nepomuceno confesor de la reina, se le ocurrió al rey que el santo le debía contar los pecados que la reina le había dicho en confesión, y al no conseguir que le revelara estos secretos, se propuso matarlo. Luego el rey tuvo otro gran disgusto, consistió en que el monarca se proponía apoderarse de un convento para regalar las riquezas que allí había a un familiar. El Vicario Juan Nepomuceno se opuso a esto rotundamente, ya que evidentemente esos bienes pertenecían a la Santa Iglesia.

El rey mandó matar al padre Juan; lo ataron doblado, con la cabeza pegada sobre los pies, y luego, fue lanzado al río Moldava. Esto ocurrió en el año 1393. Los vecinos recogieron el cadáver para darle santa sepultura.

En 1725, más de 300 años después del suceso, una comisión de sacerdotes, médicos y especialistas encontarron que la lengua del mártir se encontraba incorrupta, aparentemente seca y gris. De repente, en presencia de todos empezó a tomar apariencia de ser la de una persona viva. Todos se pusieron de rodillas ante este milagro. Fue el cuarto milagro que realizó el santo antes de ser proclamado oficialmente como tal.

San Juan Nepomuceno fue considerado patrono de los confesores, porque prefirió morir antes que revelar los secretos de la confesión. En Praga, en el puente desde el cual fue echado al río, se conserva una imagen de este gran santo, y muchas personas, al pasar por allí le rezan devotamente.

San Juan Nepomuceno es patrono de Bohemia y Moravia, y del secreto de confesión. También es considerado patrono de la fama y el buen nombre. Sus reliquias se guardan en Praga, en la iglesia metropolitana de San Vito.

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Hermanos Franciscanos

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