Ártículos Más Recientes

11:01 p.m.

Santa Adela, como Santa Irmina, era hija de Dagoberto II.

Se hizo monja a la muerte de su marido Alberico. Muy probablemente esta Adela sea la viuda Adula que, entre los años 691 y 692, vivía en Nivelles con su pequeño hijo, el futuro padre de San Gregorio de Utrecht.

Adela fundó un monasterio en Palatiolum, la actual ciudad de Pfalzel, cerca de Tréveris; fue la primera abadesa del mismo y lo gobernó con prudencia y santidad durante muchos años.

Parece ser que Adela se encontraba entre los discípulos de San Bonifacio, y una de las cartas que figuran en la correspondencia de este santo, firmada por la abadesa Aelfleda Whitby y dirigida a una abadesa Adola, pertenecía indudablemente a Santa Adela.

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11:01 p.m.
BEATO BARTOLOMÉ MARÍA DAL MONTE nació en Bolonia 3 de noviembre de 1726 hijo de Horacio Dal Monte y Anna María Bassani. A la edad de seis años y medio recibió la Confirmación de manos del Cardenal Prospero Lambertini, Arzobispo de Bolonia, quien luego fue el Papa Benedicto XIV. Aun cuando la fecha de su Primera Comunión es desconocida, las intenciones religiosas del muchacho han sido conservadas, ya que dio una dimensión de Eucarística a su vida entera.

Fue un muchacho de inteligencia viva y temperamento alegre, recibió una educación completa en humanidades en el Colegio Jesuita Santa Lucia. Pero su vocación sacerdotal encontró la oposición amarga de su padre que deseaba que su hijo fuera banquero. Su inclinación misionera fue animada por una reunión con San Leonardo de Puerto Mauricio quien confirmó la opción sacerdotal del joven. Recibió la Ordenación Sacerdotal el 20 de Diciembre de 1749.

El nuevo sacerdote fue obligado a posponer sus compromisos pastorales durante dos años, ya que el Vicario General le había pedido que completara sus estudios. Él los terminó brillantemente ganando un doctorado en teología. Después de pasarse sus primeros años aprendiendo el arte de predicar en la escuela de los más famosos predicadores de aquel tiempo, Fray Bartolomé María empezó un extraordinario ministerio de misiones populares.

Su actividad no se limitó a las parroquias de Bolonia: a pesar de salud delicada, él celosamente invirtió todos los 26 años de su vida generosa sacerdotal predicando en por lo menos 62 Diócesis, en centenares de misiones populares, retiros Cuaresmales y ejercicios espirituales para el clero, religiosas y el pueblo laico , realizando milagrosas conversiones y provocando muchas reconciliaciones grupos antagónicos. Cuando las consecuencias dañinas de ciertas ideas influenciadas por el Jansenismo se estaban extendiendo, las "misiones" se volvieron talleres intensivos de instrucción religiosa con evangelización sistemática para todos los creyente.

Llegó a ser conocido como "el misionero de la discreción". Su vida se medeló en el ministerio del propio Cristo: intransigente en la proclamación de la verdad pero dando la bienvenida y misericordia a los pecadores. Como un sacerdote entregado totalmente a Dios se dedicó a la salvación de almas, él era una imagen viviente de Aquel que es "rico en misericordia" (Ef. 4:2), y era muy devoto a María, Madre de Misericordia.

Agotado por su incesantes labores apostólicas, durante su última misión, dos meses antes de su muerte, exclamó proféticamente: "Voy a morir en Bolonia en Nochebuena". El 24 de Diciembre de 1778 serenamente entregó su espíritu dejando esta vida para celebrar la Navidad en el cielo. Todo el Bolonia lo lamentó profundamente. Desde 1808 sus restos mortales han descansado en la capilla de Nuestra Señora de Paz en la Basílica de San Petronio en Bolonia.

Fue beatificado en Bolonia por Su Santidad Juan Pablo II el 27 de Septiembre de 1997.

traducido por Xavier Villalta

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11:01 p.m.

Por: P. Felipe Santos | Fuente: Catholic.net

Diciembre 24
Fundadora

Etimológicamente significa “pequeña”, viene de la lengua latina; Isabel = juramento divino”, viene de la lengua hebrea.

Cuando un ser humano ya no responde a la sed de absoluto que hay en él, las energías se agotan en la monotonía, las huidas y al aburrimiento. ¿Te parece mentira, o es que no lo ves en muchos rostros que te rodean?

Esta joven vino al mundo en Cremona en el año 1816 y murió tal día como hoy en Bérgamo en 1865.
Los Carioli eran una familia célebre en la ciudad porque, entre otras cosas, eran condes.

Por eso, cuando todavía no había cumplido los 20 años, se casó con el conde Gaetano, 40 años mayor que ella..

Además de su edad, resulta que era un excéntrico, apasionado por la música y con muchos celos.

Total, lo tenía todo para hacerle la vida insoportable a la pobre chica.

Así, por ejemplo, quisiera o no, tenía que estar en los conciertos del castillo y en todas sus fiestas.

Tuvieron tres hijos, pero sólo sobrevivió el mayor. Y para colmo, tuvo que llevárselo fuera porque no aguantaba que lo quisiera tanto, aún siendo su madre.

Ella se lo tomó todo como un modo de santificarse. El hijo se le murió a los 16 años, poco después de la muerte de su marido.

Su propio hijo le decía antes de cerrar los ojos por última vez:" Consuélate, mamá, Dios te enviará otros hijos".

Así fue. Le envió centenares a los que adoptó en el castillo. Se hizo ayudar por compañeras con las que fundó la Santa Familia de Bérgamo. Su misión era recoger a los niños y niñas abandonados en los campos. Ella fue prudente, humilde y piadosa. No dejaba a sus chicas hasta que hubieran encontrado marido.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

“Donde hay matrimonio sin amor, habrá amor sin matrimonio” (Franklin).


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6:03 p.m.

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Vive en la segunda mitad del siglo III en la península Itálica. Es un hombre religioso y bueno, del que escasas noticias nos han llegado hasta hoy. Pero vive en la época de las persecuciones de Diocleciano, y es fácil descubrir a Gregorio en la prohibida devoción cristiana. Hecho preso, es acusado de no querer sacrificar a los dioses y de afirmar que sólo un Dios merece adoración. Muere mártir en el año 303.

6:03 p.m.

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En Burdeos, de Aquitania, san Delfín, obispo, el cual, unido a san Paulino de Nola con una estrecha amistad, trabajó diligentemente para rechazar los errores de Prisciliano (c. 404).

6:03 p.m.

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En Tréveris, de Austrasia, santa Irmina o Irma, abadesa del cenobio de Oeren, que, siendo una matrona consagrada a Dios, fundó un pequeño monasterio en su villa de Echternach, lo dotó y lo donó a san Vilibrordo (c. 710).

11:00 p.m.
El 3 de noviembre de 1534 el parlamento inglés declaraba que el rey era la cabeza suprema de la iglesia en Inglaterra. Resultaba así oficializado, ejecutado y obligatorio para todos los súbditos de la corona el cisma entre la iglesia anglicana y la católica.

A los religiosos no les quedaba otra alternativa que la de elegir una de estas tres posibilidades: jurar fidelidad al rey y abandonar la vida religiosa, refugiarse en el extranjero o afrontar la cárcel con gran probabilidad también de muerte. El Padre John Stone, del convento agustiniano de Canterbury, tomó la decisión más coherente con su fe cuando el 14 de diciembre de 1538 un agente regio se presentó a la puerta del convento con la orden de cerrar la casa religiosa y hacer firmar a los miembros de la comunidad el prescrito juramento de fidelidad. Muchos se sometieron por temor. El P. John, no.

Encarcelado inmediatamente, compareció ante el primer ministro Thomas Cromwell. Se intentó persuadirlo para que diera su asentimiento a la nueva normativa, pero nada ni nadie consiguió convencerlo. Es más, durante los doce meses de prisión que siguieron a su captura, por su espontánea voluntad quiso añadir ulteriores penitencias a los ya numerosos sufrimientos que le eran infligidos para así tener la fuerza de permanecer fiel a Cristo en el momento del testimonio supremo. La sentencia con la que se cerró el proceso era apremiante: el “papista” fue condenado a sufrir la pena capital.

El 27 de diciembre de 1539 una procesión lenta y lúgubre se movió por las calles de Canterbury. El Padre John, atado sobre un enrejado movido por un caballo, fue conducido a través de la ciudad hasta una colina fuera de las murallas, y allí fue ahorcado. A continuación, siguiendo la inhumana costumbre del tiempo, fue despedazado y sus restos cocidos en una caldera.

En el libro contable del camarlengo de Canterbury aparece la lista de los gastos a cargo de la caja común efectuados para pagar la madera utilizada en la construcción del patíbulo y la adquisición de la cuerda: «Pagado por media tonelada de madera para una horca en la cual ajusticiar al fraile Stone: 2s 6d.».

Beatificado por León XIII en 1886, Pablo VI el 25 de octubre de 1970 lo canonizaba junto con otros treinta y nueve mártires ingleses, sacerdotes, religiosos y laicos, hombres y mujeres, todos ellos sacrificados por la defensa de la verdad y de la unidad de la Iglesia.

Para ver más sobre los 40 mártires en Inglaterra y Gales haz "click" AQUI

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11:00 p.m.

Presbítero

Martirologio Romano: En São Paulo, Brasil, san Antonio de Santa Ana Galvao de França, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que se dedicó con gran fruto al ministerio de la predicación y de la penitencia, y fundó el Retiro de la Luz (Recolhimento da Luz), en donde dirigió con gran discreción espiritual una comunidad de Hermanas. ( 1822)

Fecha de canonización: 11 de mayo de 2007, por S.S. Benedicto XVI

Nació en 1739 en Guaratinguetá (Estado de São Paulo), ciudad que en aquel tiempo pertenecía a la diócesis de Río de Janeiro. Con la fundación de la diócesis de São Paulo, en 1745, Galvão vivió prácticamente sólo en esta diócesis, desde 1762 hasta 1822.

Su familia era profundamente cristiana. Su padre, Antonio Galvão de França, pertenecía a la tercera Orden Franciscana y del Carmen, y era conocido por su gran generosidad; su madre, Izabel Leite de Barros, murió con fama de mujer caritativa.

Antonio vivió, con sus diez hermanos, en una casa cómoda y lujosa, pues sus padres gozaban de prestigio social e influencia política. A la edad de 13 años, su padre lo envió a estudiar al seminario de los padres jesuitas, en Belém, donde ya se encontraba su hermano José. Permaneció allí de 1752 a 1756, haciendo notables progresos en el estudio y en la práctica de la vida cristiana. Quería entrar en la Compañía de Jesús, pero su padre, preocupado por el clima antijesuita impulsado por el gobierno del marqués de Pombal, lo convenció a irse con los padres franciscanos, que tenían un convento en Taubaté, no muy lejos de Guaratinguetá.

El 15 de abril de 1760, a los 21 años, entró en el noviciado del convento de San Buenaventura, en la aldea de Macacu, en Río de Janeiro. Durante su formación se distinguió por su piedad y su celo, y era un dechado de virtudes, hasta tal punto que en el libro de los religiosos brasileños se leen palabras muy elogiosas sobre él. El 16 de abril de 1761 emitió la profesión solemne y, con un juramento que entonces pronunciaban los franciscanos, también se comprometió a defender el título de "Inmaculada" de la Virgen.

El 11 de julio de 1762, apenas un año después de su profesión religiosa, sus superiores lo admitieron a la ordenación sacerdotal, pues reconocieron que eran suficientes los estudios teológicos que había hecho anteriormente. Fue un signo evidente de la confianza que depositaban en el joven clérigo, al que destinaron al convento de São Paulo, donde perfeccionó sus estudios filosóficos y teológicos. Terminados los estudios en 1768, fue nombrado predicador, confesor y portero del convento. Este ultimo oficio le permitió entrar en contacto con la gente y hacer un intenso apostolado. Continuamente escuchaba y aconsejaba. Era un confesor muy estimado.

Entre 1769 y 1770, por una circunstancia providencial, fue nombrado confesor de un "Recolhimento" (casa de retiro donde se reunían muchachas piadosas y temerosas de Dios para vivir como religiosas) en São Paulo. Allí encontró a sor Helena Maria del Espíritu Santo, religiosa que tenía visiones en las que Jesús le pedía que fundara un nuevo "Recolhimento". Fray Antonio, con la ayuda de personas sabias, estudió sus mensajes y llegó a la conclusión de que eran de origen sobrenatural. El 2 de febrero de 1774 se procedió a la fundación de la nueva casa, que se llamó "Recolhimento" de Nuestra Señora de la Concepción de la Divina Providencia. El 23 de febrero de 1775 murió repentinamente sor Helena Maria, y fray Antonio debió asumir la responsabilidad de guiar a las "recogidas". A pesar de las presiones políticas que tuvo que afrontar inmediatamente después de su fundación, la comunidad salió adelante y aumentó. Fray Antonio redactó un Estatuto para ellas una especie de guía de vida interior y de disciplina religiosa, en el que plasmó sus características como futura institución eclesiástica. Años más tarde, precisamente en 1929, el "Recolhimento" se incorporó a la Orden de la Inmaculada Concepción.

En 1781 el santo franciscano fue nombrado maestro en el noviciado de Macacu, en Río de Janeiro, pero el obispo de São Paulo, que no quería privarse de un religioso tan virtuoso y amado por su gente, no le permitió marcharse. En 1798 fue nombrado guardián del convento de San Francisco, en São Paulo, y reelegido en 1801. Prodigándose incansablemente por su pueblo con verdadero espíritu evangélico, fray Antonio desempeñó numerosas actividades al servicio de su Orden y de la Iglesia, entre las que figuran la de definidor de la provincia de la Inmaculada Concepción, visitador general y presidente del capítulo. Falleció el 23 de diciembre de 1822. Sus restos mortales descansan en la iglesia del "Recolhimento da Luz".

El Papa Juan Pablo II lo beatificó el domingo 25 de octubre de 1998, en la plaza de San Pedro. Fue canonizado por Benedicto XVI en São Paulo, Brasil, el 11 de mayo de 2007, siendo el primer santo nacido en tierras brasileñas.

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11:00 p.m.

Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net

Pablo Meléndez Gonzalo, padre de familia numerosa, abogado y periodista, había nacido en Valencia (España) el 7 de noviembre de 1876. A los 14 años perdió a su padre. Desde ese momento, dedicó el tiempo disponible que le dejaba la escuela para ayudar a su madre y a otros 6 hermanos menores que él.

Dios le concedió una vida espiritual intensa, profunda, sincera. A los 15 años ingresó en las congregaciones marianas, y pronto pudo participar en los grupos de Adoración nocturna. Además, su amor a Dios le llevaba a amar a los demás, especialmente a los enfermos (con frecuencia iba a visitarlos). Todo lo hacía con la fuerza que le daba su continuo contacto con Jesús: iba a misa y recibía la comunión diariamente.

Estudió derecho en la Universidad de Valencia y obtuvo excelentes notas. Pero ello no le apartó de sus convicciones: sus compañeros y profesores notaron en seguida la fe profunda y el compromiso que Pablo tenía con la Iglesia. Por esa fe y esa convicción participó activamente en la Juventud Católica, de la que llegó a ser presidente para la zona de Valencia.

Terminados los estudios, empezó a trabajar como abogado. También fue un buen periodista. Con el tiempo, llegó a ser director del periódico “Las Provincias”.

El 25 de enero de 1904 se casó con Dolores Boscá. Dios bendijo a los esposos con 10 hijos: Pablo, Antonio, Alberto, Rafael, Carlos, María Teresa, María de los Desamparados, María Luisa, Josefa y María Dolores.

También participó en política, como miembro de la Liga católica, y ocupó algunos cargos públicos en su ciudad. Por eso, era conocido su compromiso por defender la moralidad pública y la libertad religiosa de la Iglesia. En la España de aquellos años este compromiso público podía ser muy peligroso, más en una Valencia en la que se notaba una especial hostilidad de algunos contra todo lo que “oliese a incienso” (como se decía despectivamente de la gente de la Iglesia).

Los hechos se precipitan a partir de 1931. La tensión política es muy alta en los años iniciales de la II República española. En 1934 se produce un primer intento, fracasado, de revolución izquierdista. Pero el ambiente sigue sumamente tenso, una tensión que culmina en julio de 1936 con el inicio de la guerra civil española.

Pablo Meléndez se encuentra, ese mes de julio, en un pueblo de la provincia, Paterna. La zona queda bajo gobierno de las autoridades republicanas y de los comités comunistas y revolucionarios, que no dudarán en poner en marcha una persecución sistemática contra muchos católicos.

Pablo sufre un primer registro como sospechoso, pero no es arrestado. Se traslada a la ciudad de Valencia. No le resulta posible buscar un escondite, pues tiene que proveer de atención médica a uno de sus hijos, Carlos, que está gravemente enfermo. Algunos le ofrecen ayuda para escapar, pues saben que su vida corre peligro, pero Pablo se niega: antes está el cuidado de su hijo.

Pasados algunos meses, el peligro se hace realidad. El 25 de octubre, hacia las 6 de la tarde, llegan a arrestarle. Se lo llevan con uno de sus hijos, Alberto. Uno de los que le detiene pregunta: “¿es usted católico?” Pablo Meléndez contesta con seguridad: “soy católico, apostólico y romano”.

La orden de arresto viene del Gobierno civil de Valencia, a petición del Consejo provincial de Vigilancia popular antifascista, y con un motivo sumamente concreto: Pablo Meléndez era conocido como persona comprometida con su fe católica.

Pasa a la cárcel, y allí parece sentirse algo seguro, aunque todo puede cambiar en un instante. Un compañero de prisión le pregunta si cree que saldrán vivos. Pablo le responde: “si la Providencia nos destina para mártires nos fusilarán, y si no, quedaremos libres”. Otro de los compañeros de prisión le escucha decir lo siguiente: “estamos aquí pues Dios lo ha permitido, en sus manos estamos. He ordenado a mi familia que no haga gestiones para conseguir mi libertad. Sólo pido al Señor me dé su amor y gracia, y esto me basta”. Esa última frase le gusta mucho. La repite cuando le informan que su hijo Carlos acaba de fallecer.

Se acerca la navidad de 1936. Para todo cristiano, una fiesta grande. Pablo Meléndez no sabe, quizá, que va a celebrar esa fiesta en el cielo, acompañado por sus hijo Alberto y Carlos.

El día 24 de diciembre, en la madrugada, sacan de la cárcel a Pablo y a Alberto, y los fusilan con rapidez. A la familia les dicen que los han puesto en libertad. Una de las hijas, sin embargo, sospecha lo que acaba de ocurrir. Va al cementerio, y encuentra los cadáveres de su padre y de su hermano, acribillados por las balas.

“Estamos aquí porque Dios lo ha permitido”. La vida y la muerte pertenecen a Dios, aunque a veces los hombres sienten que son ellos quienes deciden y escriben la historia. La historia terrena de Pablo Meléndez y de su hijo terminó así, en vísperas de la Navidad.

No resulta fácil comprender por qué Dios permitió su muerte, por qué privó a una familia numerosa de aquel padre que tanto amaba a los suyos. Desde la fe sabemos, sin embargo, que Pablo no dejó a los suyos: Dios lo acogió en su seno. Desde el cielo, supo seguir cerca de la familia, cerca también de todos los que seguimos en camino hacia la Casa del Padre.

La Iglesia ha sabido reconocer su fidelidad al amor y nos lo presenta como ejemplo para nuestra vida diaria. Fue declarado beato por Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001.

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5:47 p.m.

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Juan Wacienga (San Juan de Kety, Kanty, Cancio o Kenty), presbítero y filósofo polaco, Patrono de Polonia, el cual, siendo sacerdote, se dedicó a la enseñanza durante muchos años en la Academia de Cracovia, después recibió el encargo pastoral de la parroquia de Olkusia, en donde, añadiendo a la recta fe un cúmulo de virtudes, se convirtió para los cooperadores y discípulos en ejemplo de piedad y caridad hacia el prójimo, y después emigró a los gozos celestiales en Cracovia, ciudad de Polonia.

5:47 p.m.

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En Chartres, de la Galia, san Ivón, obispo, que reformó la orden de los canónigos e hizo y escribió mucho en favor del sacerdocio, la concordia del imperio y la utilidad de la Iglesia.

11:12 p.m.
San Dionisio de Alejandría, en su carta a Fabiano de Antioquía, hablando de los cristianos egipcios que padecieron en la persecución de Decio, cuenta que muchos fueron arrojados al desierto, donde murieron de hambre, de sed, de insolación, o perecieron atacados por las fieras o por hombres no menos feroces.

Otros muchos cristianos fueron vendidos como esclavos; cuando escribía San Dionisio, muy pocos habían sido rescatados.

El santo menciona en particular al anciano obispo de Nilópolis, Queremón, quien había ido a refugiarse a las montañas de Arabia con otro compañero y a quien nadie había vuelto a ver.

Los cristianos los buscaron, pero no lograron encontrar ni siquiera los cadáveres.

El Martirologio Romano conmemora a estos dos mártires el día de hoy.

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11:12 p.m.
En la cripta de San Saturnino de Toulouse, se compendió taxativamente en estos términos, debajo de unas reliquias:

"San Honorato, segundo Obispo de Toulouse. Había nacido en la provincia de España llamada Tarraconensis. Fue convertido y bautizado en Pamplona por San Saturnino, al cual se vinculó de una manera especial."

"Después del martirio del apóstol de Toulouse, fue llamado a sucederle. Él confirió la unción episcopal a San Fermín, primer Obispo de Amiens, y que era como él uno de los más ilustres convertidos de Pamplona."

No sólo Toulouse, en la cripta de su catedral venera destacadamente el sepulcro de San Honorato. También la catedral de Amiens conserva su figura en piedra, formando el cortejo de San Fermín

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11:12 p.m.

Por: P. Felipe Santos | Fuente: Cathoic.net

Monja Clarisa

Etimológicamente significa “franca, libre”. Viene de la lengua alemana.

Moisés dice: “Abre la mano a tu hermano, a aquel de los tuyos que es humillado y pobre en tu tierra”.

Fue una monja clarisa del siglo XIII.

Cuando se visita Así, la cuna de san Francisco y de santa Clara, hay un convento, el de san Damián, que muestra un portento de la fundadora de las clarisas.

La santa que hoy veneramos, tuvo parte activa en este portento.

Santa Clara cayó enferma con la invasión sarracena. Fue a socorrerla Francisco de Colledimezzo, mientras mantenía elevado el pan eucarístico enfrente de sus opresores.

Francisca fue una seguidora fiel de santa Clara. De su alma y de su trato aprendió y mamo el carisma mejor que nadie.

El testimonio atrae mucho más que los escritos y las palabras.

Su contacto personal hizo que floreciera en esta joven el amor por la contemplación y la vida de oración tal y como lo vivía santa Clara.

Eran como palomas que seguían con su vuelo a la fundadora adondequiera que fuera.
Era un grupo de mujeres llenas de amistad, no sólo sentimental, sino perfumada con el amor sobrenatural a Jesucristo y a todo el santo Evangelio.

Francisca fue la confidente del corazón de santa Clara. Ella nunca se ausentó de Asís hasta la muerte de santa Clara.

Su cuerpo se encuentra en la cripta de la iglesia de san Damián.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

“Muchos reciben consejos; sólo los sabios les sacan provecho” (Siro).

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Hermanos Franciscanos

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