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Sacerdote, doctor sutil y mariano (1265‑1308). Juan Pablo II aprobó su culto el 20 de marzo de 1993.

Juan Escoto nació en Duns, en Escocia, hacia 1265, entró en la Orden de los Hermanos Menores hacia 1280 y fue ordenado sacerdote el 17 de abril de 1291. Completó los estudios entre 1291 y 1296 en París.


Luego enseñó en Cambridge, Oxford y París, como bachiller, comentaba las “Sentencias” de Pedro Lombardo.


Tuvo que abandonar la universidad, por no haber querido firmar una apelación al Concilio contra Bonifacio VIII, promovida por Felipe el Hermoso, rey de Francia.


Regresó allí el año siguiente para obtener el doctorado, con una carta de presentación del Ministro general de la Orden, Padre Gonzalo Hispánico, que había sido su maestro, en la cual lo recomendaba como plenamente docto “sea por la larga experiencia, sea por la fama que se había extendido por todas partes, de su vida laudable, de su ciencia excelente y del ingenio sutilísimo” del candidato.


A fines de 1307 Juan Duns Escoto estaba en Colonia, donde enseñó. Quizás no hay doctor medieval más sobresaliente que este franciscano escocés, que estudió en Oxford, enseñó en París, fue expulsado por Felipe el Hermoso porque no quiso firmar la apelación antipapal y murió en Colonia, a la edad en que los otros filósofos comienzan a producir, como si la llama del pensamiento le hubiese quemado la juventud.


El título de “Doctor Sutil” que le dieron, dice toda su sublimidad. Sus teorías sobre la Virgen y sobre la encarnación obtienen después de siglos la confirmación en el dogma de la Inmaculada Concepción y en el culto a la realeza de Cristo.


Elabora el misticismo pensante de San Buenaventura. Escoto es un metafísico y un teólogo.


Empleó su agudeza de ingenio en la sistematización de los grandes amores de San Francisco: Jesucristo y la Virgen Santísima. La posteridad también lo ha llamado “Doctor del Verbo Encarnado” y “Doctor Mariano”.


Tuvo numerosos discípulos y muy pronto llegó a ser y siguió siendo el jefe de la escuela franciscana, que se inició con el Beato Alejandro de Hales, se desarrolló con San Buenaventura, doctor Seráfico de la Iglesia, y llegó a su culminación en el Beato Juan Duns Escoto.


Su doctrina está en perfecta armonía con su espiritualidad.


Después de Jesús, la Virgen Santísima ocupó el primer puesto en su vida. Duns Escoto es el teólogo por excelencia de la Inmaculada Concepción.


El estudio de los privilegios de María ocupó un puesto importantísimo en su vida. En una disputa pública, permaneció silencioso hasta que unos 200 teólogos expusieron y probaron sus sentencias de que Dios no había querido libre de pecado original a la Madre de su Hijo.


Por último, después de todos, se levantó Juan Duns Escoto, tomó la palabra, y refutó uno por uno todos los argumentos aducidos contra el privilegio mariano; y demostró con la Sagrada Escritura, con los escritos de los Santos Padres y con agudísima dialéctica, que un tal privilegio era conforme con la fe y que por lo mismo se debía atribuir a la gran Madre de Dios. Fue el triunfo más clamoroso en la célebre Sorbona, sintetizado en el célebre axioma: “Potuit, decuit, ergo fecit (Podía, convenía, luego lo hizo)”.


En Colonia, donde enseñaba, murió el 8 de noviembre de 1308.



(1706‑ 1745), Virgen de la Segunda Orden. Beatificada por Juan Pablo II el de 10 de octubre de 1993.

Isabel María nació en Venecia, hija de Pedro Satellico y Lucía Mander, el 31 de diciembre de 1706, se educó al lado de sus padres y un tío sacerdote. De salud débil pero especialmente dotada para la música y el canto, y gran disposición para la oración.


Recibida entre las Clarisas de Ostra Vetere como educanda prestó servicio como directora del canto y organista. A los 19 años de edad fue recibida al noviciado y tomó el nombre de María Crucificada, por su devoción a la Santísima Virgen y a la Pasión de Cristo.


A la sublime contemplación unía gran austeridad y penitencia, con las cuales se hacía más plenamente partícipe de la Pasión del Señor. Su ideal fue la perfecta conformación a Cristo Crucificado, unida a la caridad para con el prójimo, y una filial devoción a la Santísima Virgen. Elegida abadesa, se distinguió por su solicitud para con las hermanas y con los pobres.


Murió el 8 de noviembre de 1745.



Etimológicamente significa “fuerte en el combate”. Viene de la lengua alemana.

El joven Ernesto, muerto en el año 1147, vivió de lleno en la época de la primera cruzada (1099).


Fue ella la que permitió abrir nuevos caminos para los Lugares santos a todos los peregrinos.


Y además, permitió la fundación de cuatro pequeños estados cristianos en tierras del Islám: Jerusalén, Antioquía, Edesa y Trípoli.


Sin embargo, desde 1144, la caída de Edesa mostró que los musulmanes podían volver a coger lo que los franceses les habían arrebatado anteriormente, incluida Jerusalén.


Esto dio lugar a la segunda cruzada (1147-1149).


Se sabe por la historia que fue un desatino.


De los 200.000 hombres y mujeres que partieron para el Oriente, volvieron sólo algunos miles.


Ernesto de Steisslingen fue uno de ellos. En su juventud entró de monje en la abadía de Zwiefalten, que da al bello lago de Constanza.


Lo eligieron abad durante cinco años para dirigir humana y espiritualmente a los sesenta y dos monjes que la habitaban.


Al término de su mandato, se marchó de nuevo a la cruzada con el ejército alemán, comandado por el emperador Conrado III.


Cuando se despidió de sus hermanos religiosos, les dijo: "Creo que no volveré a veros en esta tierra, pues Dios me concederá que vierta mi sangre por él. Poco importa la muerte que me reserva, si me permite sufrir por el amor de Cristo".


Sus predicciones se cumplieron. Y desde entonces no se supo nunca cómo y dónde murió.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!


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Fundador

Noviembre 7




Etimológicamente significa “floreciente”. Viene de la lengua latina.


Dice Isaías: “ Buscad al Señor, él se dejará encontrar pues es grande su perdón”.


Como estás viendo por el Santoral, hay santos de todas las condiciones sociales. La santidad es un deber de todo creyente.


Florencio pertenecía a una de las familias más ilustres de Irlanda.


Había oído hablar de Jesús. Y sin pensárselo dos veces, emprendió camino hacia Francia.


La razón no era otra que sabía que existían buenos maestros en la fe del Resucitado.


Se preparó a fondo para recibir el bautismo y hacerse cristiano. Se dio perfecta cuenta deque Dios lo llamaba a que comenzara el sendero de la santidad.


Ya establecido en Francia, construyó una ermita en Alsacia muy cerca del río Hazle, en los Vosgos.

Allí se pasaba el día haciendo oración de contemplación antele bello paisaje que le brindaba la naturaleza.


Poco a poco la gente se fue enterando de que allí había un ermitaño con fama de santidad.


El mismo rey Dagoberto iba a menudo a esta región. Se enteró de los prodigios que hacía el solitario irlandés.


Tras haber hablado con él, le nombró obispo de Strasburgo. Era un privilegio que tenían entonces algunos reyes cristianos.


No quería aceptar, pero al fin cedió por los intensos ruegos del monarca.


Y dice su biografía que lo hizo tan bien que se convirtió en el padre y guía de todos sus feligreses.


Fundó el monasterio de Haselach y la colegiata de santo Tomás, que fueron dos centros de verdadera espiritualidad. Murió en el año 693.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!



Cuando los godos tomaron la ciudad de Perugia, después de siete años de sitio, el rey Totila condenó al obispo Herculano a una muerte terrible, ya que los verdugos debían arrancarle tiras de piel desde la cabeza hasta los pies antes de decapitarle.

El encargado de ejecutar la tortura fue suficientemente humano para cortarle la cabeza antes de haberle arrancado toda la piel. Era el año 547 de nuestra era.


El cuerpo del mártir fue arrojado en las afueras de la ciudad. Los cristianos se apresuraron a sepultar el cadáver junto con la cabeza.


San Gregorio el Grande afirma que, cuando lo desenterraron para trasladarlo a la iglesia de San Pedro, cuarenta días después, la cabeza estaba unida al tronco como si nunca hubiese sido cortada.


Sobre el santo que nos ocupa, se tiene el dato cierto de que un joven que buscó refugio en Perugia, cuando todos tomaron Tifernum (Cita di Castello), recibió allí la ordenación sacerdotal de manos de San Herculano. Posteriormente, aquel sacerdote fue el obispo de Tifernum y fue canonizado como San Florindo, a quien se conmemora el 13 de este mes.


Los habitantes de Perugia veneran también a otro San Herculano obispo de dicha ciudad. Según se dice, era un sirio que había ido a Roma, de donde fue enviado a evangelizar Perugia. Ahí murió martirizado. Probablemente los dos Herculanos se identifican.











Severo, Santo
Severo, Santo

Noviembre 6

Mártir


Quizá fue por estas tierras donde se cumplió el deseo de San Pablo puesto por escrito de venir a evangelizar España. El caso es que desde los primeros tiempos cristianos se cuenta con una hermosa comunidad de fieles de Jesucristo en la romana provincia tarraconense. Es un colectivo abundante y bien cuidado que ya cuenta con mártires, desde la persecución de Valeriano, como San Fructuoso.


A San Severo se le sitúa concretamente, en Barcelona.


No tenemos datos sobre su nacimiento e infancia. También se desconocen testimonios históricos de su acción pastoral, de su muerte y de su sepultura. Algún historiador ha llegado a negar, por estos motivos, incluso la existencia de San Severo.


Se conocen las actas de su martirio redactadas en tiempo posterior y con añadiduras e interpolaciones, habituales en este tipo de relatos de mediados del siglo VI. Es frecuente encontrar mezclas de elementos que bien pueden ser adecuados a la veracidad de los hechos con otros elementos apócrifos provenientes del cariño, respeto y simpatía con que los creyentes adornan con imágenes que, provenientes de la fantasía —por una parte convincentes y por otra parte ejemplarizantes—, acercan al momento presente la personalidad del modelo del que se habla. Se incluyen en este tipo de relato aderezos que pretenden resaltar la Providencia de Dios complacido en la actitud decidida hasta la muerte del mártir o del santo.


Al relator nos atenemos.


La época del acontecimiento está situada durante la persecución de Diocleciano, soliviantado por el césar Galerio, que se propone, para depurar el ejército, eliminar del imperio el nombre cristiano. El presidente Daciano, que centra su atención en quienes hacen cabeza para escarmiento del pueblo, ha tomado muy a pecho la orden de exterminio.


San Severo es obispo de Barcelona por el año 300. Se le conoce como un pastor entregado ejemplar y completamente a su rebaño que ha sabido distinguirse por su celo y fidelidad a la fe. Sabe que las órdenes de Daciano son tajantes en lo que atañe a poner por obra los edictos del emperador. Piensa en un primer momento esconderse para seguir ayudando a los fieles desde la clandestinidad y pasa al Castro Octaviano, al otro lado de la montaña. En su marcha se encuentra con Emeterio, que siembra sus tierras y a quien reconoce como cristiano. El obispo le anima a perseverar en la fe aún en la persecución presente, encargándole de decir la verdad a sus perseguidores, en el caso de que se presenten.


Al separarse —cándida narración—, Dios interviene haciendo que las habas del campo recién sembrado crezcan y se pongan en flor. Al acercarse los soldados pidiendo información a Emeterio, él les dirá: "ha pasado por aquí" y, cuando le pregunten por el tiempo contestará enfáticamente: "cuando sembraba estas habas". El buen cristiano no ha querido ofender a Dios con la mentira, ha obedecido a su obispo, y, al mismo tiempo, ha puesto los recursos humanos para salvar la vida del fugitivo. Pero nada de esto impide que los soldados, furiosos, se sientan burlados, lo apresen y lleven ante el tribunal del presidente.


El obispo Severo, acompañado de otros sacerdotes, ha tomado la decisión de presentarse voluntariamente a los romanos.


Donde hoy es San Cugat, son decapitados los sacerdotes acompañantes del obispo y Emeterio; se espera la claudicación de Severo obispo a la vista de tanta atrocidad. Ante su pertinaz resistencia en la tortura y en los azotes con látigos emplomados, un verdugo coloca un clavo en su cabeza y otro sayón la atraviesa de un mazazo.


Bien hacen los barceloneses en honrar hoy la memoria de este obispo santo en la conocidísima y barroca Iglesia de San Severo, cercana a la catedral. Antes que ellos, ya le tuvo devoción el rey Fernando el Católico y, antes aún, el rey Martín de Aragón fue curado de gangrena en una pierna próxima a la amputación.



Etimológicamente significa “madre de la tierra”. Viene de la lengua eslava y griega.

En tu mesa, el espíritu de fiesta trasluce de sencillez. El compartir hace de tu hogar un lugar de paz, un lugar de bondad.


San Demetrio vivió en el siglo X. Su veneración es muy grande en la isla de Chipre, en la que fue obispo.

Su nombre es de claro origen pagano. Demetria es la “madre tierra” de los griegos.


Pero este nombre se bautizó con la sangre de muchos mártires, esparcidos por aquí y por allá en los calendarios.


Chipre era la patria mítica de Venere. Los padres del futuro santo, buenos cristianos, aunque preocupados por su felicidad humana, hicieron que se casara a los 15 años con una dulce chica que murió al poco tiempo de su matrimonio.


Demetrio, que era todavía muy joven, se retiró a un monasterio. Con el paso de los años, comprendió que era muy importante para él la penitencia y su entrega a la vida eremítica.


Tenía 40 años. Se había formado en torno a su persona una fama inmensa de que era un buen curandero de cuerpos y de almas.


El obispo lo nombró su coadjutor y para ello, naturalmente, tuvo que ordenarlo de sacerdote.


A la muerte del obispo, Demetrio volvió al monasterio, en el que lo eligieron abad. Estuvo poco tiempo, porque en seguida fue consagrado obispo de Chipre.


No quería esta dignidad. Se escondió por un tiempo, hasta que un buen amigo suyo le hizo recapacitar. Fue un gran obispo ceñoso y entregado a los pobres. Murió en el año 915.


¡Felicidades a quien lleve este nombre!


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498 mártires que dieron la vida por Cristo durante la persecución religiosa de los años treinta del siglo XX en España fueron beatificados el 28 de Octubre por Su Santidad Benedicto XVI.

Ellos derramaron su sangre por la fe durante la persecución religiosa en España, en los años mil novecientos treinta y cuatro, treinta y seis y treinta y siete. Entre ellos hay obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos, mujeres y hombres; tres de ellos tenían dieciséis años y el mayor setenta y ocho.


Este grupo tan numeroso de beatos manifestaron hasta el martirio su amor a Jesucristo, su fidelidad a la Iglesia Católica y su intercesión ante Dios por todo el mundo. Antes de morir perdonaron a quienes les perseguían –es más, rezaron por ellos–, como consta en los procesos de beatificación instruidos en las archidiócesis de Barcelona, Burgos, Madrid, Mérida-Badajoz, Oviedo, Sevilla y Toledo; y en la diócesis de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Gerona, Jaén, Málaga y Santander.


LISTADO POR ORDEN ALFABÉTICO


Abilio Sáiz López, O.P.

Adelfa Soro Bo, O.P.

Adolfo Jaime (Antonio Serra Hortal), F.S.C.

Adolfo Mariano (Mariano Anel Andreu), F.S.C.

Agapio (José Luis Carrera Comas), F.S.C.

Agapito León (Remigio Olalla Aldea), F.S.C.

Agrícola Rodríguez G. de los Huertos Sac. Dioc.

Agustín Renedo Martino, O.S.A.

Alberto (Nestor Vivar Valdivielso), F.M.S.

Alfonso del Sagrado Corazón de María, O.C.D.

Alfredo Fanjul Acebal, O.P.

Alonso Sánchez Hernández-Raner, O.F.M.

Álvaro Santos Cejudo, Laico

Amado Cubeñas Diego-Madrazo, O.P.

Anastasio Díez García, O.S.A.

Anastasio Garzón González, S.D.B.

Anastasio González Rodríguez, O.F.M.

Anastasio María Dorca Coromina, O.Carm.

Andrés Corsino M. Solé Rovira, O.Carm.

Andrés Gómez Sáez, S.D.B.

Andrés Jiménez Galera, S.D.B.

Andrés Majadas Málaga, O.F.M.

Ángel Andrés (Lucio Izquierdo López), F.M.S.

Ángel Hernández-Ranera de Diego, O.F.M.

Ángel María Prat Hostench, O.Carm.

Ángel María Presta Batlle, O.Carm.

Ángel Pérez Santos, O.S.A.

Ángeles (Mercedes Tuní Ustech), A.A.S.C.

Anselmo (Aniceto Falgueras Casellas), F.M.S.

Antero Mateo García, Laico

Antolín (Antonio Roig Alibau), F.M.S.

Antolín Astorga Díaz, O.S.A.

Antonio Cid Rodríguez, S.D.B.

Antonio Enrique Canut Isús, S.D.B.

Antonio Fernández Camacho, S.D.B.

Antonio María Arriaga Anduiza, O.S.A.

Antonio María de Jesús, O.C.D.

Antonio Mohedano Larriva, S.D.B.

Antonio Pancorbo López, S.D.B.

Antonio Rodrigo Anton, O.F.M.

Antonio Rodríguez Blanco, Sac. Dioc.

Antonio Sáez de Ibarra López, O.F.M.

Antonio Torrero Luque, S.D.B.

Antonio Varona Ortega, O.P.

Apolonia Lizarraga del Santísimo Sacramento, C.C.V.

Arnoldo Julián (Jesús Juan Otero), F.S.C.

Arturo García de la Fuente, O.S.A.

Avelino Rodríguez Alonso, O.S.A.


Balbino Villarroel Villarroel, O.S.A.

Bartolomé Blanco Márquez, Laico

Bartolomé Rodríguez Soria, Sac. Dioc.

Baudillo (Pedro Ciordia Hernández), F.M.S.

Belarmina de Jesús (Belarmina Pérez Martínez), A.A.S.C.

Benedicto José (José Bardalet Compte), F.S.C.

Benigno Prieto del Pozo, O.F.M.

Benito Alcalde González, O.S.A.

Benito Clemente (Félix España Ortiz), F.S.C.

Benito Garnelo Álvarez, O.S.A.

Benito Rodríguez González, O.S.A.

Benito Velasco Velasco, O.S.A.

Bernabé (Casimiro Riba Pi), F.M.S.

Bernardino Álvarez Melcón, O.S.A.

Bernardino Calle Franco, O.S.A.

Bernardino Irurzun Otermín, O.P.

Bernardo (Plácido Fábrega Juliá), F.M.S.

Blasa de María (Juana Pérez de Labeaga García), A.A.S.C.

Borja de Jesús (Mª Zenona Aranzábal Barrutia), A.A.S.C.

Buenaventura García Paredes, O.P.


Cándido Alberto (José Ruiz de la Torre), F.S.C.

Carlos Jorge (Dalmacio Bellota Pérez), F.S.C.

Carlos Rafael (Carlos Brengaret, Pujol), F.M.S.

Carmelo Juan Pérez Rodríguez, S.D.B.

Casta de Jesús (Teresa Vives y Missé), A.A.S.C.

Catalina Caldés Socias, O.F.M.

Cayetano José (Ramón Palos Gascón), F.S.C.

Cecilia (Concepción Iglesias del Campo), A.A.S.C.

Celestino Antonio (Ismael Barrio Marquilla), F.S.C.

Celestino José Alonso Villar, O.P.

Cipriano Alguacil Torredenaida, O.P.

Cipriano Polo García, O.S.A.

Cirilo Pedro (Cecilio Manrique Arnáiz), F.S.C.

Claudio Julián García San Roma, O.S.A.

Clemente de los Sagrados Corazones (Clemente López Yagüe), O.C.D.

Conrado Rodríguez Gutiérrez, O.S.A.

Constancio de S. José (José Mata Luis), O.C.D.

Constantino Malumbres Francés, O.S.A.

Crisóstomo (José Llorach Bretó), F.S.C.

Cristóbal Iturriaga-Echevarría, O.P.

Cruz Laplana y Laguna, Obispo


Dámaso Arconada Merino, O.S.A.

Dámaso Luis (Antolín Martínez Martínez), F.S.C.

Daniel de la Sagrada Pasión (Daniel Mora Nine), O.C.D.

Daniela de San Bernabé, C.M.

Diego Hompanera París, O.S.A.

Dionisio Luis (Mateo Molinos Coloma), F.S.C.

Dionisio Martín (José Cesari Mercadal), F.M.S.

Dionisio Terceño Vicente, O.S.A.

Dionisio Ullívarri Barajuán, S.D.B.

Domingo Alonso de Frutos, O.F.M.

Domingo Sánchez Lázaro, Sac. Dioc.


Edmundo Ángel (Pedro Masó Llagostera), F.S.C.

Eduardo del Niño Jesús, O.C.D.

Eduardo González Santo Domingo, O.P.

Eduardo María Serrano Buj, O.Carm.

Eleuterio Marne Mansilla, O.P.

Elías María Garre Egea, O.Carm.

Eliseo de Jesús Crucificado (Esteban Cuevas Casquero), O.C.D.

Eliseo M. Fontdecava Quiroga, O.Carm.

Eliseo María Maneus Besalduch, O.Carm.

Eliseo Miguel Largo, O.P.

Eliseo Vicente (Vicente Alberich Lluch), F.S.C.

Emerío José (José Plana Rebugent), F.S.C.

Emilio Arce Díez, S.D.B.

Emilio Camino Noval, O.S.A.

Enrique Canal Gómez, O.P.

Enrique Izquierdo Palacios, O.P.

Enrique Sáiz Aparicio, S.D.B.

Enrique Serra Chorro, O.S.A.

Enrique Vidaurreta Palma, Sac. Dioc.

Epifanio Gómez Álvaro, O.S.A.

Epifanio, (Fernando Suñer Estrach) F.M.S.

Esiquio José (Baldomero Margenat Puigmitjá), F.S.C.

Esperanza de la Cruz, C.M.

Estanislao García Obeso, O.P.

Estanislao Víctor (Augusto Cordero Fernández), F.S.C.

Esteban Cobo Sanz, S.D.B.

Esteban García García, S.D.B.

Esteban García Suárez, O.S.A.

Esteban Vázquez Alonso, S.D.B.

Eufrasio del Niño Jesús (Barredo Fernández), O.C.D.

Eufrosino María Raga Nadal, O.Carm.

Eugenio Andrés Amo, O.P.

Eugenio Cernuda Febrero, O.S.A.

Eusebio Andrés (Eusebio Roldán Vielba), F.S.C.

Eusebio del Niño Jesús (Ovidio Fernández Arenillas), O.C.D.

Eustaquio (Luis Villanueva Montoya), F.S.C.


Federico Cobo Sanz, S.D.B.

Federico Herrera Bermejo, O.F.M.

Felipa (Felipa Gutiérrez Garay), A.A.S.C.

Felipe Barba Chamorro, O.S.A.

Felipe José (Fermín Latienda Azpilicueta) , F.M.S.

Felipe José (Pedro Juan Álvarez Pérez), F.S.C.

Félix Alonso Muñiz, O.P.

Félix de la Virgen del Carmen (Luis Gómez de Pablo), O.C.D.

Félix Echevarría Gorostiaga, O.F.M.

Félix Gómez-Pinto Piñero, O.F.M.

Félix González Bustos, Sac. Dioc.

Félix González Tejedor, S.D.B.

Félix José (José Trilla Lastra), F.S.C.

Félix León (Felíx Ayúcar Eraso), F.M.S.

Félix Maroto Moreno, O.F.M.

Félix Paco Escartín, S.D.B.

Fernando Español, Sac. Dioc.

Fernando M. Llovera Puigsech, O.Carm.

Florencio Alonso Ruiz, O.S.A.

Florencio Arnaiz Cejudo, S.M.

Florencio Miguel (Ruperto García Arce), F.S.C.

Florencio Rodríguez Guemes, S.D.B.

Fortunato Andrés (Fortunto Ruíz Peña), F.M.S.

Fortunato Arias Sánchez, Sac. Dioc.

Fortunato Merino Vegas, O.S.A.

Francésc Mayol Oliver, M.SS.CC.

Francisca de la Encarnación (María Francisca Espejo y Martos), O.SS.T.

Francisco Alfredo (Francisco Mallo Sánchez), F.S.C.

Francisco Carlés González, O.F.M.

Francisco Edreira Mosquera, S.D.B.

Francisco Fernández Escosura, O.P.

Francisco Fuente Puebla, O.S.A.

Francisco José Martín López de Arroyave, S.D.B.

Francisco López-Gasco Fernández- Largo, Sac. Dioc.

Francisco Magín (Antonio Tost Llavería), F.S.C.

Francisco Maqueda López, Subdiácono

Francisco Marcos del Río, O.S.A.

Francisco Míguez Fernández, S.D.B.

Froilán Lanero Villadangos, O.S.A.

Frumencio (Julio García Galarza), F.M.S.


Gabino Olaso Zabala, O.S.A.

Gabriel de la Anunciación, O.C.D.

Gabriel Eduardo (Segismundo Hidalgo Martínez), F.M.S.

Gabriela de San Juan de la Cruz, C.M.

Gaudencio (Juan Tubau Perello), F.M.S.

Gerardo Gil Leal, O.S.A.

Gerardo Pascual Mata, O.S.A.

Germán Caballero Atienza, O.P.

Germán Martín Martín, S.D.B.

Gil Felipe (Felipe Ruíz Peña), F.M.S.

Gregorio Díez Pérez, O.P.


Heliodoro Merino Merino, O.S.A.

Heliodoro Ramos García, S.D.B.

Herlinda (Aúrea González Fernández), A.A.S.C.

Hermenegildo Lorenzo (Modesto Sáez Manzanares), F.S.C.

Hermilo de San Eliseo (Pedro Ramón Rodríguez Calle), O.C.D.

Hermógenes (Antonio Badía Andalé), F.M.S.

Higinio de Mata Díez, S.D.B.

Higinio Roldán Iriberri, O.P.

Hilarión Eugenio (Eugenio Cuesta Padierna), F.S.C.

Honesto María (Francisco Pujol Espinalt), F.S.C.

Honorato Alfredo (Agustín Pedro Calvo), F.S.C.

Honorio Hernández Martín, S.D.B.

Hugo Julián (Julián Delgado Díez), F.S.C.


Ildefonso Luis (José Llorach Bretó), F.S.C.

Indalecio María (Marcos Morón Casas), F.S.C.

Inocencio García Díez, O.P.

Isabelino Carmona Fernández, O.P.

Isaías María (Victoriano Martínez Martín), F.M.S.

Isidro Mediavilla Campo, O.S.A.

Isidro Ordoñez Díez, O.P.

Ismael (Nicolás Ran Goñi), F.M.S.


Jacinto García Riesco, O.P.

Jacinto Martínez Ayuela, O.S.A.

Jacob Samuel (José Enrique Chamayou Oulés), F.S.C.

Jaime Bertino (Antonio Jaume Secases), F.S.C.

Jaime de Santa Teresa, O.C.D.

Jaime Ramón (Jaime Morella Bruguera), F.M.S.

Jesús Largo Manrique, O.S.A.

Jesús Villaverde Andrés, O.P.

Joaquín de la Madrid Arespacochaga, Sac. Dioc.

Joaquín de San José, O.C.D.

Joaquín García Ferrero, O.S.A.

Joaquín Ochoa Salazar, S.M.

Jorge de San José, O.C.D.

Josafat Roque (Urbano Corral González), F.S.C.

José Agustín del Santísimo Sacramento (Tomás Mateos Sánchez), O.C.D.

José Agustín Fariña Castro, O.S.A.

José Álvarez Rodríguez, O.F.M.

José Antonio Pérez García, O.S.A.

José Aurelio Calleja del Hierro, O.S.A.

José Benito (José Mas Pujobrás), F.S.C.

José Blanco Delgado, S.D.B.

José Carmelo (Gregorio Faci Molins), F.M.S.

José Casas Ros, Seminarista

José Dalmau Regas, O.S.A.

José de Jesús María (José Vicente Hormaechea y Apoitia), O.SS.T.

José de Vega Pedraza, O.F.M.

José Delgado Pérez, O.P.

José Federico (Nicolás Pereda Revuelta), F.M.S.

José Gafo Muñiz, O.P.

José Gando Uña, O.S.A.

José Gutiérrez Arranz, O.S.A.

José Joaquín Esnaola Urteaga, O.S.A.

José Limón Limón, S.D.B.

José López Piteira, O.S.A.

José López Tascón, O.P.

José Luis Palacio Muñiz, O.P.

José María Azurmendi Mugarza, O.F.M.

José María Cánovas Martínez, Sac. Dioc.

José María Celaya Badiola, S.D.B.

José María de la Dolorosa (Vicente Álamo Jiménez), O.C.D.

José María Escoto Ruiz, O.Carm.

José María García Tabar, O.P.

José María Laguía Puerto, O.P.

José María López Carrillo, O.P.

José María Palacio Montes, O.P.

José Mariano de los Ángeles, O.C.D.

José Menéndez García, O.P.

José Noriega González, O.S.A.

José Peque Iglesias, O.S.A.

José Polo Benito, Sac. Dioc.

José Prieto Fuentes, O.P.

José Santonja Pinsach, O.P.

José Villanova Tormo, S.D.B.

Josefa de Jesús (Josefa Boix Riera), A.A.S.C.

Josefina Sauleda Paulis, O.P.

Juan Baldajos Pérez, O.S.A.

Juan Codera Marqués, S.D.B.

Juan Crespo Calleja, O.P.

Juan Crisóstomo (Juan Pelfort Planell), F.M.S.

Juan de Jesús María (Juan Otazua y Madariaga), O.SS.T.

Juan de la Virgen del Castellar (Juan Francisco Joya y Corralero), O.SS.T.

Juan de Mata (Jesús, Mechon Franco), F.M.S.

Juan de Mata Díez, Laico

Juan Duarte Martín, Diacono

Juan Herrero Arroyo, O.P.

Juan José de Jesús Crucificado, O.C.D.

Juan Larragueta Garay, S.D.B.

Juan Luis Hernández Medina, S.D.B.

Juan María Puigmitjá Rubió, O.Carm.

Juan Mendibelzúa Ocerin, O.P.

Juan Monedero Fernández, O.S.A.

Juan Pérez Rodríguez, O.S.A.

Juan Sánchez Sánchez, O.S.A.

Julián Navío Colado, O.F.M.

Julián Zarco Cuevas, O.S.A.

Julio Alfonso (Valeriano Ruíz Peral), F.S.C.

Julio Marcos Rodríguez, O.S.A.

Julio María Fincias, O.S.A.

Julio Melgar Salgado, Sac. Dioc.

Justino Alarcón Vera, Sac. Dioc.

Justo Arévalo y Mora, Sac. Dioc.

Justo Juanes Santos, S.D.B.


Ladislao Luis (Isidro Muñoz Antolín), F.S.C.

Lamberto Carlos (Jaime Mases Boncompte), F.S.C.

Laureano Carlos (Pedro Sitjes Puig), F.M.S.

Laurentino (Mariano Alonso Fuente), F.M.S.

León Justino (Francisco del Valle Villar), F.S.C.

Leonardo José (José María Aragonés Mateu), F.S.C.

Leoncio Arce Urrutia, O.P.

Leoncio Lope García, O.S.A.

Leónides (Jerónimo Messegue Ribera), F.M.S.

Leónides Francisco (Colóm González), F.S.C.

Leopoldo José (Florentino Redondo Insausti), F.M.S.

Liberio González Nombela, Sac. Dioc.

Licarión (Ángel Roba Osorno), F.M.S.

Lino Fernando (Victor Gutierrez Gómez), F.M.S.

Lorenzo Arribas Palacio, O.S.A.

Lorenzo Gabriel (José Figuera Rey), F.S.C.

Lorenzo Santiago (Emilio Martínez de la Pera y Álava), F.S.C.

Lucas de San José, O.C.D.

Luciano Pablo (Germán García García), F.S.C.

Luciano Ramos Villafruela, O.S.A.

Lucila María de Jesús (Lucía González García), A.A.S.C.

Lucinio Ruiz Valtierra, O.S.A.

Ludovico María Ayet Canós, O.Carm.

Luis Abia Melendro, O.S.A.

Luis Blanco Álvarez, O.S.A.

Luis de Jesús (Joseph-Louis Marcou Pecalvel) , F.S.C.

Luis de San Miguel de los Santos (Luis de Erdoiza y Zamalloa), O.SS.T.

Luis Echevarría Gorostiaga, O.F.M.

Luis Furones Furones (Arenas), O.P.

Luis Gutiérrez Calvo, O.S.A.

Luis María de la Merced, O.C.D.

Luis Martínez Alvarellos, S.D.B.

Luis Suárez Valdés, O.S.A.

Luisa de la Eucaristía (Luisa Pérez Andriá), A.A.S.C.


Mª Dolores de Jesús Crucificdo (Mª Dolores Monzón Rosales), A.A.S.C.

Mª Dolores de la Santísima Trinidad (Mª Dolores Hernández Santorcuato), A.A.S.C.

Macario Sánchez López, O.S.A.

Magdalena (Magdalena Pérez), A.A.S.C.

Magdalena Fradera Ferragutcasas, C.M.F.

Mamerto Carchano Carchano, Sac. Dioc.

Manuel Álvarez Álvarez, O.P.

Manuel Álvarez Rego de Seves, O.S.A.

Manuel Borrajo Míguez, S.D.B.

Manuel Fernández Ferro, S.D.B.

Manuel Formigo Giráldez, O.S.A.

Manuel Gómez Contioso, S.D.B.

Manuel Gutiérrez Ceballos, O.P.

Manuel Martín Pérez, S.D.B.

Manuel Moreno Martínez, O.P.

Manuel Santiago Santiago, O.P.

Manuela del Sagrado Corazón (Manuela Arriola Uranga), A.A.S.C.

Marcelino Ovejero Gómez, O.F.M.

Marcelo de Santa Ana, O.C.D.

Marcos Guerrero Prieto, O.S.A.

Marcos Pérez Andrés, O.S.A.

María de la Presentación (María García Ferreiro), A.A.S.C.

María del Camen Zaragoza Zaragoza, O.P.

María del Carmen Fradera Ferragutcasas, C.M.F.

María Patrocinio de San José, O.Carm.

María Refugio de San Ángelo, C.M.

María Rosa Adrover Martí, O.P.

María Rosa Fradera Ferragutcasas, C.M.F.

Mariano de San José (Santiago Altolaguirre Altolaguirre), O.SS.T.

Mariano León (Santos López Martínez), F.S.C.

Mariano Revilla Rico, O.S.A.

Martín Lozano Tello, O.F.M.

Martiniano (Isidro Serrano Fabón), F.M.S.

Mateo Garolera Masferrer, S.D.B.

Matías Espeso Cuevas, O.S.A.

Máxima de San José (Emilia Echeverría Fernández), A.A.S.C.

Maximino Fernández Marínas, O.P.

Máximo Valle García, O.S.A.

Melchor del Espíritu Santo (Melchor Rodríguez Villastrigo), O.SS.T.

Melchor del Niño Jesús (Melchor Martín Monge) O.C.D.

Melchor Martínez Antuña, O.S.A.

Miguel Beato Sánchez, Sac. Dioc.

Miguel Cerezal Calvo, O.S.A.

Miguel de Jesús (Jaime Puigferrer Mora), F.S.C.

Miguel Díaz Sánchez, Sac. Dioc.

Miguel Ireneo (Leocadio Rodríguez Nieto) , F.M.S.

Miguel Iturraran Laucirica, O.S.A.

Miguel Lasaga Carazo, S.D.B.

Miguel Léibar Garay, S.M.

Miguel María Solér Sala, O.Carm.

Miguel Menéndez García, O.P.

Miguel Molina de la Torre, S.D.B.

Miguel Peiró Victori, Laico

Miguel Rodríguez González, O.P.

Miguel Sanrromán Fernández, O.S.A.

Miguel Zarragúa Iturriaga, O.F.M.

Miquel Pons Ramis, M.SS.CC.

Miquela Rullan Ribot, O.F.M.


Narciso Estenaga Echevarría, Obispo

Nazario del Sagrado Corazón (Nazario del Valle González), O.C.D.

Nemesio Díez Fernández, O.S.A.

Nemesio García Rubio, O.S.A.

Nicasio Romo Rubio, O.P.

Nicolás de la Torre Merino, S.D.B.

Nicolás de Mier Francisco, O.S.A.


Olegario Ángel (Eudaldo Rodas Mas), F.S.C.

Onofre (Salvio Tolosa Alsina), F.S.C.

Otilia Alonso González, O.P.

Ovidio Beltrán (Esteban Anuncibay Letona), F.S.C.


Pablo Caballero López, S.D.B.

Pablo García Sánchez, S.D.B.

Pascual de Castro Herrera, S.D.B.

Pau Noguera Trias, M.SS.CC.

Pedro Alonso Fernández, O.S.A.

Pedro Artolozaga Mellique, S.D.B.

Pedro Buitrago Morales, Sac. Dioc.

Pedro Carbajal Pereda, O.S.A.

Pedro de la Varga Delgado, O.S.A.

Pedro Ferrer Marín, O.Carm.

Pedro Ibañez Alonso, O.P.

Pedro José de los Sagrados Corazones (Pedro Jiménez Vallejo), O.C.D.

Pedro Luis Luis, O.P.

Pedro Martínez Ramos, O.S.A.

Pedro Simón Ferrero, O.S.A.

Pedro Tomás de la Virgen del Pilar, O.C.D.

Pedro Tomás María Prat Coldecarrera, O.Carm.

Pedro Vega Ponce, O.P.

Perfecto Carrascosa Santos, O.F.M.

Perfecto de la Virgen del Carmen (Perfecto Domínguez Monge) O.C.D.

Pío Conde Conde, S.D.B.

Plácido del Niño Jesús (José Luis Collado Oliver), O.C.D.

Porfirio (Leoncio Pérez Gómez), F.M.S.

Prima de Jesús ( Mª Prima Ipiña Malzárraga), A.A.S.C.

Primitivo Sandín Miñambres, O.S.A.

Prisciliano (José Mir Pons), F.M.S.

Prudencia Canyelles Ginesta, Laica

Prudencio de la Cruz (Prudencio Gueréquiz y Guezuraga), O.SS.T.

Purificación de María (Purificación Martínez Vera), A.A.S.C.


Rafale Rodríguez Mesa, S.D.B.

Raimundo Eloy (Narciso Serra Rovira), F.S.C.

Ramiro Alonso López, O.S.A.

Ramón Alberto (Feliciano Ayúcar Eraso), F.M.S.

Ramón de la Virgen del Carmen (José Grijalvo Medel), O.C.D.

Ramón Eirín Mayo, S.D.B.

Ramón Tejado Librado, O.F.M.

Ramona Fossas Románs, O.P.

Ramona Perramón Vila, O.P.

Reginalda Reginalda Picas Planas, O.P.

Reginaldo Hernández Ramírez, O.P.

Ribogerto A. de Anta y de Barrio, Sac. Dioc.

Ricardo Marcos Reguero, O.S.A.

Ricardo Pla Espí, Sac. Dioc.

Román Martín Mata, O.S.A.

Romualdo de Santa Catalina, O.C.D.

Rosa Jutglar Gallart, O.P.

Rosaura de María (Rosa López Brochier), A.A.S.C.

Ruperta (Concepción Vázquez Áreas), A.A.S.C.


Sabino Ayastuy Errasti, S.M.

Sabino Hernández Laso, S.D.B.

Sabino Rodrigo Fierro, O.S.A.

Salvador Fernández Pérez, S.D.B.

Samuel Pajares García, O.S.A.

Santiago (Serafín Zugaldía Lacruz), F.M.S.

Santiago de Jesús (Santiago Arriaga y Arrien), O.SS.T.

Santiago Franco Mayo, O.P.

Santiago María (Santiago Sáiz Martínez), F.M.S.

Santiago Mate Calzada, O.F.M.

Santos (Santos Escudero Miguel), F.M.S.

Saturnino Ortega Montealegre, Sac. Dioc.

Saturnino Río Rojo, O.F.M.

Segundo de Santa Teresa (Segundo García y Cabezas), O.SS.T.

Senén García González, O.S.A.

Severino Montes Fernández, O.S.A.

Silvio (Victoriano Gómez Gutierrez), F.M.S.

Simò Reynes Solivellas, M.SS.CC.

Simón Miguel Rodríguez, O.F.M.

Sinforosa de la Sagrada Familia (Sinforosa Díaz Fernández), A.A.S.C.

Sulpicia del Buen Pastor (Dionisia Rodríguez de Anta), A.A.S.C.


Teodosio Rafael (Diodoro López Hernando), F.S.C.

Teódulo (Lucio Zudarie Aramendia), F.M.S.

Teódulo González Fernández, S.D.B.

Teófilo Montes Calvo, O.P.

Teresa Cejudo Redondo, Laica

Teresa Prats Martí, O.P.

Tirso de Jesús María (Gregorio Sánchez Sancho), O.C.D.

Tomás Alonso Sanjuán, S.D.B.

Tomás Gil de la Cal, S.D.B.

Tomás Sánchez López, O.S.A.


Ubaldo Revilla Rodríguez, O.S.A.


Valentín Díez Serna, O.F.M.

Valentín Gil Arribas, S.D.B.

Valeriano Luis (Nicolás Alberich Lluch), F.S.C.

Vicente Álvarez Cienfuegos, O.P.

Vicente Justino (Vicente Fernández Castrillo), F.S.C.

Vicente Majadas Málaga, O.F.M.

Vicente Peña Ruiz, O.P.

Vicente Rodríguez Fernández, O.P.

Vicente Toledano Valenciano, Sac. Dioc.

Víctor Chumillas Fernández, O.F.M.

Víctor Conrado (José Ambrós Dejuán), F.M.S.

Víctor Cuesta Villalba, O.S.A.

Víctor Gaitero González, O.S.A.

Víctor García Ceballos, O.P.

Victoriano Fernández Reinoso, S.D.B.

Victoriano Ibáñez Alonso, O.P.

Victorino José (José Blanch Roca), F.M.S.

Victorio (Martín Anglés Oliveras), F.S.C.

Vidal Luis Gómara, O.P.

Vidal Ruiz Vallejo, O.S.A.

Virgilio Edreira Mosquera, S.D.B.

Virgilio, (Trifón Lacunza Unzu) , F.M.S.

Vito José (José Miguel Elola Arruti), F.M.S.

Vivencio (Juan Núñez Casado), F.M.S.

Vulfrano (Ramón Mill Arán), F.M.S.


SIGLAS ORDEN RELIGIOSA

A.A.S.C Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y Caridad

C.C.V. Carmelitas de la Caridad - Vedruna

C.M. Carmelitas Misioneras

C.M.F. Misioneras del Corazón de María

F.H.M. Franciscanas Hijas de la Misericordia

F.M.S. Hermanos Maristas de la Enseñanza

F.S.C. Hermanos de las Escuelas Cristianas - La Salle

M.SS.CC. Misioneros de los Sagrados Corazones

O.C.D. Carmelitas Descalzos

O.Carm. Carmelitas. Orden del Carmen

O.F.M. Orden Franciscana - Franciscanos

O.P. Orden de Predicadores - Dominicos

O.S.A. Orden de San Agustín - Agustinos

O.SS.T. Orden de la Santísima Trinidad - Trinitarios

S.D.B. Sociedad Salesianos de Don Bosco - Salesianos

S.M. Compañía de María - Marianistas



Nació en Stommeln cerca de Colonia, en 1242; murió el 6 de Noviembre de 1312. Stommeln, llamada en el siglo XIV Stumbeln, está situada a unos catorce kilómetros al noreste de Colonia y a unos diez kilómetros al este del Rin.

El padre de Cristina era un acomodado campesino llamado Heinrich Bruso; el nombre de su madre era Hilla. Cuando tenía 5 años, Cristina tuvo visiones de Cristo niño con quien se desposó místicamente a sus diez años. Cuando cumplió los once aprendió a leer el salterio, pero no podía escribir. Cuando tenía doce años sus padres quisieron darla en matrimonio, pero ella se fue al convento de los Beguinos en Colonia, donde llevó una vida de severa penitencia, pasó mucho tiempo en oración, y en ocasiones caía en convulsiones.


A los quince años recibió los estigmas en sus manos y pies y la marca de la Corona de Espinas en su cabeza. Sufrió muchos asaltos del demonio, tuvo muchas pruebas a su fe y fue tentada al suicidio. Los Beguinos la consideraron loca y la trataron con desprecio, así que regresó a casa. En 1267 el cura parroquial, Johannes, recibió a Cristina en su casa, donde conoció a Pedro de Dacia, un Dominico de Gotland quien estuvo en Colonia como alumno de San Alberto el Grande. Un lazo místico de devoción, cuyo objeto era Dios, se formó entre los dos. Pedro visitó a Cristina en 1270 en su camino de Paris a Gotland, y nuevamente en 1279; En su relato menciona hasta quince visitas. El hermano de Cristina siguió a Pedro a Gotland y entró a la Orden Dominica. Pedro llegó a ser lector y en 1283 fue prior en Gotland, donde murió en 1288. Ese mismo año los tormentos que Cristina sufría por el demonio cesaron, y vivió una vida pacífica, usando siempre la vestimenta de los Beguinos, hasta su muerte. Su cuerpo fue enterrado primero en el patio de la iglesia en Stommeln y luego en la iglesia misma; en 1342 sus restos fueron llevados a Niedeggen en Eifel; dos siglos más tarde, el 22 de Junio de año 1569, fueron trasladados a Jülich, donde un monumento a ella aún existe. En Jülich se pueden ver también las notas hechas por Pedro de Dacia y la colección de sus cartas que los Bollandistas han publicado bajo la fecha del 22 de Junio (IV, 271-430).


Es difícil decidir cuanta verdad literal existe en las visiones y apariciones, de Cristina, del Purgatorio. Pero aún Renan no dudó de la pureza de su vida (Hist. litt. de la France, XXVII, 1-26)


La devoción fué confirmada en 1908.



San Pablo el Confesor, Patriarca de Constantinopla, fue electo para el trono patriarcal después de la muerte de Patriarca Alejandro (+ 340), cuando la herejía de Arrio(1) había resurgido nuevamente. Muchos arrianos(2) estaban presentes en el Concilio que eligió al nuevo Arzobispo de Constantinopla y éstos se opusieron a su elección, pero la mayoría eran fieles a la doctrina de la Iglesia, por lo que resultó electo.

Tras la muerte de Constantino el Grande, sus hijos Constancio II, Constantino II y Constante reinaron sobre el Imperio de Roma dividiéndolo. Recibiendo Constantino II Britania, Galia e Hispania; Constante reinó sobre Italia, África y las provincias ilíricas, quedando Constantinopla y todo Oriente para Constancio.


El emperador Constancio II (317-361), simpatizaba con los arrianos. Éste no estaba en Constantinopla para la elección del Arzobispo, que tuvo lugar sin su consentimiento. A su regreso, el emperador convocó a un concilio que ilegalmente depuso a San Pablo, y lo desterró de la capital. En lugar del santo eligieron a Eusebio de Nicomedia, un hereje impío. El Arzobispo Pablo se retiró a Roma dónde otros obispos también fueron desterrados por Eusebio.


Eusebio no gobernó la Iglesia de Constantinopla por mucho tiempo. Cuando murió, San Pablo fue restituido a Constantinopla, y fue recibido por su grey con amor. Pero Constancio II desterró al santo otra vez, y lo envió nuevamente a Roma. El Emperador Occidental Constante escribió una carta a su hermano y la envió a Constantinopla junto con el santo arzobispo desterrado, y san Pablo retomó el trono del episcopal.


Pero pronto el piadoso Emperador Constante, defensor de la fe, fue asesinado. Y San Pablo fue desterrado otra vez, y enviado en el destierro a Armenia, a la ciudad de Cucusus dónde sufrió la muerte de un mártir.


Cuando el Arzobispo estaba celebrando la Divina Liturgia , unos arrianos lo atacaron y lo estrangularon con sus propios ornamentos. Esto ocurrió en el año 350.


(1) Arrio: sacerdote de Alejandría que consideraba que Jesús de Nazaret no era Dios sino tan sólo un ser humano. Lo cual al ir contra uno de los dogmas de la Iglesia es una herejía.


(2) arrianos: Seguidores de la herejía de Arrio.



Martirologio Romano: En Parma, de Italia, San Guido María Conforti, obispo y buen pastor, siempre en vela por la defensa de la Iglesia y de la fe de su pueblo, el cual, movido por el anhelo de la evangelización de los pueblos, fundó la Pía Sociedad de San Francisco Javier (1931).

Etimología: Guido = Aquel que pertenece al bosque, es de origen germánico.


Fecha de canonización: 23 de octubre de 2011 por el Papa Benedicto XVI.



GUIDO MARIA CONFORTI nació en Ravadese (Parma -Italia ) el 30 de marzo de 1865.

Era el octavo de los diez hijos de Rinaldo Conforti y Antonia Adorni.


La óptima educación cristiana recibida de su madre, la complementaron los Hermanos de las Escuelas Cristianas en cuya escuela de Parma realizó su primaria. Guido solía decir que su vocación se debía a la educación recibida de estos religiosos y, además, a una singular experiencia que tuvo contemplando el Crucifijo.


Venciendo la resistencia de su padre, en 1876 entró en el seminario, donde realizó brillantemente sus estudios, distinguiéndose por su diligencia, piedad y obediencia. Durante sus estudios de teología, el Beato Andrés Ferrari fue su rector en el seminario., Sin haber sido aún ordenado sacerdote Guido fue nombrado vicerector del seminario, tarea que continuó realizando después de su ordenación sacerdotal que tuvo lugar el 22 de septiembre de 1888. En esta misión pudo mostrar sus elevadas dotes de educador siendo un modelo para los jóvenes seminaristas por su testimonio de santidad y caridad pastoral.


Su vocación sacerdotal y misionera había nacido a los pies del Crucifijo. "No es posible - escribió - fijar la mirada en este modelo divino sin sentirse empujado a cualquier sacrificio por grande que sea".


"El Crucifijo es el gran libro que ofrece a nuestros ojos horizontes infinitos". De hecho, a pesar de que la vida de Guido transcurrió en la región italiana de Emilia, su mirada abarcaba los horizontes de toda la humanidad, y nunca desfalleció en el deseo ardiente de anunciar el Evangelio a todos los hombres. El "espectáculo" de la cruz le hablaba "con la elocuencia de la sangre", manifestándoles el amor infinito de Dios hacia la humanidad. En 1895, Guido funda una Congregación Misionera de hombres consagrados a Dios con el único fin de llevar el Evangelio a los no cristianos.


El 9 de junio de 1902, el Siervo de Dios fue llamado a regir la Arquidiócesis de Rávena. El día de su ordenación episcopal pronunció los votos religiosos junto con el voto de dedicarse sin reservas al anuncio del Evangelio "ad gentes". En Rávena, la enfermedad le obligó a largos períodos de inactividad. Su profundo sentido de responsabilidad pastoral hacia el rebaño que le había sido confiado le llevó a presentar su dimisión que fue aceptada.


Regresó humildemente a su Instituto Misionero donde, recuperada algo su salud, se ocupó en la formación de los alumnos misioneros y a la redacción de las Constituciones de su familia misionera.


A finales de 1907, el Santo Padre confió al Siervo de Dios la diócesis de Parma. Durante 25 años él fue buen pastor, signo viviente de la "solicitud maternal de la Iglesia hacia todos los hombres, tanto fieles, como infieles, por su preocupación particular por los pobres y los más débiles".


La catequesis fue el punto principal de su tarea pastoral: instituyó las escuelas de la doctrina cristiana en todas las parroquias, preparó a los catequistas con apropiados cursos de cultura religiosa y pedagógica. Fue el primer obispo de Italia que celebró un congreso de catequética en su diócesis.


Cinco veces realizó la visita pastoral a las parroquias, celebró dos sínodos diocesanos, instituyó y promovió la Acción Católica, especialmente de los jóvenes. Cuidó de manera especial la cultura y la santidad del clero, la formación de los seglares, las asociaciones y la prensa católica, las misiones populares, los congreso eucarísticos, marianos y misioneros. Logró reconciliar a los ánimos divididos, se preocupó por llevar a los extraviados a la unidad del rebaño y fomentó el amor y el respeto incondicional hacia el Papa.


Su presencia en los momentos difíciles de la historia de aquellos años en la ciudad de Parma fue discreta, casi inobservada, pero eficaz y con resultados. Durante las huelgas de 1908, fundó un grupo de abogados dedicados a la defensa de los derechos de los campesinos y de los sacerdotes, Cuando una parte de la ciudad se opuso violentamente a la instauración del fascismo y se corría el peligro de un baño de sangre, la mediación de Conforti obtuvo la retirada de las milicias fascistas, evitando así una guerra civil.


La preocupación por la Iglesia local que le había sido confiada no le quitó la "preocupación por aquellos lugares del mundo donde la Palabra de Dios no ha sido anunciada". Creía firmemente que el anuncio del Evangelio "ad gentes" fuese el camino más seguro por la nueva evangelización de su pueblo. Se entregó incansablemente a la tarea de "la Evangelización ad gentes" ya fuese a través de su familia misionera, como colaborando con las varias iniciativas de animación misionera en Italia y en el resto del mundo.


Puso especial cuidado en colaborar en la fundación y en la difusión de la Pontificia Unión Misionera del Clero, de la que fue su primer presidente. "Fue providencial que, en la fundación de la Unión Misionera del Clero, al lado de P. Pablo Manna se encontrase Guido María Conforti, que no sólo ayudó excepcionalmente con su consejo y su colaboración a la naciente Unión, sino que con su autoridad logró para dicha Unión la aprobación pontificia" (Pablo VI ).


En 1928, Conforti viajó a China para visitar las comunidades y los lugares que habían sido confiados a la familia religiosa de la que él era Superior General. Su viaje fue signo de la comunión entre las Iglesias.


El 5 de noviembre de 1931, consumido por su incansable tarea pastoral, habiendo recibido devotamente el Sacramento de los Enfermos y el Santo Viático, después de haber profesado públicamente su fe y haber implorado la bendición de Dios para su clero y su pueblo, Guido María Conforti entró en la Casa del Padre.


El Papa Juan Pablo II lo beatificó el 17 de marzo de 1996.



Martirologio Romano: En el campo de concentración de la ciudad de Abez, en la Siberia rusa, beato Gregorio Lakota, obispo de Przemysl y mártir, que al ver despreciada la fe de su patria por los perseguidores, superó los tormentos corporales muriendo intrépidamente por Cristo (1950).

Etimología: Gregorio = Aquel que está siempre preparado, es de origen griego


Nació el 31 de Enero de 1883 en Holodivka, Distrito de Lviv, Ucrania.


Estudió teología en Lviv y fue ordenado sacerdote en el rito greco-católico en Przemysl en 1908.


Doctorado en teología en la Universidad de Viena en 1911, luego fue profesor y rector del seminario de Przemysl.


Fue nombrado Obispo auxiliar de Przemysl el 16 de mayo de 1926. Ese mismo mes las autoridades lo deportaron a Ucrania. Se le infligió una pena de diez años de cárcel en el campo de concentración de Abez, en las cercanías de Vorkuta (Siberia).


Falleció allí el 5 de noviembre de 1950.


El grupo beatificado está integrado por:


Mykolay Charneckyj, Obispo, 2 abril

Josafat Kocylovskyj, Obispo, 17 noviembre

Symeon Lukac, Obispo, 22 agosto

Basilio Velyckovskyj, Obispo, 30 Junio

Ivan Slezyuk, Obispo, 2 diciembre

Mykyta Budka, Obispo, 28 septiembre

Gregorio (Hryhorij) Lakota, Obispo, 5 noviembre

Gregorio (Hryhorij) Khomysyn, Obispo, 28 diciembre

Leonid Fedorov, Sacerdote, 7 marzo

Mykola Konrad, Sacerdote, 26 junio

Andrij Iscak, Sacerdote, 26 junio

Román Lysko, Sacerdote, 14 octubre

Mykola Cehelskyj, Sacerdote, 25 mayo

Petro Verhun, Sacerdote, 7 febrero

Alejandro (Oleksa) Zaryckyj, Sacerdote, 30 octubre

Klymentij Septyckyj, Sacerdote, 1 mayo

Severijan Baranyk, Sacerdote, 28 junio

Jakym Senkivskyj, Sacerdote, 28 junio

Zynovij (Zenón) Kovalyk, Sacerdote, 30 junio

Vidal Vladimir (Vitalij Volodymyr) Bajrak, Sacerdote, 16 Mayo

Ivan Ziatyk, Sacerdote, 17 mayo

Tarsicia (Olga) Mackiv, Monja, 18 Julio

Olympia (Olha) Bidà, Suora, 28 enero

Laurentia (Leukadia) Harasymiv, Monja, 26 agosto

Volodymyr Pryjma, Laico, 26 Junio

(las fechas indicadas corresponden a las de su martirio)


Reproducido con autorización de Vatican.va



Martirologio Romano: Conmemoración de los santos Zacarías e Isabel, padres de san Juan Bautista, Precursor del Señor. Isabel, al recibir a su pariente María en su casa, llena de Espíritu Santo saludó a la Madre del Señor como bendita entre todas las mujeres, y Zacarías, sacerdote lleno de espíritu profético, ante el hijo nacido alabó a Dios redentor y predicó la próxima aparición de Cristo, Sol de Oriente, que procede de lo Alto.

La alabanza más sintética, autorizada y profunda que se ha dicho de este matrimonio es que "ambos eran justos ante Dios". Fue nada menos que el evangelista san Lucas quien la hizo.


Se sabe que él era sacerdote del templo de Jerusalén y que su esposa Isabel era pariente —puede ser que prima— de la Virgen María. Se sabe, también por el testimonio evangélico y por sus propias palabras, que eran ya mayores y que no habían logrado tener descendencia por más deseada que fuera.


Un día, cumple Zacarías el oficio sacerdotal y, mientras ofrece el incienso, ve un ángel —se llama Gabriel— que le dice: "Tu oración ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo al que pondrás por nombre Juan".


Aunque Zacarías es un hombre piadoso y de fe, no da crédito a lo que está pasando. Cierto que los milagros son posibles y que Dios es el Todopoderoso, cierto que se cuenta en la historia un repertorio extenso de intervenciones divinas, cierto que conoce obras portentosas del Dios de Israel, pero que "esto" de tener el hijo tan deseado le pueda pasar a él y que su buena esposa "ahora" que es anciana pueda concebir un hijo... en estas circunstancias... vamos que no se lo cree del todo por más que a un ángel no se le vea todos los días.


El castigo por la debilidad de su fe será la mudez hasta que lo prometido de parte de Dios se cumpla. Cuando nace Juan —el futuro Bautista— Zacarías recupera el habla, bendice a Dios y entona un canto de júbilo, profetizando. También Isabel prorrumpió en una exclamación sublime —que repetimos al rezar cada Avemaría— cuando estaba encinta y fue visitada por la Virgen: "Bendita tú entre todas las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre". Añadiendo: "¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte de Dios!".


Con Zacarías e Isabel la fe es aclamada con exultación y reconocida en su inseparable oscuridad.


En algunos santorales su celebración está marcada para el 23 de septiembre, en otros el 5 de noviembre.











Carlos Borromeo, Santo
Carlos Borromeo, Santo

Cardenal Arzobispo de Milán


Martirologio Romano: Memoria de san Carlos Borromeo, obispo, que nombrado cardenal por su tío materno, el papa Pío IV, y elegido obispo de Milán, fue en esta sede un verdadero pastor fiel, preocupado por las necesidades de la Iglesia de su tiempo, y para la formación del clero convocó sínodos y erigió seminarios, visitó muchas veces toda su diócesis con el fin de fomentar las costumbres cristianas y dio muchas normas para bien de los fieles. Pasó a la patria celeste en la fecha de ayer (1584)

Etimología: Carlos = Aquel que es dotado de noble inteligencia, es de origen germánico


La gigantesca estatua que sus conciudadanos le dedicaron en Arona, sobre el Lago Mayor en el norte de Italia, expresa muy bien la gran estatura humana y espiritual de este santo activo, bienhechor y comprometido en todos los campos del apostolado cristiano.

Había nacido en 1538. Sobrino del Papa Pío IV, fue creado cardenal diácono cuando sólo tenía 21 años. El mismo Papa lo nombró secretario de Estado, siendo el primero que desempeñó este cargo en el sentido moderno. Aún permaneciendo en Roma para dirigir los asuntos, tuvo el privilegio de poder administrar desde lejos la arquidiócesis de Milán.


Cuando murió su hermano mayor, renunció definitivamente al título de conde y a la sucesión, y prefirió ser ordenado sacerdote y obispo a los 24 años de edad. Dos años después, muerto el Papa Pío IV, Carlos Borromeo dejó definitivamente Roma y fue recibido triunfalmente en la sede episcopal de Milán, en donde permaneció hasta la muerte, cuando tenía sólo 46 años.


En una diócesis que reunía a los pueblos de Lombardía, Venecia, Suiza, Piamonte y Liguria, Carlos estaba presente en todas partes. Su escudo llevaba un lema de una sola palabra: “Humilitas”, humildad. No era una simple curiosidad heráldica, sino una elección precisa: él, noble y riquisimo, se privaba de todo y vivía en contacto con el pueblo para escuchar sus necesidades y confidencias. Fue llamado “padre de los pobres”, y lo fue en el pleno sentido de la palabra. Empleó todos sus bienes en la construcción de hospitales, hospicios y casas de formación para el clero.


Se comprometió en llevar adelante las reformas sugeridas por el concilio de Trento, del que fue uno de los principales actores. Animado por un sincero espíritu de reforma, impuso una rígida disciplina al clero y a los religiosos, sin preocuparse por las hostilidades que se iban formando en los que no querían renunciar a ciertos privilegios que brindaba la vida eclesiástica y religiosa. Fue blanco de un atentado mientras rezaba en la capilla, pero salió ileso, perdonando generosamente a su atacante.


Durante la larga y terrible epidemia que estalló en 1576, viajó a todos los rincones de su diócesis. Empleó todas las energías y su caridad no conoció límites. Pero su robusta naturaleza tuvo que ceder ante el peso de tanta fatiga. Murió el 3 de noviembre de 1584. Fue canonizado en 1610 por el Papa Pablo V.


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Martirologio Romano: En Padua, en la región de Venecia, beata Elena Enselmini, virgen de la Orden de las Clarisas, que sufrió con admirable paciencia multitud de dolores y hasta la pérdida del habla (1242).

Etimología: Elena = Aquella que brilla como una antorcha, de la lengua griega


La suerte viene en nuestra ayuda con un documento de importancia excepcional, conservado en la Biblioteca Antoniana, el Códice 559, que describe las vidas de san Antonio, del beato Antonio Manzoni y de la beata Elena Enselmini. Las compuso entre los años 1433 y 1437 el notario Sicco Polentone, archivero municipal, filósofo, astrólogo, literario y escritor de numerosas obras, una de las personalidades más destacadas de la Padua humanista del siglo XV.


El código, copiado con elegante escritura en 1439 por el conventual fray Giacomo, "era considerado -dice el padre Ruggero Lotto- un "best seller" del siglo XV y, aunque no es obra de alto nivel, no deja de ser un interesante documento de sociología religiosa, del que emana la mansa luz de una simpática joven santa, a la que nos sentimos afectuosamente cercanos, incluso después de tanto rechinar de siglos".


En un latín elegante, Polentone inicia así: "Mi querido hijo Lázaro, hace mucho que me solicitas e incitas a escribir las memorias del beato Antonio Pellegrino y de la beata Elena, monja de la orden franciscana. Siempre me ha parecido justa y loable esta petición tuya. Pues, si bien el culto de ninguno de los dos ha sido aprobado por el sumo pontífice, uno y otra son conocidos, sin embargo, por sus milagros, y venerados como beatos por la opinión del pueblo. Además, son de buena raza paduana: Antonio era originario de los Manzoni. Elena, de los Enselmini, a cuya estirpe pertenece también su madre".


La jovencita Elena se hizo monja para servir al Señor en el monasterio que hospedaba, en dos moradas distintas, a las monjas y a los frailes de la Orden de san Francisco, en una zona llamada "la Celda vieja" (la actual Arcella), monasterio destruido en 1509, para realizar la "explanada".


Añade el historiador: "Ninguna más diligente que ella en la oración litúrgica, ninguna más obediente a la abadesa, ninguna más observante de la regla, ninguna más solícita en realizar las tareas domésticas. Su vida estaba tejida de penitencias y ayunos, colmada de santidad y austeridad. Tan áspera fue su existencia, que, agotada, con frecuencia caía enferma, víctima de la fiebre".


Más allá del intento hagiográfico y enaltecedor, Sicco, autor de indudable probidad, realizó cuidadosas investigaciones sobre ella, disponiendo de excelentes fuentes en el antiguo monasterio de la Arcella, antes de incendiarse el archivo.


De complexión grácil y enfermiza, padeció en los últimos quince meses de vida repetidas fiebres, y permaneció durante tres meses sin comer, ni beber, ni pronunciar palabra.


El historiador se detiene ampliamente en describir las visiones celestiales de las que gozó Elena, como indicio de su unión con el Señor, visiones que ella, de palabra, daba a conocer a las hermanas, y cuyos contenidos sabían también a admonición.


El 4 de octubre de 1231, arrebatada en éxtasis, vio a los santos Francisco y Antonio en actitud de cantar las alabanzas del Señor. En definitiva, "el cielo en la celda", hasta el 4 de noviembre, cuando expiró, a los 24 años. Polentone concluye así: "Desde el día de su tránsito hasta hoy, su cuerpo se conserva tan bien, que no puede verse sin admirarse, y eso por un privilegio divino que testifica la santidad de Elena". Y añade un halo de misterio: "A menudo, especialmente cuando cae algún desastre sobre la ciudad, ha ocurrido que el cuerpo de Elena se agitó con estrépito, casi como si quisiera prever el futuro".


Podemos decir que su cuerpo sufrió en la muerte un proceso natural de momificación y quedó intacto, y las manifestaciones de temblor son exageradas, pero revelan la espontaneidad de una devoción popular hacia esta ilustre clarisa.


Su cuerpo, por una circunstancia fortuita, fue colocado en una urna y conservado en la pequeña iglesia del monasterio, hasta el año 1509, en que fue trasladado a la iglesia de Santa María de los Armenios, luego llamada de la Beata Elena. Y, desde 1810, fue trasladado a la de Santa Sofía, donde permaneció hasta el 23 de mayo de 1958, en que fue devuelto a la iglesia de La Arcella.


El 29 de octubre de 1695, el papa Inocencio XII la inscribió en el Catálogo de los beatos, reconociendo su culto secular, y en 1956 se iniciaron los trámites para su canonización.


La caja de madera de la beata, en la capilla del beato Lucas


Cuando las clarisas de la Arcella se trasladaron en 1509 al monasterio de Santa Elena, y luego al de San Bernardino, se llevaron consigo el cuerpo de la beata. Pero, al ser suprimidos dichos monasterios en el año 1810, ofrecieron su tesoro a la Basílica [de San Antonio]. De modo que, el 20 de mayo, el cuerpo de Elena Enselmini fue llevado a la sacristía del templo antoniano, y allí guardado. Mientras tanto, los presidentes del Arca pidieron al obispo Dondi dell´Orologio que lo dejara en la iglesia, pero el 6 de junio siguiente, "muy airado por la donación de las monjas, y más aún por la sustracción nocturna, había mandado colocar los sellos, ordenando que fuera entregado a la iglesia de Santa Sofía, para ser venerado junto a la beata Beatriz de Este".


La caja que guardó los huesos de Elena hasta el 1810 fue primero colocada en la urna que había sido de san Antonio, debajo del altar del beato Lucas Belludi, y luego, en 1985, en la urna empotrada en la pared.


Presencia de Elena en el arte y en las reliquias


La reliquia de un brazo fue donada a la iglesia de Santa Sofía, mientras que su cuerpo se conserva aún bajo el altar del templo de la Arcella.


Para encontrar un relicario de la beata Elena hay que trasladarse a la sacristía de la Basílica. Firmado por el artista Pinton, es de las primeras décadas del siglo pasado, de tipo arquitectónico, en plata labrada y repujada, cuyo nudo y receptáculo representa la fachada de la iglesia de la Arcella. En lo más alto de la pequeña cúpula preside una estatua de Elena.


Una bella imagen de ella la encontramos en la puerta de bronce norte de la Basílica, llamada "de los beatos Lucas y Elena". Antes era la entrada más utilizada. Fundida en 1904 por el paduano Giuseppe Michieli, la donó el doctor Giovanni Guolo, y una inscripción la recuerda como "virgen paduana".


Entrando en el claustro del Noviciado se puede admirar una bonita pintura de ella, dentro de una monófora, en el lado occidental. Es una reproducción del 1994, de una pintura que realizó el artista de Bérgamo Giuseppe Amadio Riva, en 1923. El actual fue realizado, curiosamente, no en base al bronce original, sino a una copia suya firmada por Giovanni Zabai en 1932. La beata sostiene un lirio y un libro, claro indicio de la pureza de vida llevada por ella, en la secuela de la Palabra del Señor.


En la iglesia de la Arcella hay más recuerdos de Elena. En primer lugar, en la estatua del pequeña hornacina derecha de la fachada, obra de Pedro Bertocco. Luego, en la capilla de los "Santos franciscanos", donde está representada en un lienzo de Pedro Pajetta (1905), y en otras pinturas.



Martirologio Romano: En Cerfroid, en el territorio de Meaux, en Francia, san Félix de Valois, que, después de una larga vida de solitario, se le considera compañero de san Juan de Mata en la fundación de la Orden de la Santísima Trinidad, para la redención de los cautivos (1212).

Etimología: Felix = Aquel que es feliz. De la lengua latina.


Algunos escritos de la "Orden de la Santísima Trinidad", afirman que San Félix llevaba el apellido de Valois porque pertenecía a la familia real de Francia, pero en realidad el nombre proviene de la provincia de Valois donde habitó originalmente.


Según se dice, vivió como ermitaño en el bosque de Gandelu, en la diócesis de Soissons, en un pueblo llamado Cerfroid. Tenía el propósito de pasar su vida en la oscuridad pero Dios lo dispuso de otro modo.


En efecto, San Juan de Mata, discípulo de San Félix, le propuso que fundase una orden para el rescate de los cautivos. Aunque el santo tenía ya setenta años, se ofreció a hacer y sufrir cuanto Dios quisiera por un fin tan noble. Así, los dos santos partieron juntos a Roma en el invierno de 1197 para solicitar la aprobación de la Santa Sede.


San Félix propaga la orden en Italia y Francia. En París fundó el convento de San Maturino y cuando San Juan volvió a Roma, San Félix a pesar de su avanzada edad, administró la provinica francesa y la casa madre de la orden en Cerfroid. Ahí murió a los ochenta y seis años de edad en 1212.


Según la tradición de los trinitarios, los dos santos fueron canonizados por el Papa Urbano IV en 1262. Alejandro VII confirmó el culto de los dos fundadores en 1666.


El 4 de noviembre recordamos su ingreso al Reino, y el 20 del mismo mes se celebra su fiesta litúrgica.



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